Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

viernes, 4 de diciembre de 2015

Otras Opiniones. Julián Delgado. Mallorca

La Opinión de Julián Delgado
Supervivencia del Estado
                  
Nos confundimos al pensar que el problema de España es el proceso catalán, cuando éste no es más que un síntoma, dramático sí, del problema de fondo: hemos diseñado un Estado de las Autonomías que ha resultado inviable, tanto en lo económico como en lo político. Se diseñó mal al llevar la descentralización política con competencias legislativas a todo el territorio, y, después, se desarrolló peor al traspasar competencias exclusivas del Estado utilizando el agujero negro del art. 150.2 de la Constitución, en aras de la gobernabilidad y la estabilidad.
El resultado: se han fomentado los egoísmos regionales y se mantienen ridículas pugnas identitarias resaltando y forzando diferencias más inventadas que reales, fantaseando historias delirantes, robando los héroes al vecino o descubriendo ignotas lenguas. Los gobiernos autonómicos se han sentido en la obligación de defender los intereses particulares de su territorio, olvidando los intereses generales, incluso cuando son del mismo partido que gobierna en Madrid. En algunas, como es el caso de Cataluña, en una muestra de manifiesta deslealtad, se ha erosionado el Estado cuanto se ha podido y se ha fomentado el odio a España acusándola de ser culpable de todos los males que la afligen.
Todo esto ante la inacción de los sucesivos gobiernos, que desde Madrid asistían impávidos al debilitamiento del Estado, que se vaciaba cediendo soberanía por arriba (Bruselas) y por abajo (Autonomías). El país ha quedado descoyuntado, le han estallado las frágiles costuras del sistema del 78, se ha hecho ingobernable enredado en un espeso y voluminoso enjambre de leyes y autoridades. El Estado carece hoy de capacidad económica para sustentar tan onerosas administraciones  y  tiene las manos atadas para establecer políticas comunes en materias claves para dar cohesión a un proyecto nacional. 
Si el Estado quiere seguir existiendo, se deberá replantear todo el sistema autonómico actual para convertirse en instrumento que garantice los valores constitucionales: libertad, igualdad y solidaridad. Se ha de desprender, a su vez, de los fardos que lastran o impiden su articulación y funcionamiento y no dar cabida a modelos identitarios fuera de estos valores. 

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