Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

miércoles, 30 de septiembre de 2015

La Opinión de Javier Pipó


 

La Azotea de Javier Pipó

LA BARRETINA NACIONAL

 

A mí desde luego para nada me impresionó el resultado. Era de esperar y quizá quedó corto para la dimensión que había tomado la sedición, preparada concienzudamente durante los últimos treinta años, alentada por instituciones ajenas al ordenamiento jurídico y apoyada por el buenismo ideológico que está devastando el tejido esencial de la inteligencia nacional.

Resulta patético el recuento que del resultado realiza buena parte de la clase política, de los creadores de opinión y medios de comunicación, ante la ausencia demoledora de la intelectualidad española que asiste impertérrita al desmoronamiento de un sistema otrora brillante y vanguardista pero que ante el panorama ruin y desolador que se adivina, de nuevo parece preparar las maletas para la huida. Como el dinero temeroso saliendo despavorido hacia refugios de estabilidad, seguridad jurídica y libertad creativa. O el que dejó de entrar y desvía su inversión hacia mercados más seguros y prometedores.

Y aquí estamos, nuevamente empantanados y a la espera del incierto y temeroso diciembre, en una inmensa ciénaga de corrupción e inmoralidad, sin saber como salir de ella pero manteniendo fresco el recuerdo de cuando entramos felices y nos sumergimos contentos, entonando himnos de utopía tan falsos como adormecedores. Ahora parece que la salvación radica en agarrarse a la cifra mágica del 47% de independentistas frente al 53% que dicen no serlo, según quieren hacer creer. Menudo éxito y menudo futuro se dibuja en el horizonte. De manera que no más atrás de ocho años no llegaban al 20% y ahora nos alivia el 47. Claro, porque se desdibujó la tenue línea divisoria entre nacionalismo y separatismo, de tal manera que aquéllos resultan ser independentistas, como nunca ocultaron.  

Miren, decía Renan que una agregación de hombres crea una conciencia moral que se denomina Nación. Parece resultar evidente, aquí tenemos más de una conciencia moral. Y nadie parece creer como es el nacionalismo el que engendra naciones, no a la inversa, tal como nos enseña la historia norteamericana, italiana, alemana o la francesa. Pero aquí son justamente los nacionalismos los que obstaculizan desde hace más de cien años la creación y consolidación de la nación española. Y lo vivimos y sufrimos hasta el aburrimiento con el nacionalismo catalán e intermitentemente hasta la explosión final lo veremos con el nacionalismo vasco. Podemos continuar con la especulación de entretenimiento, pero el dogmatismo nacionalista, como el religioso, ha sido y seguirá siendo la ideología que sostiene el proyecto político de una nación, para constituirse en Estado. O para destruirlo.   

Resulta insostenible que un bufón impresentable, perteneciente a una chusma incendiaria a la que hace tiempo debió aplicarse la Ley de Partidos, se presente ante la Nación constituida en Cortes, se mofe de los parlamentarios que permanecen indignamente silentes y rompa la Constitución en símbolo inequívoco de ciscarse en ella y no pasa nada. Es insostenible que el representante ordinario y constitucional del Estado en Cataluña se autoimpute de varios delitos de lesa traición de forma chulesca y camorrista y cuando un año después la Justicia intenta citarlo, se declare en “rebeldía democrática” y continúe como candidato en las elecciones golpistas que cobardemente no encabeza. Pero claro, ahí está el ejemplar Padrino Pujol y su famiglia en impune libertad y no pasa nada. Pero algo debe pasar para impedir que esta clase política trincona, desvergonzada e ignorante nos hunda en el abismo del regreso a la pobreza y la desesperación.

El intento de salvación, para evitar la debacle que parece inevitable, pasa sin duda – tal como vengo defendiendo desde hace años – por una reforma que consolide la forma federal simétrica y cooperativa del Estado, manteniendo la monarquía como única marca unificadora de la identidad nacional y estableciendo un nuevo Senado representante de los entes federados, de los territorios. Que clarifique y defina las competencias del Estado y de aquellos entes, identificando cada uno de ellos y derogando el nefasto artículo 150,2. Restableciendo el Recurso previo de inconstitucionalidad. Constitucionalizando las bases del sistema de financiación, del régimen electoral, del Sistema Nacional de Salud y la igualdad esencial de derechos y obligaciones de los ciudadanos en todo el territorio nacional. Respetando la unidad de mercado y acabando con el caos normativo tributario de los diversos territorios. Reduciendo el número de municipios, potenciando su autonomía y suprimiendo las Diputaciones. Despolitizando la Justicia y simplificando la propia reforma de la Constitución. Todo un programa reformista, mejorable sin duda pero necesario que debió abordarse en la legislatura Rajoy, empleando el procedimiento agravado del artículo 168. Pero no se hizo y ya veremos la chapuza regresiva que pueda llegar con la urgencia del caos político que se avecina.

Esta hora clave de la Historia de España necesita estadistas. Hombres y mujeres preparados, patriotas, generosos, con visión de futuro que trabajen por dejar expedito el tejido nacional durante al menos, cuarenta años, para abordar el desafío de mantener la libertad y procurar el bienestar de un pueblo desorientado y balaguero, pero vitalista e imaginativo, hundido en nueva crisis histórica.

Tenemos políticos honestos y de inmensa valía. Pero ya ven, al frente de la socialdemocracia figura un hombre con tanta ambición como falta de temple, preparación y visión de futuro, incapaz en su caso, de contribuir con el hermoso legado recibido a luchar y defender el sistema de instituciones y libertades que circulan por el occidente próspero y desarrollado. Es hombre de pura imagen y discurso vacío, de pocas, inútiles o perniciosas ideas. Quiere imitar la figura señera de F. González pero no pasa del contorno de ZP. Y en lado del liberalismo conservador, Rajoy resulta un contrapunto desesperante, con falta de brío imaginativo, rodeado de equipos donde abundaron los corruptos y los fríos contables, insensibles y desconectados de la realidad sociológica y política. A veces también de la histórica. No fueron capaces de iniciar ni tan siquiera la necesaria regeneración. Solo centrados en la salvación económica cuando ello no garantiza para nada un pueblo más protagonista de su destino, más consciente de sus responsabilidades, más solidario, más inmerso en el sistema democrático. Ahí está el ejemplo de Navarra o de Gerona, digno de estudio y reflexión.

Quizá avance una nueva clase política moderada y libre, sin ataduras de pasado o de pesados legados ideológicos, de quien cabe esperar el inicio de una nueva etapa y donde poner la esperanza. Pero no hay tiempo, solo el justo para reflexionar sobre la tragedia que puede representar una involución iniciada con el nuevo año. No se si queda tiempo para arrancar la barretina tan calada, que ciega nuestros ojos.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Otras Opiniones. Julián Delgado


Artículo que el Diario “Última Hora” de Mallorca, publicará el próximo sábado día 26

Elecciones contaminadas

Julián Delgado

En Cataluña se ha instaurado una democracia totalitaria, también llamada fascismo postmoderno. Es a la que se refiere J. Talmon (1916-1980), en la que se prioriza la figura del colectivo por encima de las libertades individuales; aquella en que la fuerza  hegemónica se comporta como partido único, la que impone su ideología y modelo de sociedad, a los que los ciudadanos se deben amoldar si no quieren verse discriminados. Los que se oponen a asumir los estereotipos identitarios son considerados traidores,  fascistas y deben ser desposeídos de sus derechos ciudadanos. Han convertido la información en propaganda, controlan los medios de comunicación públicos y privados, sometidos a una vergonzosa servidumbre voluntaria, en los que no cabe el disentimiento y se ridiculiza al disidente. De ellos se sirven para la creación de mitos y la exaltación nacionalista. Convierten los actos institucionales en jornadas partidistas, recurren a los movimientos de masas porque su fervor patriótico amedrenta a los enemigos e hipnotiza a los leales, les llena de euforia, les transforma en protagonistas de la historia. Se apropian de las instituciones y abducen incluso a jueces, que lo mismo les redactan una Constitución en sus ratos libres que miran hacia otro lado y no cuestionan el uso que se hace del dinero público.       

Pretenden construir un nuevo Estado basado en la exclusión y el resentimiento, rompiendo la convivencia: dividen a la sociedad en buenos y malos; alegan falta de libertad y asfixia económica cuando gozan de un autogobierno como jamás disfrutaron, sin parangón en Europa, y cuando viven el periodo de mayor progreso de su historia.  

El resultado de vivir bajo el yugo del discurso único, del dogma y de la consigna es la adhesión, el sometimiento y el miedo. Parte de los catalanes viven atemorizados, con miedo a emitir sus opiniones en público, a no poner la estelada en el balcón,  a negarse a ocupar su sitio en la formación de la Diagonal, a pedir la escolarización de su hijo en castellano… 

Ante este abuso de poder, ante las coacciones de un Gobierno que ha instaurado el odio y el miedo como herramienta política, el resultado de las elecciones de mañana estará viciado de raíz.   

 

miércoles, 23 de septiembre de 2015

La Opinión de Javier Pipó


 

La Azotea de Javier Pipó

DE LOBOS Y PRECIPICIO

 

Dice el proverbio, “al frente el precipicio, los lobos a la espalda”. Algo así como entre la espada y la pared. Y quizá sea la sensación que muchos tenemos de la situación borde a la que se enfrenta la Nación española a cuatro días de las elecciones golpistas de Cataluña y a poco menos de noventa de las decisivas generales de diciembre.

Y puede que alguien o muchos, consideren exagerada la apreciación, pues ni las elecciones catalanas – dirán – van a suponer cambio alguno del mapa constitucional, Cataluña es pueblo sensato y las elecciones no pasan de autonómicas, ni de las generales puede derivarse cambio de rumbo económico o social significativo, aunque se traspase el poder a la izquierda radicalizada, aliada de la que ya estaba suficiente y poniendo en última instancia a Grecia como ejemplo.

Pues fíjense, precisamente al dirigir los ojos hacia el país heleno es cuando las alarmas no paran de sonar con estridencia. La nueva victoria de los radicales - casi igual su carácter o no de arrolladora - estaba cantada, como su alianza con el extraño partido de derecha extrema “Griegos Independientes” del enigmático y bon vivant Kammenos, que con menos del 4% de los votos logra que el comunista Tsripas logre la mayoría absoluta sin traspasar el 40% de los sufragios. También indiferente resulta, si es el sistema el que les facilita alcanzar esa mayoría al regalar nada menos que cuarenta escaños que no les otorgó el votante. El sistema se los da y contra el sistema se reúnen en pública alianza. Pero ya ven, el nuevo rescate rondará los 240.000 millones y las garantías se desdibujan velozmente y comienza a oírse voces diciendo que la deuda imposible hay que volver a rebajarla o no pagarla. Es decir, transformarla en ilegítima. Y en todas estas maniobras el desempleo ya está en el 26% y la economía reducida en un 25%. Pero este festín de un sistema al que se dejó crecer el cáncer de la corrupción en manos de salvapatrias, hizo un pueblo indolente creído en sus derechos inmutables con cargo a un Estado en bancarrota perenne, que deben financiar los demás europeos. Y además, esperando el resultado de las elecciones en España para formar un eje de homogeneidad ideológica que ponga en el Estado autoritario y total, la medida de todas las cosas y en lo colectivo, el objeto de todas las políticas. Y que transforme Europa en lo que no es y nunca se concibió. Es el comunismo populista y reaccionario que vuelve con la fuerza arrolladora que le proporciona la debilidad e incoherencia de las democracias tolerantes con quien quiere destruirlas y el impulso de los nuevos poetas que con facilidad movilizan a los pueblos. A los pueblos los mueven los poetas decía José Antonio, no Labordeta, sino Primo de Rivera.

Ahí tienen el ejemplo del poeta Mas, paradigma de quien desde la desnudez de principios cívicos, desde la estulticia de planteamientos, desde la ausencia de lealtad constitucional y respeto a las reglas de convivencia democrática, desde la traición al Estado al que representa, ha logrado en tiempo récord embaucar a su pueblo con un discurso emocional y diferente pero radicalmente efectivo. Es verdad que ya traía un largo trecho construido contra la Historia y hundido en la corrupción pestilente de la dinastía Pujol o de los tenebrosos tripartitos. Pero a pesar de ello y con la indiferencia que asusta de un pueblo ante el abismo que se divisa, ha logrado desconcertar al gobierno de un Estado consolidado, antiguo y arraigado. Es verdad, a este y a los anteriores, desde que entró en vigor una hermosa Constitución con agujeros negros siderales, incapaz de mantener la integridad de la Nación, objeto de su razón de ser. A cuatro días y el Gobierno, que no contaría con la oposición torpemente liderada por el inefable Zapasanchez cualquiera que fuera la decisión a adoptar, desconoce si sería eficaz algún plan mínimamente coherente, para el supuesto de una declaración unilateral de secesión. Ni tan siquiera se le conoce alguno y si lo tiene sería igual porque carecería de valor para ejecutarlo. De manera que la importante batería de instrumentos sacados del articulado del propio texto constitucional resultan innombrables y en consecuencia inútiles. Al fin y al cabo la Constitución se incumple con desfachatez y se está de acuerdo en que gran parte de su articulado es letra muerta. Y de nada sirve ya enumerarlos. Y claro, el debate termina en días postreros solo en reproches a cara de perro y en contenidos que avergüenzan la propia filosofía política de los Estados democráticos europeos. Al final este Gobierno, ignorando su grave responsabilidad histórica solo propone como solución una reforma del TC que posiblemente se la invalide el propio Tribunal Constitucional. De manera que llegaremos al abismo hostigados por los lobos del nacionalismo que pastorea su ilustre traidor y poeta.

Y con estos planteamientos encararemos las elecciones generales de Navidad, donde otro poeta de la coleta al viento del declive nacional, procura limar las asperezas de su discurso profundamente reaccionario, para conducirnos al abismo o colaborar en el hundimiento acelerado de la otrora importante Nación española. Y para ello contará con la inestimable comprensión y ayuda de un aprendiz de estadista peligroso e inútil donde los haya, capaz de poner lo que quede de España y su dignidad en almoneda con tal de alcanzar la Presidencia. Ya me dirán si sirvió el esfuerzo por evitar la pobreza y el desprestigio internacional que a la vista nos puso ZP. Con sus mimbres se hizo el cesto de Sánchez que lo llevaremos al cuello cuando por el abismo caigamos con vértigo, pero cantando las alegres canciones de vino y rosas, junto a nuestros colegas griegos y perseguidos hasta el final por los lobos de la estupidez colectiva. Pero eso sí, con los libros de contabilidad en regla y al día.                

sábado, 19 de septiembre de 2015

La Opinión de Javier Pipó

 
La Azotea de Javier Pipó
EN EL UMBRAL DEL OTOÑO
19 de septiembre 2015

Menudo fin de verano y comienzo de triste otoño se nos presenta a los ciudadanos de esta celtiberia show que tan divinamente describiría el maestro Carandell. Ya ven, se amontonan en el mes tres hechos singulares y un apéndice que sirven de pórtico y quizá condicionante de las elecciones generales de Navidad. con las que se despide la Legislatura de los contables.

Mañana, las elecciones griegas que suponen el rigodón de un pueblo desnortado que con necedad llegó a creer en el cuento de la mancha de mora que con mora se quita. Un pueblo al que solo hablaron de derechos porque las obligaciones eran a cargo del Estado. Menudo fraude avalado por agitadores internacionales que pretenden acabar con lo que queda de la vieja y soñadora Europa, dividiéndola entre el austero y próspero luteranismo/calvinismo del norte y el decreído y alborotado sur. Es la pretensión de la bocanada de autoritarismo reaccionario, iniciada por la extrema izquierda radical de Syriza hermanada con Podemos, apoyada por la extrema derecha y comprendida por ahora, por el nuevo y espero efímero laborismo británico. De prosperar y no resulta descabellada la especulación, junto a la temida y posible huída del Reino Unido, supondría el fin acelerado de la Europa que aun cree, dentro de su declive, poder mantener la antorcha del progreso y la libertad.

Y el hecho que no cesa ni cesará por ahora, salvo que intervengan los norteamericanos, es el asalto de lo que serán millones de migrantes que empujados por las hordas criminales del islamismo radical, ganarán la guerra de la ocupación del espacio europeo sin necesidad de enfrentamientos en el campo de batalla. Mientras, la ola de buenismo solidario que sin saber como resolver la situación, da la bienvenida con creciente entusiasmo a lo que a no mucho tardar y conforme penetren millones de seres necesitados demandando trabajo, sanidad y educación, es decir dignidad, comenzará la respuesta xenófoba y la agitación. Eso sí, el asalto a Europa pone de manifiesto como la huída desesperada desde los países desarbolados por el fanatismo, se dirige hacia el vértice de la prosperidad y la democracia. Es decir, la Alemania de la nazi Merkel y los centros de decisión de los banqueros de la Troika, de los dictadores del mercado. No parecen atraídos por los países que gozan o gozaron de paraiso comunista, sabedores de la ruina económica que viven y la devastación moral en que aun se debaten. El ejemplo, no precisamente solidario, de las naciones del antiguo telón de acero y de la Rusia gobernada con puño de acero por Putin, antiguo KGB, resulta cuando menos evidente.

Y el próximo domingo las elecciones catalanas, plebiscitarias aunque legalmente lo sean autonómicas. Claro, lo son en función del resultado y de las consecuencias. Por Pujol, sus parientes y discípulos - es decir, los protagonistas de la putrefacción del sistema y aún en libertad - del ultimo acto de un proceso que pretendidamente sea el comienzo de un golpe de Estado anunciado y seguramente televisado. Pero aquí, como decía Machado, se miente más de la cuenta por falta de fantasía, porque también la verdad se inventa. Y es que produce algo más que indignación, sea en la última semana cuando se decida reformar la Ley del TC, como si en Cataluña en treinta años, alguna vez se hubieran cumplido sus Sentencias. Y con esa puesta en escena cuando menos patética, resulta inexplicable, o no, por mucho intento de justificación. Y los empresarios-banqueros y los otros, con explicaciones y amenazas extemporáneas y sospechosas. Como los llamados apoyos de los dirigentes del mundo. Puramente retóricos y menos válidos que la diligente diplomacia de Margallo. Ya no sirve decir que aunque sea con formas manifiestamente mejorables, había que hacerlo y se hizo. Quizá el proceso simplemente se aplace, pero no terminará en tanto en cuanto España siga huyendo de Cataluña. Quizá la densidad y globalidad de los intereses económicos en juego logren lo que no pudo la ilusión de un pueblo, mantener unida la Nación, aunque sea provisionalmente.

Y también en esta entrada del otoño, llevarles a su ánimo que desconozco la ventaja que los andaluces hemos obtenido incorporada Susana a las tareas de gobernanta o por mejor decir de mujer de Estado, tras el descanso maternal felizmente conquistado. Creo no son muy apreciables, salvo para sus nuevos socios los "Ciudadanos". Es verdad que ese aprendiz de brujo o similar llamado Marín o parecido, jefazo de C´s/Andalucía, se sentirá aliviado porque las explicaciones que pueda dar sobre su firme alianza con los socialistas quedaran mucho mas claras si parten de la Presidenta. Es quien le dirige y elabora los criterios. Él no lo tiene demasiado fácil, pues aunque sabe que ya dejó de formar parte del gobierno progresista de su pueblo, lo recuerda como si fuera ayer mismo y la adaptación no es nada brillante. Sostener todo un régimen, con un pasado y un futuro es cosa de mucha responsabilidad y se presta a continuas vacilaciones.

Y fíjense, el matrimonio de feliz conveniencia entre socialistas y C's es mejor sin duda alguna, que la mezcla contra natura con esa amalgama disolvente y liberticida de Podemos. De manera que en este caso Susana actuó como estadista, con visión de futuro y a favor del mantenimiento del sistema. Es verdad, sistema pendiente siempre de regeneración, pero preferible al páramo resultante de un Estado autoritario capaz de reducir a escombros la dignidad humana, la libertad esencial y su capacidad de autodeterminación. Pero bueno, Susana no está para jugar a fabulaciones mas o menos historicistas. Pero sí para en vez de engullirse a Ciudadanos como hizo con los andalucistas o izquierda unida, plante genio ante el melifluo e inútil Zapasanchez y le impida cometer errores irreversibles antes de hundir la socialdemocracia. No le pase como a la paloma de Alberti, se equivocaba, por ir al norte fue al sur, creyó que el trigo era agua.

sábado, 12 de septiembre de 2015

La Opinión de Javier Pipó en La Azotea


La Azotea de Javier Pipó
FRÍO DE INVIERNO

Cualquier cosa menos que la situación no resulta determinante. Vencida la asfixia del verano comienza el estrés emotivo del otoño y veremos si entramos en invierno con lo puesto. No nos faltará de nada para competir por mantener nuestra ilusión ciudadana a tope. Y desde luego para el comentarista sin vocación fabulista, cada día tiene tema a mano con la mera observación de una realidad a veces áspera, cuando no difícil. Siempre, desgraciadamente dramática.

Y digo esto porque de forma inminente viviremos un original golpe de Estado votado masivamente, proveniente de una extraña y bien estructurada gestación de diez años; unas elecciones generales donde no se elegirán parlamentarios que dentro de discrepancias necesarias defiendan un marco social y constitucional no discutido, sino más bien un cambio profundo de modelo respaldado por una nueva Constitución, ya veremos si insertada con el calzador de la intransigencia. Y las consecuencias que están por llegar una vez superada la ola de buenismo solidario que inunda Europa incluyendo España.

La Diada es como el NODO del golpe, llena de fervor patriótico con semejanza progresivamente identificada con la estética distintiva del fascismo o el comunismo. Vean si no esas formaciones geométricas y coloristas desfilando ante el mito, entre cánticos de exaltación nacional a la espera de un futuro prometedor de pueblo libre liderado por una vanguardia de la mejor élite popular. Franco no conseguía mas que unos miles de entusiastas vestidos de blanco en las demostraciones sindicales del Bernabéu, pero sí lo consiguieron los nazifascistas o Domingo Perón y Mao; o el inmortal Castro o el pirado Kin Jong-un y desde luego el amigo gorila de Pablete, el añorado Chávez.

Un poco de miedo sí da porque si la lista por el Sí une ahora comunistas y orondos empresarios del arancel ya veremos cuando la tragedia se materialice, porque faltarán caminos para penitenciar de rodillas hasta Montserrat. Pero esto no hay quien lo pare como no sea la Guardia Civil comandada por Soraya y su equipo de Abogados del Estado. Sí, ya se que Cataluña debate en la ruina sostenida por Montoro y ciertamente habrá que esperar y temer el referéndum británico sobre su permanencia en Europa. Habrá que esperar seguramente el desenlace de la ola invasora de las fronteras europeas, con algunos sirios asignados a Cataluña aunque no sepan catalán. También es cierto que parece abrirse paso – 37 años después- la distinción del art. 2 de la Constitución entre nacionalidad y región. Ahí está F. Glez. separando identidad nacional de nación, que ya es finura. Pero no teman, es imposible se deje impresionar por el “catalanismo” bobo de Zapasanchez e Iceta. Pero bueno, pasaremos un otoño de infarto esperando con preocupación inmensa como el Gobierno de España acaba con la rebelión en ciernes. O la rebelión con el Gobierno. Con éste o con el que se espera, amigo sin duda.

Y esa es la gran cuestión. Lo que pueda ocurrir como resultado de unas elecciones generales de resultados aparentemente cantados. Y además, tras las catalanas. De manera que si no quieres caldo, taza y media. Y el capital comenzó la fuga, ya ven la confianza en la sabiduría popular. Y la prima de riesgo otra vez en las nubes, ya ven la confianza de los acreedores. Y el déficit en su mejor incumplimiento y como consecuencia, la deuda en el más alto nivel desde que se mide, aunque en este caso sin problema porque si los jurados populares determinan que es ilegítima con no pagarla desaparece su peso agobiante. Menos mal. Y si alguien duda del interés de Sanchez por unirse a los comunistas demócratas de Podemos para acabar con Rajoy, desconoce el virus suicida que anida en el intestino y en la vacía cabeza política de este digno sucesor de ZP. Y esperen poco de la posibilidad de C´s apoyando el sostenimiento del sistema e impidiendo su aniquilación por los enemigos de la libertad. Aquí en Andalucía ya alcanzaron la dignidad de palmeros del susanismo. Ya están casi maduros para la herencia.

Y mientras irá en aumento la tragedia humana que representa sucesivas oleadas de seres indefensos buscando salida a la supervivencia, sin más patrimonio que el instinto de conservación. Así ocurrió a lo largo de la historia y solo nos queda el relato de los libros y en consecuencia el conocimiento de su existencia. Pero en la era de la información inmediata, en directo, aguantar como un niño yace cadáver lamido por olas indiferentes, mientras el reportero graba la escena para poder servirla mientras almorzamos cómodamente instalados, resulta insoportable para quien posea un mínimo de sensibilidad y carezca de las criadillas del carnero.

Pero ahora parece como si las conciencias de españoles y europeos a flor de piel, fuesen capaces de construir un mundo de justicia con la sola contemplación de la injusticia, como si el mero voluntarismo fuera capaz de restablecer los equilibrios de un mundo desigual desde siempre. Como si ahora, conocer la realidad de un mundo convulso y feroz, fuera por sí mismo capaz de cambiarlo. Queda mucho por hacer para muchas generaciones, hasta conseguir un giro a la suerte de los seres humanos. Ojalá el avance gigantesco en la lucha contra el hambre, el analfabetismo, la injusticia, el atropello de la dignidad, el respeto a los derechos individuales y colectivos o la incorporación de millones de personas a un mínimo bienestar compatible con la felicidad, continúe su avance como en los últimos doscientos cincuenta años de historia acelerada de progreso humano. Es el afán de dominar la naturaleza y ponerla al servicio de los semejantes.

Pero habrá de superarse el choque emocional que produce asistir al asalto a la Europa del bienestar por un ejército infinito de desarrapados que huyen asustados de la miseria que siempre tuvieron, pero ahora aventada por una guerra furiosa y devastadora, imparable y medieval. La guerra del islamismo ahistórico contra la civilización cristiana y occidental. Es la venganza de un primitivismo resentido en lucha feroz contra quien hace ahora quinientos años lo alejó de las fronteras de un mundo mejor y distinto. Nada resolverá acomodar 160.000 porque empujaran otro millón u otros millones, hasta colapsar la Europa del bienestar que verá trastornado su modelo de vida y su progreso. Será el triunfo del islamismo porque solo una religión monoteista puede prevalecer. Y a la postre la religión como el nacionalismo son capaces de las peores y más sangrientas confrontaciones. Es frío de invierno crudo.

jueves, 10 de septiembre de 2015

La Opinión de Javier Pipó en La Azotea


La Azotea de Javier Pipó

LA CAMPAÑA

En pocas horas la Diada y el comienzo de la campaña para la culminación del golpe de Estado preparado por la banda de patriotas catalanes, capitaneados por Mas y demás discípulos de Pujol, saqueadores profesionales de Cataluña, su historia, riqueza y futuro. Pero no crean que el golpe lo es como todos los que jalonan el pasado. Es decir, preparados en la clandestinidad y sorpresivos en la ejecución, para tomar por asalto un poder despreocupado o no suficientemente alerta sobre la flaqueza o debilidad de sus instituciones para resistir el empuje fatal de los sediciosos. No no, aquí viene siendo anunciado a bombo y platillo nada menos que por el representante del Estado al que se pretende golpear y coreado por medios de comunicación apuntados al unísono al pensamiento único del mal llamado soberanismo, que es término algo así como ciudadanía pero más refinado y elegante y desde luego mucho más arrasador.

Aquí el golpe en fase muy avanzada comenzó ahora hace diez años, con el nuevo Estatuto sostenido por el pánfilo ZP a la sazón para vergüenza y ruina de España Presidente de su Gobierno; declarado inconstitucional en su mayor parte cinco años después por un asustado TC, más pendiente del poder intervencionista que de velar, más allá de expulsar del ordenamiento jurídico leyes inconstitucionales, por ser capaz y competente para hacer cumplir sus Sentencias. Y ahora continúa con instituciones casi preparadas para sostener un Estado. Un Estado que ya circula en la opinión internacional, donde será aceptada con más o menos dificultades que las hay, a no mucho tardar,  incluida la Europa de Merkel y Cameron que con pecho insuflado ahora, apoyan al gobierno amigo de Rajoy. Un Estado con muy alto nivel de bienestar, excelente patrimonio cultural y modernísimas infraestructuras, y las que falten las montará la eficaz y excelente ministra Pastor. Es verdad, les falta el ejército como dice el golpista, pero es cuestión de negociarlo porque la financiación es cosa del sabio Montoro.        

Y frente a ello ¿queremos o tenemos algo que oponer? Pues sí, tenemos excelsos dictámenes de la Abogacía del Estado y muchas opiniones contrarias al proceso, mayormente angelicales, incrédulas en cuanto a posibilidad y en consecuencia a su probabilidad, y como mucho pendientes del Ibex y otros bajones contables. Pero alarma por la pérdida emocionada de una egregia Nación, nada. Porque a nadie parece importarle – y menos a los millones de insurgentes - el desmembramiento de la Nación española con la pérdida inicial de Cataluña; la tensión ampliatoria y exigente del resto de “paises catalanes” después; la posterior huída del País Vasco que espera, junto a Navarra y el amanecer de tensiones en Galicia o Canarias como amargo fin de fiesta. Y la ruina del esfuerzo de generaciones de antepasados que lucharon por el bienestar y el progreso colectivo. Aquí no existe lo que pueda ser considerada oposición material que traslade a los insurrectos futuros el ejemplo del reproche vigoroso e inmisericorde  que sin duda debió ser aplicado a los descarados y ya impunes revolucionarios de ahora. Aquí no hay nada. Ya ven, se le ocurre decir al Ministro de Defensa, casi pidiendo perdón que el Ejército constitucional, como el resto de las instituciones, estarán llegado el caso a la altura de las circunstancias y parece como si hubiese zancadilleado a un inmigrante.

Pero quizá exceda el relato porque ya contamos con la Tercera Vía de la que habla más abajo y mejor, mi amigo el brillante Julián Delgado. ¿Y eso que es? Pues una mamarrachada salida de la inane factoría socialista. Verán, ahora resulta que Zapasanchez es “catalanista” y en consecuencia, una reforma federal de la Constitución debe reconocer la “singularidad” de Cataluña. Ahí queda eso para la ciencia política. Y perdiendo sus pocos papeles – si alguna vez tuvo alguno- va y dice que “quienes roban tienen nombre y apellidos y sus patrias en los paraísos fiscales y, esos, están en el Partido de Rajoy”. Un prodigio.

De manera que seguramente la Tercera Vía presentada – lástima ver a F. González entre los asistentes- es el punto intermedio entre lo que Zapaschez denomina el secesionismo de Mas y el inmovilismo de Rajoy. Un lío insignificante, una bobada. Le aconsejo deje de moverse estérilmente de un lado para otro y busque el sosiego con la lectura, al ser posible junto al ínclito Iceta, de las 160 luminosas páginas de “Las cuentas y los cuentos de la Independencia” de ese fascinante político que es Borrell, bañado en el renacimiento florentino, repleto de ideas imprescindibles en una socialdemocracia moderna. Pero una mente prodigiosa como la suya es despreciada por estos cantamañanas de la situación. Pues que siga el proceso.

    

 

 

 

Otras Opiniones. Julián Delgado

Artículo de Julián Delgado que será publicado del próximo sábado, día 12, en el Diario "Última Hora" de Baleares 
 
 ¿Tercera Vía? 
Julián Delgado
 
Solo un inflamado orgullo sectario y su habitual negación al partido conservador de legitimidad para gobernar, que se atribuye en exclusiva, ha podido llevar al líder socialista, Sánchez, a decir, entre otras cosas, que Rajoy es un fraude por haber dejado a España rota en lo social y fracturada en lo territorial. Para soltar ese exabrupto sin ponerse colorado hay que considerar a los españoles memos o amnésicos.
 
Hay que recordarle que fue Zapatero quien cuestionó el concepto de nación y fracturó la sociedad con la revanchista ley de la memoria histórica. Que fue Maragall preso de un ador soberanista sobrevenido, quien se sacó del bolsillo un Estatut que nadie le pidió. Que fue ZP quien le prometió aprobárselo en Madrid, de dónde salió del Congreso hacia el TC, gracias al voto de los socialistas, con buena parte de su texto  inconstitucional. Que fue el TC el que no tuvo otro remedio, pese a las presiones, de cargarse parte del Estatut, tras tres años de vergonzosa espera, después de haber sido votado en referéndum en Cataluña por menos del cincuenta por ciento. Que fue Montilla el que invitó a los independentistas de ER a formar el bochornoso Tripartito, que sacó de las catacumbas a sus socios y obligó a CiU a tomar, también, la deriva soberanista.  
 
Fue de nuevo aquel Gobierno socialista el que pactó una paz improcedente en el País Vasco, que permite hoy a los filoetarras estar al frente de muchas instituciones con la complicidad otra vez culpable del PSOE 
 
Es el mismo Sánchez oportunista, desorientado por su ineptitud, carente de proyecto creíble, el que se posiciona en la equidistancia entre quien defiende a España y el que la pretende desmembrar. Ante el órdago de Mas no cabe más que frenarlo y restituir la normalidad constitucional, no esa Tercera Vía que ahora se saca de la manga el PSOE. Después, es cuando se podrá iniciar un diálogo en busca de soluciones, que no impidan que todos los españoles gocemos de los mismos derechos. La Tercera Vía no es más que otra ocurrencia oportunista de última hora, un refrito entre el cacareado federalismo y la identidad nacional de González, una estratagema más para evitar aliarse con el PP. Ni siquiera para defender la unidad de España.  
 

miércoles, 2 de septiembre de 2015

La Azotea. Opinión de Javier Pipó

La Azotea de Javier Pipó
EN LA CALMA ANDALUZA

El feliz parto de Susana, la Presidenta, está suponiendo un paréntesis en el quehacer político  diario de la vida andaluza, tan necesitada de sosiego productivo. Y digo productivo porque mayormente es Comunidad autónoma condenada al estancamiento moral y económico, aunque sea en términos relativos o comparativos. Y no se trata de sacar a cabalgar nuevamente las teorías tan ciertas como sangrantes de Acemoglu y Robinson, aunque tampoco resultaría sensato arrinconarlas en el trastero de las ideas. Al contrario, seguramente concentradas de forma adecuada deberían ser introducidas en el sistema educativo de las nuevas generaciones.

Un intrascendente pero en alza gerifalte de la cosa, me hacia reflexionar no hace mucho sobre mi empeño en aludir una y otra vez a la corrupción sistémica del régimen andaluz, calificando la tarea de patética porque incluso con poca afición a la información política, se palpa como no es solo Andalucía la azotada por esta pandemia paralizante. Ahí está el régimen catalán en huída destructiva hacia la impunidad o los escándalos de los negros buitres populares. Es verdad, porque el azote de estos mediocres politicastros está resultando letal para la esperanza histórica del constitucionalismo del 78. Pero claro, le respondía, cada cual coloca el dedo crítico y delator donde más le duele o donde encuentra el proceso hacia lo fallido más avanzado. Y para este opinador al que nadie pide opinión, es Andalucía la reina indiscutible del saqueo sistemático del Estado.

Miren, aún quedan ingenuos en la derecha y en la izquierda, menos en esta desde luego, fieles creyentes en la regeneración del sistema ya tan longevo como el franquismo, impulsada por la mano alegre, desenvuelta y fútil de Susana. Imposible. Es imposible desde cualquier punto de vista, a pesar de la aparente disposición de la joven y fogosa política trianera. Y ella lo sabe mejor que nadie, aunque haga gestos y pronuncie discursos más o menos seductores desde el púlpito inaccesible de su poderío. Cumplirá fielmente el papel histórico de transmitir el legado recibido de sus mayores a los retoños del nuevo socialismo rampante, cada vez más alejados de la herencia de Suresnes y más apegados al botín continuamente renovado. Se renuevan hasta las muletas. Al principio los desnortados andalucistas que creyeron más en Blas Infante que en la España del anhelo, que ya es fantasía. Luego, los comunistas posibilistas de IU que confiaron más en la revolución pendiente que en la voracidad de los camaradas de la tortilla, que ya es utopía. Y ahora los Ciudadanos nuevos que si creen en algo lo aplazan hasta el nuevo inventario, por si tocan algo del tesoro, que ya es perspicacia. Y así.

Han sido tantos los años de rapiña impune que la red de intereses creados resulta tan compacta como la tejida por Lope de Vega en sus comedias de picaresca. Es decir, se ha creado a lo largo del tiempo un universo de verosimilitud, donde el protagonismo será el de la maraña tejida por demasiados pícaros actuantes que originan enrevesadas tramas, concebidas como episodios o  líos siempre de interés económico, expandidos a modo de círculos concéntricos. Los protagonistas quedan situados en el centro del gran ovillo construido de forma progresiva y en el que van atrapando en una tupida red de engaños, mentiras y tretas a muchos no tan inocentes ciudadanos y a distinguidos personajes, profesionales avispados de la democracia. Una vez alcanzado el punto crítico en la construcción de su apariencia, el protagonista pierde el control, seducido por la vanidad de su engaño y en consecuencia produce - no siempre, dependiendo de la posición de privilegio- una caída fatal y precipitada en la que termina por mostrar su verdadera esencia. Y no crean, porque me quedo con la segunda acepción de pícaro contenida en el Diccionario de autoridades, como individuo astuto, taimado que con arte y disimulación logra lo que desea. La primera de sus acepciones debe corresponder a los tribunales el asignarla.

Y claro, ahora el momento no está para paréntesis porque la Nación o algo así, necesita hasta la redefinición, mucho más que un informe de la Abogacía del Estado. Pero aquí todo se improvisa hasta el ridículo, como esa modificación pretendida del ordenamiento jurídico para castigar con multa el presunto desacato del pirómano del que se conoce hasta su talla de pie, unos días antes de que prenda la mecha del incendio nacional.

 Y mientras, los edecanes de Susana, aprovechan el paréntesis de su hermosa maternidad para proclamar a quien quiera escucharles - que son demasiados - la estulticia irrecuperable con la que manejan los peliagudos asuntos públicos de esta Comunidad, formalmente autónoma pero dependiente financieramente de aquéllos territorios interiores o europeos que paguen las fantasías, los manguerazos o las desvergüenzas de estos pícaros de leyenda. Como ese importante tuercebotas que a dos meses de tener que presentar ante el Parlamento unos presupuestos imposibles, inalcanzables e irrealizables de más de treinta mil millones, va y dice el muy perillán que aquí lo que hay que debatir son los presupuestos de Rajoy, los presupuestos de España. Es la calma del pozo sin agua.