La AZOTEA
EN EL DÍA DE REFLEXIÓN
30 de Noviembre 2018
Escribo
estos párrafos la víspera de dar comienzo los preparativos de una nueva
Legislatura en la Andalucía donde quizá parezca solo existió un único mandato
parlamentario de casi cuarenta años de duración. A escasos días de la Navidad,
esa gran fiesta de la cristiandad donde en gran parte de sus ciudades ya no es
posible exhibir simbología de su origen y contenido religioso, se preparan las
urnas para la elección de un nuevo periodo de gobernación sociopopulistaperonista.
Y asumo, por supuesto que, el previsible resultado, es manifestación de una
voluntad popular generalizada. Y ese es precisamente el problema/lamento que,
mayoritariamente el gentío, acepte ser gobernado en la democracia de la
libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político que tantas
posibilidades admite, precisamente por aquel modelo más contrario a sus propios
intereses. Y me refiero claro está, no a los que este opinador pueda definir,
sino a los que conllevan el avance social; la existencia de ciudadanos educados
y amantes de la libertad y la democracia, orgullosos de sus instituciones y de
la patria española o deseosos de avance y progreso económico.
Andalucía
quizá contiene los rasgos mas sobresalientes para el análisis de la sociología
política: la degeneración cíclica de los sistemas políticos ya descrita en la República platónica; la socialización de
la corrupción, impune hasta el momento y electoralmente neutra; la adaptación
al poder global; la dependencia subsidiada del Estado intervencionista; la
destrucción o huida de las élites; el adelgazamiento progresivo de las clases
medias, garantía de estabilidad social; la fuga de la inteligencia y la
presencia masiva, pegadiza y estúpida de una intelectualidad de mercadillo, expandida
por una reaccionaria tv pública; el estancamiento económico relativo o el
esencial fracaso educativo como impulsor del populismo falsamente democrático.
De
manera que poco cambio se espera. Bueno, quizá alguno, pero seguramente a peor.
El acuerdo entre la involución comunista, liderada por la moderna Teresa
Ibárruri, con la peronista Susana, puede resultar explosivo y venezolano en sus
parecidos resultados. Es decir, autoritarismo, populismo, estancamiento
económico y social, intervencionismo y limitación sin tregua de la libertad
individual y colectiva. Eso hace que muchos hemos de preferir el peronismo
humano e inútil de Susana al salvajismo ideológico prehistórico del comunismo
podemita. Cuatro años de esta mezcla perversa serían mucho peores que cuarenta
de corrupto socialismo andaluz.
Pero
ya me dirán, si Susana, maestra con oficio de demagogia imparable, tiene el
descaro de proclamar que VOX es un peligro para la democracia cuales puedan ser
los vectores de unas elecciones viciadas ya en su origen. Miren, estos comicios
son imprescindibles para la existencia de una democracia, al menos formal;
condición indispensable, pero en modo alguno suficiente. La democracia, es más,
mucho más que unas elecciones, al suponer todo un sistema, un modo superior de
convivencia civilizada y avance social y desde luego de respeto al orden
constitucional establecido. ¿Cómo y porqué puede hacer la descalificación de un
partido recién nacido que no tocó poder? ¿Acaso por lo que propugna, en gran
parte coincidente con millones de españoles? ¿Es antidemocrático reconocer el
fracaso del sistema autonómico, por el desvarío económico y de desigualdad
inconstitucional en que derivó? ¿Es fascista o xenófobo exigir una inmigración
controlada por la legalidad, que no colapse la sanidad, los servicios sociales
o educativos? ¿Cómo puede apelar a la defensa de la democracia quien pertenece
a un Partido sin brújula, sin principios, que lo mismo pacta con terroristas como
Otegui, formaciones como Bildu/PNV, antisistema como Podemos o golpistas
independentistas catalanes? ¿Acaso este detritus del sistema que llevaron al
SG de su Partido de forma legal pero ilegítima a la Presidencia del Gobierno de
España no constituye un peligro real y ya casi palpable para la democracia?
Andalucía
va a resultar esencial en la consecución de la nación de naciones, propugnada
por Sancheiglesias y su gobierno/basura en el centro del desprestigio europeo e
internacional. La deriva autoritaria, antidemocrática y reaccionaria sostenida
por el golpismo catalán y pronto vasco, así como por el comunismo zarrapastroso
podemita, buscan el momento de acabar con la Monarquía constitucional, el
modelo de Estado, empezando por la distribución territorial del poder y los
principios y valores propugnados en el Texto de 1978, borrando cualquier
vestigio de estos últimos ochenta años de nuestra Historia. De manera que estas
elecciones, de resultar adversas para el sanchismo puede retrasar tan perverso
proyecto.
Sobre
Andalucía se cierne no solo la sombra negra y amenazante de una alianza del viejo
socialismo corrupto pero conocido y seguramente reconducible, con un comunismo
crecido, populista, autoritario, liberticida, anticonstitucional y antisistema. También sobre Andalucía avanza la amenaza real de un bandolerismo desbocado de las
mafias de la droga operantes alrededor de Gibraltar, cada vez más violentas y
asesinas que pueden acabar con el paraíso del turismo y el desarrollo económico
y social, empeorando aún más los desgraciados parámetros comparativos. Y sin olvidar que sobre
Andalucía se cierne una oleada de inmigración masiva y descontrolada de decenas
de miles de seres humanos que colapsan instalaciones imposibles, servicios
sociales, educativos, sanitarios y policiales y cuyas consecuencias están por contemplar a
medio plazo, sobre todo si se continua no en el rescate humanitario sino más en
su búsqueda y traslado, ya casi desde las costas de Marruecos. Así pues, mucho por
reflexionar antes de depositar el voto. También muchas dictaduras provienen de
elecciones más o menos libres. Pero la suerte o desgracia, está echada.