Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 31 de octubre de 2019

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


Artículo que será publicado el próximo día 2 de Noviembre en el Diario Ultima Hora de Palma


 LA GUERRILLA URBANA CONECTADA
Julián Delgado. Escritor


Por más que las autoridades autonómicas catalanas intentaran culpar de la barbarie desatada en Barcelona a grupos infiltrados, ha quedado bien claro que quienes dirigen esta nueva fase del Procés a través de Tsunami Democràtic, entre otros, han considerado conveniente aumentar el grado de violencia de sus tropas. A los grupos separatistas catalanes se han sumado en el vandalismo callejero los anarquistas, de triste recuerdo en Cataluña, y otros del mismo carácter procedentes del resto de España y del extranjero, con el objetivo de atraer el foco de la prensa internacional y hacer visible el conflicto (Paluzie dixit).
Esta guerrilla urbana ha incorporado las nuevas tecnologías para su acción: las aplicaciones de los móviles les otorgan la capacidad de concentrar multitudes en poco tiempo y la posibilidad táctica de moverlas en la ciudad según convenga. Disponen de herramientas para levantar adoquines, fabrican cocteles molotov, convierten los contenedores en bombas incendiarias… Y lo más importante, cuentan con una organización estable y flexible y con el ejemplo de la violencia política que dan las autoridades.
A esta multitud extremadamente violenta se le ha enfrentado una policía democrática, con todas las limitaciones que eso significa en el uso de la fuerza, perseguida por sus propias autoridades, que en lugar de apoyarla la investigan, la maniatan mientras pagan los abogados de sus agresores. Ante una turba tan agresiva como la citada, es imprescindible que la policía cuente con unos efectivos que, por su entidad, sean capaces de, por una parte, disuadir de realizar acciones agresivas y, por otra,  permita controlar a la multitud con el menor empleo de la fuerza. La situación actual es exactamente la contraria. A menos agentes, se necesita mayor uso de la fuerza y se corre mayor peligro.
El viernes negro, la policía estuvo a punto de colapsar por no contar con los efectivos necesarios. Eso hubiera significado perder el control del espacio público, el repliegue desordenado de la policía y el riesgo del uso del arma de fuego por algún agente que se encontrara en el trance de ser linchado. A ese riesgo sometió el ministro Marlaska a los policías y al país entero por su  imprevisión. 

    


martes, 29 de octubre de 2019

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA

LA CAMPAÑA
29 de Octubre 2019



Dice el ministrillo Petit Marlaska que la violenta rebelión catalana ha tenido más impacto que la del País Vasco, o algo así. Seguramente dice esa inapropiada mamarrachada, tras contrastar la opinión de las familias de los más de ochocientos asesinados por ETA de los que más de la mitad aún están sin esclarecer, ni detenidos sus autores, por los humillados, maltratados y desprestigiados servicios represivos de su Ministerio. Y de los asesinos detenidos, procesados y encarcelados, otra mitad ya están en libertad, como el chulesco Otegui que no solo se permite dar lecciones de democracia norcoreana sino que, por méritos propios y degeneración del sistema, llegó a ser uno de los socios preferentes de ese negro y arrasador movimiento reaccionario conocido como sanchismo gobernante.
Pues esto “del Gobierno hizo lo que debe y hará lo que deba hacer” va de éxito en éxito hasta el desastre final. Como en Argentina, otrora tercera potencia económica de occidente, hasta que llegó el peronismo, más a la derecha o a la izquierda, pero igualmente fascistoide como le gusta a Zapa o más kirchnerista como imitaba Susana Diaz, porque este nuevo populismo anhela y consigue la dictadura perfecta. Casi seguro, el pobre doctor en nada seguía refiriéndose a las exequias por el antecesor del anterior Jefe del Estado, fallecido hace ahora cuarenta y cuatro años. Un prodigio de cuestión de Estado antes de la llegada de la Justicia restaurativa que nos tiene preparada este aspirante a Maduro europeo.
Desde luego hacen todos los esfuerzos por resucitar el franquismo del que aprecian sin saberlo la complicidad del pueblo y su facilidad para proporcionar bienestar colectivo, desarrollo económico, educación popular, paz social, respeto internacional y transformación de la estructura social en mesocracia ejemplar. Eso sí, sin libertad política. Algo así como en China; pero bueno es modelo que muchos parecen envidiar, y ya ven, hasta el poco sospechoso amante de la democracia, el momificado Lenin advertía, al parecer ingenuo Fernando de los Rios, ¿y libertad para qué?  
De manera que esta banda gobernante, mezcla insoportable de largocaballeristas; comunistas entreverados de bolivarismo casposo pero fascinados por el totalitarismo puro y duro; terroristas no arrepentidos de ciega disciplina estalinista, disfrazados con los privilegios del parlamentarismo burgués; y de nacionalistas con pelaje variado, para cubrir la miseria de la traición, el deshonor, el trinque y el odio institucionalizado, se preparan nuevamente para mantenerse en el poder tras unas elecciones donde por vez primera desde la restauración democrática, se votará con el miedo al  resultado y la desconfianza en el respeto al escrutinio si este no resultara conforme a las previsiones del activista Tezanos.

Pero no lo duden porque aquí ni siquiera el resultado de los comicios, conforme o no a la voluntad de la mayoría de electores, posee la dimensión trágica por irreversible de la cuestión catalana, por así denominar. Siempre mantuve que el proceso ha dado pasos de gigante hasta la consecución del objetivo final. Y nada mejor para alcanzarlo que un Gobierno proclive a la disolución nacional, vía nación de naciones, tras los retoques necesarios al texto constitucional y las concesiones necesarias, incluso nuevamente financieras que satisfagan a los golpistas. Y se hará y el éxito interno e internacional terminará consolidado. Y nada impedirá que la banda vasco/navarra se una al aquelarre secesionista. Aquí lo que hay, diga lo que diga el Tribunal Supremo, es una rebelión en marcha en el tiempo y en el espacio territorial, que solo frenaría otra rebelión de sentido contrario. La Campaña que ahora comienza, como continuación a la que acaba, será un muestrario de ocultaciones, mentiras y apariencias Y después ya veremos.

sábado, 19 de octubre de 2019

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA


¿Y AHORA?
19 de Octubre 2019




Pues ahora, si tienen paciencia para aguantar hasta que termine la función, comprobarán que lo único que ha cambiado de dirección ha sido la senda hacia un debilitamiento aún mayor del Estado y en consecuencia, de sus resortes de poder necesarios para el mantenimiento del sistema democrático. Una débil democracia insertada provisionalmente en un Estado debilitado. Débil el Estado y apenas perceptible el amor de sus ciudadanos por la libertad. Parece como si mayormente hubiese calado el consejo del criminal Che Guevara: un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal.

Desde luego no parece que nuestros guardianes conozcan ni les interese la estructura del Estado platónico contenido en su tratado de las Leyes. ¿Para qué? Pero aprenderían cómo se distribuyen las Magistraturas, incluida la de “orden público”, que nada quede sin vigilar o los Tribunales de Justicia, ya entonces, la administración pretendida más organizada y completa: “todo Estado en el que los juzgados no estén instituidos correctamente se destruirá como tal”. Pero aquí precisamente lo que está quedando demolido es el propio Estado y se hace desde dentro con el concurso de sus guardianes y la parálisis de sus instituciones.

Y que les puedo comentar sobre la famosa Sentencia del supremo Tribunal Supremo que no hayan oído a favor o en contra de su contenido, con palabras de ilustres juristas o de charlatanes de mercadillo. Siempre admiré sus resoluciones repletas de sabiduría jurídica y de un pulido lenguaje lleno de belleza en la sintaxis y al alcance de cualquier lego en su contenido. De manera que esta no sería una excepción en mi curiosidad que satisface en sus variados contenidos que van desde la sociología y la psicología política a la doctrina generosamente extendida en sus interesantísimas páginas sobre la pretendida vulneración de los más variados derechos de los sediciosos y golpistas delincuentes. Y lo que se podría decir sobre la inexistencia del tabarroso “derecho a decidir” alegado por estos robaperas, a los que el Tribunal ilustra sobre el exacto contenido del derecho de autodeterminación, la desobediencia civil o el caso “canadiense”. En definitiva, todo un tratado que servirá de guía a los amantes de la teoría política o para muchos temas de estudio en oposiciones a la Administración del Estado.

Esta brillantísima Sentencia resulta tan apasionante desde el punto de vista intelectual como decepcionante desde el punto de vista histórico/político. Sus conclusiones sobre que los hechos, descritos minuciosamente, no son constitutivos de un delito de rebelión y sí de un delito de sedición, no se compadece con sus ajustados, sólidos y bien construidos fundamentos de derecho, hasta ese momento relatados. Impropio de la altura de tan docto Tribunal, en este caso en apariencia de contagio sanchista. Y no digamos la guinda final sobre no aplicación del artículo 36,2 del CP y su curioso “pronóstico de peligrosidad” a su cargo, tan arbitrario como vacío. A mí, tanto el juicio de autoría, como las penas impuestas me resultan de un interés relativo. Lo que me preocupa es la fase que con su publicación se inicia. Porque la pregunta ¿y ahora? Parece tan adecuada como procedente. Y lo peor, no tiene respuesta satisfactoria por la vía de la certeza. Ahora, cualquier cosa; los graves disturbios de este fin de semana en las principales capitales de Cataluña, jaleados por ese peligroso activista llamado Ibarreche y sus bandas de guerrilleros callejeros, son puntas de una oleada que terminará con la España constitucional del 78.

Vengo manteniendo hace años que la revolución catalana está en proceso de triunfo. En el interior, tras incesantes concesiones esencialmente en el ámbito educativo que han adoctrinado todas las generaciones desde 1975, haciendo una población mayoritariamente sensible al desprecio a lo español y condescendiente con el nacionalismo radical y totalmente secesionista. Una legislación buenista y comprensiva, desde la desfiguradora de una Constitución que dejó en el aire la construcción del Estado autonómico, parcheado a golpe de TC, a la electoral que ha favorecido una presencia abusiva e innecesaria en el Parlamento de los llamados nacionalistas o la estúpida política financiera que estuvo financiando la construcción de un estado catalán de forma tan sorprendente como descarada. Y se podría seguir relatando el desmantelamiento concienzudo y sistemático del Estado en la Comunidad Autónoma. Y en el exterior, como una pesada carga que prolonga la leyenda negra histórica; tal como recoge la influyente prensa internacional.

Y aún peor porque a quien corresponde resolver la situación inmediata es a un Gobierno sanchista, populista, carente de principios y valores democráticos que dejó atrás la socialdemocracia para abrazar como socio preferente el comunismo zarrapastroso de Iglesias y si este fallara el indefinible riverismo, como aspirante. Pues ya me dirán, porque al frente de Cataluña hay un caudillo fascista que quiere ser identificado con su desconocido Partido y, a este con el nuevo Estado; y al nuevo Estado con la nueva Nación y a esta con la Patria catalana y la Patria catalana con el pueblo catalán y a este con la historia épica. Y sus socios ya lo ven, comunismo de distinto pelaje, haciendo irreconocible la línea separadora entre nazifascismo y comunismo que como decía Revel son ideologías hermanas.

Así pues, ahora comienza una nueva fase del proceso catalán, a la que dará continuidad la de Euskadi/Nafarroa. ¿Y nosotros? Pues al fin logramos como triunfo nuestro, de los demócratas decentes, que Franco salga de Cuelgamuros. Así da gusto.      
  


jueves, 17 de octubre de 2019

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


Artículo que será publicado en el Diario Ultima Hora, de Palma, el próximo día 19 de Octubre


EL OTRO DIÁLOGO
Julián Delgado. Escritor


Una vez que ha hablado la Justicia, que en ningún momento ha pretendido arreglar el problema de fondo, y se haya oído el lamento desgarrado victimista orbi et orbi, habrá llegado la hora de que los que lideraron el Procés reconozcan la derrota. Tienen que decir a su gente que todo ha sido una gran mentira, que se equivocaron, que pretendieron una quimera y por lo tanto fracasaron: no consiguieron ninguno de sus objetivos y han dejado un paisaje devastado. Y acto seguido, deberán explicar cuál ha sido el efecto destructivo de su delirio. Lo más grave es la fractura de la sociedad catalana en dos mitades, la ruptura de la convivencia mediante la siembra de odios infundados que han anidado en muchos corazones, y ocultar todo lo que no fuera la versión oficial. Y esto se ha hecho desde las instituciones, utilizando el dinero público y los medios de comunicación públicos y privados. También tendrán que explicar el balance desolador que deja la inestabilidad política, el abandono de los problemas de la ciudadanía, el empobrecimiento de la Comunidad con una deuda de setenta mil millones, el bono basura, la huida de más de cinco mil empresas, una caída del PIB de más de cuatro puntos,  la pérdida de posición de Cataluña en el ranking de prestigio…

Una vez confesados, tendrán que trazar una hoja de ruta para salir de ese callejón sin salida en el que llevan atascados. Ha llegado el momento del diálogo, pero ahora no será para ver la forma que puedan ejercer el derecho de autodeterminación, como han pretendido hacer hasta ahora el separatismo, si no para buscar soluciones dentro de nuestro ordenamiento jurídico. La sentencia les recuerda que no les asiste aquél derecho, no solo porque así lo establece la Constitución, sino porque tampoco se contempla en el derecho internacional. 

Deberían hacerlo para crear un ambiente político de cooperación y respeto institucional, que facilite la recuperación de la cohesión social, pero será difícil que den estos pasos los mismos  líderes que han llevado el dolor y la ruina a su tierra. Más bien al contrario: no parece que alentar disturbios callejeros y gritar que volverán a delinquir sea el mejor camino para reconocer errores y recuperar el diálogo.




sábado, 12 de octubre de 2019

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA


LA NUEVA HEGEMONÍA
12 de Octubre



Decía Monedero no hace tanto, que Chávez “daba esperanza a los pobres”. Claro, seguramente era consciente de lo único capaz de darles, eso y luego Maduro, sabiendo que lo demás lo arrebataba para repartirlo entre los suyos. Pero estarán conmigo recordando, aquello tan brillante de Orwell, cuando decía haber ideas tan absurdas, que solo un intelectual es capaz de creerlas; quizá por ello el socialismo nunca fue producto de la clase obrera, sino de elites intelectuales y de lo que Hayek llama “distribuidores de segunda mano”.

Y aquí si me atrevo a clasificar a nuestro insigne Sánchez. No es intelectual, tampoco doctor en materia alguna, pero si acumula un inmenso poder que administra de segunda mano de forma tramposa, autoritaria, basado en la mentira, la simulación y el cinismo. Y claro, la pregunta que surge de cara a las elecciones que vienen y las Legislaturas que le sigan, sería “qué esperanza dará a los pobres españoles”, mayormente a los millones que le voten. ¿Será el trío Calvo/Abalos/Lastra? O el mejorado Iglesias/Errejón/Rufián o quizá finalmente triunfe el dúo Sánchez/Rivera. Pues menuda esperanza desesperanzada.

Pero quizá la expresión que apasiona a Sánchez y su socio preferente el comunista Iglesias/Errejón, no es esperanza, sino hegemonía. De manera que contrariamente a dar, tomarán la hegemonía social y los liderazgos ideológico, cultural, político e intelectual. En eso están y en proceso muy avanzado. Nuestro líder se está haciendo gramsciano hasta en el neolenguaje y sabe que, cambiando las ideas y la cultura dominantes, se transforman hasta las instituciones; desde la Judicatura a la Abogacía del Estado, desde la TV publica a las anticuadas organizaciones empresariales y se doblega al más aguerrido Abad o al más díscolo militar. A ellos, no les interesa la verdad, siempre tan relativa, sino imponer su visión del mundo, regido no por la fuerza, sino por las ideas. Las de ellos.  

De manera que nos espera una larga temporada de dura contienda en el terreno intelectual y de la cultura sin pistolas ni fusiles, que no existen en el campo de batalla gramsciano en el que ellos se mueven. Y ya digo, la cultura se transforma cambiando la conciencia desde la escuela y la universidad a las relaciones económicas, desde la religión a los medios de comunicación, incluido internet. Intelectualmente es posible y ya se está en ello, cambiar la hegemonía constituida por aquella que sea capaz de controlar el Estado, utilizando las propias estructuras democráticas y si fuese necesario sin tocar poder. A la hegemonía se llega de forma gradual, ganando terreno en una guerra de posiciones hasta que el poder constituido – y su Constitución, la de 1978- se transforme en poder constituyente, con una nueva Constitución por llegar.

Por eso el sanchismo es el mejor aliado posible de toda la basura ideológica que envuelve el llamado nacionalismo secesionista catalán, o el peligrosísimo por asesino y sangriento vasco/navarro, ahora durmiente, pero siempre alimentado por restos no menos nazis del tarado S. Arana. O las increíbles piruetas en otras Regiones, inconstitucionales y con seguridad contrarias a la reconstrucción de la patria común e indivisible de todos los españoles, que ingenuamente proclama el artículo 2 de la aún vigente Constitución de 1978. 

Y quizá deba referirme a la última pirueta de Rivera, tratando de incidir aún más si cabe con lo dicho, convencido de su relación. ¿Es cierto que hasta C´s llega el inmenso y maléfico poder de Soros? No puede resultar indiferente asistir a un nuevo cambio de su posición ideológica, caminando desde el españolismo en Cataluña a la socialdemocracia nacional y desde esta al liberalismo, para finalmente ofrecerse nuevamente al sanchismo, quizá en un ejercicio irresponsable de reforzar la hegemonía de aquél, a punto de alcanzar. ¿Acaso observa en el sanchismo algún rasgo de socialdemocracia europea que haría deseable el experimento? ¿Cree que el sanchismo es un movimiento democrático, respetuoso con la Constitución vigente de 1978? Siendo C´s una fuerza política defensora de España, tal como está constitucionalmente constituida y cuya forma política es la Monarquía parlamentaria ¿de verdad considera el sanchismo cercano siquiera a esa posición? Motos entrevista al Presidente de VOX e intenta obligarle a que se declare no solo de extrema derecha sino fascista ¿considera Rivera como Iglesias que nunca se debe asumir del adversario el lenguaje, sino combatirlo?

Es igual la STS sobre los golpistas, de la que en este momento no conozco más que las filtraciones interesadas; al sanchismo le queda ejercer “el derecho de gracia” referido en el art. 62 CE, lo que producirá “efecto llamada” en otras autonomías deseosas de señalar posición y la indignación general de la opinión pública y el Ejército. El TS ya tuvo un gesto de comprensión hacia el sanchismo con la boba y estúpida Sentencia sobre Franco. Ya veremos que hacer con José Antonio y los monjes sepultados allí. Pero Sánchez ve crecer la hegemonía deseada y ¿acaso cree Rivera que la banda aceptaría perder las elecciones de Noviembre? Sus conmilitones de 1933 no lo hicieron. Pues eso.  



jueves, 3 de octubre de 2019

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


ARTÍCULO QUE SERÁ PUBLICADO EL PRÓXIMO SÁBADO, DIA 5 EN EL DIARIO ULTIMA HORA DE PALMA

HACER UN FAISÁN
Julián Delgado. Escritor

La detención por la Guardia Civil del Equipo de Respuesta Táctica de los CDR ha tenido la virtud de poner en evidencia lo que tiene el independentismo de olla podrida, de mezquindad absoluta, de bajeza, que le ha permitido amparar, jalear y blanquear desde las instituciones a personas acusadas de terrorismo. De enorme mentira, de fanatismo que lleva a la vileza de considerar, en un clima de histerismo, que los detenidos son unos patriotas activistas, negando la evidencia incluso de sus propias declaraciones, videos y grabaciones. El president se incorpora a ese activismo patriótico jugando al Che Guevara en fofo. Ya les dijo en su día a sus muchachos que apretaran, lo que no se sabía es que pudiera ser el botón para que saltara por los aires un cuartel de la Benemérita. 
Si el representante del Estado en Cataluña y el Parlamento autonómico desafían la ley y se declaran en manifiesta insurrección contra el mismo Estado, al presidente del Gobierno de la Nación le falta firmeza y credibilidad para defender la Constitución y a los no separatistas catalanes. Si recordamos lo que ha sido hasta el momento su postura con respecto a ellos (socios para alcanzar la Moncloa, los 21 puntos de Torra, el relator, doblegar la rectitud de los abogados del Estado en la causa del Procés, la entrega de Navarra, etc.) no invita al optimismo.
Es obvio que la Guardia Civil no podía fiarse de los Mozos, también tenían que ocultar su acción a las instituciones catalanas, que los quieren echar de allí. Pero lo grave es que, obligados a informar a su ministro,  fue desde este Departamento desde donde salió la filtración a la prensa y, con ella, la frustración de parte del servicio. Un Faisán a la Rubalcaba. Acertado nombre el de Operación Judas, si consideramos que los agentes  se han visto rodeados de traidores.
Nunca agradeceremos lo suficiente a la Benemérita tanto esfuerzo, tanto riesgo y tanta honradez en su trabajo, para garantizar la seguridad de todos. Rodeados de deslealtad (Malaska), hostilidad (pim pam pum, que no en quedi ni un) e incomprensión (bronca del ministro, incomprensión del servicio en Ceuta y Melilla), siempre están en su puesto.
Benemérito Instituto/guarda fiel de España entera.


miércoles, 2 de octubre de 2019

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA

LA REBELIÓN CATALANA
2 de Octubre 2019


Ciertamente asistimos a una lenta pero inexorable descristianización o desoccidentalización, igual al caso. Seguramente podría y debería argumentarse que occidente ya desconoce, porque olvidó hace tiempo, lo que diferencia su origen, principios, valores, modo de vida, de otras culturas más fuertes, decisivas, para poder distinguirse o hacerla diferente. Se diría que cuanto más se mezclan y fusionan con la nuestra, más rápidamente borran los pilares sobre los que se construyó el logos esencialmente europeo, que hizo florecer la razón ilustrada y el pensamiento persuasivo. Es decir, se debilitan algunos de los pilares fundamentales del orden liberal internacional y en consecuencia la posverdad nos inunda y arruina hasta la democracia, que hizo de occidente el vértice de la civilización, el progreso y el bienestar.

España, dentro de una Europa siempre convulsa e indefinida, pero siempre fecunda, ha destacado por su inestabilidad histórica y por su difícil construcción, aunque obedeciendo secuencias ajustadas al tiempo y adelantándose a ellas en algún caso, llegó a la unidad nacional cuando también en su espacio europeo planeaba el surgimiento de naciones, la delimitación de fronteras y el ejercicio de soberanías diferenciadas.

Hoy, parece que una élite de iluminados quiere hacerle retroceder más de quinientos años, cuando justamente el debate está en derribar las fronteras construidas sin destruir las sociedades por ellas delimitadas, y poder recorrer un mundo globalizado, donde solo la inteligencia y el conocimiento son capaces de distinguir entre progreso y supervivencia; entre bienestar y carencia dependiente; entre libertad y sometimiento.

Por eso, el espectáculo de los diversos nacionalismos de la realidad española resulta especialmente llamativo y doloroso. Van en dirección contraria de la Historia y de la ciencia del pensamiento y las ideas políticas. Se les ve sumergiéndose, ellos y los pueblos que dominan, en un mar oscuro de reaccionarismo e idiocia colectiva. Pero nos están arrastrando a los demás que, seguramente, solo deseamos una Nación unida, próspera y respetada en la comunidad internacional; sin más pretensión que el sometimiento a la Constitución en tanto se encuentre en vigor, la paz interior y exterior y la libertad individual y colectiva, dentro del cumplimiento estricto de la ley y el respeto a las instituciones y al Estado de derecho.

La rebelión catalana está resultando un éxito espectacular, interior y exterior, tras cuarenta años cuajando de forma sistemática e imparable. Incluso ha sufrido un periodo violento y asesino, menos prolongado que el cruel salvajismo etarra, y parece que superado por el método más eficaz, profundo y duradero de la educación.  Así, una generación tras otra ha sido imbuida desde la escuela – con o sin inmersión lingüística- en el catalanismo como nueva religión, el odio a España y lo español como mundo indeseable y el secesionismo como meta colectiva irrenunciable, conducidos por patriotas más o menos mediocres, pero tenaces en la consecución del objetivo.

Ciertamente el camino va desde la escuela a la Universidad como espacio a recorrer, tal como lo ha sido de manera sistemática. Pero aun siendo necesario o imprescindible, no resultaba suficiente. Al servicio de la causa, llamada proceso, se puso la sociedad entera. El mundo de la cultura y los intelectuales; el espectáculo deportivo, el arte y los cuerpos sociales intermedios; la Iglesia con su influencia y la fuerza de sus púlpitos; el mundo financiero y empresarial; los sindicatos de trabajadores y sobre todo y fundamentalmente el entramado, bien engrasado con dinero público, de los medios de comunicación escritos o no, al servicio de lo mismo.

Pero no habríamos llegado a esta situación casi irreversible, de no haber sido por la protección y cobertura de un Estado acobardado, arrinconado, conducido por incapaces y en algún caso traidores – estando en vigor el art. 102 CE - que jamás creyeron en un proyecto común llamado España. Y ello, a pesar de contar con una Constitución hermosa y suficiente, en algún caso de aplicación directa, con artículos que van desde el 8 al 155, desde el 55 al 116, pero que temen poner en marcha y prefieren la exclusiva utilización de un lenguaje vacío y contraproducente, en continua referencia al diálogo que jamás concretarán. Han preferido no solo cogobernar con insidiosos, robaperas y consumados delincuentes como Pujol o peligrosísimos recogenueces como el impresentable Arzalluz, antes que modificar la LO del R. Electoral General que cuenta ya con 35 años y concebida para una situación radicalmente distinta. Y desde la llegada de la pesadilla Zapatero, inundando de ayuda financiera a la Generalidad que aumentó su deuda con el Estado casi dieciséis veces, desde los 4.800 millones de 1994, alcanzando en este momento la astronómica cifra de 80.000 millones de euros que jamás devolverá.

De manera que ya resulta hasta extemporáneo el artículo 155, por insuficiente, innecesario e insostenible. Ya hay una masa mayoritaria educada en el fanatismo, conducida por banda de visionarios y excitada en la rebelión por partidos políticos tan antidemocráticos como antisistema y jaleada en los medios de difusión financiados.

Freud, Durkhein, Merton o Max Scheler ya definieron la anomia social, las “angustias pronunciadas o agudas”, el resentimiento o la rebelión social. En Cataluña ya se desintegró el sistema de valores. Pero si el resentimiento es sentimiento complejo que engloba odio, envidia y hostilidad impotente, la rebelión organizada aprovecha ese vasto depósito de descontentos y resentidos para la dislocación institucional y el inicio de la rebelión. La acción política organizada comienza negando fidelidad a la estructura vigente que la trasladan a nuevos grupos en posesión de nuevo mito. En eso estamos y ese es el proceso: Cataluña en rebelión. Y enseguida País Vasco/Navarra. Luego, ya veremos. Y el sanchismo en lo suyo, que desconoce hasta Sánchez. Pues eso.