La Opinión de un Estadista

Quizá merezca la pena escuchar parte de la entrevista que Jordi Evole hace al aprendiz de brujo Arturo Más y las respuestas improvisadas y estúpidas de un traidor e insignificante político que representa al Estado español en Cataluña. Es muy breve pero enjundioso el enlace. Todo explica el callejón sin salida a la que nos llevó la alianza miserable entre la escuela, el púlpito y los poderes económicos más atentos a la subvención que a la subversión. Que Dios les ampare y nos ampare

http://dolcacatalunya.com/2014/02/05/jordi-evole-se-carga-en-2-minutos-el-sueno-independentista-de-mas/

LA AZOTEA JAVIER PIPÓ EN DIARIO CÓRDOBA

Artículo publicado hoy día 18 de Septiembre en el Diario Córdoba 

AL FILO DE SEPTIEMBRE

Como presumo de conservar cierta e inocente sensibilidad política, me impresionó la reciente intervención del Primer Ministro francés ante lo más nutrido del empresariado. Me gustan las empresas porque crean riqueza y empleo, favorecen la innovación, impulsan la cohesión territorial y constituyen la imagen de la Nación, decía el socialdemócrata Manuel Valls. Y como si de Rajoy debiera tratarse, añadió que Francia lleva más de cuarenta años viviendo por encima de sus posibilidades y ahora necesita rebajar el gasto público. Claro, se refería a la excesiva dimensión del Estado centralizado francés, porque el que gobierna Rajoy lo que necesita es volver a definirse, haciendo desaparecer pluralidad de Administraciones que concurren sobre el mismo territorio con idéntica función y gasto. Pero eso lo hará en un hueco de la próxima Legislatura, si lo deja el estalinista de la coleta. 

Amigo Pipó, me decía un ilustre prócer de la situación, con socialistas como este o su colega Macron o el Presidente Renzi, ya me dirá cual es el papel que queda al liberalismo europeo. ¿O quizá la preocupación debe corresponder al socialismo democrático? Esto necesita aclaración agregaba el gerifalte, porque la UE parece caminar hacia la síntesis de la ordenación social, mientras nosotros todavía soportamos la dialéctica de la confrontación estéril, entre sedicientes liberales y socialistas disfrazados, según proceda, estilo Montoro, Sànchez o cualquier liante de los agarrados a la gigantesca nómina nacional que nos conduce.

De manera, continuaba el influyente amigo, no se asombre del discurso de Valls, porque la prioridad ahora en Francia y más aquí, debería ser la lucha contra la desigualdad que está dejando al descubierto la crisis, sin más receta disponible que el crecimiento económico y su justa distribución. Mire, si en 1975 los salarios en España representaban el 62% del PIB, en 2012 no llegan al 48%. Así y dicho de otra forma, si en 2006 eran poco más de 400.000 los acogidos a la asistencia social de Cáritas, en 2011 rebasa el millón. Resulta de difícil digestión que ahora se alcance la capacidad adquisitiva de 2001, con debilitamiento galopante de una feliz estructura mesocrática que alcanzó hace años adecuados niveles educativos y de moderación; que no cese la creciente desigualdad que hunde las rentas más bajas y mejora la de hogares más ricos y además, soportemos la maldición del paro, el bochorno de la corrupción y la amenaza del nacionalismo mangante.

Apenas replico porque le veo dispuesto a continuar envolviéndome con el último Informe FOESSA sobre Desigualdad y Derechos Sociales, donde viene a ponerse de manifiesto que los términos paro-desigualdad hacen estragos en nuestra posición relativa en la UE. La defensa sólo puede venir de argumentos sobre el aumento, aunque poco, del PIB estos duros años o el tamaño del sector público, aunque aún no llegue a ese 50% o más, de países similares. Pero tampoco le convencerá porque el crecimiento de la deuda ha pasado del 36% al 100% en sólo siete años y si no aumenta la inflación y el crecimiento es escaso ¿como se paga?

Miren, aquí habrá de disminuir el tamaño del sector público no en cuanto a su volumen relativo a la producción nacional sino en su estructura orgánica y constitucional. Ahora, el gasto crece más que el PIB y así sólo se consolida un Estado gigantesco, ingobernable, insostenible y con riqueza cada más escasa y peor repartida.

De manera que sin entrar en la polémica levantada por Piketty, ese endiablado economista de la desigualdad, concluimos en acuerdo que tras la crisis, la desigualdad que deja es uno de los gravísimos problemas transformado en reto, de la transición al desarrollo pleno. Eso, hasta Krugman lo defiende, constituyendo la economía política básica desde que Turgot hace casi 250 años escribió sus "reflexiones". Y convenimos que la lucha contra la desigualdad no es más, pero tampoco menos, que la búsqueda de una forma racional y democrática de organizar la sociedad. Aunque defendiendo que igualdad no es simple igualitarismo, sino igualdad en la oportunidad de una vida digna y en libertad, como irrenunciable tesoro de posibilidades que junto a la teoría de la representación supone la fundamentación teórica de la democracia parlamentaria. Por eso, estremece pensar que por carecer la clase política de generosidad y patriotismo en este momento crucial, se permita cruzar la frontera constitucional a fuerzas que ya manifiestan sin tapujos y con escasas dotes poéticas su estilo joseantoniano de prietas las filas, en la audaz dialéctica de los puños y las pistolas.

Una juventud frustrada, desubicada y harta de palabrería, cuando no expulsada del sistema, presta su voto y confianza a grupos políticos en la linea irreconocible entre comunismo y fascismo que sólo conciben un Estado totalitario al servicio de la dictadura, con exigencia de sometimiento a la vanguardia de los iluminados.

Frente a salvapatrias totalitarios, justicia social y derechos. Frente a la corrupción, regeneración, en la escuela, la empresa, la calle, los poderes y las instituciones. Frente al timo del nacionalismo ladrón, Constitución, origen de todos los poderes.

Dictadura, ni del proletariado.