Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

sábado, 28 de diciembre de 2019

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA

A PUNTO DE LLEGAR
28 de Diciembre 2019




Pues inevitablemete 2019 finaliza, y con él las dos primeras décadas de este siglo XXI sin que la Nación española haya podido fenecer todavía, a manos del peor deshecho político de su atormentada Historia. Ahí tienen a ese personaje político retorcido y abyecto que asaltó la Presidencia de Gobierno, ya ven de forma lícita, aupado por un gentío al que gustan las emociones fuertes y morbosas, movidos no por la razón sino por el instinto, el resentimiento, la envidia y la ignorancia. Eso sí, ya consolidó un tándem tenebroso de autoritarismo, con vocación dictatorial encubierta, al quedar unido al comunismo arrasador de la democracia, la libertad y el mínimo respeto a los derechos humanos. Y los independentistas catalanes y vascos, apoyados por grupos cada vez más numerosos que extienden su influencia por tierras baleares, valencianas y gallegas, constituyendo mareas oportunistas, sobre plataformas bien articuladas e inevitables de aquel populismo comunista, siempre omnipresente. Unos y otros sostienen gobiernos incondicionales, aprovechando la comprensión y la cobertura siniestra del sanchismocomunismo y en consecuencia la extrema debilidad del Estado, pretendiendo dar el empujón definitivo al proyecto Soros de la Europa hundida o cuando menos, insignificante.

Pero del siglo solo han transcurrido dos decenios, y sería ingenuo concluir que el proyecto del populismo autoritario y reaccionario que se gesta, no pudiera convertirse en penosa realidad en tiempo cercano de la mano del felón monclovita - en funciones de sí mismo – y de su tan peligroso como camaleónico socio preferente. Y quizá nadie deba esperar un cambio revolucionario de las instituciones y ni siquiera de las esenciales reglas de juego. Europa en decadencia, pero aún con el aliento de quien ha sabido construir los más bellos episodios de pensamiento, razón y libertad, estará vigilante y temerosa a que el infecto nacionalismo que socaba España pueda prender la mecha en el Continente entero.

Y ya digo, Iglesias en sus pocas luces de intelectual gramsciano, pero que aporta algo de teoría política al secano del pensamiento sanchista, sabrá graduar los estadios necesarios para modificar el sistema y ser la primicia vanguardista en su lucha cultural en el Sur, contra el fascismo que dicen comienza a azotar el paraíso europeo. Y parten de que la sociedad permanece moldeada por un franquismo pegadizo que, a pesar de haber fenecido por el transcurso de ochenta años, años de crecimiento económico gigantesco, aún configura la vida política, económica y cultural de los españoles. Ya ven la mamarrachada, pero está resultando eficaz y sobre todo instrumento útil en la programación del cambio estructural que se pretende iniciar.

No cabe duda y ya apenas lo disimulan, el gran obstáculo para el cambio es la Constitución de 1978, tachada de franquista y contrarevolucionaria, favorecedora de un neoliberalismo prevalente, cobijo del capitalismo más reaccionario y contrario a los intereses de la mayoría. Y dentro de la Constitución, la Monarquía impuesta por el franquismo, que supo integrar el eurocomunismo de Carrillo, la IU de Anguita o la socialdemocracia de González con los restos de reformistas, procedentes del Régimen, en un proyecto común. Y esa Monarquía integradora plasmada en el Texto constitucional, se prolonga en exceso sucediéndose así misma con Felipe VI, como enemigo primero a aislar, para luego desacreditar y terminar por anular, a la espera de su propio hundimiento como nos enseña la Historia. Debe quedar expedita la vía hacia la instauración de la III República, en este caso no burguesa, sino popular en la que quepan todos y todas.

Y un sistema autoritario, y si puede, totalitario, no se consigue con un Tribunal Constitucional cuyos miembros sean independientes e inamovibles en el ejercicio de su mandato. En consecuencia, en menos de una Legislatura será sustituida la Presidencia y los miembros vacantes, por progresistas capaces de comprender e impulsar el cambio. Y que decir del CGPJ y su decisiva intervención en la composición del Poder judicial, promocionando jueces y magistrados sensibles a la toga manchada con el polvo del camino, que no obstaculicen una justicia popular y de reconstrucción de valores.  Pero su remate vendrá con la justicia restaurativa y el reproche penal, con privación de libertad incluida, a quien ose referir del franquismo el mínimo elogio por muy objetivo que pudiera resultar.       

El resto, por si lo anterior resultase poco, requiere esfuerzo decisivo de dirigismo informativo y cultural, empezando por los medios públicos, hasta conseguir una opinión publica favorable y si puede ser entusiasta de las decisiones del poder que deberá ser visto como cercano. La RTVE ya comenzó el rodaje con gran éxito y no se deberá permitir unos medios privados contrarios a la doctrina oficial y para ello, la mentira, la descalificación, la obstaculización y desde luego la legislación adecuada impedirá la crítica, ya de por sí difícil cuando el ordenamiento jurídico – que sufrirá una sustancial modificación- reconduzca a su carril a quienes se crean poseedores de una verdad distinta.

La sociedad y sus cuerpos intermedios; la educación como seguridad de un cambio a futuro; los agentes sociales, unos como activistas a lo que jamás renunciaron y otros por conveniencia en la supervivencia. Pero también las Universidades o los intelectuales orgánicos, porque los independientes o callan o emigran. La Iglesia, ya incapaz de contener el desmoronamiento religioso y de principios de ética y de moral, aunque sea social y mas empeñada en labores de ONG Y en general, el resto del entramado institucional deberá acomodarse poco a poco ante un Estado poderoso y con medios para doblegar voluntades opuestas a la Verdad Única que comienza a renacer. ¿Y la democracia, la libertad y el Estado de derecho? Ya veremos. Ahora toca otra cosa, pero si puede, Feliz Año.           

  

jueves, 26 de diciembre de 2019

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


Artículo que será publicado por el Diario ULTIMA HORA de Palma, el próximo sábado día 28               

LA CULPA NO ES DE EUROPA
Julián Delgado. Escritor


En la cuestión de Cataluña, las instituciones europeas y la mayoría de sus Estados miembros, se han puesto de nuestro lado. Los desencuentros proceden del mundo jurídico. En este último se ha ignorado que Junqueras se presentó a las elecciones europeas en fraude de ley, para blindarse ante la acción de la justicia, y que la inmunidad protege la actividad parlamentaria, no los delitos cometidos anteriormente, que tampoco nada tienen que ver con ella.
La UE no tiene la culpa de que el Gobierno español negocie la investidura de Sánchez con los herederos de ETA, que celebran y vitorean la salida de sus presos y legitiman sus acciones; con el  comunismo, cuyo enemigo a batir es el Rey, el texto legal a dinamitar,  la Constitución, y sus amigos a defender, las dictaduras más odiosas; y con los separatistas catalanes condenados por sediciosos por intentar romper la nación con acciones ilegales y que amenazan sin tapujos volver a hacerlo. Se humilla ante ellos y, con él, España entera, y les promete avanzar por el camino de su proyecto. Acepta allanarles el camino, poner fin a la vía judicial y doblegar las instituciones del Estado para dar satisfacción a sus demandas. Arrastra a su partido por una senda alejada de su compromiso histórico con la unidad de España y con la igualdad de los españoles; se alía con los intereses más  egoístas y totalitarios a cambio de un poder precario, condicionado a sucesivas claudicaciones a los separatistas  y a los compromisos con la ideología de su socio preferente. Y todo esto, solo unos días después de que prometiera en la campaña electoral que iba a imponer mano dura al separatismo y de que, en un gesto inhabitual de sinceridad, nos asegurara que no podría dormir cohabitando en el mismo Gobierno con Iglesias. 
¿Qué puede pensar el TJUE ante este sinsentido político que pone en tela de juicio el discurso del Rey del 1-O y al TS que condenó unos hechos que, según nos dice Calvo ahora, fueron culpa del PP que no quiso dialogar? Pues eso.
A pesar de todas las imperfecciones de la UE, pertenecer a ella es lo mejor que nos ha podido pasar. Nos protege de las veleidades de nuestros políticos. Por desgracia, no de ésta. La alternativa es el ostracismo.    


jueves, 19 de diciembre de 2019

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA



SANCHISMOCOMUNISMO
19 Diciembre 2019




Pues parece se consuma la felonía y puede tengamos Gobierno de España al filo del final de este políticamente penoso 2019. Y podremos decir, sin temor a equivocarnos, se trataría del primer Gobierno de España dispuesto a su liquidación desde la estructura supranacional creada por los Austrias mayores. O lo que es igual, a convertirla en mosaico irreconocible, pero cómodo y accesible a los caprichos y ansias de poder de una banda de facinerosos politicastros de tres al cuarto, de perfil olvidado o desconocido para la mayoría de los españoles desde los hechos revolucionarios de 1934. En cualquier caso, el sanchismo felón, aliado al comunismo de siempre, parecen dispuestos a consumar sucesivos actos de alta traición hasta conseguir objetivos de política, más parecida a las alevosas negociaciones de Bayona, hace ahora 211 años. 

Al fin cada vez aparecen más pesimistas dispuestos a manifestar congoja por el panorama en cierne, pero si esto se denuncia habrá que estar dispuesto a soportar ser tachado no solo de derrotista, agorero o catastrofista, sino directamente de ultraderechista o simplemente fascista. Ya ven. Pero busquen situación análoga a la que se prepara e indaguen algo parecido, no solo en España sino en el ámbito de la UE, en los últimos 75 años. Sentirán vergüenza de que la Nación española vuelva a ser actualidad heterodoxa, dentro de una Europa ilustrada y democrática. Pero el sanchismocomunismo solo tiene un objetivo que no es otro que el poder. Y para alcanzarlo no dudan en mentir sin pudor, a pesar de aportar una ideología populista de fondo cochabronso y reaccionario, aunque para un gentío desideologizado, mayormente inculto desde el punto de vista político, les pueda parecer seductora en su presentación. 

Y al populismo, como decía Hayeck, solo se le vence en la batalla de las ideas, que son las que definen la evolución social, económica y política de las naciones. Y aquí, a quien debió corresponder solo propuso durante años cruciales, ideas de contabilidad nacional. Y claro, ignoraba o quería desconocer cómo para el socialismo del siglo XXI, el liberalismo o como ellos llaman, el neoliberalismo - término acuñado por Rüstow en 1938 – es un enemigo brutal y tal como ya advirtió el Che, un pueblo sin odio no puede triunfar sobre él. De manera que su esencia, no pasa de tres puntos odiosos de referencia: antiindividualismo, antiliberalismo y anticapitalismo.

Pero este nuevo socialismo del siglo en que vivimos ya no aboga por la revolución violenta que derribe el orden burgués establecido; ahora solo la fuerza de las ideas. Eso sí, aprovechará el sistema electoral, para destruir o desnaturalizar la democracia tratando solo de alcanzar la hegemonía, como la entendía Gransci, es decir, el liderazgo gradual ideológico, intelectual, cultural y político. Y ello requiere ciertos métodos autoritarios y un dirigismo de los cuerpos sociales intermedios, intelectuales orgánicos, medios de comunicación y el empleo masivo del neolenguaje del que Sánchez se ha convertido en consumado y malévolo maestro. De manera que caminamos lenta pero inexorablemente a transformar las ideas, los valores y la cultura dominantes y después se habrán transformado las instituciones. Eso sí, a este populismo de base totalitaria no le interesa la verdad sino imponer antes que después, su visión del mundo; al fin el socialismo nunca fue producto de la clase obrera sino de las élites intelectuales, o de lo que Hayek llamaba “distribuidores de segunda mano”

Y quizá resulte de interés recordar alguna idea motriz de Iglesias, tan cerca ya del Gobierno y sobre todo ahora que Junqueras y toda la panda de indeseables golpistas, presumirán de impunidad por las moquetas del Estado. Decía Iglesias que la guerra de posiciones que propugna intenta ganar terreno gradualmente en la hegemonía, utilizando las estructuras democráticas del Estado para controlar su poder; al igual que la hegemonía cultural, que debe ser transformada para preparar el camino de la victoria final. Y desde luego nunca asumir el lenguaje del adversario, sino disputarlo, porque, si se carece de fusiles, el terreno gransciano es el único posible.

De manera que aquí lo trascendente no es la jauría independentista catalana, enseguida la vasca y luego el resto de figurantes y oportunistas de un Estado casi agónico. Aquí, su desmoronamiento solo es posible por la acción perversa del zapaterismo, ahora culminada por un sanchismo que, constituyendo su estadio previo, va a proceder a la fusión con el comunismo populista y totalitario de Iglesias, dando como resultado el propósito firme y ya decidido de constituir base sólida de una nueva España, como nación de ocho naciones, camino del estercolero de su Historia. Así pues, el verdadero peligro para la Constitución de 1978, la democracia, la Corona y la libertad es el sanchismo, en su alianza perversa, arrasadora y reaccionaria con el comunismo. Ningún demócrata puede unirse a semejante felonía y menos, permanecer en cobarde y cómplice pasividad.

Y Feliz Navidad cristiana para todos aquellos, hombres y mujeres, de buena voluntad que han seguido pacientemente desde La Azotea los suspiros profundos de la vida nacional, incluso sin estar de acuerdo.      




jueves, 12 de diciembre de 2019

OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


Artículo que será publicado en el Diario Ultima Hora de Palma el próximo día 14 de diciembre

HACIA LA ESPAÑA CONFEDERAL
Julián Delgado. Escritor



Hace unos treinta años se abortó un movimiento procedente de las bases más obreristas del PSOE que pretendía que el partido mantuviera su marca en Cataluña de forma independiente. El PSC estaba dirigido por unos pocos burgueses de pedigrí catalanista: los Maragall, los Obiols, los Serra… Ellos ganaron la partida, el PSOE no desembarcó en Cataluña y siguió vigente el vosotros ponéis los votos y nosotros la inteligencia. 

El partido socialista catalán siempre fue filonacionalista, aunque Felipe González lo tuviera controlado, pero Maragall, con el Tripartito y la inestimable colaboración de Zapatero, que le dio licencia para delirar y le aprobó un Estatut inconstitucional, lo sacó del armario y dijo aquello de tres naciones.
Hoy Iceta, con frivolidad temeraria, aprovechando el narcisismo y la patológica ambición de poder de Pedro Sánchez, ha parido varias naciones más. Apremiado éste por la necesidad de investirse cuanto antes, le ha dado carta blanca para llevar las riendas de la negociación basada en su hoja de ruta, trazada hace tiempo, que viene a coincidir, en buena parte, con los anhelos separatistas. 
Acordarán blanquear el Procés, amnistiar a los presos y fugados; negociar el conflicto político de igual a igual, buscando el mejor futuro de Cataluña a costa del resto de los españoles; desactivar el Estado: al Rey, a los tribunales, a la Fiscalía, al CNI… y trazar un calendario para lograrlo en esta legislatura. Se comprometerían a elaborar las leyes necesarias para dar cobertura a un nuevo Estado asimétrico de naciones que se constituirían voluntariamente en Estados asociados con el resto de España, que constituiría otro Estado. Si el plan tuviera éxito, significaría el desmantelamiento de facto del régimen del 78, la desmembración de la Nación española y su sustitución por la República Confederal ¿Española?
Todo este proceso de desarticulación del Estado necesita tiempo. Ahora, un proyecto de reformas legales de este calado, solo contaría con el apoyo de un tercio del Congreso, pero puede llegar el momento en que con unos años por delante, la agitación en la calle y el control de los mecanismos de manipulación en sus manos, una mayoría acepte esas reformas como algo necesario.



martes, 10 de diciembre de 2019

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA

EUROPA Y ENTRE LA XIII Y LA XIV
10 de Diciembre 2019



Pues acabaron las dos primeras décadas de este nuevo siglo XXI, pero no por ello Europa, la nuestra, muestra síntomas de estabilidad y avance para cumplir su sueño de Razón, Derecho y Democracia. Modelo teórico a forma de pilares que ya aportaron a su construcción, intelectuales como Hegel, Heidegger u Ortega. Parece que Europa, toda, quiere olvidar el cercano siglo anterior que en evidente paradoja fue capaz de vivir y sufrir dos guerras sangrientas, opresión, genocidio, totalitarismo y hundimiento de grandes mitos. Entra en el siglo, del que ya transcurrieron veinte años, y aun debate entre federalismo y funcionalismo y se discuten valores como Paz, Democracia, Libertad, Unión o Progreso económico y social. Parece como si ya hubiese cesado el Movimiento Europeo y los mitos de grandeza proclamados en La Haya en 1948 y, olvidados los nombres de sus grandes políticos como Adenaur, Monnet, Schuman o De Gasperi.

Ahora, todo parece más oscuro y se retoma el síndrome de la autodestrucción europea tantas veces vivido. Porque está perdida en el globalismo, sin apoyo de USA que la sacó del arrasamiento tras 1947 y le prestó su escudo defensivo durante la Guerra Fría. Porque está sumida en la desorientación, con la huida de Gran Bretaña o la invasión musulmana y africana. O desconcertada, con la socialdemocracia semihundida, el iliberalismo vigente, la casi desaparición del liberalismo y el nuevo prestigio que parece recobrar el comunismo a pesar de la caída del Muro de Berlin o sus millones de asesinados, represaliados o desaparecidos en sus checas o gulags repartidos por el mundo, mientras destruyó el medio ambiente allí donde se impuso. Y también asombrada con los brotes de intolerancia y exigencia de Estados fuertes que aquí o allá surgen por su territorio, con recuerdo de la gaullista Europa de las Patrias y sin querer consentir la superación del Estado-Nación y la soberanía ejercida, en lucha permanente sin cuartel contra los nacionalismos, tan perversos como europeos.

Pero ya digo. El comunismo diabólico y asesino, antidemocrático y totalitario, no desaparece y ahí está nuestra Nación como ejemplo vivo y único en la Europa que va de 1945 al final de estas dos décadas de incertidumbre, aunque también de progreso tan intenso como capaz de reducir a mínima expresión la desigualdad en sociedades mesocráticas inmersas en bienestar, abundancia y derroche. Pero el prestigio lo regalaron quienes ahora tienen que poner valladares a su infiltración; aquellos que les invitaron a los fastos, tras la derrota del nazismo criminal, como si el sovietismo no pretendiera cambiar un totalitarismo por otro aún peor.

Ya veremos si antes o después del turrón, el sanchismo – estadio previo al comunismo- comunica a un gentío mayormente indolente, políticamente inculto y fatalmente dependiente del Estado protector, la culminación de un golpe de Estado comenzado en Cataluña y continuado por su banda bolivariana desde las instalaciones de Moncloa. Eso sí, con ayuda carísima y traidora del PNV, ese nazismo sabinista reconvertido y diabólico; la repugnante de etarras, nuevamente en la acción política como las FARC. Y las mareas zarrapastrosas de Iglesias repartidas por los territorios de Valencia, Galicia, Baleares o Navarra, ya en estadio previo a la ansiada revolución. Y también desde luego, la pandilla de golpistas catalanes, los más cercanos al golpe de gracia a la Nación española, naturalmente impunes ante una justicia que está siendo burlada hasta el sometimiento. Y como no, el coro de incondicionales de la anchoa y demás tontos, tan inútiles como insignificantes pero sentados en la mesa del reparto de los restos.   

Ninguno de los Partidos demócratas y en consecuencia constitucionalistas, pueden propiciar la reelección del sanchismo, aunque solo fuera por dignidad de los ciudadanos a los que representan. La socialdemocracia tan apreciable como necesaria, no está en el sanchismo, y el socialismo de personajes como Felipe González parecen desaparecidos y superados por esta ola de perversidad política. De manera que volver a repetir elecciones es mucho mejor que permitir un Gobierno surgido de las excrecencias del sistema, que puede llevar a la Nación a un futuro de sudor y lágrimas. La felizmente finalizada XIII Legislatura, su número de orden no presagiaba ningún esplendor en sus tristes 195 días, ha casi paralizado la vida económica y política, con retroceso en las conquistas del Estado de derecho. Y ya ven, recordar la sesión constitutiva de la XIV, produce pena, vergüenza y asco. Pero como dijo Voltaire, no todo lo que acontece merece ser escrito.    
     

domingo, 1 de diciembre de 2019

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA

EN EL ABISMO
1 de Diciembre 2019





Ciertamente para los profesionales del comentario político o de la tertulia con intención o simplemente para los aficionados como el que esto escribe desde su Azotea, lo hemos tenido bastante fácil estos últimos años en la pretensión de lanzar opiniones entre los seguidores, que conformaran criterio o simple estado de ánimo. No ha sido tan difícil describir un deslizamiento hacia la nada. Es verdad que cierto sectarismo resulta inevitable porque la ideología de cada cual inunda la perspectiva y condiciona el criterio. Cuanto más se despega el comentarista crítico del propio límite ideológico más se sumerge en la objetividad, con el riesgo de disolución del mensaje que pretendía difundir. Informar contando lo que pasa, corresponde al periodista; opinar sobre los mismos hechos es tarea del crítico de la realidad social.

Y realizo estas y las siguientes consideraciones tan personales y discutibles como la realidad sobre la que opino. Pero provienen de la experiencia para mi algo extensa, tras atreverme a plasmar en casi cuatrocientos artículos mi visión de la España que desde 2012 ha circulado ante los ojos de un servidor público con cuarenta años de profesión y percepciones muy diversas, pero siempre moldeadoras e intensas al calor, a veces abrasador de las calderas del poder. Estos ocho años de Opinión comienzan desde la experiencia deformadora de la Junta de Andalucía – ahí tienen como va quedando el reproche penal - que sin duda condiciona el pensamiento de quien incluso desde la buena fe es amante de la ley, la justicia, el derecho, la igualdad, la libertad y la democracia. De manera que tras un condicionante de tal magnitud que imprime carácter, resulta exigible mantener la observación del devenir político sin descanso y el ánimo alejado del optimismo, para evitar caer y permanecer en supremo acto de estupidez.

Miren, difícil veo remontar el profundo y peligrosísimo abismo en que quedó precipitado el optimista régimen del 78, con su hermosa Constitución y los deseos, parece que provisionales, de paz, concordia, entendimiento y perdón. Y desde luego la imposible consolidación de un sistema democrático que de no ser cultivado y defendido a diario por los amantes de la libertad, es minado y destruido por sus enemigos, mucho más numerosos, descarados, violentos, audaces y eficaces que aquéllos. Sabemos como la demolición comenzó con las reiteradas felonías de Zapa, pero desde la llegada al poder del perverso sanchismo se consolida con adornos de burla, engaño, y pura apariencia, un autoritarismo inducido que, de no ser cortado en seco, hará desaparecer la Nación española. Quedarán eso sí, los restos, y a todos llegará el desamparo del atraso y las lágrimas del arrepentimiento. Es el castigo de la Historia cuando una y otra vez se recibe el azote en pueblos que parecen no haber encontrado su destino o han perdido para siempre el rumbo hacia algún lugar.  
El sanchismo no solo resulta incompatible con la verdad sino con la decencia publica para encabezar la gobernación de una Nación europea hace tiempo moderna, avanzada, con amplia clase media conformada durante el franquismo y base cultural, económica, científica y tecnológica, en cierto modo envidiable en la mayor parte del mundo. El sanchismo aliado al comunismo totalitario, antisistema, bolivariano, empobrecedor y liberticida - como no ocurre en ninguna otra democracia occidental, para nuestra vergüenza - se perfeccionará en su recorrido hacia el arrasamiento de la Nación, cuando busque el apoyo de golpistas, independentistas, filoetarras y nazisabinianos reconvertidos en burgueses desnortados; toda la morralla y excrecencia del sistema con mucho tonto útil o meras comparsas. Toda esta banda queda estupidamente adjetivada como progresista, en mamarrachada conceptual que paraliza las conciencias más débiles e ignorantes.

Si consiguen converger, y todo parece puede resultar inevitable, saben como la permanencia en el poder la logran mediante el progresivo desmonte de las instituciones del sistema, empezando por el Tribunal Constitucional y siguiendo por aquellas instancias del Poder judicial entorpecedoras de la consecución de los fines propuestos. Y seguirá una modificación tan sustancial como necesaria para mantener un formalismo jurídico, sacudiendo el ordenamiento hasta el alejamiento de lo que se conoce como Estado de derecho. A poco tardar entrará en funcionamiento la sovietizada “justicia restaurativa”, seguido del empeño en acallar a Vox hasta su ilegalización, alegando luchar contra el franquismo, mientras se blanquea a los filoetarras de Bildu. Y se presionará a las voces críticas del pensamiento, la literatura, el periodismo o el liderazgo social; asistiendo al desprestigio sistemático de la oposición hasta el aislamiento y la insignificancia. Y se modificará provisionalmente la Constitución, inicialmente en las partes posibles, pero haciéndola inservible para el funcionamiento democrático, hasta su sustitución en la pretendida Republica que vertebre la Nación de naciones. Y como la figura del Rey, mando Supremo de las Fuerzas Armadas - que tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defendiendo la integridad territorial y su ordenamiento constitucional- puede resultar un obstáculo, se le va neutralizando hasta la modificación de la forma política del Estado que según el artículo 1.3 es la monarquia parlamentaria.

Todo un programa de revolución por tiempos y seguramente sin armas que dará, si pueden, la vuelta al sistema hasta hacerlo irreconocible. Hoy cedo la Seguridad Social a los sabinianos del PNV- en mis tiempos asistí físicamente a intento sobre lo mismo, aunque con Estado más fuerte- que ya preparan su nuevo Estatuto golpista. O reconozco el conflicto político de Cataluña. O coqueteo con ERC, porque son la otra izquierda histórica es decir la misma y criminal historia. Es, la nueva caída en el abismo.