Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

miércoles, 23 de agosto de 2017

La Opinión de Julián Delgado

Artículo del escritor Julián Delgado que será publicado por el Diario “Última Hora” de Mallorca, el próximo sábado día 25


ESTADO DECORATIVO
Julián Delgado. Escritor               


      En cuanto se tuvo conocimiento del atentado en las Ramblas, el ministro del Interior y su plana mayor deberían haber cogido un avión y aterrizado en la Ciudad Condal; haber establecido el Gabinete de crisis en la Delegación del Gobierno, haber convocado a autoridades y responsables de los Cuerpos Policiales, haberles repartido funciones, respetando la actuación y competencias de los Mozos, convocado a la prensa, y, en suma, haberse responsabilizado de la gestión de la respuesta al grave atentado.

      En cambio, la Generalitat, que se vio en el foco de atención del planeta, decidió hacer un uso propagandístico de la masacre, monopolizando el interés mediático, para mostrarse como representante de un país prodigioso. Presumió Puigdemont, cínico y falaz, de personalidad forjada a lo largo de los siglos, país de convivencia y libertad, cuando llevan años enfrentándolo entre sí. Romeva se desgañitaba para que los medios extranjeros no se refirieran a la policía española, sino a la catalana, que, por cierto, ha desempeñado su labor de forma solvente. Y el conseller de interior, Forn, creyéndose ya ministro de un Estado independiente, dividió a los muertos entre catalanes y españoles.

      En fin, el Estado fue suplantado por sus enemigos y se proyectó de él la imagen de una vieja superestructura decorativa.

      Todo esto pudo darse por la dejación irresponsable del Gobierno: Zoido llegó 45 horas después del atentado y Rajoy 24. Pero cuando aparecieron, protagonizaron una actuación vergonzante: se convirtieron en invitados de piedra de Puigdemont, accedieron a reunirse en la Consejería de Interior, en la que el ministro no sabía dónde ponerse y el presidente parecía el de un país extranjero que iba a dar el pésame. Después de tomar la palabra Rajoy, cerró el acto Puigdemont, haciendo saltar por los aires las normas protocolarias. Ausentes y bloqueados los cuerpos de seguridad estatales, convertido el jefe de la policía autonómica en estrella rutilante, daba éste cumplida cuenta de la marcha de los acontecimientos mientras los representantes del Estado parecían enterarse de ellos a la vez que el resto de ciudadanos.


      Lamentablemente, la Generalitat consiguió hacer trizas la pirámide de poder del Estado.

lunes, 21 de agosto de 2017

La Opinión de Javier Pipó

La Azotea

A PROPÓSITO DE LA BARBARIE
21 de Agosto 2017


      Estremecedor resulta el espectáculo sangriento con que el yihadismo mugriento y asesino es capaz de sembrar las calles de Occidente, ante el asombro de los bienpensantes ciudadanos occidentales de sociedades opulentas, que decía J.K. Galbraith. Pero me posiciono con el pensador de moda allá por los cincuenta del siglo pasado, en que es muchísimo mejor estar firmemente anclados en la insensatez que hacer rumbo a las revueltas aguas del pensamiento; hoy seguro, sería incapaz de articular palabra. Desde luego nadie intenta discutir lo que resulta mejor para la comodidad de cada día, en que un Estado generoso, pomposamente denominado de Bienestar bien nutrido por asfixiantes impuestos, ha de velar por nuestra tranquilidad desde antes de nacer hasta después de morir, salvo el pequeño engorro del  impuesto sucesorio; pero no crean porque ha degenerado y esconde una gigantesca estafa en sus entrañas, a estallar antes que tarde.

      Pero fíjense en nuestro caso en que el Estado soporta no una Nación - discutida más que discutible- sino quizá diecisiete o treinta y seis; ni siquiera acuerdo en su número, ni en sus características, ni en su contorno físico. Mucho menos en sus competencias o en la forma en que debe financiarse. Es igual porque lo importante es crear a su alrededor núcleos de poder tan costosos como inútiles, cuando no perjudiciales a lo que todavía internacionalmente se conoce como España. Y esos núcleos de poder disueltos en multitud de instituciones, órganos, entes, empresas, observatorios y demás apaños, se autojustifican produciendo miles de normas de instancias superpuestas, incluso sobre el mismo territorio, haciendo imposible su conocimiento y no digamos el cumplimiento. Pues ya está, porque en vigor continúa el axioma de que el desconocimiento de la ley no excusa el cumplimiento, con lo cual el ciudadano se encuentra tan indefenso como a merced de cualquier veleidad del poder de turno que le arrebatará hasta su dignidad si no encuentra antes de cinco años el amparo judicial. Y ya sé que la descripción no es a tiempo real sino meramente premonitoria y no solo de España sino desgraciadamente aplicable también a la deriva europea.

      E insisto en lo nuestro al quedar dibujadas características propias, inigualables. Una Nación pujante en lo económico, gracias desde luego al batallón de contables del PP, que alcanza su máximo nivel de incompetencia política quizá siguiendo el principio de Peter, más de actualidad que nunca. Una clase política detestable, cobarde hasta la náusea, capaz de ceder en principios nunca propios, destructora de valores que nunca supo mantener, dispuesta a modificar una Constitución modelo de libertad, progreso, democracia e igualdad que casi nunca supo o pudo cumplir y hacer cumplir. Ahí tienen la rebelión catalana, modelo viviente de sedición narrada a tiempo real y financiada a golpe de fla, en dinero contante y sonante. Y todavía tienen el descaro de asegurarnos que no habrá referéndum, ni independencia, aunque no sepan cómo frenarla ni porqué. Ni siquiera son capaces de aplicar los preceptos constitucionales teóricamente en vigor. Pero claro, los siniestros atentados de estos días lo mismo hace variar el calendario independentista y da tiempo exigir del Estado proporcione tanquetas a los Mossos y más dinero al pròcess. Desde luego por mucho que suba la alarma, el Ejército no patrullará las calles catalanas por si lo toman como de ocupación; unos políticos para olvidar. Habrán observado que el caos terrorista pone de manifiesto el competencial de un Estado inútil que no tiene más presencia en Cataluña que para dar el sentido pésame con solemnidad y alevosía. Y la Justicia? Pues irritada como el Rey, porque este no es Juan Carlos y sabe se la juega cada día que amanece, si no se lo recuerda la consorte real, con más información subterránea de la que aparenta.

      Pues nada. Vamos a consensuar, incluso con los enemigos de la democracia y el sistema, nueva Constitución que responda a una nueva mayoría social. En consecuencia nada que ver con la arqueológica del 78, dictada a exigencia de una burguesía capitalista y oligárquica. La nueva será popular y cercana, dando cabida a cuantas naciones existen o puedan surgir; dotada de un modelo social y económico que sepa responder a las necesidades de las clases populares y permita el acomodo y alcance del paraíso ofrecido por un renovado frente popular regido por Sancheiglesias, clarividente hombre de Estado al que gozosamente apoyarán podemitas y otros compañeros de pelaje y equipaje.             


      Me temo que esto no hizo más que empezar. Literatura hay circulando para poner los pelos democráticos en punta, en cualquier lugar de España pero no digamos en Cataluña – trufada de cientos de miles de islamistas dispuestos ya a que se aplique su ley y no la impía cristiana- o en Sevilla, Córdoba- con la espada catedralicia hincada en el corazón mismo del islán- o la simbólica Granada, que puso fin a la yihad que les llevó hasta Poitiers. Es onda expansiva con más de mil años y por eso admirada por el bisoño aunque cruel internacionalismo comunista, de solo cien. Mientras, las fronteras abiertas para quien ilegalmente quiera venir a disfrutar gratis de un pujante Estado de Bienestar, generoso hasta la ruina y estúpido hasta la risa. Lo mismo se abrió demasiado la mano del buenismo estéril. Comenzó la era de la barbarie.    

sábado, 12 de agosto de 2017

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

La Azotea

EL ANTICIPO
12 de Agosto 2017

     
      Pues a mí la encuesta del CISS del pasado mes de julio, me ha revuelto hasta el pensamiento. Es verdad no soy muy optimista sobre el desenvolvimiento de la realidad sociopolítica europea y en mayor medida española; en consecuencia poca sorpresa para mi marmólea percepción. Y por otra parte, reconozco no encontrarme entre los fervientes devotos de este tipo de investigaciones, aunque reconozca el avance en la exactitud, operado desde la aplicación de técnicas matemáticas muy sofisticadas por lo que explican, dado mi desgraciado alejamiento intelectual de esta maravillosa ciencia exacta. Ya ven, el estudio llevado a cabo a través de 2.490 entrevistas en 48 provincias y todas las CCAA, tiene un margen de error, en más o en menos, de solo un 2%. Pues menuda realidad describe y menuda predicción dibuja. Pero ya digo, aquellos entusiastas que persisten en conocer mis opiniones, saben cómo vengo defendiendo encontrarnos inmersos en plena hegemonía cultural de la izquierda, porque siguiendo a Gramsci parecen estar convencidos ser la clave para el cambio revolucionario; el pobre zoquete Maduro cree que todavía es posible a punta de bota y así le va a pesar de los consejos e informes remunerados de la casta de Podemos o seguramente por eso. El caso es que la hegemonía reinante va a la creación de un hombre nuevo que obtendrá una nueva mentalidad a través de la propaganda y la educación de los jóvenes. Y en eso estamos. Con rotundo éxito.

           No crean que solo yo soy el pesimista porque según la encuesta, la situación económica es buena o muy buena para el 6´9% de los encuestados y mala o muy mala para algo más del 73%; y dentro de un año, será igual o peor para el 61%. Y la economía es la joya de la corona, quizá con razón, de la era Rajoy. El resto, pues de pena. Solo el 3´5 dicen ser buena o muy buena la situación política y el 71% mala o muy mala y dentro de un año se atreven a pronosticar, a pesar del brioso Rajoy que dice seguirá, será igual o peor para el 71´5%. Y es que este pueblo otrora noble y caballeroso se hace a golpe de estatismo receloso y egoísta, solo pendiente de sus veleidades mayormente paganizantes e idólatras. Por eso, a pesar de lo transcrito, el 84´6% de los entrevistados dice que su situación económica personal será mejor o igual el próximo año, porque este 2017 es buena o muy buena para más del 35% y mala o muy mala solo para el 14´7%. Tan es así que para cerca del 80% de los estudiados es poco o nada probable puedan perder el empleo, a pesar del 70´6% proclamando que el paro es el principal problema de España. ¿Entonces donde radica la clave?

            Pues naturalmente la clave, como dicen los voceros de la extrema izquierda comunista; su aliado el nuevo socialismo de Sánchez; sus poderosísimos medios de comunicación y los intelectuales orgánicos mayormente succionando el Presupuesto, es el PP y Rajoy a los que hay que barrer del mapa político para comenzar un nuevo periodo de esperanza. El resultado: al primero – al PP-  no lo votarían nunca el 55´3% de los encuestados y el voluntarioso Rajoy merece poca o ninguna confianza a casi el 80%. Pues vamos de lujo porque el gentío se autodefine como conservador, democristiano y liberal en un escaso 31%, mientras que el 33´5% se declara progresista, socialdemócrata, socialista o comunista. Eso conlleva que por simpatía o cercanía a los partidos tradicionales casi el 25% se siente de centro derecha – incluyendo a C´s que ya es fantasía- frente al 33% de centro izquierda, sin incluir la basura ideológica más allá de IU. Si a todo lo anterior se une el entusiasmo logrado entre los españoles con su sistema de distribución territorial del poder, nos da un panorama desolador para imaginar un futuro Estado más reducido pero más eficaz, eficiente y controlado. Eso sin contar el explosivo catalán que no interesa a casi nadie; ya ven. Así, el 40´6% prefiere el actual Estado autonómico tal como está, increíble pero cierto, incluso un 15% más, preferirían unas Comunidades con más autonomía. 

               Miren, sin otras disquisiciones históricas que serían del mayor interés, la socialdemocracia resultó esplendorosa desde el final de la II GM hasta el hundimiento del sovietismo en 1989. La creación de la Internacional socialista en 1951; el congreso definitorio de Bag Godesberg en 1959 o el XXVIII Congreso en Suresnes del PSOE en 1979, son hitos esenciales en su historia europea. Pero el socialismo español desde su fundación siempre consideró la democracia como mera transición al socialismo, salvando la levedad de los moderados Fernando de los Rios y Julián Besteiro, de ahí su rechazo al pensamiento de Adler, Jaurès, Kautsky o Bernstein. Es Felipe González – con sus errores, de los más brillantes estadistas del siglo XX- quien saca al socialismo de su miseria marxista y autoritaria. Y se coloca más cerca de la “tercera vía” de teóricos como Giddens – asesor de Tony Blair- intentando trascender tanto la socialdemocracia a la antigua – socialfascistas le denominaban los comunistas- como el llamado neoliberalismo, del que solo se conoce su versión liberal, sin más. Y pretenden reducir la diferencia entre izquierda y derecha a la igualdad y el papel que debe jugar el Estado en su fomento.


               La llegada de un nefasto ZP al Gobierno de España y el remate circense del inane Sánchez, con teóricas mamarrachadas como el Estado plurinacional, hará desplomarse un histórico PSOE en los brazos siniestros de los castrochavistas de Podemos, fuerza que debería estar ilegalizada hace tiempo, como lo estaría la de signo opuesto, si existiera. No conseguirán el poder, pero el asalto al Estado y el cambio de sistema con una nueva Constitución – sepultada la de 1978, hace años moribunda por falta de defensores patriotas- sí será posible en la fusión Sancheiglesias, como en 1936. Es el angustioso anticipo de la Encuesta.  

jueves, 10 de agosto de 2017

La Opinión de Julián Delgado

Artículo que será publicado en el Diario “Ultima Hora” de Mallorca el próximo día 12 de Agosto

Perfidia
Julián Delgado. Escritor

      Sánchez ha asumido la tesis del PSC y PSE de la plurinacionalidad de España, y la ha convertido en dogma y talismán para el nuevo PSOE, para borrar del mapa ideológico socialista uno de sus principios esenciales: la igualdad de todos los ciudadanos. Como nadie ha explicado en qué consiste el plurinacionalismo y no existen en la actualidad referencias en otros países, es preciso que Pedro nos lo aclare. De momento, en cada uno de los cinco congresos regionales se ha dicho una cosa distinta.

      Por lo que han afirmado, pretenden que el modelo de marras no afecte a la soberanía nacional ni al modelo básico del Estado. Si es así, defraudará a los nacionalistas, pues, para ellos, el término nación es una exigencia política ligada a la aspiración soberanista. Así, la reescritura del artículo 2 de la CE sería innecesaria, ya son reconocidas las naciones culturales. Su modificación podría desembocar en el caos. El Estado democrático se compone de ciudadanos libres e iguales, no de naciones con poderes distintos.

      Si por el contrario, lo que pretende el PSOE es reconocer las aspiraciones nacionales dotando a ciertas comunidades de mejor financiación, más competencias, Justicia entre ellas, mayores inversiones, quitas fiscales..., o sea, asimetrías de poder y de recursos, sería un burdo error y una perfidia política. Resultaría sorprendente que esa fuera la propuesta de un partido de izquierdas, que se sumase a la exclusión, base de la construcción ideológica del nacionalismo, que sólo acepta la identidad nacionalista, superior al resto, y se cree con derecho a imponerla. ¿Es socialista premiar con privilegios el mezquino egoísmo de los que se quieren separar para no tener que ayudar a las regiones más pobres y por considerarse superiores?


      Zapatero asumió, antes de conocerlo, el Estatuto de Maragall, que acabó en el más rotundo de los fracasos y fue el origen del desafío de hoy. Ahora es Sánchez el que, siguiendo a Iceta y Elorza, asume esa patochada de España nación de naciones. Pienso que para que haya tomado tamaña decisión en materia tan crucial, han confluido la obsesión por desmarcarse del PP, el oportunismo, una ambición patológica y su ignorancia supina de la historia de España.  

martes, 1 de agosto de 2017

La Opinión de Javier pipó


LA AZOTEA

El día 7 de Abril de 2007, el entonces Presidente del Gobierno de España, José Luis Rodriguez Zapatero, remite una carta al dictador comunista Fidel Castro que diez días después es publicada por el Diario “El Mundo” en la columna Canela Fina del periodista Luis María Ansón, de la Real Academia Española.

La carta es modelo de sumisión intelectual y desvergüenza absoluta impropia de un Gobierno perteneciente a la Unión Europea. Zapatero continua apoyando la dictadura venezolana, por la que siente fascinación al igual que por la cubana de la que es pieza inseparable de los totalitarismos del siglo XX, que hoy denominan Socialismo del siglo XXI.

Dada su importancia que explica la deriva autoritaria y la escuela dejada tras los nefastos años de Gobierno, La Azotea la transcribe en su totalidad. En ella    podremos observar que Sancheiglesias no pasa de vulgar continuador de ZP al que dejará como aprendiz en la superación de su infantilismo revolucionario, tan peligroso como contrario a los intereses españoles.
Javier Pipó
1 de Agosto de 2017

Querido y admirado Presidente, mi Comandante:

El ministro de Asuntos Exteriores de mi Gobierno,
Miguel Ángel Moratinos, me da cuenta de su viaje
oficial a Cuba y me informa de la evolución favorable
de la salud de Vuestra Excelencia. No sabe cómo lo
celebro porque mi generación se ha educado con la
vista puesta en la Cuba comunista y en la figura
irrepetible de Fidel Castro, centinela de la libertad,
caudillo del Caribe por la gracia del destino histórico
y comandantísimo de los ejércitos de Tierra, Mar y
Aire de la perla de las Antillas.

Las nuevas generaciones que viven en el
hedonismo, no tienen conciencia clara de lo que ha
supuesto para el mundo la lucha de Vuestra
Excelencia por la libertad, por los Derechos
Humanos y por la política social, todo ello frente a la
voracidad del Imperio, frente al incalificable bloqueo
impuesto por los Estados Unidos. A pesar de esa
tropelía histórica, Cuba es hoy, gracias a Vuestra
Excelencia, un paraíso de libertad, una nación justa
en la que se respetan y acatan las leyes derivadas
de la voluntad general libremente expresada, con un
pueblo libre y esperanzado que disfruta de un alto
nivel de vida, habiéndose sustituido en todas
vuestras ciudades el caduco signo de la cruz por el
de la hoz y el martillo. El ministro Moratinos se ha
quedado en un pasmo ante el progreso y la dicha de
la ciudadanía cubana.

Ciertamente la depravación del turista extranjero ha
obligado al Gobierno de Vuestra Excelencia a
mantener en las calles a las jineteras pero la
inmensa mayoría de la nueva generación vive feliz,
encuadrada en ese frente de juventudes admirable
que es la organización de los pioneros.

Di instrucciones a mi ministro para que no abogara
por los llamados «presos políticos», que no son otra
cosa que mercenarios al servicio de una potencia
extranjera, traidores a la patria o terroristas que
pretenden socavar los cimientos de la gloriosa
Revolución, el régimen establecido por Vuestra
Excelencia, que es ejemplo en todo el mundo de
respeto a los derechos humanos y a las libertades.
Sólo la falacia del ultraderechista Aznar pudo llevar a
la decadente Europa a la posición fascista de tomar
medidas contra el régimen de Vuestra Excelencia.

Naturalmente yo he decidido restablecer una
relación privilegiada con el Gobierno democrático de
Vuestra Excelencia. También di instrucciones a mi
ministro para que no atendiera a los disidentes,
ridículas minorías resentidas, incapaces de
comprender la grandeza de la Revolución que
Vuestra Excelencia, patria o muerte, ha llevado a
cabo.

Dentro de dos años, mi Comandante, se cumplirán
los 50 años del acceso a la jefatura del Estado de
Vuestra Excelencia. Me propongo acudir a La
Habana, en compañía de todo mi Gobierno para
rendir a Vuestra Excelencia el homenaje que todos
los demócratas del mundo le debemos. Medio siglo,
50 años, ganando una tras otra todas las elecciones
ejemplarmente democráticas que se han celebrado
en vuestro país, hollado un día por aquella España
de infausta memoria, colonialista, católica e
inquisitorial, es acontecimiento sin precedentes.
Aprovecho esta carta, mi Comandante, para
implorarle que me conceda el alto honor de permitir
que España se incorpore al eje Castro-Chávez-Evo,
que tiene en permanente tembladera a los Estados
Unidos y a su presidente fascista, el malhadado
Bush.

En espera de sus gratas noticias, le reitero, mi
Comandante, mi deseo y el del pueblo español de su
pronto restablecimiento y quedo como siempre a la
entera disposición de Vuestra Excelencia con mi
renovada admiración y mi deseo permanente de

seguir recibiendo vuestras enseñanzas".

La Opinión de Javier Pipó

La Azotea

CHARLAS AL CALOR DEL VERANO ( y II)
1 de Agosto de 2017


      Ante la triste y herrumbrosa placa conmemorativa del desembarco por accidente meteorológico de Carlos V en la pedanía de Tazones de la Villaviciosa asturiana, ahora hace exactamente 500 años y leyendo lo que parece ridículo recuerdo para tan gran acontecimiento, me venía a la memoria Rassow, cuando aseguraba que “Carlos V cuenta entre los hombres de Estado que han sido a la vez pensadores políticos”. El Emperador del mundo, que jamás contó con estructura compacta apoyada en red institucional, ni unidad orgánica, ni siquiera canciller común desaparecido el gran Gattinara; solo una yuxtaposición de reinos y principados, fusionados en su mano no por el Derecho sino por una tarea común, la empresa del cristianismo como concepción del mundo entonces conocido. Un príncipe del Renacimiento, como lo describe el maestro J.A. Maravall, un pensador político en etapas diferentes, de las que también escribió el gran intelectual en sus dos conocidas e importantes obras sobre el Austria Mayor.

      Como si quinientos años en la historia de España fueran una eternidad ya irreconocible e inservible; como si la idea en cierto modo federalista de los Austrias o la centralista de los Borbones, no tuvieran peso específico y sustancia suficiente para hacer de la Nación española -  ahora que compite entre las más prósperas, igualitarias y libres del continente europeo- un modelo a imitar y en lo aprovechable y permanente, a continuar; igualando a la gran Nación británica que tantos rasgos y patrimonios raptó de una España que le antecedió como pueblo en tan numerosas empresas colectivas. Pero no. Volver de Asturias a la ardiente Andalucía es volver a lo cotidiano de una España sin proyecto, agotada, dividida, enfrentada por quienes tienen como idea política una nación de naciones, sumida en el desconcierto, en la mentira y en la simulación de un modelo ya moribundo; muerto de éxito en pleno éxito. La situación diría, es ciertamente dramática; de un país con economía pujante, que en tiempo razonable sería capaz de proporcionar elementos de justicia distributiva suficientes, en aproximación a los paraísos de la prosperidad, conviviendo con una situación política que recuerda los odios ancestrales de los años treinta del pasado siglo; una división irreconciliable de dos mitades que ni en lejanía quieren reconocerse. Y el modelo, el sistema, cae a pedazos.

      Y claro, es momento de intentar introducir modelos no experimentados o tan conocidos que producen escalofríos hasta en el pensamiento. Ahí tienen la vergonzosa carta de ZP a Fidel Castro el 7 de Abril de 2007 y publicada por El Mundo el siguiente día 10. Si no fuera porque es el prestigioso liberal L.M. Ansón quien la da a conocer, hubiese sido imposible creer en su veracidad; por la cobardía y admiración babosa del dictador, por la sumisión intelectual ante el totalitarismo criminal, por el desprestigio que supuso ante las cancillerías de la UE. Si la traigo a colación diez años después es para entender lo que ahora ocurre, en gestación desde la infausta llegada de Zapatero al poder. Sus casi ocho negros años de populismo corrupto y el declive económico dejado tras su paso, prepararon el terreno para un Gobierno – inicialmente ganador de una mayoría irrepetiblemente absoluta- políticamente inane, débil hasta la expiración, enredado en la corrupción aún no juzgada pero ya decidida por la mayoría y pegada a sus entrañas hasta el final que se adivina cercano. Un gobierno incapaz de borrar – ni tocar – el odioso ordenamiento jurídico zapateril, tan nefasto para los intereses nacionales, incluso los internacionales de España; solo eficaz en dirigir la mirada hacia los libros de contabilidad nacional. Y estos estúpidos y perdidos años para la regeneración – entre lo popular y lo populista- dejaron desangrar la idea y el ser de España, haciendo que brotara una mala hierba como Sánchez que dejará a ZP como aprendiz de brujo. Su identificación con el castrochavismo de Iglesias no es más que una nueva versión- más comprometida- de la misiva de ZP de hace diez años. Pero la diferencia esencial radica en que ahora el populismo comunista puede alcanzar y alcanzará el poder, apoyado y jaleado por los otros comunistas de distintas familias y desigual jaez o por nacionalistas y separatistas de peor condición. Rajoy no quiso convocar elecciones en mejor momento y sobrevive humillado, insultado y despreciado hasta su desalojo del poder, quizá no más allá del comienzo del nuevo año.


     Y para qué hablar de la sediciosa rebelión catalana, conducida por los más torpes tuercebotas de su Historia pero tratada de oscurecer por finísimos dictámenes de la Abogacía del Estado e inútiles Sentencias del TC. En gobernante tan previsible como Rajoy que fue incapaz de poner en marcha el mecanismo constitucional del art. 155, nadie apostará por la obligación de anunciar la vigencia del art. 8 sobre la misión de las FFAA – tímidamente citado por la Ministra de Defensa en un alarde de valor- si no fuese posible la autorización del CD para declarar el estado de excepción del artículo 116, regulado por LO de 1981. La aplicación con vigor y rigor del Código penal resulta, ya ven, políticamente incorrecta. Cuando Sancheiglesias alcance el poder y se produzca el inmediato cambio de sistema, habrá definitivamente muerto la transición y será el comienzo del declive económico, político y social de la España de 1978. Es el momento para alcanzar el sueño independentista de los traidores nacionalistas catalanes, apoyados y en espera de turno por los macarras gobernantes de Valencia, Baleares o Navarra. Es el declive de la libertad y de la España en Europa, comenzada en una humilde aldea de la costa asturiana, ahora hace quinientos años.