Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 23 de agosto de 2018

La Opinión de Julian Delgado

Artículo que será publicado en el Diario “Ultima Hora” de Baleares el próximo sábado día 25 de Agosto                              

Coger el toro por los cuernos
Julian Delgado.Escritor


La gravedad de la situación en Cataluña se hizo patente alrededor del primer aniversario del atentado de Las Ramblas. Los golpistas presos acusaron al Gobierno de España de ser el inductor directo de los atentados a través del CNI, el Rey tuvo que soportar de Torra que le presentara a la mujer de un golpista como si fuera un rehén del Estado, los españoles fuimos injuriados y humillados en la cabeza de nuestro Monarca, el xenófobo arengó a los suyos a luchar como un solo pueblo contra el fascismo y se permitió recordarnos su designio histórico de atacar al Estado español. Por mucho menos ha intervenido presta la fiscalía en otros casos.  

En estos últimos años, los españoles hemos soportado  el desafío a los tribunales, el supremacismo excluyente, los discursos incendiarios, los desplantes, la deslealtad, la falta de escrúpulos, la vileza de los separatistas y su enfermiza manipulación. Pero de quienes han representado al Estado, hemos sufrido la necia colaboración con el procés de Zapatero, la cobardía imperdonable de Rajoy y, hoy, la complicidad interesada de Sánchez.

A Cataluña no le falta autogobierno ni reconocimiento a su identidad ni respeto a su lengua ni padece expolio económico alguno ni la suya es una sociedad oprimida ni España es un Estado autoritario. Por eso, Sánchez, haciéndoles inútiles e injustas concesiones con objeto de apaciguar un totalitarismo fanático, está llamado al fracaso. Su política debilita el Estado, fortalece el independentismo y deja huérfanos a los otros catalanes. El problema real en Cataluña es el grave deterioro de la democracia perpetrado por una clase política que durante años ha estimulado, con patrañas, un nacionalismo xenófobo con componentes totalitarios; una clase política que pretende reescribir la historia e imponer sus ensueños a toda la sociedad.

Ante esta situación, no cabría más que enfrentarse a ella con firmeza y determinación, utilizando todos los recursos que ofrece nuestro Ordenamiento Jurídico, con una política a largo plazo que contrarreste la manipulación secesionista. No lo hará quien se somete a los rupturistas para sancionar a quienes retiran lazos amarillos grupos armados que siembran el terror con amenazantes tijeras.


viernes, 17 de agosto de 2018

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


La AZOTEA 


REFLEXIONES DE VERANO ( y III)




Parece como si hubiera cierto resurgir del nacionalismo netamente español. Y no es para menos si de manera sosegada se contempla la deriva de la situación política, incluso en pleno verano; en verano tan especial no solo en lo climatológico. El sanchismo no cesará su camino hacia una sociedad diferente, distinta, eligiendo como compañeros de camino aquellos que justamente le pueden proporcionar el acierto en el cumplimiento del objetivo propuesto. 

Los comunistas que ahora ocultan su brutal ideología bajo el manto algo menos llamativo de populistas - aunque sin perder el adjetivo casi cómico de progresistas - saben que la conquista del poder hoy, no necesita levantamientos revolucionarios sino infiltración silenciosa en los medios de comunicación, en las escuelas y universidades; creando opinión y formando elites intelectuales, empresariales y dirigentes que sepan movilizar la sociedad y sus cuerpos intermedios. Ni siquiera resulta ya necesaria la claridad golpista  de Indalecio Prieto cuando decía aquello de “ vamos a la conquista del poder, legalmente si puede ser, si no, como podamos”. Eso va de suyo en el socialismo revolucionario, siguiendo al profeta Marx, cuando incitaba a la clase obrera, imponiéndole como primer deber apoderarse del poder político. Pero ahora, aunque el enemigo sigue siendo el capitalismo, saben que la democracia burguesa no desembocará en socialismo sin lucha  de clases, sin socialización de los medios de producción y sin apoderarse o ocupar los otros medios de agitación y propaganda. Por eso la desprecian, resultándoles indiferente la representación parlamentaria y el sistema de partidos. Quieren influencia, hegemonía, el control de la televisión pública, la ocupación indirecta del poder local - el directo les produce rechazo por su radicalidad y estulticia - de los entes administrativos y públicos de producción y distribución. Es decir, un poder paralelo sustentado en una hegemonía cultural asfixiante de pensamiento único. Así, la conquista del poder, del cielo, es cuestión de tiempo, sobre todo contando con aliados tan predispuestos como el sanchismo.

Los socialistas de Sanchez, sostienen como pueden el sistema conquistado, que no es poco. Y lo defienden y en igual medida sostienen a quien les entregó el poder, es decir, el BOE, los Servicios de Informacion, las fuerzas y cuerpos de seguridad, los cientos y miles de puestos remunerados en la Administración directa e indirecta del Estado. Y ello sin necesidad del incierto juego democrático de elecciones. A pulso, diciendo una cosa y la contraria, defendiendo lo utópico y lo imposible, lo necesario y lo obvio. ¿Alguien sería capaz de describir el contenido ideológico de su pensamiento? No existe, salvo breves pero suficientes renglones de maquiavelismo sobre cómo alcanzar y conservar el poder. Y solo cuando crea tener seguridad de poder mantenerlo convocará elecciones, tras haber arrasado el prestigio, el buen nombre y la dignidad de quien puede constituirse en oposición política. Es cierto que su deriva hacia el socialismo no democrático de Iglesias, hace huir a tantos y honrados socialdemócratas que creyeron en la consolidación de un socialismo democrático y europeo que de la mano de Felipe González nació en el Suresnes de la esperanza, que fulminó - por lo visto provisionalmente - a quienes no encontraban diferencia doctrinal entre PSOE y PCE, solo de táctica y procedimiento. De manera que el ya descarado Sancheiglesias no solo llegó al poder aupado por el comunismo bolivariano, populista, casposo y antisistema de Podemos sino que lo necesita para mantenerse en él, obligándole a ceder continuamente en sus exigencias antidemocráticas y en facilitarle la penetración y conquista de la hegemonía pretendida. Contemplar a C’s apoyando en tantos lugares este movimiento disparatado hacia la autodestrucción, produce escalofríos. Incluida Andalucia, modalidad putrefacta del sanchismo.

La tercera pata de este bodrio estatal lo constituyen los nacionalistas. Y su avance ya imparable es cáncer de consecuencias letales y seguramente irreversibles. Ya se conocerán los detalles de este largo e inconcluso golpe de Estado y la larga lista de traidores que lo hicieron posible. El espectáculo que continúa en sucesión ilimitada de desprecios insultantes al Jefe del Estado, está produciendo escándalo y desprestigio en las cancillerías del mundo civilizado y en consecuencia democrático. La inmunidad impune de sus autores no tiene fin y el avance hacia la “nación de naciones” del narcisista y algo sicopático Jefe del Gobierno, hará inevitable la aplicación vigorosa del artículo 8,1 de la Constitución. En Cataluña no queda más solución que jueces y Guardia Civil. Ya habrá tiempo para modificar si fuese necesario la Constitución, pero para modificar la educación desde la escuela a las universidades; eso sí es cuestión de tiempo y firmeza. Está en riesgo la Nación y su unidad y La Corona como Institución que la representa y unifica.

 Alguien con idea de Estado y no parece pueda ser el gobierno/basura con pretensiones que lo rige, deberá ocuparse de solucionar el gigantesco problema de la inmigración ya masiva, que de forma descarada es introducida no solo por las costas que hará imposible el desarrollo del Estado de derecho y desde luego del Bienestar. Invasion que personalmente le escuché anunciar al embajador El Kebir hace casi cincuenta años. Los ejemplos de Suecia y enseguida Francia y el terror que están despertando, deberían servir de reflexión inmediata; macabro resulta que la invasión traiga como consecuencia el enterramiento definitivo del nacionalismo, sin necesidad de contraponer amor al terror, que dice la inane Colau. Que el descanso estival les permita afrontar el duro otoño que llega. Deseo que les hago desde Llanes, en el corazón de la bellísima costa asturiana.



















jueves, 9 de agosto de 2018

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO

Artículo que será publicado el próximo día 11 de agosto en el Diario Ultima Hora de Mallorca


Jaque al Rey
Julian Delgado. Escritor 



El Rey Felipe VI ha sido elegido por el populismo y el separatismo como pieza a batir con el objeto de acabar con el régimen del 78, sabedores de que el Monarca es la clave de bóveda que sostiene el cada vez más frágil entramado constitucional, la pared maestra que mantiene el edificio donde se garantizan nuestras libertades. El joven Rey, con el apartidismo y la estabilidad a largo plazo que representa, resulta el más firme baluarte de la unidad de España y, por tanto, la pieza prioritaria a batir. El fin último es acabar con el Estado actual y dar paso a un proceso revolucionario neocomunista, unos;  otros, desmembrar España.

Ahora o nunca. Los partidos separatistas catalanes han sometido  al Rey a un acoso agresivo e infame en el que vale todo aprovechando su discurso en el que salía  al paso del desafío secesionista, cuando el gobierno de Rajoy se debatía entre la ineptitud y la medrosidad. Discurso impecable y necesario, pues el Monarca, que simboliza la unidad del Estado, no puede hacer otra cosa que defenderla. Y en momentos tan críticos debe hacerlo sin titubeos. Ante esa contundencia, el secesionismo ha entrado en tromba, iracundo. No se lo perdonan. Torra afirma que los catalanes no tienen rey.

La corrupción ha debilitado al PP, cuya imagen ha sido ridiculizada y vinculada al franquismo y esta debilidad se transmite al Estado. Ciudadanos nunca se ha mostrado claro defensor de la Monarquía. Podemos ha mantenido siempre un duro discurso sobre ella (“rémora del pasado”). Y el PSOE... No podrían contar los enemigos del sistema con un presidente del Gobierno más proclive a cualquier trapicheo con tal de permanecer en la Moncloa. Desde que prometió su cargo, Sánchez no ha dejado de debilitar las defensas del Estado y entre tanto fortalecido a sus enemigos. Ha tratado a Torra con extrema deferencia mientras éste renegaba del Rey. Ni un gesto en su defensa para no molestar al otrora xenófobo (Sánchez dixit), hoy soporte de su gobierno.


Ante la encerrona que Torra ha preparado al Rey en Barcelona el día 17, en la que pretenden acosarle y humillarle en un aquelarre separatista, el Gobierno debe garantizar su seguridad a toda costa. La imagen de España está en juego.    

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO

El PP de Casado

Julián Delgado. Escritor
26 de julio 2018




Casado ha ganado porque su discurso ha sido positivo e inteligible y ha sabido hilvanar un programa político ilusionante. Su mensaje ha conseguido remover emociones que el votante de derechas echaba de menos, cansado ya de la fría retórica burocrática, enfocada esencialmente en la buena gestión económica.

Ahora, el PP debe representar el centro-derecha y dejar atrás el páramo ideológico mariano. No existe un proyecto político sin que esté sustentado por unos principios que lo orienten. El PP de Rajoy, desde el Congreso de Valencia, no era más que una maquinaria de poder acomplejada ante la izquierda. Así, Rajoy subió los impuestos por encima de lo que exigía Podemos; deja un Estado más grueso que cuando lo cogió; se  ha mostrado débil  a la hora de frenar el independentismo catalán, asumió las concesiones del pacto de ZP con ETA; mantuvo la ley de memoria histórica,… Todo lo contrario a una política liberal.

Casado debe desarrollar un corpus ideológico moderno y dinámico alrededor del liberalismo, cuyo pensamiento central se articula en la defensa radical de las personas y sus derechos, siendo el fundamental de ellos la libertad; iluminado por el contrato social como fundamento del orden político, la ley como expresión de la voluntad popular y la igualdad de todos ante ella. Y sin complejos, pues nadie puede negar el éxito de las democracias liberales, que han llevado a la sociedad a las cotas más altas de prosperidad y bienestar.

La izquierda, encastillada en la superioridad moral de su mensaje de mayor sensibilidad hacia la injusticia social, en su práctica y, pese a ello, ha producido los mayores crímenes de la humanidad y ha fracasado en procurar un mundo mejor. Sánchez-Cuenca señala que su mayor fracaso ha sido el de la socialdemocracia, que no supo compatibilizar la sensibilidad a las injusticias y la sensibilidad a las estructuras reales de las sociedades.
El PP también debe superar la necesidad de redimirse de su vínculo histórico con el franquismo frente a una izquierda que lo utiliza para esgrimir su impostada superioridad moral.Amparado en esos principios, deberá atarse los machos para ser capaz de resistir los embates de los poderosos enemigos que le acechan.