Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 26 de enero de 2017

La Opinión de Julián Delgado

Artículo que se publicará el próximo día 28 de Enero en el Diario “Última Hora” de Mallorca

La culpa colectiva
Julián Delgado. Escritor



    La culpa es un poderoso sentimiento negativo que llega el corazón, un peso abrumador, paralizante, que nos hace perder la autoestima y nos empequeñece. El sentimiento de culpa colectiva, Nietzsche se lo endosó al cristianismo por fundarse éste en la idea de pecado, colocándolo en el origen mismo de la vida, y de culpa, a sabiendas de que la condición humana es incapaz de no pecar. Además, siendo Dios omnipotente, ninguna deuda con Dios puede quedar saldada. También acusa al cristianismo de romper con la tradición griega al hacer responsables del mal a los hombres. Y tras el pecado y la culpa vino el castigo, y con él el miedo. Nos  convertimos así en seres atormentados.

     Hoy vivimos en un permanente estado de zozobra, somos testigos a diario de toda clase de tragedias, infamias y calamidades que suceden a nuestro alrededor y que vemos en directo en la TV. Tenemos que familiarizarnos con ellas, obviarlas y seguir viviendo, sin poder hacer otra cosa si no queremos que la angustia nos colapse. Decía Concepción Arenal: Me siento culpable por todo ¿Qué hago? Cuando la culpa es de muchos, la culpa no es de nadie. Es nuestro consuelo.  

     Como antes la Iglesia, son ahora los partidos extremistas quienes fomentan la culpa colectiva, exigiéndonos pedir perdón por hechos sucedidos hace siglos, como el descubrimiento de América, convertido hoy en genocidio, o más cercanos, como la Guerra Civil, extendiendo la culpa a generaciones que no la conocieron. El filósofo E. Voegelin, cuando consideró el totalitarismo como una religión, advirtió que cuando Dios es sustituido por tal ideología, las personas devienen en mero instrumento del grupo, pierden su individualidad. La extrema izquierda, que ha sustituido a la religión  como ideología redentorista, exige sumisión a sus ideales, nos quiere culpables de los pecados que imagina, dicta penitencias, administra el perdón y rechaza la idea de que vivamos sin culpa y en libertad fuera de su ideología salvífica.
     Soy más optimista que Nietzsche, que creyó que el hombre solo se liberaría de estas ataduras al término de su ocaso. Pero no estaría de más que la izquierda abandonara el intento de encadenar al hombre provocando sentimientos de culpa colectiva.


domingo, 22 de enero de 2017

La Opinión de Javier Pipó.

La Azotea

LA LLAMA TRUMPISTA

23 de Enero 2017


    A mí que quieren que les diga pero me ha impresionado el discurso de Trump en su inuguration day. Ese vibrante final de un “gran país nuevamente fuerte, rico, orgulloso y seguro”, no me deja indiferente. Ya ven los tiempos melindrosos o dengues que vivimos para llamamientos tan contundentes como los contenidos en el estudiado y medido discurso del ya poderoso mandatario. Si es una declaración de intenciones, ahí están y no será que no se veían venir. Si se trata de una advertencia, mejor darnos por enterados. Y si de una amenaza, pues mejor prepararse para un cambio de ciclo o de era.

    Y ya se que la pieza oratoria viene del ejecutivo de la Nación líder del mundo occidental desde hace más de cien años; del ejecutivo de una Nación que utilizó su poderío para proteger los valores de convivencia civilizada allá donde se le reclamaba o donde consideraba podía quedar en riesgo directo aquellos o indirectamente los propios; que le pregunten a Europa y su defensa pitiminí desde que acabó la II GM. Pero una Nación que aún continúa a la cabeza de la ciencia, la tecnología, la cultura, la economía, la democracia y la libertad. Que es cuna de la Constitución más antigua, consolidada y sólida de ésta parte del mundo, si excluimos la no escrita de Gran Bretaña que cedió su lugar en el mundo a la nueva Norteamérica como hogar de la razón y la libertad. Constitución que estableció por vez primera y para siempre los derechos del hombre, convirtiéndolo en fe indiscutible del pensamiento progresivo en todo el mundo occidental. Y que instituyó el más intrincado mecanismo de contrapoderes democráticos, pasando de los tres elogiados y envidiados por Montesquieu en el gobierno británico a cuatro; donde la Corte Suprema, el Presidente y el Senado frenan al Congreso; la primera y el tercero al Presidente y los cuatro, mediante actividad federal, impidiendo que las legislaturas estatales no destruyan los derechos naturales de los ciudadano ni la arquitectura federal. Aun así, sus huecos fueron advertidos ya en 1835 por Tocqueville en su “Democracia en América” previendo la posibilidad de que su democracia degenerara en dictadura, supuesto luego llevado al cine y la literatura.    

    De manera que el discurso no tiene desperdicio, tanto como para considerarlo impropio de un patán como Trump, o sí. Depende, seguramente solo un personaje como él es capaz; y puede anunciar, lo que ya percibimos como próximo si no presente, en nombre y como instrumento de un movimiento que como nube oscura y amenazadora recorre los escenarios de glotonería buenista y biempensante, egoísta y crasa, instalada en la sociedad del bienestar que gozamos. Pero claro, las paradojas no pueden ser más llamativas. De manera que el dictador chino que encabeza el más radical capitalismo comunista – que ya resulta contradictorio en sus propios términos- predica el libre cambio y el derrumbe de las fronteras – salvo las que impiden salvaguardar los derechos humanos y la libertad- para avanzar en la hegemonía propia, aprovechando el declive del gigante americano. Trump por el contrario, pretende y seguramente conseguirá, el proteccionismo como biblia económica, camino seguro hacia la fuerza y la prosperidad.                           


   Y en términos duros, exigiendo la protección de las fronteras frente a la devastación provocada por el robo de empresas y la destrucción de empleos. Quiere no solo un rearme de orgullo nacional sino también hacer una nación vigorosa, con ejército fuerte, fronteras seguras, creando riqueza y empleos, construyendo infraestructuras,  invirtiendo en ellas quizá un billón de dólares; destruyendo el terrorismo islámico y anteponiendo sus propios intereses a los de otras naciones. Pero no es admisible la queja ni aquí en Europa ni en la Norteamérica que se moviliza hacia la desunión. Ciertamente los visionarios, también llamados populistas, no pueden tener razón, pero han faltado estadistas aquí y allá, fijando los ojos en ideales y no en intereses. Por eso llegó Trump y el trumpismo, dando más valor a la seguridad que a la libertad. Por eso el trumpismo ha lanzado proclamas urbi et orbi. Y será mejor escuchar, valorar y actuar en consecuencia. Porque ha dicho no presidir una ceremonia de transmisión de un Partido a otro, sino del poder de Washington DF – que floreció como sus políticos- al pueblo; no beneficiado, que pierde los empleos, le cierran las fábricas; o a esa clase media que le arrancan la riqueza de sus hogares y la redistribuyen por el mundo, sin beneficio de la generada y pagada por el pueblo; como madres y niños atrapados en la pobreza, los jóvenes sin educación, en la delincuencia, las pandillas y las drogas. Por lo tanto interesa, no el partido que controla el gobierno sino si el gobierno está controlado por el pueblo, al que quiere convertir en gobernante de la nación.

    Son tantos los parecidos con los podemitas o con los radicales europeos que hace pensar en que siendo gemelos, tronco del mismo árbol podrido, nunca fascismo y comunismo populista estuvieron tan cerca y ambos, tan cerca de nosotros. Seguramente la prosperidad florecerá en USA a corto y medio plazo, pero más allá la autarquía que pretende será tan demoledora para ellos como para nosotros. Tal vez, no finalizará el mandato y se apague la llama. O sí.     


lunes, 16 de enero de 2017

la Opinión de Javier Pipó.

LA AZOTEA

LA BARONESA
16 de Enero 2107


    Ahí tienen a la reina del Sur a punto de comenzar con tiento su dakar por los abruptos territorios del socialismo patrio. Ella tiene tanto derecho como el que más en su Partido para alcanzar el estrellato de la cúspide, y sus muchos seguidores a envolverla en el ardor del aplauso y el entusiasmo embriagador. Y con razón porque son profusas las cualidades que la definen y sabe que ahora, en el atardecer de la socialdemocracia europea, quizá pocos puedan disputarle el esplendor fresco de su juventud.

    Susana es mujer de carácter firme, pero semblante sonriente y feliz; implacable con las sombras amenazantes, pero sencilla y cercana a quien quiere escucharla; fluida en su verbo, aunque sea chica de barrio, nada menos que Triana y para mayor igualdad, casada con un tieso. Ella quiere hacer cosas, siempre lo quiso y por eso revolotea como Violeta, entre Peter Pan y Zapatero. Es tenaz en sus esperanzas, leal a su ideología y consciente del legado recibido de sus mayores que con decisión trata de traspasar a nuevas generaciones. Tiene ambición sobrada y sabe rodearse de quienes son incapaces de sombrear su papel providencial. Y como la imaginación es más importante que el conocimiento- que decía Einstein- ha sembrado ilusiones aunque ya empieza a recoger sufrimientos.

    Pero puede tener éxito. Es verdad que ahora solo pretendería la Secretaría general de su Partido, pero sabe que alcanzada, no hay quien pueda discrepar de su candidatura a la Presidencia del Gobierno de España. También ciertamente le resultará muy difícil llegar a conquistarla pero al menos, desde el Congreso de los Diputados y la oposición no tan leal, puede comenzar la recuperación del socialismo democrático de España, porque el futuro también lo considera suyo. Además ya dio aviso a navegantes ideológicos de la desconfianza, ella es roja pero decente y no ZP que solo llegó a rojo feminista. Y donde va a parar.

    Y ahora no será el tal Pachi, a quien no acompaña ni el apodo, quien le dispute la gloria. Digo, ese gris personaje que siempre llegó de la mano de otros, como mandado, a los que el muy pillín una vez alcanzada la meta abandona, sin conocer cómo y por qué llegó, ni cómo ni porqué quedó. El pobre, arribó a la lehendakaritza creyendo que Ajuria-Enea era la Casa Blanca, igual que a la Presidencia interina del Congreso de los Diputados, con brevedad, porque lo mismo lo hubiera hermanado con el parlamento venezolano. Y lo que es más curioso, de la mano del PP, que ya hay que tenerlo claro, aunque quizá nos arroje luz sobre las partes contratantes de la primera y la segunda parte. De manera que no hay comparación posible si hubiera que elegir entre el multicolorido plumaje de la pava Susana y el rostro  mustio, como recién operado, del pobre Pachi.

    Pero no nos engañemos, la idea de competencia implica oposición casi siempre por interés, cuando se trata de perseguir un mismo objetivo y cuando cada una de las partes pretende suplantar a su rival. Y todavía sería posible la complementariedad, como por ejemplo si ahora volviera a repetirse un nuevo pacto del Betis, pero ello exigiría una relación muy estrecha, aún con autonomía de cada parte. Quizá la base del entendimiento – ahora resulta que ZP apoya a la baronesa- resulte de considerar  procesos no tan opuestos entre sí. Aunque veamos un duelo de titanes al estilo John Sturges, sería como frente al espejo, cada uno reflejo del otro. Y claro, para duelo el que queda al paria Sánchez, al que no acudirán ni los traidores gemebundos que lo alzaron a la gloria efímera de la nada.

    Y nosotros, la mayoría silenciosa, las clases medias/clases neutras que decía Costa, que aún consideramos la necesidad de cambiar el sistema, pero no de sistema, quizá nos gustaría conocer la opinión de estos titanes sobre su plan para luchar contra la corrupción y avanzar en la regeneración de la democracia o su idea para reformar la Constitución y el Estado. O como se podría embridar el desgobierno de las Autonomías y su financiación imposible. Y si tienen algún plan, aparte el diálogo sincero y franco, para evitar el secesionismo catalán y luego el vasco. O como nos prepararemos para defender nuestras fronteras que son las europeas, del asalto masivo del islán medieval. O si debemos jugar algún papel en la defensa de Europa y occidente y su sistema de vida, progreso y libertad o las relaciones que nos preocupan, con USA y la defensa del librecambismo. Mucho arroz para pollos tan escúálidos.


    Estos contendientes y no digamos si concurriera el correcaminos Sánchez, no llegan a entender que detentar el poder, no necesariamente significa estar dotado de autoridad. Porque la autoridad no deriva del poder; emana del prestigio moral, del respeto de los demás, de la sabia actitud de predicar con el ejemplo. La autoridad deriva del ejercicio del poder con sabiduría, como antes de morir aconseja Zeus a su hijo, el mortal Perseo. Ellos solo escucharían a Maquiavelo y sus consejos al Príncipe sobre cómo obtener el poder y conservarlo. Pues ya veremos porque menudos son.

jueves, 12 de enero de 2017

La Opinión de Julián Delgado

Artículo que será publicado el próximo sábado en el Diario "Ultima Hora" de Mallorca


LA METAFÍSICA DEL MIEDO
Julián Delgado. Escritor
   
    El miedo es el sentimiento que más hace sufrir al hombre; por ello, la seguridad es uno de sus bienes más preciados y los poderes públicos han asumido como un deber primordial proporcionársela, dado el valor de lo que protege (vida, integridad personal, propiedad) y el daño psicológico que produce el miedo cuando se instaura de forma permanente. El miedo es una enfermedad moral que afecta también a las sociedades, por eso desvía las sendas de la historia, abre la puerta a la manipulación y legitima políticas de represión y exclusión.
    La seguridad humana no solo se reduce al control de la delincuencia, sino que abarca dimensiones como la ambiental, sanitaria, de los nuevos riesgos tecnológicos, laboral, protección ante catástrofes, estabilidad institucional…
    Los problemas de seguridad no cesan de incrementarse en las sociedades al hacerse más complejas. Los profundos y rápidos cambios que padecemos dan la sensación de que todo se mueve y nada está en el sitio donde siempre estuvo; el orden y las certezas de la vida han cambiado radicalmente. Los antecedentes endógenos de la violencia humana (codicia, ambición, odio, envidia…) se movilizan con más facilidad en la compleja y difícil vida de hoy.
    La desazón aumenta, buscamos respuestas, pero solo encontramos interrogantes. Es probable que la inseguridad en que hoy vivimos no sea mayor que la de antes, pero aquella resultaba más soportable porque entonces se creía en Dios, en Su justicia, en la esperanza de vida eterna. En Occidente, hace tiempo que la fe en Dios se desvanece para ser sustituida por el escepticismo. La ciencia ha sustituido a la religión; la idea de Dios no ayuda a explicar nada que la ciencia no pueda explicar de forma más simple. Pero la religión daba esperanzas que la ciencia no da. El hombre occidental ha quedado sin una esperanza definitiva.

    Sobre esta sociedad escéptica y desesperanzada se ha precipitado el terrorismo yihadista convirtiéndola en su teatro de operaciones. Como volver a creer en lo eterno no parece razonable, tendremos que hallar la seguridad en un relato colectivo que nos cohesione y buscar la felicidad en breves e inciertas alegrías. Tal vez por eso los antiguos imaginaron a los dioses. 

lunes, 9 de enero de 2017

La Opinión de Javier Pipó.

La Azotea

EL TRILLAZO
9 de Enero de 2017

    Y cuando parecía que el horizonte 2017 se presentaba algo más cálido que el desaparecido año en fuga, nos llega el ilustre Embajador en la Corte de San Jaime con un marrón ya casi olvidado y descolorido, pero dispuesto a tomar un tinte más bien multicolor en su viveza, con predominio del negro en su pesambre. Aquí se aprovecha cualquier migaja aunque esté endurecida por el paso de los años o sea penalmente irrelevante o insignificante a estas alturas para reclamar responsabilidad; pero verán cómo encaja en la estrategia imparable de agitprop en marcha. Y ya me dirán comparado con las historias políticas para no dormir que nos esperan. Fíjense que la leal oposición del Régimen – que es toda- no repara en tomar como homilía nada menos que un Dictamen del prestigioso Consejo de Estado. Y claro, uno por lo que oye, parece que pocos han leído sus 82 páginas, y los que lo hicieron casi les da lo mismo, que les da igual lo que diga o deje de decir. Por ejemplo, si pudieron o tuvieron curiosidad por ver y escuchar en la TV de la izquierda pura, dura y extrema el debate o así, sobre el Yak 42, observarían un Bono otrora blandón, destilando demagogia viva, mal estilo, resentimiento y quizá odio; impropio de las responsabilidades de Estado ocupadas, incluido el Ministerio de Defensa; siempre fue actor de primera magnitud, pero su retiro a otras aventuras emocionales no le autoriza a mítines tan penosos como el emitido en cadena, que sepa no es la suya. Otros empleados allí presentes, no hicieron más que cumplir con sus obligaciones profesionales de agitadores.     

     Miren, el Consejo de Estado es una ilustre y docta Institución, de larga trayectoria, ubicada en el artículo 107 de la Constitución, es decir que en su clasificación sistemática pone fin al Título IV titulado del Gobierno y la Administración y no al VI del Poder Judicial. Por eso, queda constitucionalmente definido como “Supremo Órgano Consultivo del Gobierno”. Su Ley Orgánica reguladora, modificada en 2004, le atribuye funciones de asesoramiento al Gobierno, mediante Dictámenes que no son vinculantes y en su caso pueden ser facultativos. Sin duda, la solidez de sus argumentos objetivos, resultan difícilmente rebatibles desde el punto de vista jurídico, siendo fuente para estudiosos del Derecho Administrativo y referencia de la doctrina. Y desde luego, su Cuerpo de Letrados es el más prestigioso de la Administración española, incluida la Institucional, cuyo acceso por rigurosa oposición solo está al alcance de mentes privilegiadas en el logos jurídico, el razonamiento complejo y la aplicación exacta del Derecho.

     ¿Y qué ocurre con el Dictamen emitido en Octubre de 2016 para semejante revuelo? ¿Acaso condena al Embajador o solicita sea enjuiciado por indicio de responsabilidad penal? ¿Acaso por cualquier otro presunto delito contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social o contra la Administración Pública, en cualquiera de sus posibles variedades, por ejemplo prevaricación o cohecho o tráfico de influencias o malversación o corrupción en transacciones comerciales internacionales? porque piden hasta la depuración política en su plaza de funcionario o la fulminación inmediata en su cargo. Nada de eso. Responde a la pregunta del Gobierno sobre las solicitudes de indemnización formuladas por 55 de los familiares de militares fallecidos en el desgraciado y seguramente evitable accidente aéreo ocurrido en Turquía en mayo de 2003. Y el Consejo, tras 82 páginas de relato y motivación aconseja desestimar las reclamaciones sometidas a consulta, al haber recibido por pluralidad de vías compensaciones consideradas adecuadas. También las derivadas de los repugnantes delitos de falsedad cometidos por funcionarios públicos en la identificación de los cadáveres, condenados ya por la Audiencia Nacional.

     Aquí, con independencia de consideraciones de índole moral sin cabida en este comentario, interesa resaltar que el Dictamen vincula el funcionamiento de la Administración militar con el contratista del avión siniestrado, sin admitir desapoderamiento alguno en las competencias que le son propias en cuanto al seguimiento y control del contrato firmado. Resulta penoso comprobar el desprecio de los órganos competentes ante los avisos sobre lo vetusto del avión, procedente del paraíso soviético, y la desvergüenza para un Estado de Derecho y casi moderno, que la adjudicación se realice al quinto subcontratista, con reducción del precio inicial de 149.000 € al final de 38.442 $. Pero miren, a los que hemos tenido ocasión de conocer muy de cerca la gestión, la contratación pública o el control interno de la Administración ya sea en su vía general o la específica económica y financiera, todo el relato del Dictamen nos resulta muy conocido y hasta en relieve. Alguien debería explicar que salvo la Tributaria y la Admón. de la Seguridad Social, hace años que en las Administraciones Públicas, sobre todo las Autonómicas – sí, desde luego la andaluza- y la Local, les fueron neutralizados, cuando no anulados sus órganos de control o simplemente desnaturalizados hasta la indecencia. De manera que si las responsabilidades políticas por los desmanes ocasionados hace años, trece como en el presenta caso, son exigibles hasta los niveles de Ministro o Consejero, e investigables incluso por la Sexta, desaparecerían cientos de políticos, algunos sin haber llegado siquiera a conocer que se encontraban en el ojo del huracán corrupto.


    Quedan unos meses hasta las elecciones que presumo este mismo año, duros y penosos para la Nación, su unidad y supervivencia, así como el progreso. Los enemigos del sistema y la libertad son cada vez más fuertes y los constitucionalistas retroceden hacia el desarme ideológico y su defensa de la democracia. Europa se desmorona como proyecto y tendrá que aprender incluso a defenderse sin el paraguas yanqui y con la dificultad de un libre comercio en crisis. Aquí parece abandonarse hasta el obrerismo por el hedonismo de una sociedad de la abundancia. Con Orwell, en una época de engaño universal, decir la verdad se convertirá en acto revolucionario. Ya veremos.      

domingo, 1 de enero de 2017

La Opinión de Javier Pipó.

La Azotea


...Y LLEGÓ 2017
1 de Enero del Año Nuevo


    Debemos felicitarnos en esta parte del mundo - en la Europa del pensamiento, la ciencia y la cultura- de la llegada de un nuevo año; casi al primer cuarto del siglo XXI desde el nacimiento de Cristo o quinientos años de Carlos V y el surgimiento de las nacionalidades, en situación de paz prolongada, prosperidad ilimitada y bienestar de la abundancia. Situaciones todas ellas no tan comunes en otras regiones del ancho mundo, seguramente gracias a la inteligencia, trabajo, tesón y espíritu de sacrificio de sucesivas generaciones y desde luego el avance en la educación y el aprendizaje de la convivencia de pueblos inmersos en creencias homogéneas como el cristianismo, que la historia ha demostrado eficaces para extender de forma progresiva a otros territorios del universo, la luz de la razón y el progreso humano.

       Pero quizá, una reflexión parecida puede parecer apropiada al mundo de la filosofía de la historia, más que al pequeño panorama de opinión cotidiana que se divisa desde esta modesta Azotea. Aunque a nosotros interesa intentar ver algo más allá del año que finaliza - recogiendo sus miserias políticas - para pronosticar grosso modo el nuevo que llega, a ojos de un liberal independiente, aficionado a la observación de la comunidad política. Y no crean, seguramente el error es posible y deseable, pero mantengo la idea de año perdido para el regeneracionismo de la Nación y su sistema de gobernación y convivencia, y temo igual situación para el que llega, donde la pérdida se hará tan innecesaria como palpable y continuación de la etapa extraviada en la insignificancia de un tiempo que debió ser mejor.

    Aquí, el bravo pero sereno Rajoy, se empeña en hacernos creer en una Legislatura normal en su extensión y fructífera en su contenido. Nosotros sabemos lo imposible de su tesón porque el ímpetu en hacer lo que debió, durante la Décima – la más larga y absoluta en sus mayorías de la etapa constitucionalista- sabe mejor que nadie resulta irrepetible durante la XI y XII, epílogo de lo que pudo y no fue, en poco más de 250 días contados desde el comienzo del asalto de tanta ideología inútil para el avance, de tantas cabezas hueras para el pensamiento constructivo. De manera que el año termina en clima de diálogo infinito y viendo como caen uno tras otro los escasos logros no económicos de su etapa anterior. Y los económicos ya veremos porque finaliza el año sin Presupuesto y con el déficit y la Deuda hacia arriba; en Noviembre, este ya alcanzaba el 2,36% del PIB, cuando en todo el año no debería rebasar el 2,2% y en cuanto a la deuda, mejor no recordar. Y ya me dirán el sistema de Seguridad Social, sin posibilidad de financiación en su actual configuración y dándole vueltas en círculo cerrado a cuántas y cuales prestaciones deben ser financiadas a través del sistema tributario propiamente dicho, es decir, subiendo impuestos. Aunque bueno, como estadistas no faltan, alguien ha encontrado la solución: emitir deuda finalista, porque al final si se declara ilegítima, la operación sale perfecta. Así pues, comenzamos 2017 sin Presupuesto; las Comunidades Autónomas exigiendo más financiación para sostener sus renqueantes y pretendidamente blindados Estados de Bienestar aunque nadie sepa cómo financiarlas sin agravios comparativos; la Seguridad Social en quiebra, con prestaciones en aumento imparable, sin que nadie sepa cómo superar el sistema de reparto, insuficiente tras 54 años de vigencia de la Ley de Bases de 1963, todo lo franquista que se decida pero que dice y mucho de su sólida perfección. Y con el pertinaz y creciente intervencionismo económico de aficionados autonómicos que logran a grandes pasos, la ruptura del mercado único, agravado con la consiguiente incertidumbre e inseguridad jurídica.

    Y no creo de mejor calidad la coyunda política que se acerca, a pesar de la epidemia de buenismo cínico que invade el corazón de los guardianes. Pero el principal agobio, más allá de la política, lo constituye la secesión seguramente imparable de los herederos de Pujol. Sí, el iniciador el pasado siglo de la mecha independentista a través de la distorsión orweliana del neolenguaje nacionalista. Este perillán del 3% estaba en el ensayo del pillaje concienzudo de lo público mientras los entretenía con fantasías históricas a la altura de la idiocia. Y ya ven, les muestra a sus seguidores, sean los más depurados bobos de la burguesía catalana o de la progresía otrora internacionalista, como a tantos tontos útiles siempre disponibles, el camino seguro de la impunidad a través de la inmunidad que proporciona el conocimiento de repugnantes guarradas de Estado. Una joya histórica y un marrón para el pensamiento débil y confuso del batallón de la Abogacía del Estado. Cuando terminen los dictámenes que sirven de alfombra al Palau o el TC dicte todas las Sentencias posibles y Soraya abra más despachos de negociación de “todo lo negociable” ¿se activará con decisión el artículo 155 de la CE? ¿alguien se atreverá a recordar, aún a título disuasorio, la vigencia del artículo 8,1 del mismo Texto constitucional? Pues no lo creo.

    Y pasarán los meses discutiendo sobre la necesidad de modificar la Constitución; pero debate perdido entre tres Partidos socialdemócratas que al pretender lo mismo, lo más que pueden es llegar a ningún acuerdo. Y no digamos sobre politización de la Justicia; como si judicializar los desvaríos políticos no fuera preferible a soportar también una infame invasión política del poder judicial, hasta su puesta al servicio de los partidos. Cualquier cosa menos liquidar el inservible y servil Consejo General del Poder de lo mismo. Y para qué hablar del denominado Pacto nacional sobre educación. Como si aquí el pacto no hubiese sido permanente desde que en 1990 la Logse derogara la Ley General de Educación de 1970: siempre socialista.

    Miren, aquí no ha quedado más póliza de seguro contra la incertidumbre que Rajoy. Es verdad que si alguna vez profesó el liberalismo conservador, ahora se encuentra en estado apóstata. Pero al menos sabemos cómo circula por la socialdemocracia con paso firme, salvo rebelión de los congresistas del mes que viene. Porque ya me dirán lo que queda del pobre Sánchez, ni el Zapa. Yo creo acaba de entrar en el ilustre mausoleo de los bobos de Estado, junto a ZP, Bibiana, Leire y otros que podrían traerse a colación. Claro, porque el socialismo no adolece de líder sino de doctrina, deformada por el maltrato, aunque si fuese Susana la triunfadora, nos quedan días completos de gloria patrios. ¿Y el joven Rivera que tanto prometía como novio de España? Pues lo mismo este año saca plaza de conserje de aquella triste institución. Una pena.

    Decía Diderot al rey: si deseáis tener sacerdotes no podréis admitir filósofos y si admitís filósofos no podréis tener sacerdotes. Ahora no tenemos filósofos ni sacerdotes, ni “azcárates” ni “malladas” ni “picaveas” ni “jóvenes unamunos”. Solo queda lucha a cara de perro entre el impenetrable Rajoy y el comunismo andrajoso y populista de Iglesias, que por cierto es bolchevique en lucha contra otros camaradas blocheviques, en versiones iguales pero distintas del centralismo democrático. Parafraseando a Costa, en 2017 necesitaríamos una revolución en el Estado, pero no del Estado.


Aún así FELIZ AÑO, para todos y todas, faltaba más.