LA AZOTEA
EL OTOÑO QUE LLEGA
23 de Septiembre 2019
Y
en esto llegó el otoño y nosotros con estos pelos, o mejor hasta estos pelos de
una democracia tan vulgar, vulnerable y en manos de sus peores enemigos. Pero
aquí en el Sur seguimos expectantes, algo inquietos, con temperaturas más que
templadas, esperando la vuelta del estadista Sánchez de su paseo triunfal por
Naciones Unidas, donde habrá divulgado lo fácil que resulta desvirtuar un
sistema democrático dotado de hermosa Constitución, casi consolidado y que aparentando
su defensa está logrando diluir en el recuerdo; sin grandes convulsiones, sin
violencia, sin presos políticos. Y eso tiene mérito porque siempre despierta
curiosidad entre tanto poder hegemónico y autoritario como en el mundo existe.
Ya
sé que el líder del sanchismo - me cuesta llamarle jefe de banda, como Rivera –
está más cerca de Putin que de Largo Caballero y en eso hemos mejorado; del
Lenin español, al Putin español. Eso será porque la España de hoy nada tiene
que ver con la de 1934 o 1936. Ni el apuesto e inútil Sánchez, se parece al
revolucionario y peligrosísimo Largo. Ni aquí padecimos setenta años de atroz y
sangrienta dictadura comunista de la que Putin guarda recuerdos y métodos
aprendidos en su terrible KGB. Ni el socialismo revolucionario y golpista que
se pregonaba en la España de aquellos años fatídicos se parece a este vidrioso,
indefinible, pero radical socialismo, con más ímpetu que eficacia en su
ideologizado feminismo que en la defensa de los trabajadores, como se ha visto
tras cuarenta años en Andalucía; que dice defender una doctrina política ecologista
por encima de la razón científica. O intenta ponerse al frente de un europeísmo
de boquilla, donde apenas quedan huellas de la Europa soñada y utópica de
Adenaur, Monet o Schuman. Y desde luego será incapaz de textualizar su
elemental concepto de Nación de naciones para la España constitucional que no
se atrevieron a agitar los socialistas marxistas anteriores a Bad Godesberg. Un
bodrio ideológico con forma de bola, de mentira, difícil de tragar y menos de
digerir, envuelta eso sí en un populismo “progresista” insoportable y regresivo.
Desde
esta modesta tribuna se dijo sin mérito alguno, que el sanchismo, tan pulcro y
relamido, no tendría valor de presentarse ante Europa y USA en compañía de un
Gobierno con Podemos, indeseables desde el punto de vista ideológico por su
comunismo de manual, fusionados a corrientes execrables de totalitarismo
ruinoso o miserable, e impresentables desde el punto de vista estético. De
manera que Sánchez, ese fenómeno del progresismo de mercadillo, orienta su obra
demoledora – ya iniciada en la negra etapa del maestro Zapatero – ofreciendo
vicepresidencias del Gobierno y ministerios trascendentes, para terminar,
relatándonos el cuento bobo de lo que habrían sido los insomnios de un patriota,
de haber cumplido lo que prometió; aun descansando de su ajetreada vida de
altos vuelos, en colchón nuevo, de Presidente nuevo.
Ya
digo, la ideología de este extraño Presidente, es pura mentira en forma de
bodrio intelectual, aunque en este caso se desconozca de quien copió lo poco
que se entiende de su trote continuo entre lo dicho y lo contrario a lo dicho.
Miente hasta en su autoclasificación como progresista. Pero miren, eso gusta al
gentío por si en esas cae algo del reparto de los viernes. Y ahora, ya ven, sin
pudor alguno lleva a unas nuevas elecciones hasta conseguir ser aclamado por
los suyos y apoyado por todos, para alcanzar el poder y conservarlo, al mejor
estilo de El Príncipe.
Y
yo me alegro porque entre probar suerte de nuevo, por si una epidemia de
sensatez invade la “ciudadanía” y ser gobernados por la banda ampliada, hay un
trecho. Ya ven la mentira insufrible que conlleva pactar gobiernos frankensteim
en Comunidades Autónomas y hasta con terroristas no arrepentidos, que pasan
desapercibidos en el occidente democrático y haberlo pactado para el Gobierno
nacional, que produce el simpático insomnio al Sr. Presidente. Y en eso
estamos, cuando llega Errejón y su abuela de adopción, con el comunismo puro y
duro, sin azúcar añadido. Es la nueva cara de un comunismo fresco, joven, como recién
salido del laboratorio/factoría de la Complutense, al servicio del
internacionalismo proletario de las viejas y reaccionarias esencias, con o sin
Monedero que es el que faltaba. Pues vamos de lo malo a lo peor.
Asistiremos
a una larguísima y dura campaña, a cara de perro, donde comparecen de un lado, quienes
deben exigir del socialismo democrático, tan alejado del sanchismo, una apuesta
decidida y una defensa cerrada de las libertades públicas, políticas y
económicas, para escapar definitivamente de las ideologías cerradas y
conquistar las abiertas. De otra, los enemigos de la libertad, los antisistema
y la unidad nacional. ¿Y Sánchez? Se revestirá de hombre de Estado, dialogante
e incluso patriota, en peroratas dialécticas tan vacías como inconsistentes, y
de tan corta duración como la soflama que las contiene. Llegó el otoño a España
y le seguirá un largo y frío invierno. Ojalá, pronto llegue de nuevo la
primavera.