Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 26 de marzo de 2015

La Azotea de Javier Pipó

Artículo publicado hoy día 26 en Diario "Córdoba"

LA ERRÓNEA DECISIÓN
 

Ya ven el resultado que cabe deducir de unas elecciones andaluzas, anticipadas, inútiles para el progreso, cuando no retardatarias en sus consecuencias. Y todo por decisión alicorta, equivocada, de una política pitiminí, visionaria de poco, mandona y algo histriónica que por tiempo perdió el tren de Madrid y ahora la veremos afanada en perpetuar el poder casi intacto recibido de sus mayores. Había que preguntar al pueblo si Susana era la mejor y el pueblo dijo no haber otra como ella. Porque es el pueblo mismo, de arrebatos y suspiros, de pantojas y trianas, de sol y desengaños. Había que preguntar al pueblo si ella sería capaz de alcanzar la gloria nacional y la respuesta ha sido muy favorable a seguir aclamándola donde sea menester. Porque funciona ese modelo de pueblo amado antes que administrado.

Ya ven lo que estira un régimen formalmente democrático tras treinta y tres años fantasiosos donde la importancia de ser ciudadano no se mide en su dimensión individual sino colectiva y en consecuencia sometida a los dictados de un poder omnímodo que todo lo sabe, todo lo interviene, todo lo controla, todo lo blinda a favor del pueblo. Aquí la corrupción grasienta acumulada en tantos años ha quedado socializada y en consecuencia tapada con trapos sucios de los nuestros. Todo lo más será señalar con el dedo la corrupción de los demás eso sí, uno a uno, porque hay que verlo como algo ajeno y deleznable. Aquí tan nuestro es lo putrefacto como el paro. Al fin y al cabo, es cuestión de dignidad compartida. Ya ven, recibe un millón cuatrocientos mil votos, tantos como parados. Un parado, un voto. Nadie lo iguala, aunque lo sueñe. Todo quedará en trasladar la utopía otros cuatro años, aunque se contabilicen tantos como el franquismo o el peronismo. Ya instalados en la senda pegajosa del priísmo, todo es igual aunque parezca diferente.

Ya me dirán la urgente necesidad que había de multiplicar por dos la presencia de comunistas en el Parlamento. Visión de Estado que eleva los votos de la izquierda radical desde los 440.000 a 860.000, disolviendo en amalgama corrosiva el comunismo civilizado, institucional y posibilista, en comunismo arcaico, antisistema, autoritario y cutre, a la espera de asaltar el poder desde las instituciones o contra ellas. No parece que con ellos se despeje el panorama de la desertización industrial o de la huida de capitales y de talento o la falta de inversiones para la creación de empresas que hagan crecer la riqueza y el bienestar. Con ellos se multiplicará la necesidad de financiar más Estado-providencia; más empleados públicos de empresas ruinosas; más banca pública; más observatorios inútiles, salvo para el encuadramiento y la movilización; más pobreza y desencanto. Con ellos crecerá el resentimiento contra la libertad.

Ya me dirán la urgente necesidad de convocar comicios para obtener casi 120.000 votos menos y mantener los mismos escaños. Como si la huida hacia adelante la convirtiera en estadista, cuando en tan corto espacio de tiempo no fue más allá de mostrar sus desnudas carencias, su falta de formas y de ideas, salvo esa nueva filosofía de amor por el pueblo, contra el pueblo. Porque la corrupción terminará por estallar, en los tribunales o en la calle y arrasará dos generaciones de políticos inmersos en un vendaval imparable que helará el corazón de mojigatos y gazmoños, de pusilánimes y cantamañanas que inundan lo público subidos a una espiral de impunidad, a veces favorecida por inmunidad de la que jamás debieron gozar.

Ya me dirán la necesidad de neutralizar ahora con malas artes, en vez de combatir en el futuro con nobleza e inteligencia, las posibilidades de un político joven como Moreno Bonilla, honesto y moderado, dispuesto a arrimar el hombro en momentos delicadísimos no solo para Andalucía sino también para la Nación española y el sueño europeo. Este quebrado político ha sido víctima no solo de la briosa Susana sino del desprestigio creciente de un Rajoy que nunca creyó más allá de la regeneración de los libros de contabilidad, ni concibió la política democrática como campo de acción para acrecentar la moral y la ética social. Un desastre sin paliativos con cuatro años de espera que ojalá permita concertar con Rivera, ese otro brillante ciudadano, acelerar la vivificación de un sistema moribundo.

Ya ven, convocar precipitadamente elecciones para convertirse en llave entre lo razonable para salir del hoyo o el autoritarismo intolerante para perforarlo aun más. Miren, los votos de socialistas y comunistas, suponen el 57% del total emitidos y 67 de los 109 escaños. Socialistas, unidos coyunturalmente a populares y ciudadanos, en una apuesta valiente y civilizada, de progreso, bienestar y libertad, representaría el 71% de los votos y 89 escaños. Es una bisagra provisional pero única para abandonar la compañía de Grecia hacia el desastre. Sería como subsanar el error. Imposible.

 

miércoles, 18 de marzo de 2015

La Opinión de Javier Pipó


A CUATRO DÍAS

Acepto como mal menor, una campaña que a la mayoría aburre pero que al menos permite el conocimiento de aquellos arrivistas acercados al mantel de la cosa pública, con más ánimo para el acaparamiento personal que de servicio. Si alguno de ustedes tuvo curiosidad, buscó entretenimiento o mostró simplemente interés, por hacer el seguimiento de estos días previos a las elecciones andaluzas, habrá quedado algo preocupado. Sí, preocupado porque parecía que la temporada de mareas, ocupaciones de plazas, protestas poco pacíficas con rodeos incluso de parlamentos, es decir de protesta y encanallamiento colectivo, podría haber servido a políticos profesionales, ocasionales o aspirantes, para cuidar el lenguaje o evitar decir estupideces sonoras que degradan la democracia hasta la alcantarilla de lo vulgar, cuando no de lo zafio. Pues no, ya ven.

Claro, no todos están en ese nivel de comportamiento o en esa exposición de interiores que no muestran sino vaciamiento intelectual, y desde luego miseria moral. Aquí y ahora, en Andalucía, hubo dos políticos que se han mantenido en posición de decoro y limpieza. Otra, que a pesar de ocupar el vértice institucional y de brillo otorgado por voluntad de la Constitución, ha machacado hasta sus propias ambiciones. Y un tercero que no aguanta ni un minuto más el mantener oprimidas sus vísceras totalitarias.

Juan Manuel Moreno Bonilla, aspirante del PP, pertenece por mérito propio al primero de los grupos señalados. Ha pasado por dos debates difíciles, muy rígidos en su formato, que ha superado por goleada. En el primero de ellos, los comentarios generales no pudieron ser más elogiosos y en este segundo, ha sido arrollador en sus planteamientos, frente a una rival empequeñecida por su pertenencia durante los últimos veinte años a una élite política extractiva que ha saqueado nada menos que treinta y tres largos años material, concienzuda y sistemáticamente, los recursos disponibles en el sector público andaluz. Moreno ha mostrado su cortesía y buenas formas, planteando propuestas regeneradoras y vivificadoras – como el desaforamiento de los cargos públicos-  de un sistema tan corrupto que ha conseguido pueda ser contemplado sin azararse, un decorado de democracia formal que tapona la realidad de un régimen más cercano al PRI que durante setenta años mantuvo México a nivel de mera subsistencia. De Moreno me ha sorprendido su madurez, buen sentido, moderación e ilusión en lo que manifiesta. Pero creo él conoce tenerlo casi imposible, no solo por la dificultad de conseguir los votos precisos sino porque de alcanzar el poder, la trama de corrupción es tan espesa que allá por donde comience a levantar y reparar, provocará daños a intereses muchas veces legítimos y a sectores que de buena fe han participado del festín. Las resistencias serán poderosas y a veces desilusionante comprobar como hacer justicia puede provocar injusticia. Desmantelar el régimen andaluz no durará una legislatura sino una generación.

En cuanto a Maillo, sorprende tanto sus buenas formas que vuelca necesariamente la simpatía a escuchar con el mismo respeto sus propuestas. El problema en mi opinión, su clara militancia en la obediencia comunista que lo aparta naturalmente de quienes amamos y defendemos la fórmula libertad y progreso como objetivo y fin del sistema político. Su defensa de una banca pública- que no el retorno al sistema de Cajas – merece una crítica serena, tanto como el planteamiento. España ya vivió una etapa brillante con Banca pública en manos de las mejores cabezas económica de la época, como mi maestro R. Martínez Cortiña. Tras el descamisado Lara, es un placer escuchar un comunista civilizado como Maillo, aunque estemos en las antípodas del sistema que defiende.

Por el contrario, la intervención de Monedero en Linares, cabeza del amplísimo socialismo giennense pastoreado por el imputado Zarrías, el zar, pone los pelos de punta. Cita a la presidenta del FMI, blasfema sobre sus palabras y la invita a morir para “dar ejemplo”. Es decir, deja entrever el trato que podría recibir cualquier disidente de su sistema de checas del horror que prepara para esta desgraciada Nación. Esta invocación a la muerte deseada, más propia de estalinistas, nazis o los millánastray, nos pone al descubierto el totalitarismo que gana terreno en la universidad española de manos de estos comunistas violentos, incultos, fanáticos y desarrapados que inundan el sistema democrático y que terminarán por arrumbarlo. ¿De qué ciencia política da clase este maestro ciruelo del terror, el engaño y la dictadura? Que se marche a Venezuela, con escala en Cuba, a seguir impartiendo clases de miseria y recibir el salario del miedo, pagado con el dinero que roban al pueblo.

Y la pobre Susana, todo un espectáculo cutre y del peor folclore barriobajero de canal sur. Quizá sus numerosos edecanes, bien pagados con dinero público, le habrán advertido como su función histriónica de la otra noche, fue una buena interpretación que quizá superaran los Morancos en uno de sus populares personajes, o la pantoja y la historia de su madre. Con el uniforme de campaña, su deseo de mandar, hacer hablar y callar a los demás, desencajada, nerviosa y ordinaria, invocando en vano el nombre de Andalucia. Todo el repertorio de lo no deseable, máxime cuando lleva dos sesiones penosas. Un desastre porque muchos llegamos a pensar en sus posibilidades de pacto con populares o de llegar a la candidatura  para la presidencia del Gobierno de España. Le falta nivel, formas y humildad. Le sobra soberbia y ambición. Ha marcado mucha distancia personal con Pedro Sánchez. Ha quedado invalidada incluso para representar al Estado en la Comunidad Autónoma. Pero la votarán. Pues eso.   
  

lunes, 16 de marzo de 2015

La Opinión de Javier Pipó

LA ESPERA (y 2)
 
, ya se que la espera hasta las elecciones andaluza es tensa porque muchos son los intereses en juego y produce estupor que sean las propias victimas las que elijan a sus verdugos. Pero así funciona el sistema y en modo alguno la mayoría pretendemos pueda ni tan siquiera ponerse en riesgo. Pero al menos tendremos derecho a un insonoro pataleo porque si el deseo es la continuidad del sistema es por la fe firme en su posibilidad de regeneración, desde la base a la cúspide y no destruirlo o desnaturalizarlo en un proceso revolucionario sin más horizonte que la dictadura del pensamiento único, la pobreza igualitaria y la libertad al servicio de una utopía solo contemplada por los iluminados de la vanguardia.

, ya se que la percepción de la realidad depende de la posición que se tenga en el escenario donde se desenvuelven los hechos. Y los hechos son tozudos hasta la exasperación, si no ya me dirán como esta sociedad ha podido llegar a grado tal de desestructuración que tras más de treinta años de desgobierno, golfería institucionalizada y corrupción establecida, el mapa electoral mantenga insignificantemente modificados los parámetros de apoyo a la oligarquía política que se sucede así misma, una generación tras otra. Claro, porque aquí existe una firme alianza no escrita pero renovada, entre la derecha del poder establecido desde la desamortización, girando alrededor de la tierra subvencionada y sus industrias de transformación, con el socialismo trincón de los presupuestos públicos allá donde se ubiquen, sea Madrid o Bruselas, porque en eso se han globalizado. Y ese poder establecido ampara los deseos de una parte de la reciente clase media, de la alta y escasa burguesía financiera y un sector de la aristocracia que jamás atisbó en el trabajo método razonable de supervivencia.

, ya se que el pueblo llano se muestra feliz con una televisión pública, “la nuestra”, que desfigurando la cultura, la ciencia y la inteligencia, sirve el saber universal en potitos de información adaptados a las exigencias del poder; con una educación que mantendrá sumidos en la ignorancia global a cuantas generaciones pretendan dar el salto en su autonomía personal fuera del alcance de los que dictan los códigos sociales de conducta; con una Administración autónoma tan gigantesca e insostenible como fisgona y dominadora hasta los alvéolos del sistema, pero preocupada por facilitar al ser posible gratis, el bienestar, el sustento y la dependencia de una proporción cada vez más preocupante de población. Así se logran segmentos sociales amplios sin más horizonte que el resentimiento generalizado, es decir, odio, envidia, hostilidad e impotencia, dispuestos a su conversión en grupos revolucionarios al servicio de cualquier dios. Por ahora, el del Estado-providencia. 

, ya se que toda esta alocada autonomía no tiene capacidad de autofinanciarse y vive pendiente de dar el sablazo de turno al Tesoro de España o al de la UE. En eso no se si Grecia es España pero sí Andalucía. Y no crean lo hacen desde un poder humilde en sus pretensiones hacia quienes le asisten, siendo honrado en la utilización de lo que recibe y presto a explicar los resultados, como el siervo malo y negligente en la parábola de los talentos. Para nada. Aún a sabiendas de sus limitaciones en todo menos en desvergüenza. Es un poder encarado de forma permanente con quienes le pagan el festín y como en la parábola, “segando donde no siembra y recogiendo donde no esparce”.

, ya se que Susana es material sensible para la clase política y en ella han puesto sus complacencias hasta Felipe González, ese príncipe de la internacional socialdemócrata que pasea entre los ricos del mundo su pedigrí de ave excelsa. Claro, desde su altura inalcanzable observa con desdén el oscuro devenir de un socialismo entre las cloacas y los cuchillos vengadores de puertohurraco. Un socialismo desnortado al perder la brújula de la democracia y la libertad y escuchar cantos de sirena de los liberticidas del chándal y el dios estado. Y naturalmente prefiere aunque sea a Susana. Y yo.

, ya se que el pacto entre socialdemócratas y liberalconservadores no es posible ni en Andalucía ni en España. ¿Acaso no es necesario para impulsar una lucha decidida y casi definitiva contra la corrupción que está impidiendo consolidar cualquier avance económico y mejorar la moral social y la esperanza de una democracia avanzada? La decencia colectiva; los principios y valores de una sociedad organizada no se reconquistan desde la confrontación, el temor a la pérdida del modelo social y la amenaza de una radicalización antisistema. Y ya me dirán el reto de una UE amenazada por el comunismo totalitario de Syriza o el salvajismo del islamismo yihadista. 

No temo la permanencia del socialismo en Andalucía, siempre que mantenga el respeto constitucional y en consecuencia la preservación de la libertad. Me preocupa una gobernación inconsistente de una señora vociferante, escasa de conocimientos y sobrada de ambición personal. Produce temor que su discurso vocinglero invocando el “daño horrible infringido por la derecha en tres años a Andalucía” cuando su Partido ha gobernado 21 años en España y 32 en Andalucía, con su participación activa los últimos veinte. La mentira no puede seguir siendo instrumento de acción política. Pero me alegra saber su decisión de no pactar con Podemos, de igual manera que puede apenarme su desprecio hacia los populares. Si ahora contempla la posibilidad de pactar con Ciudadanos es porque los ve próximos, muy débiles e inexpertos, sin cuadros, ni estructura, por lo que calcula el tiempo que puede tardar en engullirlos.


Ojalá el futuro de España no se geste o condicione el domingo, aquí en Andalucía. Aún quedan las municipales, las de trece Comunidades, las de Cataluña y las Generales. Menudo calendario y menudo panorama como el espíritu santo no derrame su luz sobre el noble pueblo español. Pues eso.   

sábado, 14 de marzo de 2015

La Opinión de Javier Pipó

ESPECIAL SEGUNDO ANIVERSARIO DE LA ELECCIÓN DEL PAPA FRANCISCO

Atendiendo la petición de un lector, vuelvo a editar La Azotea sobre el Papa Francisco, con motivo de su segundo aniversario como tal.

Es el publicado en el Diario "Córdoba" el día 9 de Agosto de 2013 con el título EL JESUITA  que con gusto, aunque con algún rubor por la autocita, lo traigo aquí.

Pero no puedo evitar el recuerdo al otro Papa vivo, Ratzinger, el para mí más sabio Papa de los últimos cuatrocientos años. Sobre él, me atreví a escribir también en La Azotea el titulado así RATZINGER publicado por el mismo Diario e igual columna, el día 21 de Febrero de 2013, ocho días antes de abandonar con humildad el Papado.
Traigo ambos artículos como sencillo homenaje a tan grandes personajes del occidente cristiano .
 
,
RATZINGER
Publicado en Diario "Córdoba el 21 de Febrero de 2013

Solo siete días para el 28 de febrero, jornada histórica que dejará huella indeleble en la vieja y decadente Europa.
Ese día, a las 20 horas, Ratzinger, el cardenal-intelectual, filósofo y teólogo de raíces hegelianas abandonará silenciosa y definitivamente la cátedra papal para retirarse a rezar y meditar. Su prodigioso cerebro le llevará a recorrer pausadamente una vida apasionante de hombre bueno, humilde y grandioso.
Ejemplo de maestro sublime, capaz de recorrer el más profundo y variado pensamiento universal. Neokantiano, influenciado por el existencialismo de Heidegger o Jaspers; apasionado de Agustín de Hipona, Buenaventura, Teresa de Jesús o Juan de la Cruz. Admirador de Kart Rahner y dialogante con Küng. Hombre respetuoso con otras religiones y defensor del derecho a la libertad religiosa, llegó al Vaticano II como reformista, abrumado y marcado por un pensamiento esencialmente histórico, basado en las escrituras y en los Padres de la Iglesia. Seguramente poco comprendido cuando defiende que el cristianismo no es un moralismo y sí un cuerpo doctrinal   incompatible con la adhesión a sistemas de dominación y opresión de cualquier signo.
Pero el catolicismo tradicional y conservador recela de él porque no oculta su desprecio por el cristianismo neopagano, que idolatra el dinero, la fama, el placer o el poder. Crítico con la nueva/vieja sociedad del relativismo y la ausencia de valores humanos, ha sido el último Papa en una Europa universal y el primero de su imparable decadencia.
Ese mismo día y a la misma hora estarán finalizando en Andalucía movilizaciones convocadas y encabezadas por los mismos de hace 33 años. Desfilará el mayor ejército europeo de desempleados, con idénticas banderas de utopía evanescente e innecesaria, avanzando entre auseabundo olor a espesa corrupción. Es el contraste entre tres mundos. Este es el tercero.
EL JESUITA
Publicado en Diario "Córdoba" el 9 de Agosto de 2013

He dedicado desde diciembre del pasado año tres comentarios a los jesuitas. Porque no me resulta indiferente que en estas sociedades paganizadas, nihilistas y de egoísmos estructurales pueda ignorarse la fuerza espiritual más intensa e importante del mundo occidental desde 1540. Un ejército de 18.000 hombres de negro, esparcidos por el mundo, dominando todos los campos del conocimiento humano; creadores de pensamiento, formadores de valores y principios; que imparten competencia profesional en sus 230 prestigiosas universidades y que prosiguen su incansable labor de baluarte del cristianismo y del Papado.
Pero que ahora son el Papado mismo. Ahora alcanzaron por vez primera la cúspide de la organización eclesial católica. Ahora les toca su defensa y preservación total.
Y no hay nada casual. No puede ser casual que a Benedicto XVI, un Papa sabio, reformista a quien abrumaron por su pensamiento esencialmente histórico, basado en las escrituras y en la doctrina de los Padres de la Iglesia; influenciado por Heidegger o Jaspers; que defiende que el cristianismo no es un moralismo y sí un cuerpo doctrinal incompatible con los sistemas de dominación y opresión, le suceda en vida un jesuita.Es esa precisamente la primera revolución, el acceso al pontificado del jesuita Bergoglio. Sin demora, porque su edad no le permite una espera incierta. Aunque también por vez primera forzando una renuncia pactada y causal. Es la culminación de un acelerado proceso que haga encajar sabiduría y acción. Es el gobierno de una esperanza para la Iglesia y el cristianismo, del mundo civilizado y su modelo de sociedad. Es la lucha por la justicia sin provocar injusticias, de diálogo sin aspavientos. De la presencia del primer Papa político que busca rehabilitar la política como supremo acto de caridad.
Bergoglio, que no actúa ni escenifica, sabe que vive una época de cambio, pero no le asusta el cambio de época. Y para ello introduce algo desconocido hasta el momento: la fe es revolucionaria. Y ello provoca la atención de las cancillerías de los grandes países y sobre todo del mundo comunista.
Pero no es un Papa peligroso ni impertinente. Simplemente jesuita. Sin miedo a morir ejerciendo de apóstol. Sabiendo que la felicidad no se compra y la dignidad se adquiere con lucha y esfuerzo. Y por ello pone en acción la doctrina social de la Iglesia, anquilosada entre oropeles, riqueza y soberbia, exigiendo hablar de justicia, de libertad con dignidad, de ética con trascendencia.Ni siquiera es casual su viaje a Brasil, la patria de Leonardo Boff, a explicar la Iglesia de los pobres y donde se sitúa.
Hay quien quiere situarla junto a las doctrinas totalitarias y liberticidas que girando alrededor del comunismo, conducen a la destrucción del ser humano, de la naturaleza y del sistema económico, sumiendo a las sociedades que lo experimentan en la pobreza y la indignidad.
Tampoco la Iglesia de los pobres debe quedar bajo el dogmatimo revolucionario de la Teología de la Liberación, ni quedar inserta en el capitalismo salvaje e insolidario que requiere un fuerte intervencionismo estatal para reconducir sus excesos. Pero que, en última instancia, crea riqueza, bienestar y progreso.
Quisiera interpretar que no existe una Iglesia de los pobres, sino una Iglesia con los pobres, es decir, con los marginados sociales, basada en su Doctrina social, que defienda ardientemente y sirva de contravalor al islamismo y al relativismo.Por usar la terminología papal, los pobres, nunca tuvieron Iglesia. Los ricos nunca la necesitaron, sino más bien una Iglesia que bendiga sus intereses.Pero la Iglesia debe ser de todos, incluso de los que no siendo pobres – estamos en sociedades mesocráticas-  aspiran a una vida trascendente, de ser humano religioso.
La Iglesia con Bergoglio tiene el derecho y el deber de mantener encendida la llama de la libertad.

 

jueves, 12 de marzo de 2015

La Azotea de Javier Pipó en Diario "Córdoba"

Artículo publicado hoy, día 12 de marzo

LA ESPERA

Pues solo diez días se cuentan para disfrutar de la en otro tiempo considerada fiesta de la democracia y que hoy nos aliviaría saber que esa fecha no sea la que marque a bombo y platillo el fin de fiesta. Desde luego la presunción de resultados de las inmediatas elecciones andaluzas señala un vuelco histórico, pero no hacia el progreso sino hacia la aventura de lo tenebroso.
 
En esta columna del pasado 29 de enero no salíamos del asombro provocado por la precipitada convocatoria. Resultaba difícil encontrar motivaciones de interés general en la decisión de la Presidenta. Si acaso, una determinación de corto alcance cuando no razones de ambición personal de imperdonable torpeza.
 
De manera que innecesaria y precipitadamente se convoca conocer la opinión de los ciudadanos por un poder carente de criterio hasta sobre su propio programa, así como de valentía y coraje para hacer frente decidido, contundente e irreversible a la corrupción institucionalizada. Sistema generado durante más de treinta años de control público excesivo, envolvente, total, que se supo mantener mediante la dependencia exterior, la propaganda, el subsidio y la utopía permanente. Y esa falta de decisión de luchar contra la propia corrupción, llevó a identificarla con el sistema institucional vigente, hasta extender la creencia ya generalizada de que convivir con lo corrompido es normalidad cotidiana, civilizada. Y claro, resulta imposible reconocer el fracaso político total en conseguir el avance económico y el desarrollo social y educativo paralelo a otros territorios europeos y nacionales. Porque aquella negra causa trae este efecto perverso.
 
Produce especial irritación que a estas alturas se pretenda combatir la corrupción con la creación de un organismo como la Oficina Antifraude o bobada similar. Porque hemos asistido, sin reacción alguna, al desmantelamiento sistemático hasta la vanalidad de los órganos de control interno como la Intervención, en el ámbito de legalidad económica, financiera y contable o la Inspección General de Servicios en el de legalidad general. Se ha politizado hasta la náusea ese órgano parlamentario denominado Cámara de Cuentas, vegetando entre lo costoso e inútil. Y no digamos el espectáculo circense de las comisiones parlamentarias, preguntas, interpelaciones o mociones en este terreno esencial del control del ejecutivo en el gasto público, en su legalidad, eficacia y eficiencia. Hemos resistido una Ley General de Hacienda Pública vigente desde 1983 pero modificada más de veinte veces, hasta llegar al Texto Refundido de 2010, cambiado hasta el momento en otras nueve ocasiones. Un galimatías que cuando menos deja la legalidad en el terreno de la inseguridad jurídica por donde husmean avispados cazasubvenciones o tuercebotas creadores de fantasías contables, cuando no de chusca ingeniería financiera. Pero ningún cancerbero del poder encontró momento para crear un Cuerpo de Intervención propio, pero sí 125 entes de Administración sumergida.
 
¿Cuál es pues el balance presentado ante unos ciudadanos rendidos a los encantos del Estado-Providencia? Tan escaso como enormes los hándicaps sembrados al futuro de Andalucía, que vive como otras varias comunidades un sueño imposible en su estructura actual y que ojalá desconozcan las siguientes generaciones. Ya me dirán la consistencia de una organización casi estatal que necesita para subsistir los medios financieros proporcionados por la llamada solidaridad europea o más eufemísticamente interterritorial. ¿De qué autonomía hablamos? Pues de la autonomía dependiente, de la precariedad de los recursos propios y del mayor paro del continente europeo.
 
Ya ven, del FLA, Andalucía ha recibido casi 11.500 millones en tres años, más otros 5.000 para pago de proveedores y otros 3.000 que recibirá este año del que llamarán de Facilidad Financiera o algo así. Es decir, gaste lo que pueda y finánciese a coste cero. Otro chollomontoro demostrativo de la ausencia de voluntad para replantear la estructura del Estado y dotarlo institucionalmente de lo que es y no de lo que aparenta. Pero ni siquiera quieren modificar el disparatado sistema de financiación, en una apuesta suicida por esperar la propuesta constituyente de los que vienen.
 
Y mientras, veremos desenvolverse Andalucia con una población ocupada de solo 2,7 millones, como en 2003; casi 1.400.000 parados; más de un millón de jubilados y casi 600.000 asalariados del sector público. Quedamos a la espera de que la genial convocatoria nos conduzca nuevamente a la situación anterior. Al pacto de progreso. Pero con la satisfacción de ser los primeros al menos, en introducir en gobiernos democráticos el virus liberticida del populismo, eso que con eufonía Touraine calificaba como tentativa de control antielitista del cambio social. Pues eso, me quedo con Heidegger y su disposición fundamental ante la nada.

lunes, 9 de marzo de 2015

La Opinión de Javier Pipó en Diario "Córdoba"

Hoy publica el Diario "Córdoba" esta colaboración en su contraportada, con ocasión de la campaña electoral para las elecciones al Parlamento andaluz

LA DÉCIMA

Esta es la décima convocatoria de elecciones en Andalucía desde mayo de 1982 tras la primera edición del Estatuto. Es decir, treinta y tres años de poder monocolor y dos generaciones en busca de una utopía cada vez más lejana.
 
Difícil hacer un diagnóstico, más propio del campo de la psicosociología que de la política económica. Muy difícil pronosticar el futuro, partiendo del sombrío resultado de las encuestas. Pero sí cabe afirmar que la historia de la autonomía andaluza es mezcla de esperanza y desilusión; avance y retroceso económico, social o del bienestar colectivo.
 
Es verdad que desde 1981 a 2010 el PIB creció un 122,5%, pero no es privativo solo de Andalucía sino del resto del territorio español y otras áreas del mundo, de forma mucho más intensa. Y ello a causa de una relativa paz internacional, cambios tecnológicos espectaculares e incidencia dinamizadora de la globalización. Y desde luego la integración europea. Pero el crecimiento económico no se compadece con su distribución personal, de tal manera que en 2011 el PIB per cápita andaluz es similar al obtenido en 1982 y según sea fase expansiva o de crisis, ha representado desde el 72,6% del nacional a ocupar el penúltimo lugar. Y es que la población andaluza, aun representando el 18% de la española, solo produce el 13% del PIB nacional. Hay un enorme desfase entre lo producido, la renta generada --donde el gasto público representa más del 26%-- y la demanda interna, lo que gastamos en consumo e inversión. El equilibrio se logra con elevado endeudamiento y transferencias públicas de España y Europa, de donde llegaron más de 70.000 millones de euros.
 
Andalucía necesita transformar su sistema productivo haciéndolo más competitivo; disminuir los desequilibrios económicos y sociales para ser sociedad más justa y unas instituciones públicas mucho menos corruptas para tener futuro. Y desde luego ningún experimento de democracia popular o comunismo de chándal.
 
Recordando a Ionesco, las ideologías nos separan, los sueños y la angustia nos unen.