Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

lunes, 28 de diciembre de 2020

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

 

LA AZOTEA

 

REFLEXIONES AL FIN DEL AÑO

28 de Diciembre 2020

 

 

 

Pues miren, a mí la salida del Reino Unido de la Unión Europea me produce gran tristeza y preocupación. Tristeza por suponer un nuevo revés al sueño europeo de una Europa sin fronteras, más allá de las Patrias, la moneda y el mercado único. Un fracaso de esa Europa en comunión política, que es tanto como lograr potenciar los valores y principios de una civilización cristiana a la cabeza del progreso y la libertad. Y preocupación porque es un Continente que de nuevo lo agitan no solo desde los nacionalismos reaccionarios, sino también desde los populismos de uno y otro signo. Y si como decía un gran historiador alemán, la historia de Europa es la de una profunda tensión entre hegemonía y equilibrio, la Gran Bretaña de siempre, representaba la del equilibrio.  

La democracia inglesa es espejo del mundo occidental por ser capaz de integrar tradición y modernidad en un sistema avanzado de poderes y contrapoderes surgidos de una base popular, de una sociedad capaz de valorar sus instituciones como tesoro, en un proceso histórico gradual e ininterrumpido de Razón al servicio de la libertad. Ha sido y sigue siendo cuna y modelo del parlamentarismo que sostiene la democracia en su camino triunfante desde el oscurantismo absolutista. Su ejemplar y envidiable parlamentarismo nació definitivamente tras las revoluciones de 1640 y 1688, aunque no desde luego la democracia representativa que necesitaba el pensamiento fértil de autores como Espinosa, Locke y Montesquieu. Pero también la Declaración de Independencia norteamericana de 1776 o la Revolución francesa de 1789 y su esencial Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Ni siquiera ha necesitado un Texto escrito a modo de Constitución para lograr ese modelo único de democracia parlamentaria y representativa que Europa ha perdido por la torpeza de sus ineficaces Instituciones.

Ahora Europa especula sobre la base hasta emocional de sus valores y acepta principios importados de la nada para precipitarla hacia el vacío de la insignificancia entre los gigantes norteamericano y chino. Aquél cada vez más replegado sobre sí mismo, en renuncia parece que definitiva a comandar la lucha incluso armada contra los totalitarismos. China, cada vez más pujante e influyente en el otro medio mundo que pone rendido a los pies de una economía arrolladora, sin respeto alguno a los derechos humanos; en síntesis, casi perfecta, diabólica, inquietante y criminal de capitalismo brutal y comunismo totalitario.

No podía 2020 finalizar con peores augurios que si no parecen muy halagüeños para Europa en conjunto, para España son de catástrofe desasosegante. Aquí reina no la Monarquía Borbónica sino una especie de República coronada dende rige el caos político y el autoritarismo institucional a manos de una banda de cantamañanas, capitaneados por un presumido ignorante y sicópata del poder, intelectualmente guiado por un anticuado estalinista trufado de chavismo casposo y miserable. Donde sorprendentemente y causando estupor en el Occidente civilizado, se intenta derribar la Jefatura del Estado desde el Gobierno de ese mismo Estado, queriendo poner fin a la figura ejemplar de Felipe VI y la Dinastía Borbónica iniciada por su antecesor ordinal Felipe V. Donde el parlamentarismo representativo ha sido reducido a su mínima expresión, con el aluvión de Decretos Leyes, casi cien desde que llegó el progresismo reaccionario. Y un innecesario e inexplicado Estado de Alarma llevado hasta Mayo de 2021 como forma de silenciar el País agobiado y asustado por una pandemia exterminadora, mientras se intenta asaltar el Poder judicial y el Tribunal Constitucional para ponerlos al servicio de una causa autoritaria y dictatorial.

Acabe ya 2020 y confianza en que 2021 sea más favorable a la terminación de la pandemia asesina; aleje la pobreza que parece planear sobre nuestra Nación y evite que la manada gobernante logre la deseada y envidiada por el sanchismo, unidad de poder y separación de funciones que hizo posible la supervivencia del franquismo durante cuarenta años. Pues eso.

      

   

 

 

miércoles, 23 de diciembre de 2020

la opinión de Julián Delgado

 

Artículo que será publicado por el Diario ULTIMA HORA de Palma de Mallorca, el sábado día 26 de Diciembre

 

A VUELTAS CON LOS SABLES

Julián Delgado. Escritor

 

Las cartas de los militares en las que se critica al Gobierno han sido un error. Es cierto que los firmantes han recuperado los derechos y libertades que voluntariamente renunciaron a su ingreso en la Milicia y, por lo tanto, están amparados por el derecho a la libertad de expresión como cualquier otro ciudadano. También que pretenden defender la Constitución y alertan de los peligros que le acechan. Pero, aunque la ley no les prohíbe tampoco el uso de la marca institucional, lo cierto es que deberían saber que iban a producir un quebranto a la imagen de las FAS y a su neutralidad política, que algunos estarían dispuestos a interpretar que los militares lo que quieren tutelar la nación.

En cuanto al contenido, es verdad que sus críticas las comparten muchos, que España corre peligro de dejar de ser un proyecto de vida en común y que el Gobierno se ha aliado con partidos que tienen ese objetivo como meta declarada, ejerce con ellos el seguidismo y horada, así, el sistema político. También lo es que juraron defender la soberanía, la integridad territorial y el orden constitucional. Ahora bien, al dirigirse al Rey, que solo es el jefe simbólico de las Fuerzas Armadas, puentean a sus jefes que la ley determina: el presidente del Gobierno y el ministro de Defensa. Por lo tanto, si algún día tuvieran que intervenir las FAS por alguna de estas razones, no sería nunca porque se lo ordenara el Rey sino porque lo decidiera el Gobierno. Así que el camino correcto de un militar retirado para participar en política es el que tiene todo ciudadano: partidos, sindicatos, foros, etc.

Tienen también razón quienes afirman que en ningún país serio no se les puede ocurrir a los militares hacer algo semejante. Pero, a la vez, se debe añadir que en ninguna democracia conocida, desde el Gobierno se ultraja y humilla al Jefe del Estado equiparándolo a los narcotraficantes ni se le organizan caceroladas, ni se injuria y amedrenta a la Justicia y se legisla para controlarla, ni se excluye el idioma de la nación en parte de su territorio, ni la TV pública adoctrina el pensamiento único y moral única, ni los partidos que apoyan al Gobierno homenajean a los terroristas. Es más, estos partidos estarían ilegalizados.

martes, 15 de diciembre de 2020

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

 

LA AZOTEA

 

EL PANORAMA

15 de Diciembre 2020

 

 

Decía Ortega que una nueva España solo sería posible cuando resultaran unidos los términos democracia y competencia. Pues vamos bien cien años después. La democracia empieza a desdibujarse entre la demagogia, el populismo y el formalismo engañoso más propio de la Restauración. Se tambalea al encontrarse en manos de sus enemigos que, además, son profundamente incompetentes y en gran parte ignorantes. Y España como Nación, más que nunca discutida y discutible como decía ZP, aquel peligroso y penoso bufón de Estado. Ya incluso se habla de la cercanía de una España República de repúblicas.  

Aquí, a velocidad de vértigo se va eximiendo al individuo de responsabilidad en la medida que va siendo asumida por el Estado. De manera que a no mucho tardar nos irán privando de responsabilidad, en la misma medida y acompasadamente que de libertad. Habrá que ir olvidando el Poder como liderazgo de una unidad social estructurada políticamente, y de la Libertad política como actividad participativa en la vida del Estado. Aquí, en potitos ideológicos van introduciendo la idea de que es el Estado el que crea orden y no el que lo garantiza; el que crea y concede la Libertad, no el que la protege.

El sanchismocomunismo que nos transforma, extrae la soberanía nacional que reside en el pueblo español – en términos estrictamente constitucionales- para embarcarla en una evanescente utopía que no pasa de movimiento expropiatorio de unos pocos sobre lo que es de muchos. Es la democracia secuestrada por activistas audaces que buscan la emoción en momentos críticos, en momentos de excepcionalidad. Por eso inventan nuevas reglas de juego y avanzan buscando solo el resultado final que para uno será la conquista del Estado y para el otro la permanencia en el Poder del Estado mismo. Para ambos, desapareció la dialéctica hegeliana entre razón y libertad; solo buscan hacer normal, incluso necesaria, una democracia puramente formal de un pueblo dirigido, dependiente, a quien como decía Rousseau, la libertad constituya alimento nutritivo de difícil digestión.

La Constitución, no siempre respetada desde su entrada en vigor – ahí tienen el lodazal andaluz perpetuado casi cuarenta años e impune siempre – es indisimuladamente ridiculizada, vituperada e incumplida con descaro. Y claro, ni los valores superiores de libertad, justicia, igualdad y pluralismo se respetan, ni por supuesto la forma política del Estado como Monarquía parlamentaria, dispuestos a consentir y mantener. Ni tampoco, de ninguna manera, la indisoluble unidad de la Nación. Por eso, a Felipe VI le pararon el reloj de su tiempo de reinado. La feroz campaña no es contra la desordenada y reprobable vida privada de su Padre que también - olvidando su gigantesco éxito político como motor de la denostada Transición - sino contra el actual titular de la Corona y su Jefatura del Estado.  

Pero ese gigantesco y dramático cambio que se percibe en la cercanía no sería posible sin un Poder judicial dócil a la ideología dominante. Poder, sensible al polvo del camino en las puñetas, que decía aquél ilustre e innombrable Magistrado. Y para ello habrá de cambiarse el sistema de selección; la Fiscalía General del Estado acercarla aún más al Gobierno y a los Partidos que lo sustentan. El Código penal, más bizcochable a los golpistas; modificando la Ley de Enjuiciamiento Criminal, hasta que no parezca lo que debe. La LO del Poder Judicial, hasta dejar cerrado y olvidado definitivamente el cristalino artículo 122 de la Constitución y más en concreto su número 3. Y qué decir del Tribunal Constitucional, interpretando la Constitución y sentenciando con valor de cosa juzgada; pues si resulta peligrosísimo tal como está, habrá de someterse o desaparecer.

Y mientras la Constitución se hace trasto inservible y hasta su nueva redacción, habrá que transformar la educación, preparando nuevas generaciones de dóciles ignorantes al servicio del Poder. Si la creación de un hombre nuevo decía Adler, depende de la creación de una nueva mentalidad a través de la propaganda y la educación de los jóvenes, la clave está en la hegemonía cultural. Así pues, habrá de vigilarse las redes estableciendo la Verdad oficial con un Ministerio que la codifique y sancione su incumplimiento hasta con prisión. Y paralelamente, proteger y financiar una cultura al servicio de la causa, promoviendo la presencia atosigante de intelectuales orgánicos prestos a la loa y la comprensión del declive. ¿Y la burguesía empresarial, creadora de empleo, bienestar y progreso? Pues tendrá que tragar, teniendo presente que al otro lado del diálogo social se sienta una ministrilla podemita de la que se predica su moderación, ya ven.  

Pues el año pronto a terminar presenta un panorama desolador entre la guadaña asesina del coronavirus y la suprema estupidez de un Gobierno asombroso en pleno siglo XXI que causa temor en la Europa democrática y nos aísla internacionalmente. Un frente al Sur que inundará nuestras costas de una masa de migrantes sin rumbo, que asfixiará nuestros servicios sanitarios, sociales y educativos y una perplejidad al Norte, donde las Instituciones europeas paralizadas por la indecisión - ya ven la solución a las rebeldes Polonia y Hungría – desconfían del peligrosísimo Gobierno basura español.

Sin embargo, Europa debe conocer y ocuparse de la realidad nacional, llevando a su Parlamento una y otra vez la España que languidece en manos del sanchismocomunismo. El presidente Sanchez aun tiene la desfachatez de alardear de que su presencia asegura el cumplimiento de la Constitución desde el primero al ultimo de sus artículos. ¿Tambien del número 8? Es lo que hay. Qué horror.      

 

jueves, 10 de diciembre de 2020

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO

 

Artículo que será publicado en el Diario ULTIMA HORA de Palma, el sábado día 12 de diciembre

 

DESPIERTA EL MONSTRUO

Julián Delgado. Escritor

 

La sociedad española está desazonada, la crispación ha roto nuestra convivencia. La gente observa perpleja como los valores que informaron la Transición, l0s de las democracias europeas, el humanismo cristiano y los del Estado social y democrático, se desmoronan y son sustituidos por otros de orientación totalitaria.

Todo empezó con la aparición de Zapatero en la Moncloa. Diseñó una estrategia mirando al pasado claramente reaccionaria, desenterró los viejos odios azuzando el guerracivilismo, destruyó el espíritu de reconciliación que había presidido nuestra convivencia desde el 78, se estigmatizó a la mitad de la sociedad, se alentaron los nacionalismos, y se inició el vaciamiento y destrucción del pacto constitucional.

Han pasado casi dos décadas en las que no se ha cejado en avanzar en esa dirección hasta llegar al Gobierno Frankenstein. Ahora, una vez garantizada la permanencia en el poder con la aprobación del PGE, el monstruo se ha levantado de la mesa de experimentos y se dispone a concluir la obra. Los comunistas nos anuncian su camino imparable a una confederación de Repúblicas de corte revolucionario populista y los separatistas preparan sus respectivos referéndums para cuando llegue el momento. Sánchez bendice todo esto y  a la vez asegura que mientras él esté en la Moncloa se respetará la CE. Pero nadie lo cree: también dijo que jamás pactaría con Podemos y con Bildu. Y ahí están encanados.

La base ya está establecida: La Nación, invertebrada; los símbolos de la identidad nacional, ninguneados; el idioma español, excluido en parte de su territorio; la Corona, erosionada y arrinconada; la Justicia, a punto de ser controlada en su totalidad; los medios de comunicación, salvo excepciones, en sus manos; la derecha, advertida de que no gobernará nunca más; y el pensamiento único garantizado por el Ministerio de la Verdad. Cataluña y Euskai ultiman sus respectivas estructuras de Estado.

El monstruo  someterá a los poderes del Estado, a las instituciones y a la sociedad y acabará por destruir el Estado de Derecho. Y todo sin pasar por los exigentes requisitos que impone la Constitución para este cambio de era con que nos amenazan. Y sin que figurara en sus programas electorales.

viernes, 4 de diciembre de 2020

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

LA AZOTEA

 

LO QUE ESTÁ LLEGANDO

4 de Diciembre 2020

 

 

El paso del utopismo a la ciencia, ni por asomo se lo plantean estos burdos progresistas del sanchismocomunismo. Ellos están en la sangría constitucional y a la vez preparando a las nuevas generaciones para el vaciamiento intelectual de sus aspiraciones. Ahí tienen el barullo hortera de la nueva Ley de Educación, como si el socialismo no hubiera de ser planteado también en esta época en términos de educación integral e investigación científica.

Pero ni siquiera el tosco y vulgar Iglesias ha sido capaz de advertir a su pupilo político Sánchez – el prestigiosos estadista europeo- que la ciencia nacida de una población educada y culta es profundamente revolucionaria porque es creadora, transformadora. No se engendra el cambio directamente por la cultura sino por su aplicación, que es acción, decía hace ciento ocho años Jaime Vera; quizá suene al profesor interino. Pero ellos han empezado primero por la acción, seguramente para acelerar la transformación hacia una sociedad igualitaria, pero bolivariana, inmersa en la pobreza y el desconocimiento. Necesitan la indigencia y la ignorancia para su permanencia en el poder. Una sociedad inculta resulta vulnerable a los asaltos bucaneros del totalitarismo, sostenido entre los quejidos de la dependencia.

Pero no crean que solo deriva la educación y en consecuencia la ciencia. Derivan, así mismo, los principios y los valores de una sociedad hasta ahora, enraizada en el cristianismo como eje civilizador y sustentador del dinamismo occidental en todos sus campos y manifestaciones desde el arte a la literatura, desde la ciencia política al pensamiento, desde la sociología a la acción trascendente. Y en ellos quedó basada la estructura del pensamiento liberal, de la razón ilustrada, de la lógica y el empirismo. Pero la presencia agobiante del sanchismo está ya presente en los más recónditos rincones del sistema, dispuesto a su arrasamiento sistemático y concienzudo.

Decía Fukuyama que toda democracia liberal precisa de un Estado fuerte, unido y que vele por el cumplimiento de la Ley; y de una sociedad fuerte y cohesionada, capaz de pedir cuentas al Estado. Pero es, que la banda sanchistacomunista desprecia el Estado liberal y su Constitución que culmina doscientos ocho años de gloriosa Historia constitucional iniciada en Cádiz. Y se dicen demócratas, sí, pero de democracia popular. De un Estado populista que prevalece sobre una sociedad sometida, dirigida por una elite de iluminados. Por eso horadan el sistema, atrofiando sus Instituciones hasta hacerlo diferente y adaptado al objetivo de implantación de una democracia popular o hasta donde puedan llegar, que no duden porque no será poco.

Miren, la democracia restablecida por la Constitución de 1978 está en decadencia acelerada, casi en precolapso, y ya hasta alguno de los muchos ansones que alimentaban el optimismo estéril, observan como cada día se degrada su hermoso catálogo de derechos y libertades. El fallido golpe de Estado de febrero de 1981 fue ejemplo de como la fortaleza de un Estado democrático y unido puede en poco más de dos años de rodaje, fulminar un putsch estúpido y rudo, sin causa. Pero 39 años después, se produce otro fallido, por ahora, golpe de Estado secesionista en Cataluña y sus protagonistas juzgados y condenados, van a ser indultados por sus cómplices instalados en el Gobierno de la Nación, en una suerte de golpismo encubierto y políticamente letal. Pero en Cataluña se ha venido preparando el terreno directo para la independencia durante esos años, a través de la escuela, la Universidad, los medios de comunicación, el empresariado cómplice, la burguesía desnortada, los pulpitos desbocados. Y volverán a intentarlo en cuanto salgan. Y ya casi madura, la sedición también en el País Vasco. Y ya veremos si no germinó el ejemplo en otros territorios de la otrora Nación española.

Y no lo tendrán difícil porque resultará impune y las bases ya se establecen a marcha acelerada; el derribo está servido aprovechando la tragedia del Covid19. A la Constitución se le insulta y desprecia con frecuencia muy preocupante. Al Rey se humilla, incluso exigiéndole conducta determinada o con acompañamiento ridículo en presuntos viajes de Estado. El Poder judicial a punto de ser asaltado con jueces sensibles a la causa y su Órgano de Gobierno paralizado mientras no entre por el aro de lo políticamente necesario. El español, camino de ser eliminado como lengua oficial del Estado; la televisión pública en sesiones inacabables de adoctrinamiento progresista con descaro que ni Arias Salgado hubiese osado. Claro, el Parlamento goza de mayoría anticonstitucionalista, antidemocrática, antisistema y contraria a los intereses nacionales, apoyada por algunos tontos útiles de libro. Pues se avecina oleada irresistible de pensamiento único, de moral única o más bien de amoralidad maquiavelista, de la mano de un Estado intervencionista e irrespetuoso con las libertades individuales y colectivas. Y la derecha, pues en el diálogo de sordos. Pues eso.