Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

viernes, 25 de julio de 2014

La Opinión Independiente de Javier Pipó

BUSCANDO LA VERDAD
Javier Pipó Jaldo

No digo que Moreno o Bonilla o como sea, esté dispuesto a crear para los andaluces cuando llegue al poder, el viceministerio de la Suprema Felicidad Social, como Maduro en la Venezuela de la suprema indignidad colectiva. No, Juanma Bonilla o Moreno o como quiera llamarse, es algo más serio y formalete. Pero hay cosas que parecen atraerle como esa copiada ocurrencia de la renta básica, por el hecho de nacer en esta tierra de jauja.

Es que Pablete Iglesias los ha trastocado a todos. Los ha puesto a buscar la verdad y eso tiene sus riesgos como por ejemplo encontrarla, que decía Isabel Allende.
Pero algo tendremos que hacer porque a este paso todos estos políticos llegados al sistema, unos para quedarse y otros para destruirlo, si siguen buscando la verdad la encontraran muy dentro de ellos y se descubrirán así mismos. Y esto se volverá caótico. Por ejemplo, Juanma será rehén de un hallazgo sorprendente. Es un socialdemócrata, moderado eso sí, pero no lo sabe. Y entonces verá que de Susana, a la que pretende sustituir, les separa el sueldo y el poder, pero les une la juventuddivinotesoro, la audacia y la ambición sin más. Y desde luego no tiene detrás como Susana cientos y cientos de empresarios que le prometen amor eterno, hasta que acaben las subvenciones.

Verán, está a punto de comenzar una nueva era socialdemócrata y eso necesita escenificar nuevos ritos y nuevas caras, de forma que desde el trono presidencial de Susana, aclamarán la llegada de un joven e insuficientemente preparado jefe de filas que allanará cuantas dificultades pudieran surgir para la proclamación de la reina. Y ella, que es continuadora del poder que le legaron sus mayores y que trata de transmitirlo incólume a generaciones venideras hasta completar el ciclo de setenta años – transita solo por la mitad - como en México, Argentina, Cuba o la Unión Soviética, les dirigirá un discurso premonitorio. Será el discurso de la verdad, de lo que bien conoce, profundizando en el mensaje tomista de servicio a lo que llaman la ciudadanía y que todos entienden con claridad: “Quien busca el bien común trabaja por la adquisición de su bien propio”. De modo que esta sencilla sentencia de Santo Tomás les servirá de forma ejemplar para mostrarles un camino de éxito y prosperidad ajeno a los tribunales, enredados año tras año en buscar la verdad en un inmenso estercolero.

Y este tomismo de andar por casa puede servir así mismo en la reunión a la desesperada entre el tal Sánchez o el irreductible Mas, con el hierático Rajoy que al fin baja del pedestal y dice casi inaudible “cumplamos la Constitución”. Pero eso no es querer buscar la verdad porque dicho para que todo el mundo lo entienda, la Constitución se cumple a veces, casi siempre según convenga o dependiendo del color político de las togas del TC. Y ahora ya no es tiempo de eso. Ahora hay que encontrar una verdad a medias que circule entre el cambio de Constitución o su reforma, entre el federalismo de todos no iguales que ya tiene mérito y la pasta como siempre y como nunca, que calme las ansias infinitas del nacionalismo depredador. De manera que en Moncloa seguramente cambiarán Santo Tomás por Maquiavelo porque en la razón de Estado está la última verdad.  

Ya ven lo de las Balanzas Fiscales de las Comunidades. Años y años buscando la verdad y cuando la encuentran ya no les sirve porque descubren las mentiras ocultas y ocultadas que todos sabían. Las peor valoradas quieren mejorar y las peor financiadas quieren frenar sus aportaciones a las otras, pero todas exigiendo al Gobierno central. No parece haber duda que sin igualdad y corresponsabilidad fiscal la Nación resulta ingobernable en este festín interminable de aumentar los ingresos vía impuestos y evitar recortar gastos. Y ya digo, el resultado del estudio está referido a 2011 porque casi seguro este caluroso verano de 2014 habrá derretido la verdad a medias de unas balanzas fiscales testigo de cargo de un Estado imposible cuya verdad más dolorosa es el cupochollo de vascos y navarros que viven alojados en un Estado que desprecian pero al que no pagan ni el alquiler. Pues eso.  

lunes, 21 de julio de 2014

Javier Pipó en el "Diario Córdoba"

Publicado en el "Diario Córdoba" el día 31 de Julio de 2014

EL GANADOR
Javier Pipó Jaldo


Ya terminó el debate a cara de perro entre dos candidatos y un tercero, telonero de postín, para elegir el jefe de los socialistas españoles. Bueno, de la mayor parte de los españoles socialistas porque aún desconocemos si catalanes o vascos son de obediencia unificada. Claro que la organización es federal o algo así, aunque no sepamos ni qué significa, ni su utilidad.

Federal o no, sí es verdad que los socialistas andaluces son una piña alrededor de sus mandos naturales. Es, lo que podríamos denominar centralismo democrático. Si Frau Susana dice Sánchez, es Sánchez y además con mayoría suficiente para que parezca victoria arrolladora, pero que tampoco puedan decir que aquí en Andalucía se hace lo que diga la Frau. De manera que más del doble que los otros dos, no está mal.

¿Y ahora? Pues menudo lío se le presenta al tal Perico Sánchez. Es que para comenzar, las urgencias se amontonan y el hombre no tiene costumbre y puede que si se arraciman recapacite. O no. Vaya usted a saber. Dicen las malas lenguas, muchas hay, que eso le allana el camino derechito a la Moncloa, pero no a Sánchez sino a Susana. Tampoco resulta disparatado. Ella, que hasta el Rey Juan Carlos entre sus últimas voluntades le dejó firmada invitación para ser Jefa suprema del socialismo hispano, es toda una lideresa más que experta en conspiraciones palaciegas y ducha en gobiernos imposibles. Ahí la tienen, gobernando esta hermosa y rica tierra andaluza desde la indigencia y desvergüenza que le legaron sus antepasados y que tras más de treinta años se debate entre la pobreza y la pobreza, la corrupción y la desesperanza, la ideologización integral y la dependencia. Pues nada, parece resultarle urgente manifestar un nuevo deseo, cediendo su poder numérico a una esperanza blanca, inmaculada y vistosa llamada Sánchez.

Y ya ven. Los poderes del sistema le han recibido con un resoplo de alivio porque dicen, podría haber sido peor. De manera que las opciones eran lo malo o lo peor. Y claro, salió lo malo y por esta vez nos libramos de lo peor. Naturalmente debemos preguntar como sabemos si salimos ganando con la opción Sánchez, si de él los únicos que saben algo son - por lo visto- los socialistas andaluces y resultan poco finos a la hora del análisis y la exigencia.

Realmente, del Ganador apenas sabemos cuatro cosas deshilvanadas y poco útiles para la gobernación de la Nación. Es más, creo resulta mucho más grave la evidencia de sus carencias que la apariencia de sus destellos. Y puede llegar nada menos que a la Presidencia del Gobierno de España. Y España no está para políticos de pitiminí ni aprendices aficionados. Miren, el último experimento de político ayuno de todo, menos de peligro e indigencia intelectual, fue la pesadilla Zapatero y aún sufrimos las nefastas consecuencias de la destrucción sistemática del ser y la esencia nacional. Aqui necesitamos políticos bien formados, honestos y patriotas que den respuesta a la insolvencia moral y económica de la Nación. Ahora estamos en momento crucial donde nos jugamos no sólo la recuperación de la economía sino la capacidad para la regeneración cada vez más lejana e imposible. Pero hay que luchar por el prestigio de las instituciones democráticas; acabar con el descaro impune en el incumplimiento de la Constitución, del resto del ordenamiento jurídico o de las Sentencias judiciales. Recuperar los códigos de conducta honorables que duermen en reductos cada vez más reducidos; sacar el Poder judicial del dominio partitocrático. Reconstruir la mesocracia que da estabilidad, continuidad y seguridad al sistema, fuera del riesgo de estar constituidas por clases neutras, que decía Maura. La destrucción de las clases medias es el camino seguro hacia la sovietización de la sociedad, hacia la dictadura del Estado totalitario. O acabar de una vez con los privilegios insostenibles y de injusticia manifiesta de una clase política que sólo representa a los partidos y en gran parte constituida por aficionados y ociosos de muy bajo nivel Y de todo ello no oímos opinión alguna del tal Sánchez.

Y tampoco conocemos del Ganador, opinión de calidad sobre el crecimiento imparable de la deuda que ya me dirán de donde saldrá el cumplimiento de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y el sueño y el compromiso de su reducción en 2020 al 60% del PIB. Menuda trola de Estado. Y es que claro, el declinante y mal Gobierno Rajoy, cuya caída del poder se da por inevitable, está en su momento más peligroso, que como decía Tocqueville es cuando comienza a hacer reformas. Es verdad que evitó la bancarrota nacional pero eso no justifica el despilfarro de su mayoría absoluta para dejar de ejercer el liderazgo regeneracionista. Su sediciente reformismo no pasa de una socialdemocracia de poco fuste, ni siquiera a la altura del francés Hollande y claro los ciudadanos terminarán prefiriendo el original, ya veremos si peligroso, antes que una mala copia.

Y no se que podemos hacer. Rajoy agrede a las clases medias con una ciega política económica a base de cuentas de Montoro que cuando se analizan no pasan de cuentos burdos. Miren ese trofeo tan innecesario como estúpido de arrebatar con fiscalidad depredadora las plusvalías obtenidas por la venta de viviendas añosas negando el coeficiente reductor. Y luego dirán que es por el bien de los agredidos, ancianos que venden su única propiedad para ayudar a hijos en dificultades o para completar la pensión que estabiliza el sistema. Y todo, para sostener un Estado sin duda insostenible y una clase política, si duda mejorable y superflua. Y de todo esto desconocemos la opinión del Ganador.

Y para qué hablar del cáncer catalán y vasco, con metástasis que inundan el sistema con improvisación y cobardía, desconociendo las élites del Poder si es mejor reformar la Constitución, elaborar una nueva o chapucear con dinero prestado las ansias infinitas de un nacionalismo tan corrupto como depredador y mediocre. Y el Ganador improvisa una ocurrencia y mañana la niega con otra bobada de Estado.

Habrá ganado, pero ojalá no sea a costa de que perdamos todos.

jueves, 17 de julio de 2014

Javier Pipó en Diario Córdoba

Artículo publicado en Diario Córdoba el día 17 de Julio 2014
 
 
EL VERANO QUE PRECEDE
Javier Pipó Jaldo

Llevamos un trecho de verano incipiente con altibajos mal repartidos, con agua impertinente por su bravura y castigos en forma de granizo que más bien parecen lapidaciones celestiales. Antes o después será como siempre, largo para unos y siempre cálido para todos. Pero este año se antojará más corto o al menos así se recordará porque nos acerca inexorablemente al otoño incierto que ojalá no delimite el definitivo declive de la Nación.

Es otoño de sollozos y lloriqueos, de Réquiem con música de els segadors por la celebración de los trescientos años de humillación a los patriotas austracistas por el antecesor del Rey Felipe, el primer Borbón con idea de Nación. Trescientos y ni uno más, como si el sexto Felipe y último de la Dinastía estuviera predestinado a cerrar el ciclo. Es que vienen cantando enfervorizados aquello de “Catalunya triomfant, tornara a ser rica y plena...que tremoli l'enemic en veient la nostra ensenya”.

Pero Rajoy dejando a un lado los cuentos y las cuentas de Montoro, parece creer ser este el momento de solicitar el apoyo del socialismo desnortado y descabezado. Intenta saber si la secesión catalana y después la vasca y después los territorios de habla catalana y después la anexión de Navarra y después Galicia y después etcétera, tiene alguna solución. Pero es difícil predecir la sucesión de acontecimientos en el declinar del otoño que se aproxima. Lo mismo es el comienzo de una España reconducida al inicio de su Reconquista, ahora basada en la inmortal Castilla, la simpática y hedonista Andalucia, la hidalga Extremadura y algunos territorios extramuros. Eso si, marcaría el momento de la sublime Susana, compensada en su nadería por el moderado socialdemócrata Monago. Así volveríamos a ser faro de Occidente y espejo de naciones que transitan por su historia con pasión y sin memoria.

Y claro, buscar el apoyo de quien deambula como zombi por el espectro ideológico en busca de una posición ante cualquier cosa, tiene sus riesgos. Ya ven y no por criticar, pero desconocen incluso si tienen opinión sobre la estructura del Estado o sobre una Constitución posible o sobre como reconducir una economía al borde del abismo. Comprendo que lo de ZP fue una pasada de difícil digestión y peor solución. Pero podrían y deberían tomarse la tarea con algún entusiasmo y no pasar página eligiendo entre dos pasmarotes, aprendices de lazarillos, a cual más ayuno de ideas, experiencia y conocimientos necesarios, por no decir útiles. Sí, me refiero a esas cuestiones que deben conocer los gobernantes en un mundo global de intereses gigantescos, de riesgos continuos, de equilibrios cada vez más inestables.

De manera que vivimos un verano que precede a un otoño fantasmal donde el nacionalismo independentista y radical ya supera en poder a la burguesía meliflua, en su día moderada y ahora rebasada y desconcertada y prepara el subidón secesionista al margen de la Constitución y de lo que fuese necesario.

Y bueno, aquí se comienza a pensar si sería conveniente modificar la Constitución o hacer una nueva. Desde luego a pensar por parte de algunos, los que consideran valiosa la preservación de la Nación española. El resto, comenzaron a decir sandeces como la gótica de Barcelona. Y el otoño que se acerca y desde el Gobierno de Rajoy sólo se confía en la Constitución "que hay que respetar". Pues menos mal, aunque el problema sea delimitar que parte de la Constitución es respetable y cual debe ser respetada. ¿Qué tal si pensamos en respetar el artículo 8, o el 56, o el 62,h o el 155? Para qué seguir porque nos saldrían los colores, de ira. Orgullo sentirá Rajoy de haber dejado en blanco y sin restituir los "Delitos contra la Constitución" que con tanta valentía Aznar supo dibujar en artículos del Código Penal como el 506,bis o el 521, traidoramente derogados por el demoledor Zapatero al que aquel tanto se empeña en imitar.

No sabemos sí contamos con algún partido nacional, con fuerza. Porque desde el PSOE a la extrema izquierda les dio el síndrome pabliglesias y todos quieren parecerse al hechicero leninista de la coleta. Y todo porque produce asombro la claridad de su lenguaje en el lodazal oscuro y sordo de la democracia española.

Escuchen despacio a Iglesias, Monedero o Garzón y ya verán como tras su encanto y desparpajo anida la revolución pendiente que anuncian sin tapujos. Pero ahora se hace desde los medios, a la luz del día, desde dentro del sistema. Es la misma táctica de Fernández Miranda, Don Torcuato, aunque ellos no lo saben. Ni la derecha trincona tampoco. Se introducen en él, cambian las leyes esenciales, toman las instituciones clave, señalan las incongruencias, las injusticias, las contradicciones e incoherencias y no admiten la reforma o modificación, sino hacerlo colapsar hasta su estallido. Y la opinión pública, pues alborozada porque lleva años esnifada con educación para la ciudadanía y está acostumbrada y encantada de ceder su propia responsabilidad en el Estado fisgón, a cambio de perder la libertad.

Pues menudo otoño nos espera. Entre el apretón insoportable del nacionalismo traidor y reaccionario y el avance imparable de la revolución totalitaria de la extrema izquierda, pasará el calor despreocupado del verano y la tristeza infinita del otoño, asomando un frío invierno que nos helará el corazón.

jueves, 3 de julio de 2014

Javier Pipó en "Diario Córdoba"

Publicado en el "Diario Córdoba", hoy día 3 de Julio de 2014

LA REFORMA
Javier Pipó Jaldo
 

Creo era Jellineck el que consideraba imposible que una Constitución pudiera prohibir su propia reforma, porque un mandato de esta naturaleza incitaría a la revolución. Depende la concepción que pueda tenerse de lo que es una Constitución. Rubio Llorente lo tenía doctrinalmente resuelto, no hay otra Constitución que la democrática. Pero los teóricos de la autocracia del Movimiento Nacional establecían que los Principios de la Ley de 1958, eran por su propia naturaleza permanentes e inalterables, reforzados en la LO del Estado y en el Código Penal. 

De manera que una vez en acuerdo sobre lo que es, representa y dignifica una Constitución democrática en un sistema parlamentario, el tema de su reforma a la que España inexorablemente está abocada, no es cuestión fácil o indiferente, porque en una sociedad polarizada, descreída, con escasos valores y bastante corrompida, el coste social será  indudable. Pero no llevarla a cabo tendría consecuencias devastadoras.

A mi juicio, la reforma reclama un requisito genérico, casi utópico y es que la Constitución debe seguir siendo de todos y de nadie. De esa forma, sus efectos benéficos, pacíficos y de progreso podrían continuar varias décadas más. Pero eso exige generosidad y patriotismo de la partitocracia reinante porque los principios esenciales sobre los que debería descansar de concordia y sosiego, no vienen dados por merecimiento, sino recuperados, conquistados a pesar de las enormes dificultades que envolverá la decisión. Y luego, manos a la obra sobre cuando debe llevarse a cabo, quizá aprovechando la finalización de la actual Legislatura; o el fin pretendido que no puede ser otro que la consecución de un Estado sostenible; o el contenido concreto del texto, posible, eficaz y ambicioso, con instituciones inclusivas y democráticas y los límites permisibles de un Estado socio de la UE.

Ojalá pudiera repetirse el tránsito esencial de 1978, pero se aprecia un creciente ambiente de crispación, acreditando la España que desde el siglo XVII siempre debate entre tradición y revolución, sin aparente fin. Una sociedad mal instruida, ideologizada en exceso, inducida a la intolerancia y dispuesta con facilidad al enfrentamiento resulta extrañamente incívica y de valoración escasa de la vida democrática como forma más elevada y digna de convivencia humana. Pero habrá que intentarlo por supervivencia.

Es verdad que la Constitución está recargada con lo que Hauriou llamaba superlegalidad. Y también tiene sus paradojas. Llama la atención la del artículo 168,1 “cuando se propusiere la revisión total de la Constitución o una parcial…” Pues no alcanzo a diferenciar entre una reforma total o una revisión total. Y si en un caso u otro es total ¿estamos ante el procedimiento agravado descrito en el citado artículo? ¿Qué diferencia hay entre esta reforma total y la prevista para cuando afecte al Título Preliminar, al de la Corona o a la sección primera del Capítulo II del Título I? ¿O se trataría de una nueva Constitución? Esta falta de claridad podría llevar lejos a ese sector tan beligerante, con progresivo apoyo social que busca el recambio republicano y esta podría ser la vía. De manera que una monarquía renovada para un tiempo nuevo puede convertirse en nueva República que impida la renovación monárquica.

Lamentablemente los socialistas acaban de decapitar al último de sus estadistas en activo y se dejan capitanear fácilmente por los comunistas, hermanos celosos de Podemos, volviendo a plantear lo mismo que Prieto hace 84 años a la dimisión del General Primo de Rivera: república o monarquía. Y se ponen tabarrosos e imposibles con lo de la tradición republicana del Partido, cuando desde 1879, en 135 años solo hubo cinco de República.

Seguramente con prisas se intentará reunir un consenso sensato para reformar la Constitución. A mí no me asusta cambiar la denominación del Estado y hacerlo federal. Lo he mantenido públicamente y añado ahora la compatibilidad entre este y la forma monárquica de su Jefatura.

En consecuencia, la Constitución debe ser reformada urgentemente, no para incluir nuevos derechos zapateriles y postmodernos o lo que llaman blindar un Estado del Bienestar insostenible, sino para reducir la dimensión de un Leviatan imposible y acabar con los privilegios de una clase política ociosa y trincona. Y resolver al menos otros cuarenta años el sinvivir independentista.

Javier Pipó en "Diario Córdoba"


Hoy en "Diario Córdoba" mi artículo titulado
LA REFORMA

La inevitable reforma de la Constitución

Enlace:

<a href="http://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/reforma_891740.html"><strong>La reforma</strong></a> ( <a href="http://www.diariocordoba.com">Diario Córdoba</a> - 03/07/2014 )