Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

sábado, 29 de junio de 2019

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

LA AZOTEA



¿DEMOCRACIA SEGURA?
29 de junio 2019





Parece como si ser optimista en esta hora de España constituyera un supremo acto de estupidez; o de dogmatismo interesado; de simpleza ignorante; de huida impulsada por el miedo o de irresponsable temeridad. Conforme pasan las semanas en que el gentío votó lo imposible para alcanzar lo deseable, desapareció del panorama el envidiable bipartidismo y se instaló un multipartidismo caótico y asfixiante que seguramente traerá más dificultades que soluciones a esta difícil Nación. Y como si obedecieran un mandato bien programado se afanaron en explicar a la “ciudadanía” que así debía ser, múltiple y variado como dicen es la sociedad o la opinión que en ella circula.


Y con argumento no más complejo se destruyó un sistema sólido y eficaz de gobernación que lleva progreso, estabilidad y certeza a los países más prósperos que lo mantienen; haciendo girar los sistemas democráticos y representativos sobre los dos modelos que alimentan la vida política occidental desde hace casi doscientos cincuenta años: el socialismo democrático y el liberalismo conservador o progresista. Con versiones más o menos ortodoxas o integradoras, con leyes electorales que permitan agrupar a los afines o simplemente el acercamiento dentro del orden constitucional. Pero sistemas que han logrado preservar la libertad individual y colectiva y el avance de la civilización basada en la razón ilustrada.


El zapaterismo, seguido de su proterva criatura el sanchismo, parece que más eficientemente estructurado, ha logrado eliminar el consenso de la vida política española, el respeto al pasado histórico y a cualquiera de sus valores y principios; soslayando lo que separa en un hermoso intento de encontrar puntos de encuentro en lo esencial; olvidando y perdonando errores tantas veces trágicos de un lado y otro. Ahora, en la era negra del zapasanchismo, de forma perversa y suicida se remueve del pasado hasta las sepulturas y se busca con descaro estúpido el enfrentamiento entre territorios, grupos, ideas, familias y personas. Ya está España nuevamente dividida en dos mitades irreconciliables, enfrentadas por el odio, la venganza y el resentimiento. Es como una herencia genética incurable, como una maldición colectiva que el tiempo vuelve a recrear en una macabra rueda de la Historia.


De manera que de forma implacable se va cumpliendo el programa de desmembramiento nacional, ante el asombro de los pertinaces optimistas y el cinismo descarado del inmenso coro de tertulianos, aduladores y pesebristas del poder, incrustados en un formidable monopolio del dirigismo informativo, inédito desde la prensa del Movimiento. Y ello ha resultado relativamente sencillo tras el trillado camino de cuarenta años de cesiones y retrocesos del Estado en el que, de forma gozosa desde la derecha más reaccionaria, a la burguesía ilustrada pasando por un empresariado trincón y subvencionado, han participado de un irresponsable happening que va desde la escuela a la universidad, de los centros culturales y cuerpos intermedios al deporte patriótico, desde los pulpitos impíos a los llamados medios de comunicación debidamente engrasados con  presupuesto público y ponzoña ideológica de mercadillo. Y ello, en Cataluña y en el País Vasco, desde mucho antes de la actual alianza estratégica entre los conocidos y despreciables Partidos que lideran la tragedia. Y como el resultado es de eficacia probada, ya se extiende por Valencia, Galicia y Baleares, con el mismo y exitoso método. Y sus gobiernos pues ya ven. Ahí está el catalán, presidido por un sicópata capaz de escupir sobre el Estado que indebidamente lo financia, al resultar ya vecino y en consecuencia extranjero y a cuyo Monarca nadie invitó a pisar su tierra soberana. O el vasco, cuyo lendakari o algo así, resulta modelo de cursilería finolis y cinismo en el blanqueo terrorista. Traición y desfalco continuado con o sin Cupos de risa, privilegiados por Conciertos que suenan como antiguallas, incompatibles con el modelo federal al que caminamos tras experimentar el fracaso del federalizante autonómico que sufrimos.


Y la izquierda antidemocrática que nos gobierna, alejada de la socialdemocracia y cercana al mas rancio populismo comunista, se reserva para golpear con su nuevo modelo de “nación de naciones”. ¿Pero desde cuando el socialismo marxista o no, populista o comunista deja el internacionalismo para instalarse en el nacionalismo de vía estrecha? Pues desde que la derecha añorante de una nación con Estado adelanta a la izquierda en un radicalmente falso progresismo que comienza en el nacionalismo cultural no tan lejano. Pero unos y otros ya encontraron punto de fusión en el destino común que les espera y ennegrece nuestro futuro.

El retroceso de la democracia, de la que conocemos en la Europa del pensamiento y la libertad, ha comenzado ya. En España con el sanchismo y seguramente en Europa de la mano de personajes como Macron o de los que añoran los escasos pero duros años del fascismo. Y hoy, el retroceso comienza precisamente en las urnas y eso, lo saben los sanchistas, los comunistas de Iglesias y los secesionistas vascos y catalanes. Los liberticidas siempre utilizan las instituciones democráticas para liquidar la libertad de manera legal o casi, y siempre gradual. Y aprovechan de este mundo inseguro el miedo creciente a la libertad. Nada más duro que el aprendizaje de la libertad, decía Tocqueville, por eso, este mundo nunca será seguro para la democracia. Pues en ello estamos afanados.                





viernes, 28 de junio de 2019

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


Artículo que será publicado mañana sábado día 29 de Junio en el Diario Ultima Hora de Mallorca, en sustitución de EL CALVARIO DE CIUDADANOS, editado aquí ayer, pero que preferimos mantener

 

 

TEATRILLO

Julián Delgado. Escritor

 

 

No deberíamos dejarnos engañar por ese teatrillo armado por Moncloa, esa pantomima alrededor de los pactos poselectorales, que lo único que pretende es hacer creer a los ciudadanos que Sánchez, debido a la irresponsabilidad del centro derecha, que no le presta apoyos para su investidura, se ve obligado a buscarlos en los partidos independentistas. Un sofisma con el que envuelve todas sus falacias, pues antes que poner a España en manos de quienes la quieren destruir, siempre le queda la convocatoria de nuevas elecciones.

 

Pero Sánchez tiene decidido desde hace tiempo formar gobierno con las fuerzas que le dieron apoyo en la moción de censura. En primer lugar, Navarra fue empleada por Zapatero como moneda de cambio en la negociación para que ETA dejara de matar, compromiso que el actual presidente respeta. Además, los votos de Podemos, PNV y la abstención de Bildu garantizan a Sánchez la investidura y la aprobación de los PGE. Así pues, Navarra está condenada a la vasquización forzosa, a hablar en euskera y a la manipulación de su cultura e historia, y España a ver a Otegui en TVE.

 

El PSOE, secuestrado por su líder, que después de haber realizado una depuración estaliniana en su partido, y tras haber colocado la mordaza a sus barones, prefiere siempre marchar unido al nacionalismo, por el cual siente una extraña fascinación. Lo mismo le ocurre con el comunismo, ante el cual sufre complejo por considerar que es el defensor más puro de los anhelos de la izquierda. No hay que olvidar que Sánchez está donde está gracias al sector de su militancia más radical del partido. 

 

Todos los partidos con escaños son legales y legítimos, dice Celaá, que, a la vez, afirma con el mayor de los cinismos: Vox es una fuerza de ultraderecha que pensamos no debía estar en las instituciones. Blanquea a los pistoleros, a los asesinos de sus compañeros Lluch y Múgica, a los que los homenajean, a los que intentan trocear España, y condena a la víctima, Ortega Lara. Es la pérdida de la dignidad política, la deslealtad a la nación y una afrenta a la dignidad democrática. Que se cuide Sánchez de su matrimonio de conveniencia: la deslealtad y la traición están grabadas en el ADN del separatismo y del marxismo.


 


jueves, 27 de junio de 2019

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO

Artículo que será publicado en el Diario Ultima Hora de Palma, el próximo sábado día 29 de Junio
EL CALVARIO DE CIUDADANOS
Julián Delgado. Escritor

Dado que Cs. nació como escisión del PSC a consecuencia del descontento con el rumbo nacionalista de este partido, con vocación de sustituir a CiU y PNV en la función de bisagra con los dos grandes partidos nacionales, para librarles de las hipotecas egoístas que les imponían a cambio de su apoyo, parece razonable que, tras las últimas elecciones, hubiera formado con el PSOE un gobierno de coalición, trazando unas línea rojas en el terreno esencial de la política territorial. Hubiera proporcionado un gobierno estable durante cuatro años, alejado de veleidades nacionalistas, evitando la influencia de Podemos y el miedo del empresariado a un Gobierno formado por socialistas y comunistas, pudiendo haber extendido este pacto al ámbito autonómico y local.
Pero desde su fecha fundacional hasta ahora, han pasado muchas cosas. La más importante es que Cs. se hizo, primero, con los votantes del PP en Cataluña y, cuando salió de su feudo, la mayoría de votos los obtuvo también de votantes de derecha desencantados con el partido de Rajoy, por lo que no podía mantener como hegemónica ese alma inicial socialdemócrata so pena de perder votos.
La moción de censura, con el apoyo de los partidos separatistas, marcó para Cs. un antes y un después respecto al PSOE, insoportable para un partido que hace de la unidad de España motivo esencial.  Ese foso entre ambos partidos se agrandó con las concesiones a ese mundo hechas por Sánchez en su año de gobierno y se refuerza ahora con la entrega de Navarra.
Por otra parte, al consolidarse como un partido nacional, Cs. se planteó dejar atrás aquel limitado objetivo de ser un partido bisagra y aprovechar la crisis del PP para afrontar el reto de convertirse en el partido líder de la derecha. Así fue como, con la promesa de no pactar con el PSOE, obtuvo un excelente resultado electoral; pero fracasado en su empeño de ser el primer partido de la derecha y perdida su función de bisagra, su futuro queda supeditado al PP; y el de Sánchez a las alianzas con Podemos y los nacionalistas. O a un panorama de nuevas elecciones que consolidarían al PSOE y al PP.

sábado, 15 de junio de 2019

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


La AZOTEA

PARTITOCRACIA
15 de Junio 2019



Pues no creo deba nadie impresionarse por el espectáculo chusco y de baja calidad democrática que desde la celebración de todo el repertorio posible de elecciones, dan los partidos que a ellas se presentaron; aunque sinceramente, quizá mucho antes. Existe desde luego consenso en la inexistencia de democracia en ausencia de partidos políticos ejerciendo la representación que le es propia; parece condición necesaria e imprescindible, pero no suficiente Y aunque ciertamente el multipartidismo no cala en el constitucionalismo hasta después de la SGM - ya ven, la Constitución de 1931 ignora su existencia- el caso español y quizá italiano, rebasan lo tolerable al convertir el Estado en rehén de sus manejos y a sus líderes en administradores de los intereses generales. Y no es así porque no debe ser, salvo que se acepte como degeneración del sistema. Ciertamente son de libre creación, como producto del derecho de asociación constitucionalmente reconocido. Pero no son órganos del Estado, ni sus actos son actos de un poder público, porque no son titulares de ninguno de ellos, tal como tiene reconocida reiterada jurisprudencia del TC. Son formaciones u organizaciones sociales con relevancia constitucional, dice la STC 23/1984, cuya libre creación y actuación garantiza el propio texto constitucional. Pero se apoderaron del Estado, de sus instituciones, de sus poderes, ocupando toda la vida pública y política. Y la están degradando. Parece como si componer la expresión del pluralismo político, como valor superior que representan, o constituir nada menos que, instrumento para la participación política establecido en el artículo 6 de la CE, se encontrase ya desfasado o desdibujado por imperativos y necesarios criterios de imposición ideológica, encuadramiento partidista y adoctrinamiento masivo a través de eficacísimos monopolios de comunicación. De manera que quizá podríamos recordar lo que decía Paul Valery sobre las elecciones partidistas, que no representan más que una manera de interrogar sobre cosas que se ignoran.

El relato descriptivo de los dirigentes que figuran al frente de las distintas formaciones políticas, salvo excepciones que las hay y de excelente solvencia, resultaría actividad de crueldad infinita ante el espectáculo sencillamente penoso de idiocia generalizada, tosquedad intelectual, ignorancia de alardes manifiestos y amoralidad de consecuencias nefastas para la comunidad de intereses que decía Agustin de Hipona o el bien común del que ya nos advertía Tomás de Aquino. Ejemplares como Colau, Torra, Rufián, Echenique, Quichi, Lastra, Abalos o Calvo, por solo citar unos pocos protagonistas de la actualidad cotidiana, ilustran como una sociedad avanzada, totalmente alfabetizada, con índices de educación universitaria equiparable a sociedades altamente desarrolladas, incluso inmersa en el despilfarro de la opulencia, vive ajena a la degradación del nivel intelectual de sus representantes, con el riesgo de envilecimiento de las instituciones y en ultima instancia de la democracia misma. Escuchar sus continuas invocaciones, con frases e ideas prefabricadas en laboratorios ideológicos, produce desesperación. No conocen más pasado que el saturado de mentiras y medias verdades con el que construyen su corta memoria histórica; ni más violencia que la ideológica que llaman de género, mayormente pasional, presente incluso en las mas desarrolladas sociedades, ajena a una exigencia total de legislación que se cumpla, en orden al respeto en la igualdad, la libertad y la dignidad de la mujer; ni más relato de pensamiento que el emanado de la teorías políticas marxistas, cuando no leninistas o estalinistas, a las que tienen la enorme desfachatez científica, histórica y política de denominar progresistas y los gobiernos conjuntos, de progreso.

Y tras ellos la Nación, en trance de desaparición desmembrada a trozos, con golpistas achulados y retadores que, en el supuesto de sentencia condenatoria a la altura de sus fechorías, serán impunemente indultados por un gobierno felón o puestos en libertad por las autoridades carcelarias de la republica catalana, donde serán remitidos; será un golpe de Estado continuado. O una hermosa Constitución- incluida la monarquía- en vísperas de revisión progresista que la despoje de identidad histórica. O la modificación del TC, Banco de España, Tribunal de Cuentas, AIREF o cualquier entidad independiente que sea capaz de contradecir la verdad gubernamental. Al fin, es la víspera del enterramiento de Montesquieu y el pensamiento Ilustrado, dando nacimiento a la nueva justicia restaurativa impartida en tribunales de la Verdad definida.

Y mientras, un Estado del bienestar incapaz de financiarse, por la fuerza centrípeta de diecisiete miniestados burocratizados, costosos, intervencionistas, necesitados de progresivos presupuestos; ya ven la Junta de Andalucia, más de 36.000 millones de euros incapaz de recaudarlos ni gastarlos, pero eso sí, con perspectiva de género. Con la Seguridad Social ya quebrada y salvada mediante deuda y préstamos que jamás devolverá.  Como el déficit y la deuda de la Administración Central. Y unos desequilibrios territoriales dignos de estudio académico. Y el drama que está representando la desindustrialización con caída hasta el 12,6 % del PIB, cuando en 1980 representaba casi el doble, mientras que solo el turismo alcanza más del 15% y el sector servicios, en general, llega al 75%. Y para que hablar de la necesidad de un esfuerzo en investigación y en general en una educación desideologizada, de calidad donde prevalezca la ley del esfuerzo. Pero no. Ya vieron como en el bochornoso espectáculo, en ayuntamientos y CCAA, prevaleció la ley del Partido y los intereses de sus líderes. Por nuestro bien. Porque estamos en el tránsito desde la democracia a la partitocracia. Pues eso.      


        

     

jueves, 13 de junio de 2019

La Opinión de Julián Delgado

Artículo que será publicado, el próximo día 15, en el Diario Ultima Hora de Palma
LOS ASCOS A VOX
Julián Delgado. Escritor

En España hemos sufrido diferentes tipos de extrema derecha a lo largo de estos últimos ochenta años. La que se manifestó durante el franquismo se ocupó de vigilar la pureza de la revolución nacionalsindicalista, era más radical que el franquismo, se cobró muchas víctimas y en el último tramo de su existencia llegó a atreverse a insultar al mismo Franco en el Valle de los Caídos.
En la Transición apareció otra ultraderecha dispuesta a impedir la consolidación de la democracia. Actuó bajo diferentes siglas (ATE, AAA, BVE, …), perpetraron atentados, como el de los abogados de Atocha, asesinando casi a un centenar de víctimas.
Después del 23-F la extrema derecha sufrió un fuerte rechazo y en los años noventa la mayoría de estos grupos se disolvieron. Los pocos que quedaron languidecieron tras repetidos fracasos electorales, aunque en esos años surgieron en las aficiones futbolísticas, grupos de simbología fascista, violentos, que llegaron a causar varios muertos.
La ideología de todos estos grupos estuvo vinculada al fascismo y su afán fue deslegitimar la democracia. No es pues, de extrañar, que hablar en España de extrema derecha sea como nombrar la bicha. 
Recientemente han resurgido en Europa partidos considerados de extrema derecha que comparten al menos algunas de estas características: euroescépticos, ultraliberales, contrarios a la inmigración, ultranacionalistas, de fondo religioso, tradicionalistas o xenófobos.
Vox es un partido democrático que defiende la Constitución y pretende cambiarle algunos aspectos por vía legal. No es euroescéptico, no es contrario a que España pierda soberanía frente a Europa sino a que la pierda en favor de las autonomías; no niegan la inmigración sino el papeles para todos; no son xenófobos, es el único partido que tiene un diputado negro. Tiene poco que ver con los ultras del pasado patrio: no se le conoce ningún acto violento sino que padecen la brutalidad del fascismo nacionalista y del estalinismo de la ultraizquierda.  
Rivera debería guardar sus ascos para estos otros, y Sánchez dejar de endosar a Vox el estigma de aquellos ultras y utilizarlo como el enemigo execrable con cualidades malignas donde cabe todo lo malo de una propaganda sectaria.

martes, 4 de junio de 2019

La Opinión de Javier Pipó


LA AZOTEA


EPISTOCRACIA?
4 de Junio 2019




Hombre, que aquí con el sanchismo el resultado de las elecciones ha perdido credibilidad sean generales o no, eso desde luego. Quizá algo exagerado decir toda, pero sí bastante. Desde luego no estamos ante pucherazo como el de 1936 – no figurado en la memoria histórica o algo así- pero sí al menos ante una flagrante incompetencia que hace contar resultados inciertos y alguna dosis de desconfinza y eso, se mire como se mire es un mal dato, aunque no el único en esta renqueante democracia.

Miren, el resultado de las pasadas elecciones generales primero y posteriores tanto locales como autonómicas parciales, y europeas, fueron en cualquier caso de resultados lamentables para el liberalismo; y también para el constitucionalismo y el Estado de Derecho en su concepción más democrática y avanzada de separación de poderes e imperio de la ley como manifestación de la voluntad general; o para la continuidad de la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles; y ya veremos si perduran o se estancan o simplemente retroceden, los logros indudables del llamado Estado del bienestar y, desde luego para mantener viva y vigorosa  la llama delicada de la libertad. Al menos merece la pena detenerse, aunque sea brevemente en el teórico recorrido que parece dibujarse.

Para empezar, resulta difícil saber con alguna certeza los entresijos del retiro definitivo del Rey Juan Carlos de la Alta Representación que el Estado le tenía asignada. Ciertamente la edad sería motivo más que suficiente para el alejamiento institucional; pero también, seguramente, el haber cubierto con dignidad más que notable su papel como cabeza del Estado, representante alabado ante la comunidad internacional y el ya histórico como motor de la Transición, hasta la abdicación, sujeta así mismo a curiosidad histórica. Sea como fuere, el hueco que deja facilita el vacío que se pretende en la Jefatura del Estado. El Rey ya está neutralizado. Y si el Art. 1,3 de la CE dice que la forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria, hay otra posible y es la República, tan añorada por la izquierda, moderada o revolucionaria. Y a eso vamos, lentamente puede ser, pero con seguridad; sin duda. La Monarquía no cabe en la mente débil de nuestra elite política y parece que ya también empresarial; y ello a pesar de que, en más de doscientos años de constitucionalismo, ocho mal contados, incluida la sangrienta guerra civil, pertenecen al sombrío experimento republicano. O que la mayor parte de los países más desarrollados, cultos y socialmente avanzados, se organizan en monarquías parlamentarias; es igual, se trata de nueva oportunidad al infantilismo revolucionario.

En cuanto a la unidad nacional, parece que el tema navarro preocupa a cínicos políticos al uso, cuando la desafortunadísima, peligrosa y sin sentido DT Cuarta lleva en vigor tanto tiempo como la CE y el privilegio de que la iniciativa de incorporarse a Euskadi para la definitiva configuración de Euskal Herria, sea atribución propia del parlamento foral y por mayoría simple ratificada en referéndum, también. Y ello, supone una bomba de relojería de muy difícil desactivación. El eje Euskadi/Navarra/Cataluña que pronto aparecerá constituido, es ya prácticamente irreversible. Ha sido montado y alimentado desde las Administraciones centrales con privilegios forales desfasados, conciertos económicos prevaricadores, cuando no directamente con protecciones arancelarias y cuando ello resultaba imposible, directamente del maná presupuestario. El buenismo ideológico, construyó territorios de alto nivel económico que junto a sistemas educativos de desprecio a la Nación española o simplemente odio, son motivo de confrontación progresiva y en aumento hasta su estallido. Porque, además detrás viene Valencia, Baleares, Galicia o Canarias.

Y si es el Tribunal Constitucional vinculado a la derecha, el que carece de sensibilidad para los temas de organización territorial o se muestra intransigente con la voluntad política del sanchismo, pues se cambia junto al Titulo del texto constitucional correspondiente y desde luego su Ley Orgánica. Entramos en etapa decisionista donde la voluntad política debe prevalecer sobre las construcciones jurídicas. Y eso resulta también de aplicación al Tribunal Supremo que viene provocando demasiados contratiempos al Poder. En general debe ser la LOPJ en su conjunto, incluida la Comisión Disciplinaria. Es solo un Poder, aunque separado en tres funciones diferentes. Ahora resultará prioritario enterrar a Montesquieu, antes que desenterrar a Franco.

Y ya digo, aquí lo importante no es el numero de escaños obtenidos y Podemos es el ejemplo. Finalizó de forma exitosa el desprestigio y hundimiento del bipartidismo y se está en la construcción prevalente del Partido hegemónico que hunda sus raíces en la mayoría social. Una mayoría alentada desde la escuela a la Universidad, desde los cuerpos sociales intermedios a la intelectualidad, desde las Administraciones territoriales a los medios de comunicación ideologizados. Y ese Poder creciente e imparable instalará la Memoria histórica, la Comisión de la Verdad y su policía del pensamiento y los tribunales que impartan justicia restaurativa.

Algo muy diferente a la epistocracia que defiende Brennan en su inocuo ensayo Contra la Democracia, es el sanchismo que llega, en estado puro. Intenta disimular su aprecio y alianza inseparable del nacionalismo independentista, al menos hasta la modificación constitucional que haga posible la nación de naciones. Acabó con Izquierda Unida, pero necesita la cobertura intelectual de Podemos. Inicia la absorción de C´s con la complacencia de Soros y Garicano y, arrincona al Partido Popular y Vox como veneno para la democracia no comparable con el progresismo de Bilduotegi.

Y todo ello con la complacencia entusiasta de media España que espera una democracia ejemplar, instalada en un Estado del bienestar, capaz de proporcionar cobertura perenne a una sociedad opulenta y despreocupada. Pues aquí llegó no el gobierno del conocimiento exacto, epistocrático, sino el gobierno de los liberticidas. Pues eso.