La Azotea
...Y LLEGÓ 2017
1 de Enero del Año Nuevo
Debemos felicitarnos en esta
parte del mundo - en la Europa del pensamiento, la ciencia y la cultura- de la
llegada de un nuevo año; casi al primer cuarto del siglo XXI desde el
nacimiento de Cristo o quinientos años de Carlos V y el surgimiento de las
nacionalidades, en situación de paz prolongada, prosperidad ilimitada y
bienestar de la abundancia. Situaciones todas ellas no tan comunes en otras
regiones del ancho mundo, seguramente gracias a la inteligencia, trabajo, tesón
y espíritu de sacrificio de sucesivas generaciones y desde luego el avance en
la educación y el aprendizaje de la convivencia de pueblos inmersos en
creencias homogéneas como el cristianismo, que la historia ha demostrado
eficaces para extender de forma progresiva a otros territorios del universo, la
luz de la razón y el progreso humano.
Pero
quizá, una reflexión parecida puede parecer apropiada al mundo de la filosofía
de la historia, más que al pequeño panorama de opinión cotidiana que se divisa desde
esta modesta Azotea. Aunque a nosotros interesa intentar ver algo más allá del año
que finaliza - recogiendo sus miserias políticas - para pronosticar grosso modo
el nuevo que llega, a ojos de un liberal independiente, aficionado a la
observación de la comunidad política. Y no crean, seguramente el error es
posible y deseable, pero mantengo la idea de año perdido para el
regeneracionismo de la Nación y su sistema de gobernación y convivencia, y temo
igual situación para el que llega, donde la pérdida se hará tan innecesaria
como palpable y continuación de la etapa extraviada en la insignificancia de un
tiempo que debió ser mejor.
Aquí, el bravo pero sereno Rajoy, se empeña en hacernos
creer en una Legislatura normal en su extensión y fructífera en su contenido.
Nosotros sabemos lo imposible de su tesón porque el ímpetu en hacer lo que
debió, durante la Décima – la más larga y absoluta en sus mayorías de la etapa
constitucionalista- sabe mejor que nadie resulta irrepetible durante la XI y
XII, epílogo de lo que pudo y no fue, en poco más de 250 días contados desde el
comienzo del asalto de tanta ideología inútil para el avance, de tantas cabezas
hueras para el pensamiento constructivo. De manera que el año termina en clima
de diálogo infinito y viendo como caen uno tras otro los escasos logros no
económicos de su etapa anterior. Y los económicos ya veremos porque finaliza el
año sin Presupuesto y con el déficit y la Deuda hacia arriba; en Noviembre,
este ya alcanzaba el 2,36% del PIB, cuando en todo el año no debería rebasar el
2,2% y en cuanto a la deuda, mejor no recordar. Y ya me dirán el sistema de
Seguridad Social, sin posibilidad de financiación en su actual configuración y
dándole vueltas en círculo cerrado a cuántas y cuales prestaciones deben ser
financiadas a través del sistema tributario propiamente dicho, es decir,
subiendo impuestos. Aunque bueno, como estadistas no faltan, alguien ha
encontrado la solución: emitir deuda finalista, porque al final si se declara
ilegítima, la operación sale perfecta. Así pues, comenzamos 2017 sin
Presupuesto; las Comunidades Autónomas exigiendo
más financiación para sostener sus renqueantes y pretendidamente blindados
Estados de Bienestar aunque nadie sepa cómo financiarlas sin agravios
comparativos; la Seguridad Social en quiebra, con prestaciones en aumento
imparable, sin que nadie sepa cómo superar el sistema de reparto, insuficiente
tras 54 años de vigencia de la Ley de Bases de 1963, todo lo franquista que se
decida pero que dice y mucho de su sólida perfección. Y con el pertinaz y
creciente intervencionismo económico de aficionados autonómicos que logran a
grandes pasos, la ruptura del mercado único, agravado con la consiguiente
incertidumbre e inseguridad jurídica.
Y no creo de mejor calidad la coyunda política que se
acerca, a pesar de la epidemia de buenismo cínico que invade el corazón de los
guardianes. Pero el principal agobio, más allá de la política, lo constituye la
secesión seguramente imparable de los herederos de Pujol. Sí, el iniciador el
pasado siglo de la mecha independentista a través de la distorsión orweliana
del neolenguaje nacionalista. Este perillán del 3% estaba en el ensayo del
pillaje concienzudo de lo público mientras los entretenía con fantasías
históricas a la altura de la idiocia. Y ya ven, les muestra a sus seguidores,
sean los más depurados bobos de la burguesía catalana o de la progresía otrora
internacionalista, como a tantos tontos útiles siempre disponibles, el camino
seguro de la impunidad a través de la inmunidad que proporciona el conocimiento
de repugnantes guarradas de Estado. Una joya histórica y un marrón para el
pensamiento débil y confuso del batallón de la Abogacía del Estado. Cuando
terminen los dictámenes que sirven de alfombra al Palau o el TC dicte todas las
Sentencias posibles y Soraya abra más despachos de negociación de “todo lo
negociable” ¿se activará con decisión el artículo 155 de la CE? ¿alguien se
atreverá a recordar, aún a título disuasorio, la vigencia del artículo 8,1 del
mismo Texto constitucional? Pues no lo creo.
Y pasarán los meses discutiendo sobre la necesidad de
modificar la Constitución; pero debate perdido entre tres Partidos
socialdemócratas que al pretender lo mismo, lo más que pueden es llegar a
ningún acuerdo. Y no digamos sobre politización de la Justicia; como si
judicializar los desvaríos políticos no fuera preferible a soportar también una
infame invasión política del poder judicial, hasta su puesta al servicio de los
partidos. Cualquier cosa menos liquidar el inservible y servil Consejo General
del Poder de lo mismo. Y para qué hablar del denominado Pacto nacional sobre
educación. Como si aquí el pacto no hubiese sido permanente desde que en 1990
la Logse derogara la Ley General de Educación de 1970: siempre socialista.
Miren, aquí no ha quedado más
póliza de seguro contra la incertidumbre que Rajoy. Es verdad que si alguna vez
profesó el liberalismo conservador, ahora se encuentra en estado apóstata. Pero
al menos sabemos cómo circula por la socialdemocracia con paso firme, salvo
rebelión de los congresistas del mes que viene. Porque ya me dirán lo que queda
del pobre Sánchez, ni el Zapa. Yo creo acaba de entrar en el ilustre mausoleo
de los bobos de Estado, junto a ZP, Bibiana, Leire y otros que podrían traerse
a colación. Claro, porque el socialismo no adolece de líder sino de doctrina,
deformada por el maltrato, aunque si fuese Susana la triunfadora, nos quedan
días completos de gloria patrios. ¿Y el joven Rivera que tanto prometía como
novio de España? Pues lo mismo este año saca plaza de conserje de aquella
triste institución. Una pena.
Decía Diderot al rey: si deseáis tener sacerdotes no podréis
admitir filósofos y si admitís filósofos no podréis tener sacerdotes. Ahora no
tenemos filósofos ni sacerdotes, ni “azcárates” ni “malladas” ni “picaveas” ni
“jóvenes unamunos”. Solo queda lucha a cara de perro entre el impenetrable
Rajoy y el comunismo andrajoso y populista de Iglesias, que por cierto es
bolchevique en lucha contra otros camaradas blocheviques, en versiones iguales
pero distintas del centralismo democrático. Parafraseando a Costa, en 2017
necesitaríamos una revolución en el Estado, pero no del Estado.
Aún así FELIZ AÑO, para todos y
todas, faltaba más.