Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 2 de septiembre de 2021

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO

 

ARTÍCULO QUE SERÁ PUBLICADO EN EL DIARIO ULTIMA HORA DE MALLORCA EL PRÓXIMO SÁBADO

 

Y AHORA ¿QUIÉN DEFIENDE A EUROPA?

Julián Delgado. Escritor

 

La salida precipitada, caótica y vergonzosa de Kabul por parte de EEUU y las demás fuerzas de la OTAN, con un balance funesto y una humillación desgarradora, puede considerarse el final de una época. El aislacionismo estadounidense iniciado por Obama, continuado por Trump y rubricado de forma tan patética por Biden, da por liquidado el nuevo orden liberal surgido tras la GM-II, confirma el fin de la era norteamericana y la renuncia de los EEUU a liderar el mundo; se abre uno nuevo en el que el cetro se lo disputarán o compartirán otras potencias. La China comunista parece la mejor colocada. Ya se veían señales: el incomprensible acceso de Trump al poder, el asalto al Capitolio…

Fukuyama, en El fin de la Historia, avisaba de que a la democracia liberal capitalista solo la amenazaban el nacionalismo y los fundamentalismos religiosos. El primero ha impedido a la UE avanzar para convertirse en una federación de Estados, y en los EEUU, el América first también da la razón al politólogo estadounidense. 

El desastre de Afganistán ha puesto al desnudo la política exterior y de defensa de la UE, totalmente dependiente de los EEUU. La lección que debe obtener la Unión del fracaso de la misión en Afganistán es que no puede confiar su defensa a los Estados Unidos como hasta ahora lo ha venido haciendo a través de la OTAN, sino que deberá desarrollar la voluntad y la capacidad de ejercer su propia defensa. Para ello hará falta despertar una conciencia social y una cultura de defensa de la que buena parte de la Unión carece después de haber estado sesteando siete décadas bajo la sombrilla del Tío Sam. Para aceptar la responsabilidad de su propia defensa tendrá que despojarse del temor a la difuminación de las identidades nacionales y otros complejos semejantes, y aceptar que la ausencia de una política autónoma de defensa es lo que hoy pone en peligro a la UE y sus Estados miembros. El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, a raíz de la crisis afgana, ha reavivado el debate sobre la necesidad de un ejército europeo adecuado a nuestra época y valores bajo el control del Parlamento de la Unión. Necesitamos más que nunca del consenso para desarrollar una política exterior y de defensa común.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

 

LA AZOTEA

 

LA ULTIMA CANCIÓN DE LIBERTAD

1 de Septiembre de 2021

 

 

 Quiero estar equivocado y pensar que ahora no puede ser el fin del liberalismo. Si en el mundo, el occidental claro porque en oriente apenas deja rastro, desaparece esta forma de vida, el retroceso será de civilización. No lo duden, el liberalismo es más que ideología, es doctrina de convivencia; es más que reglas de economía, es el progreso mismo; es mucho más que el motor de la cultura, la ciencia y el desarrollo de la sociedad, es el soporte de una concepción civilizada de libertad, pero también de la dignidad humana, más allá de cualquier estructura política o de poder. Y desde luego manifiesto mi adhesión intelectual absoluta a la tradición libertaria de Nozick, en la que la libertad es valor fundamental, más allá de la tradición igualitaria de Rawls en la que la igualdad pueda tener un papel tan esencial como las libertades.

De ahí mi temor a la desaparición del Estado de derecho, con democracia representativa, separación de poderes e imperio de la ley. El Estado liberal parece fenecer o cuando menos atravesar serias dificultades, lejos de la brillantez y el brío adquiridos a partir de la derrota del nazifascismo en 1945 y el arrinconamiento posterior del comunismo totalitario soviético, con el jamás debió formarse alianza alguna para la lucha a favor de la libertad.

 

Debilitamiento no solo en España, donde ya el comunismo más abyecto se encuentra en la dirección ideológica del Gobierno, sino en la agonizante Europa de las Patrias y de los sueños nobles y hermosos de Spaak, De Gasperi, Adenauer, Monnet o Schuman. Cinco Padres de Europa que, apenados y frustrados, la divisarian camino de lo desconocido, incapaz de compartir espacio alguno de ideales politicos comunes, fuera de los principios económicos y financieros. Ahora, cuando resulta incapaz de cofinanciar la OTAN, muestra ineptitud para superar la ridiculez de sus presupuestos en defensa, obviando acuerdos propios y, ante el repliegue de los despreciados norteamericanos, plantea la utopía imposible de un ejército común.

Además pues del desconcierto político, acrecentado por la vergonzosa huida USA y el resto del Occidente de Afganistán, donde pretendían luchar contra el totalitarismo religioso mediante un sistema de democracia representativa, Europa asiste al desmontaje de sus propias fronteras, olvidando también el principio esencial de soberanía compartida.   Así pues, invasión islámica silenciosa y ojalá pacífica, burocracia aplastante e inútil, reuniones interminables sobre la nada. Europa se siente débil y amenazada no solo por sus disensiones internas, sino seguramente y como consecuencia, su cada vez mayor insignificancia internacional y las amenazas al sistema por la presencia, nuevamente, y más que notable, del fascismo y del comunismo en el Sur.    

Y ya ven en el resto del mundo que conocemos como occidental. Parece avanzar el iliberalismo enroscado en mil formas, incluso aliado a doctrinas a veces contrapuestas. Pero esencialmente se impone un rechazo total del liberalismo al que acusan de libertario por hacer triunfar el individualismo y eclipsado el Estado y sus atributos de soberanía. Ya ven, más allá de lo pretendido por el movimiento de Rosanvallon que aun financiado por el gran capital no iba más allá de sindicalista, intelectual, izquierdista, antisistema, nacionalista, autoritario y desde luego cofuso en su pensamiento, tratando de refundar la democracia.

En España, el iliberalismo viene de la mano del sanchismocomunismo, convencidos de que más pronto que tarde, acabaran con la Constitución de 1978, la Monarquía, el espíritu de la Transición, la democracia, la concordia y el entendimiento político. De nuevo el comunismo en el poder, la libertad le resulta incompatible, el sistema imposible y la democracia insoportable con un poder judicial independiente y una libertad de prensa a punto de diluirse en la confusión del autoritarismo que se impone de forma descarada e imparable.

LA AZOTEA  nació libre e independiente hace casi nueve años con los más de cien artículos de Opinión publicados en el Diario Córdoba, hasta que se le reventaron las costuras de la tolerancia y otros casi quinientos editados en el BLOG coeditado en los últimos años con la colaboración del gran maestro y escritor Julián Delgado que expuso con claridad y patriotismo sus brillantes ideas. Pero circuló en una España también libre y democrática que parecía asentada tras su agitada Historia de odio y enfrentamiento. Pero en ella gobierna de nuevo, y parece que por tiempo, un populismo autoritario cuyo fin parece organizar al resentido y al rebelde en grupo revolucionario. Desaparece poco a poco la libertad y aparece la delación y el temor, y en el horizonte el Ministerio de la Verdad. Cierro La Azotea y ojalá las nuevas generaciones atisben un nuevo horizonte de libertad.

lunes, 23 de agosto de 2021

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

 

LA AZOTEA

 

REPLIEGUE DE LA ILUSTRACIÓN

23 de Agosto 2021

 

 

 

Creo que, en efecto, antes de que se cumpla un cuarto del presente siglo, la humanidad parece entrar en nueva época que hará seguramente transformar la configuración de la vida económica y social, sobre todo de los llamados países occidentales. El cambio no parece reducirse al climático, que también aunque ya veremos si por la acción del hombre, sino al desarrollo y desenvoltura de estas naciones en paz y libertad. Existe una tensión paralizante del crecimiento, ojo a la llamativa escasez de materias primas y el acaparamiento por parte de China comunista, y un sentimiento creciente de insatisfacción colectiva en gran parte de estas sociedades que nos lleva, parece que inexorablemente, a una crisis de la propia legitimidad política. Es decir, quizá asistimos a un divorcio masivo entre representantes políticos y ciudadanos representados.

Claro, nos enfrentamos a una especie de frustración más que común, justamente en las naciones más desarrolladas y democráticas, al detectarse desde inseguridad económica y laboral, a dificultad para el mantenimiento de las pensiones debido al progresivo envejecimiento y no digamos en los sistemas de reparto; desde desigualdad en la distribución de la renta al aumento del paro; desde un bajo y desconocido crecimiento de la productividad a una excesiva carga de la deuda pública; desde la existencia creciente de barreras al comercio internacional a una progresiva reducción de salarios en grupos sociales menos privilegiados. Parece acabar el festin de la globalización, la llamada asignación eficiente de recursos o la defensa a ultranza del comercio internacional. Tras el cornetín de “América First” comenzó el proteccionismo en los mercados y la limitación a la libre circulación de las personas, radicalizado por la persistente pandemia de Cobid19.

El populismo es la ideología dominante o seguramente se trate de un neopopulismo extendido allá donde existen condiciones objetivas para alcanzar bienestar con libertad. Parece como si al pronto, una élite privilegiada descubre ante una mayoría extasiada que el Estado de Bienestar es una gran farsa, una mentira que requiere nueva lucha de clases entre la gente normal y el poder establecido o la elite que lo domina. Es el “sí se puede, de nosotros contra ellos” construido sobre la unidad imaginaria de la gente normal contra elites políticas y culturales y los grupos que dicen proteger.

Pero las consecuencias de este nuevo populismo envuelto en relativismo, laicismo y amoralidad individual y colectiva, nos pone en manos de líderes cada vez más autoritarios que basan la política en la comunicación, logrando transformar ésta en aquella. Líder autoritario que en este siglo ya no hace la revolución o da un golpe de Estado. Ahora, se mantiene en el poder, asumido en proceso institucionalmente legítimo para después transformar las instituciones en una estructura autoritaria. Quiero decir que el neopulismo del siglo XXI es una nueva forma de llegar al socialismo marxista, sin lucha armada y solo basado en las ideas rabiosamente actuales de Gramsci, de dominar primero la cultura; o de Carl Schmidt, de dividir a la sociedad en amigos y enemigos; o de Freire y su pedagogía del oprimido o de Laclau, de pasar por encima de las instituciones manipulando las demandas sociales, justificado por la necesaria destrucción de aquellas que solo preservan los intereses de la clase burguesa.

Y USA fenecido como guardián mundial de la libertad, como paraguas de la democracia. Su salida vergonzosa de Afganistán con palabras demoledoras de su Presidente es el declive de Occidente, la vergüenza de una civilización que cae ante un Oriente más fuerte y decidido. Y Europa, en medio, sin existencia política y un nuevo Chamberlain en sus asuntos exteriores, esperando saber quien gana la guerra, para la firma de un nuevo Acuerdo de Munich, 83 años después. Pues con estos estadistas, Sánchez, mas sanchista que Borrell, puede convertirse en modelo de hombre de Estado para el Sur.

Y digo Gramsci porque con el sanchismocomunismo comenzaremos enseguida a conocer como la educación cumple también una función política, promoviendo una forma de guía intelectual y moral, en que consiste precisamente la Hegemonía. Y ello es función inherente al Estado, como parte de la superestructura, al igual que el educador o “intelectual orgánico” es transformador social y vanguardia en el avance del progreso humano. El sanchismo representa un aparente socialismo, puro anacronismo, pura y peligrosa chatarra involucionista, como lo representó el zapaterismo en el retorno al pasado, a la gauche y sus utopías imposibles que ya fueron abandonadas por la socialdemocracia y el felipismo al inicio de los 70.

Pero no estoy seguro que esta corriente involucionista española, en esta hora del nuevo populismo, represente realmente un anacronismo en la Europa de las democracias liberales y representativas, donde ya comienza a asomar el totalitarismo contrario, tan involucionista como el comunismo: el fascinazismo. Pero el liberalismo, mucho más sólido que el marxismo, pierde la batalla intelectual en la comunicación donde ellos vencen y convencen a una sociedad adormecida e inerte para luchar y vencer en dos frentes y quizá también en el tercero silencioso de la invasión islámica. Es la hora maldita del repliegue de la Ilustración, si, 230 años después.

 

jueves, 19 de agosto de 2021

 Artículo que será publicado por el Diario ULTIMA HORA de Mallorca, el próximo sábado día 21

 

 EL REPLIEGUE DE OCCIDENTE

Julián Delgado. Escritor

 

 

Seguridad, reconstrucción y gobernabilidad, este era el eje de la misión de la OTAN en Afganistán. Pero en los veinte años que ha durado la misión no se ha conseguido ninguno de esos objetivos. El hundimiento del régimen constituye un rotundo fracaso de Occidente.

Biden, que ha seguido la política de Obama y Trump, no ha estado dispuesto a cargar con el precio humano, económico y político de enviar otra generación a una guerra interminable que no se puede ganar. Lo que da paso a la doctrina de no imponer por las armas los derechos humanos ni sacrificar las vidas de nuestros soldados para intervenir indefinidamente en conflictos internos de otros países.

Los últimos estudios globales realizados por la Encuesta Mundial de Valores sobre la solidez de la democracia arrojan datos muy preocupantes. En un estudio del Pew Research Center en 34 países,  más de la mitad de los ciudadanos encuestados en todo el mundo no están satisfechos con el funcionamiento de la democracia en su país. Ambos muestran una creciente corriente de opinión sobre sus carencias e ineficacia. Se coincide en que las democracias atraviesan una triste decadencia.

Igual que en los años treinta del pasado siglo, en que las democracias estaban en retirada ante la pujanza del fascismo y el comunismo, hoy son el islamismo radical y el comunismo y las autocracias, de nuevo, los que las arrinconan e imponen su visión fanática del mundo. En Centro y Sudamérica florecen los regímenes de corte neocomunista; Turquía, integrante de la OTAN, es un régimen autoritario y celebra el triunfo talibán, la comunista China compite como potencia mundial con los EEUU; la Rusia de Putín, modelo supremo de autocracia, cuenta con el 80% de apoyo popular y los líderes de la extrema derecha europea, le tienen como modelo a seguir; los partidos comunistas, en algunas democracias, reaparecen, hasta llegan a formar parte de gobiernos democráticos, como en España.

Se acabaron las políticas exteriores basadas en nuestros principios y valores. Mientras miramos hacia otro lado ante un régimen clerical que invisibiliza a las mujeres y prohíbe que las niñas vayan a la escuela, aquí nos preocupa que se estudien las mates con perspectiva de género.

sábado, 14 de agosto de 2021

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

 

LA AZOTEA

 

ESENCIA DE SANCHISMO

14 de Agosto 2021

 

 

Miren, en el momento que escribo este comentario, la temperatura en Córdoba está por encima de los 45º, de manera que el calor resulta insoportable y más propio del Sahara. Y aun se anuncia peor, de forma que superaremos los 47º. Será cambio de ciclo o cambio climático, provocado o no por el hombre. Ya veremos, aunque la extrema izquierda se abone a culpar al destructivo y arrasador capitalismo; lo suyo es el progreso regresivo. Sea cual fuera el origen, sufrimos y soportamos un calor abrasador y paralizante de la actividad social y lo que es peor, económica.

De manera que al menos por aquí en Andalucía, junto a los estragos de la pandemia, el disparatado aumento del precio de la energía y la peligrosa y continuada charlotada del Gobierno, añadimos una cuarta causa de tribulación, y es la temperatura desbordada, a la que se añade el apéndice de una sequía absolutamente preocupante y ruinosa. Por cierto, de las nueve desalinizadoras prometidas desde 2004 por el Partido socialista para el Levante, incluida Almeria, no funcionan más que dos, aparte la amenaza de reducir hasta acabar con la política de trasvase de agua desde el Tajo al Segura. Pues menos mal la existencia de esos casi cuarenta pantanos construidos en Andalucía durante el franquismo, porque en buena medida ayudan a resolver esta dramática coyuntura, aunque muy pronto por recordar algo así pueda caer en ilícito incluso penal.

Y mientras, el ilustre Sánchez en merecido y gratuito reposo allá al sur del Sur, en morada de Rey, rodeado de boato propio de estadista que requiere el silencio, lujo y ostentación de monarca de otra época. No le importa que el Palacio fuera cedido para otros fines a Patrimonio Nacional por el donatario; él abarca todos los fines porque es fin en sí mismo, incluso para hacer traer obras de arte desde el Palacio Real e instalarlas en la deriva enloquecida en que navega, más propia de progresista hortera de mercadillo.

Pero lo importante es perdurar en el poder y aparentar discrepancia de la radicalidad comunista para tratar de lavar la imagen de país bolivariano, ante el asombro de sus colegas de la UE. Pero él carece de ideología, y ya comienza a ser espacio común en la opinión pública, en forma de chanza, tanta mentira, simulación y continua rectificación en temas esenciales para la pervivencia de la Nación y el respeto debido en el orden internacional. Ahí tienen el insulto continuo incluso a la verdad histórica de España, de personajes de pesadilla como López Obrador, Ortega o Pedro Castillo, camaradas casposos de sus socios de Gobierno y a quien debe su permanencia en la Presidencia.

Pues menudo papelón para los socialistas, demócratas, que en línea socialdemócrata, asisten atónitos a este espectáculo de soberbia antisistema, antinacional, anticonstitucional, iliberal y antidemocrática que el sanchismo mantiene desde hace tres años, amarrado al peor saco de basura ideológica que toma asiento en el Congreso: comunistas bolivarianos, defensores de terroristas y terroristas encubiertos, golpistas, independentistas y otras mareas, a la espera de oportunidad totalitaria.

El sanchismo, en su perversa simpleza, se justifica en un formalismo rígido del que no se atreve a salir para mínimo debate. Nadie puede discutir la legalidad exquisita de su elección de socios. Pero eso no debe bastar a un demócrata útil, cuyo primer deber es la defensa a ultranza del sistema que aún con las debilidades evidentes de permitir el acceso a estos enemigos confesos de la democracia, la fortalecen por su grandeza inigualable. De manera que la legalidad en este caso emborrona y desdibuja cualquier atisbo de moral social, aunque eso el sanchismo quizá lo identifique con elucubraciones doctrinales. Lo suyo es ese espacio amoralizado y desmoralizado, pacifista sin causa, indefenso sin remedio y en acelerada decadencia política, cultural y desde luego ya digo, moral.

 En esa continua degradación de la moral social, el sanchismocomunismo encabeza la descivilización del Estado, creando nuevas y absurdas necesidades culturales, lenguajes extravagantes llamados inclusivos, fomento de la educación sin esfuerzo, del delito sin castigo y otras muchas estrafalarias y temerarias propuestas por ahora voluntarias, expandidas por presuntos científicos, expertos en todo y aficionados hombres de Estado. Caminamos pues hacia un intervencionismo descarado, ya se prepara el sector energético, como si aquél no fuera instrumento de corrupción política y social. Y más descarado si cabe en el mundo envolvente de la cultura porque saben que si es independiente será fórmula segura de sustraerse a una politización totalitaria. No les interesa recordar y tener muy presente cómo la responsabilidad señala la otra cara de la libertad y el presupuesto necesario de la moralidad.

La sociedad española, quizá como la europea, se deja seducir por el populismo y tras ello, la democracia es sustituida por la demagogia, es decir por la corrupción, burocracia y destrucción de las clases medias; sin duda, la puerta de entrada del totalitarismo, sea comunismo o fascismo. Es la destrucción de la libertad. Pero con Popper, la sociedad abierta de nuestros dias, es la más libre, próspera y justa que haya conocido la humanidad. Pues eso. 

viernes, 6 de agosto de 2021

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

LA AZOTEA

 

REFLEXIONES DE VERANO ( y II )

6 de Agosto de 2021

 

 

El Jefe de la partida sanchista y mayordomo incondicional del comunismo castrobolivariano ya dió por terminado el llamado curso político y se dispone a disfrutar unas vacaciones reales en aposentos de reyes, solo al alcance de los privilegiados guardianes del Estado. Pero él cree le corresponde, y se permite gozar del fuero aun cuando su mayor esfuerzo consistió durante doce meses en tratar de destruir el Estado mismo. Bueno ya se, el Estado configurado en la Constitución de 1978, que también pretende y va consiguiendo desdibujar hasta reducirla a la insignificancia en el ordenamiento jurídico.

Miren, la situación no parece pueda ser diferente celebradas elecciones por agotamiento de Legislatura. Quizá se celebren, pero den por seguro volverá a ganarlas porque nada se ha resuelto del programa de demolición, seguramente por influencia decisiva tanto social como económica de la pandemia. Y ya pueden imaginar si las perdiesen. Sería imposible un Gobierno sostenedor del orden público y que intentara derogar la basura jurídica introducida en el ordenamiento, con urgencia sistemática, a base de decretazos que ya resulta incongruente con la razón y desde luego con el marco constitucional vigente. De ahí la urgencia por conquistar el Tribunal Constitucional o sencillamente hacerle desaparrecer para convertirlo en Sala especializada del Supremo. O cómo podrían reconducir los asaltos al Poder judicial en todos los niveles de la jurisdicción, incluyendo los ataques al prestigio de sus Juzgados y Tribunales. Los constitucionalistas deben mantenerse firmes en la no renovación del CGPJ hasta obtener la seguridad del cumplimiento estricto del artículo 122,3 CE. La Ley de 1985 y su reforma de 2013 responden a tiempos de una creencia compartida en el sistema democrático. Ahora, el sanchismo no cree ni en la Corona como piedra angular de la construcción constitucional y de acuerdo con sus socios no cesa en desprestigiar con descaro y arrinconar con desprecio la figura del Jefe del Estado.

Claro, es el Partido Comunista y sus confluencias territoriales, el sustentador del entramado sanchista. Y ello resulta tan insólito en las democracias occidentales, a pesar de la crisis del pensamiento y las ideas políticas, que la presencia en el Gobierno como Secretario de Estado del propio Secretario General del PC, conocido leninista y agitador internacionalista E.Santiago, nos hace retroceder sin duda muchas décadas en el prestigio internacional, en la existencia de un homologable sistema democrático de representación, imperio de la ley y separación de poderes, amén de garantía en el mantenimiento del sistema de libertades individuales y colectivas. De manera que cuarenta y cuatro años después de su legalización, el PCE ya está en el Poder y dispuesto a continuar sosteniendo, como ideología, esa historia centenaria de totalitarismo, delación, sangre y miseria, antidemocracia e iliberalismo. Ahora en el poder, reparten pasaportes democráticos, definen la ideología oficial, condenan la discrepancia y preparan tribunales de la verdad, en un espectáculo chusco de comedia impresentable haciendo desaparecer a Iglesias y permaneciendo un ramillete de cinco ministros, a cual más sectario e inútil.

El resto de los socios constituyen un mosaico de aventureros tan peligrosos como traidores a cualquier idea de España y su sistema constitucional. Y ya se de la existencia de amplios sectores de la sociedad burguesa que aun creen en la existencia de un sistema democrático consolidado donde se alterna la derecha y la izquierda capaz de soportar las matanzas de ETA o la corrupción más abyecta y casi generalizada, como la andaluza que ha implicado altísimos niveles del Gobierno y el PSOE. Y en efecto resistió y no poco tiempo, hasta la llegada al poder de ZP y Sánchez, dos personajes que protagonizarán parte de la Historia negra de la España del siglo XXI. Siempre acompañados de nacionalistas desleales a la CE a pesar de los pactos con izquierda o derecha por ejemplo en 1993 o tres años después. A mayor acercamiento, llamado encaje, mayor distanciamiento, llamado traición. Como esa Declaración en 1998 de PNV. Convergencia y BN Gallego, solicitando el Estado plurinacional. Y ese mismo año los valientes gudaris del PNV y EA firmando el pacto secreto con ETA y con EH, comprometiéndose a dar pasos hacia la autodeterminación y creación de un nuevo Estado dentro de la UE, conformado por los seis territorios de la comunidad natural de Euskal Herria. O los gallegos del Bloque instando la base confederal del Estado configurado por las cuatro naciones gallega, vasca, catalana y española. O el descaro del nacionalismo secesionista catalán, iniciado por Pujol – con protección e impunidad estatal – y continuada por los actuales personajes, en burla continuada de los Tribunales, indemnes de sus fechorías y envueltos por la izquierda radical, en espiral alocada y de impredecibles consecuencias.

España se encamina hacia su insignificancia como Nación y empobrecimiento a medio plazo, dentro de una UE desorientada y en busca de su horizonte en el orden mundial. El Estado apenas tiene presencia en los territorios donde impera el nacionalismo secesionista. El Gobierno felón del sanchismocomunismo ofrece relaciones de bilateralidad y competencias que jamás deberían ser cedidas porque harán imposible la urgente necesidad de reforma constitucional y el sistema de financiación. Pero el sanchismo no pasa de sistema de resentimiento y en consecuencia de división explosiva entre ciudadanos y territorios.             

  

       

  

jueves, 5 de agosto de 2021

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO

 

Artículo que será publicado en el Diario ULTIMA HORA de Mallorca el próximo sábado día 7 de Agosto

 

 

LA MESA DE CHANTAJE

Julián Delgado. Escritor

 

 

En la mesa de diálogo no solo está en juego la lluvia de millones y las 56 transferencias exigidas por los indepes, lo que se ventila es el reconocimiento de que la Justicia se equivocó al condenar el Procés, de que el Gobierno nunca debió aplicar el artículo 155, de que, en fin, España debe sentarse de igual a igual en una mesa para acordar la forma de resolver el conflicto político, que no es otra que la autodeterminación del pueblo catalán.

A cambio de su apoyo a la moción de censura, Sánchez se comprometió con los partidos secesionistas a traicionar el orden constitucional para satisfacer sus demandas.  En la mesa bilateral está dispuesto a dar lo que no puede a cambio de que le mantengan en la Moncloa y que no movilicen a sus huestes en la calle. Como quitarle el apoyo significaría el posible acceso al poder del PP, lo que implicaría el final del chollo que para ellos representa Sánchez, el chantaje se reduce a “Me das lo que te exijo o te monto otro Urquinaona con los chicos de la gasolina.”    

Él no puede perder la ventaja de la que hace gala: cuando la izquierda gobierna, Cataluña se pacifica; cuando lo hace la derecha, las calles se incendian. El Estado, que apenas tiene representación en Cataluña, ahora continuará desangrándose en esa mesa de diálogo con un Gobierno genuflexo ante los demandantes, porque prefiere gastar 1.770 millones en ampliar el Aeropuerto de El Prat a que lo asalten los Cdr. En estos dos próximos años, atropellando la Constitución, se les concederá a los sediciosos todo lo que necesitan para construir la estructura de ese Estado que tanto anhelan. Mientras, el resto, asistiremos atónitos a la exaltación soberanista y a una situación en la que, en Cataluña, los españoles se habrán convertido de facto en extranjeros, y la sociedad catalana estará quebrada y enfrentada.

Las quiebras democráticas y territoriales no se producen hoy por alzamientos militares, sino por decisiones de gobiernos surgidos de las urnas. En España llevamos ese camino con el Gobierno autonómico catalán, que abusa de su poder legítimo para conseguir algo inconstitucional, y por el egoísmo y la ceguera de un Gobierno de la nación débil y mezquino, que ha vendido su alma al diablo.

 

lunes, 2 de agosto de 2021

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO

 

Artículo que será publicado por el Diario ULTIMA HORA de Mallorca

 

LA LEY DE PROPAGANDA HISTÓRICA

JULIÁN DELGADO. ESCRITOR

 

 

Desde que Zapatero abolió el pacto constituyente y decidió legitimar la pretendida nueva España vinculándola con la Segunda República, los partidos de izquierda han vivido con pasión retrospectiva la rememoración de la Guerra Civil, con un enfoque maniqueo y distorsionado de los hechos. Lo que los viejos roqueros saldamos en la Transición, la izquierda de hoy lo revive y alienta el enfrentamiento entre nuestros nietos. El mensaje es simple, como todos los populistas: hubo un bando que encarnaba el mal del fascismo y otro inocente de toda culpa, que representaba la libertad y la justicia. De esta forma, los crímenes del franquismo respondían a una diabólica política de exterminio, mientras que los del bando republicano eran la justa respuesta del pueblo oprimido. 

El más grande de los engaños es identificar a los revolucionarios antifascistas de entonces con la República y la democracia. Socialistas, comunistas, anarquistas (cenetistas y faístas) y trotskistas del POUM no lucharon por la República burguesa que consagraba la Constitución de 1931, lucharon por la revolución. Los estrategas de la memoria democrática engañan a la sociedad cuando confunden a aquellos antifascistas con luchadores por la democracia, que en aquellos años estaba en horas bajas frente a las dos grandes ideologías totalitarias que se abrían paso: comunismo y fascismo, que estaban sustituyendo a las democracias liberales en varios países europeos. Anarquistas y trotskistas combatieron a la República desde el principio y protagonizaron tres intentonas armadas entre 1931 y 1932, emplearon la estrategia de huelgas generales salvajes y causaron unos 200 muertos. Si Durruti o Nin levantaran la cabeza y vieran que la izquierda de hoy los incluye en el bando demócrata-burgués, se liarían a mamporros con tanto farsante. Los socialistas, después de desplazar a los moderados Besteiro y Saborit y haber perdido las elecciones de 1933, cambiaron su estrategia y, liderados por Largo Caballero e Indalecio Prieto, derivaron hacia la revolución y la dictadura del proletariado y, en 1934, asestaron a la República un golpe revolucionario que costó mil quinientos muertos. En 1936 los comunistas hicieron un uso instrumental de la República: primero, ganar la guerra; después, hacer la revolución y convertir España en un Estado subordinado a la Unión Soviética.

La mayoría de la derecha tampoco albergaba un espíritu democrático. El modelo de estado de la CEDA era autoritario, a pesar de no haber roto la legalidad republicana. Los otros partidos de derechas (carlistas, monárquicos y falangistas) tenían como objetivo común acabar con la democracia republicana. Sí hubo partidos y grupos sociales que defendieron la democracia y la República: Izquierda Republicana de Azaña, los radicales de Alcalá Zamora, liberales progresistas y conservadores, catalanistas moderados y el sector socialista de Besteiro.

Fue una época de intolerancia en la que eran muy pocos los que tenían convicciones democráticas. Se vivía el periodo que antecedió a la Guerra Mundial en el que Europa cayó presa de la brutalización de la política, como la calificó E. Nolte. Una vez comenzada la guerra, del estado republicano quedó una cáscara vacía y a la legalidad republicana se superpuso la brutalidad revolucionaria. Mucho antes de acabar la guerra, la República había muerto.

La memoria democrática responde a un revisionismo que pretende borrar de la memoria de los españoles los crímenes perpetrados por los antifascistas de aquellos años y resaltar los del otro bando. De esta forma, la izquierda intenta presentarse como única heredera de los valores democráticos republicanos y le deja a la derecha el deprimente papel de heredera del fascismo. La memoria democrática ni es memoria ni es historia ni es democrática. No es memoria, porque ésta es individual y subjetiva, no colectiva. No es historia, porque ésta es una disciplina científica y no admite una versión oficial; la historia, en una sociedad libre, no se basa en la memoria sino en la investigación y el análisis de los datos que sobreviven del pasado. No es democrática, porque quiere imponer una versión oficial partidista y maniquea de la historia y rechaza la libre investigación e interpretación. Es, pues, la negación de la inteligencia, la sumisión de la historia a los intereses partidistas de la actual mayoría parlamentaria. Una versión politizada, artificial, creada por publicistas, activistas de la política, periodistas de parte o historiadores sectarios que crean mitos y leyendas acerca del pasado. Es, pues, una doctrina de Estado.

Sánchez, sumido en sus vacíos culturales o bien, y más probablemente, esgrimiendo la mentira como parte integrante de su ser, tuvo la desfachatez de decir en su viaje a EEUU que la II República es nuestro mejor pasado. Si fue así, debería explicarnos por qué el PSOE intentó un golpe de Estado, declaró la huelga general revolucionaria, llamó a la guerra y a la revolución socialista y, al final, con Negrín, se echó en brazos de Moscú. En cualquier caso, el periodo republicano de 1931 a 1939 no es nuestro mejor pasado sino el más trágico y convulso de España en mucho tiempo.

 

martes, 27 de julio de 2021

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

 

LA AZOTEA

 

REFLEXIONES DE VERANO

27 de Julio 2021

 

 

Un mes sin asomarme a La Azotea y cuando decido subir aun con calor abrasador, diviso sobrecogido un panorama absolutamente desolador. Mi reacción casi instintiva es cerrarla para siempre, antes de que los agentes del Gran Hermano me echen el cerrojo desde fuera y dejen mi viejo y cansado cuerpo a la intemperie de un sol africano y la soledad del predicador en el desierto.

Ya se que el nuevo Régimen que pretende instalarse en España apunta maneras autoritarias, antidemocráticas y populistas desde mucho antes del presente mes de Julio; pues desde su penosa llegada al poder, ahora hizo tres años. Ahí es nada. En solo un trienio se vuelve a seccionar la bella, aunque trágica historia del constitucionalismo patrio - aunque la barbarie cavernaria del comunismo totalitario pretenda la solemne estupidez de matrio – iniciada hace nada menos que 209 años, salpicada de sexenios inciertos, guerras sangrientas, tiempos autoritarios y esperanzadores años de progreso y libertad. No se si con lógica, pero toda la razón para Tocqueville cuando advirtió que nada es más duro que el aprendizaje de la libertad. Pues aquí hay escuela para quien quiera reflexionar.

Pero al menos, a un ciudadano del montón, le queda el mínimo derecho a exteriorizar una reflexión interior sobre la velocidad y perfección en el desmontaje metódico del sistema democrático y desde luego recordar aquello de Chesterton cuando decía que este mundo nunca será seguro para la democracia. Y tanto. De manera que tras treinta seis años de franquismo, con sus diez de totalitarismo feroz y veintiséis de autoritarismo - que al menos puso a la Nación entre las diez potencias económicas del momento – y desde 1978, cuarenta de democracia, paz y libertad, llega donnadie cantamañanas, rodeado del detritus maloliente del sistema y lo voltea hasta hacerlo irreconocible en solo tres años.

Pues es lo que hay y seguramente esto no hizo más que empezar. Y nadie debe fantasear sobre métodos legendarios de acabar con el tirano. Hoy, los autoritarismos solo se pudren y finalizan desde dentro. Y la descomposición estaba ya presente en la propia amalgama que vio nacer el Régimen. El sanchismo nada tiene que ver con la socialdemocracia europea que tantos y tan importantes años de progreso proporcionó a las democracias europeas; ni con los años de socialdemocracia felipista, aun con los errores de bulto en la deriva guerrista o en la permisividad del lodazal andaluz ya en la impunidad de la Historia.

El sanchismo y su manada de incondicionales es egolatría como ideología, poder autoritario como método, mentira como contenido y permanencia como obsesión. Esa carencia de ética política y de moral social solo puede ser apoyada por un comunismo cavernario, totalitario, que huyendo de referentes históricos que mínimamente den sentido a tan perversa y fracasada doctrina, se reviste de lo peor del populismo castrobolivariano para dar una imagen alucinante de idiocia descarada que va horadando el tejido social y arrasando principios y valores de una sociedad que parecía asentada en su tradición grecorromana y cristiana.

El resto, nacionalistas vascos sacudiéndose sus vestigios nazis, o el viejo y cansino catalanisno independentista, ahora en la órbita de una extrema izquierda tan peligrosa como desnortada, no son mas que oportunistas de ocasión, en busca de la coyuntura favorable ofrecida por un Estado debilitado, casi fracasado, que mana a borbotones desidia y deshonor en el mantenimiento y defensa de su soberanía, en el respeto al orden constitucional, en la seguridad jurídica, en el caos territorial y en el desprestigio casi circense en el orden internacional.

Enfrente, una derecha desunida, en manifiesto desencuentro en cuanto al método y el deseo de poner fin a este Régimen ilegítimo, que sabe aprovechar la legalidad del orden constitucional que quieren derribar, para avanzar hacia una sociedad que seguramente mira al sistema chino como modelo de comunismo de Estado y capitalismo económico. Sistema iliberal, que arrumba la dignidad de la persona y sus derechos mínimos de autodeterminación y esperanza de libertad. El sanchismocomunismo se ha instalado en España con un programa decidido y vigoroso para acabar con ella como Nación y su Constitución de 1978 como sistema de convivencia. La nueva política nos lleva a la España multinivel. Pues ya verán.  

 

lunes, 26 de julio de 2021

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO

 

Artículo publicado por el diario ULTIMA HORA el sábado 24 de Julio

 

La vocación autoritaria de Sánchez

Julián Delgado. Escritor

 

Desde que llegó a la Moncloa, una vez arrasado el viejo PSOE, controlado férreamente el nuevo y constituido un Gobierno sumiso, Sánchez se propuso hacer lo mismo con España. Para ello puso en marcha un desembarco en las instituciones públicas y privadas; no dejó ninguna suelta, controló incluso a empresarios y obispos y liquidó los órganos de control democrático. Aprovechó la pandemia para controlar el Poder legislativo, declarando el estado de alarma, y no el de excepción, para gobernar por decreto, reduciendo a la mínima expresión el control del parlamento.

Respecto al Poder Judicial, la primera medida que tomó fue colocar a su ministra Delgado como Fiscal General, pero no ha podido asaltarlo en masa, someterlo como ha hecho con el resto de poderes e instituciones. Por eso lleva dos años desarrollando una implacable campaña de deslegitimación global del sistema de justicia. Lo ha considerado una amenaza, una piedra en el camino, un dique de contención para su proyecto ideológico. Esta campaña tiene hoy carácter de acoso y derribo, y va desde el Tribunal de Cuentas hasta el TC a los que desafía, presiona, desacredita, denigra y hasta legisla contra los jueces para atarlos. Gracias a la UE no ha ido más lejos. Su empeño es poner la Justicia al servicio de su proyecto autoritario, crear una Justicia a su medida, en la que toda decisión del Gobierno esté por encima de la ley. 

En cuanto al cuarto poder, Sánchez puso una gran interés en controlarlo; entre sus primeras decisiones estuvo, mediante un decreto urgente, someter a RTVE. Después de prometer que sería plural y de calidad, lo convirtió en el ariete para transformar la mentira, que ha presidido su quehacer político, en una práctica normal y aceptada en la vida pública, un virus inmoral inoculado en el corazón del sistema. En lugar de tener el contrapeso de los medios privados, desde el primer día actuó para neutralizarlos, sin el menor rubor. Amenazas o generosas subvenciones, todo vale para intentar que se muevan en su férula.

El adanismo de Sánchez le lleva a creer que España necesita hacerse de nuevo y está en la faena de revisar su idea misma. Por el camino que lleva desembocaremos en una democracia orgánica de republiquillas.  

 

viernes, 9 de julio de 2021

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO

 Artículo que será publicado por el Diario ULTIMA HORA de Mallorca, el sábado día 10 de Julio


LA DEFENSA CREATIVA DE ESPAÑA

Julián Delgado. Escritor


Ante los intentos de asalto a la unidad de España, hemos vivido con cierta tranquilidad confiados en que la Constitución establece un procedimiento tan complejo y exigente para cualquier cambio que la afecte (art. 168), que, en la práctica, lo hace imposible. No es ajeno al derecho comparado, pues otros textos constitucionales hacen lo mismo respecto a las materias que declaran irreformables. Así pues, para que una iniciativa de modificación rompa la unidad de España es preciso que se debata en el Pleno del Congreso y del Senado; si los dos tercios de ambas Cámaras la aprueban, se disolverá el Parlamento. Las nuevas Cámaras, salidas de unas nuevas elecciones, deberán ratificar la decisión tomada por las anteriores y tramitarán el proyecto de reforma. A continuación se someterá a referéndum y si el número de votos afirmativos es mayoría, quedará aprobada la reforma.  

La Constitución previno hasta la aberrante circunstancia de que un enemigo de la unidad de España llegara a ocupar La Moncloa con esa cerradura a prueba de bombas y, por ello, hemos venido durmiendo tranquilos. Pero hete aquí, que el vientre monclovita, fecundado por el ínclito Zapatero experto en negociaciones claudicantes,  que pastorea a insignes juristas, dicen que liderados por Conde Pumpido especialista en limpieza de togas sucias del polvo del camino, ha dado a luz un ratón al que se refieren como  Derecho creativo. 

Esa criatura llega al mundo con un pan bajo el brazo en forma deun referéndum sucedáneo del de autodeterminación, que es el que exigen los soberanistas. Una capacidad de celebrar consultas no vinculantes cuya eficacia el mismo presidente del Gobierno del Reino de España podría reconocer como suficiente para justificar la rendición del Estado. Culminaría así el cúmulo de  arbitrariedades y desafueros cometidos desde aquel día en que Rajoy fue sustituido en el Congreso por el bolso de la vicepresidenta

No es de recibo que para conseguir alargar un par de años la supervivencia del Gobierno se pueda poner en peligro la existencia de una nación milenaria por cuya supervivencia han dejado la vida miles de españoles a lo largo de su historia. 

Habrá que ir pensando en la Defensa creativa de España.

miércoles, 7 de julio de 2021

LA OPINIÓN DE JULIAN DELGADO

Artículo que será publicado por el Diario ULTIMA HORA de Palma


Los tres niveles del Procés.3

Julian Delgado. Escritor


EProcés.3, que se iniciará el 13 de septiembre después de que los nacionalistas catalanes hayan exhibido músculo en su Diada, se desarrollará a tres niveles. Uno,teatral, que se escenifica en el Congreso, donde Sánchez se presenta como el pacificador del rampante secesionismo catalán, que busca una solución para el conflicto de Cataluña a través del diálogo. Se acepta el enfrentamiento bronco con la oposición incluso con sus socios, se justifican las concesiones en aras del consenso y la concordia y se promete respetar la Constitución. Pero esta ostentación de las discrepancias de fondo entre Sánchez y los nacionalistas no deja de ser puro teatro para consumo de los seguidores de sus respectivos partidos, una estrategia para ocultar la total sintonía de Sánchez con los nacionalistas.

El segundo nivel es el de las bagatelas, menudencias que se negociarán  en la llamada mesa de diálogo. Sirve este nivel como cortina de humo que esconde la negociación  de fondo. Se pondrán encima de la mesa una larga lista de nuevas competencias que harían desaparecer el Estado en Cataluña, y que van dirigidas a apaciguar a los separatistas más radicales. Estas son la cesión de estructuras de Estado a la Generalitat y diversas prebendas económicas y financieras que resultarán un agravio para el resto de las CCAA: fondos europeos, financiación de infraestructuras, imposición del catalán, apoyo a la candidatura de los JJOO de invierno en Cataluña,  ampliación del aeropuerto de El Prat, inversiones en cercanías, titularidad de carreteras del Estado, el fin de la represión, el blindaje de competencias, representación catalana en la UE, selecciones deportivas, compartir la capitalidad de Barcelona con Madrid, etc.  Es el nivel de las fotos y las declaraciones, sonrisas y caras de perro, que permite ganar tiempo y ofrecer alternativas en las relaciones de los contendientes, despejar tensiones y escenificar crisis simuladas que permitan exhibir la complejidad del empeño.  

El tercer nivel es el subterráneo, el de las alternativas creativas al que no llegan las cámaras. Es en el que Sánchez tiene vía directa con el ínclito Zapatero, su hombre en las sombras, el que urde y muñe el plan de la España plurinacional a sus órdenes directas. Al que no le basta haber renunciado vencer a ETA cuando se estaba en las mejores circunstancias para conseguirlo y, en su lugar, tras un proceso de rendición ignominioso disfrazado de pazlegitimó el hacha y la serpiente e hizo bueno el pronóstico de la madre Joseba PagazaaurtunduaHarán cosas que helarán la sangre. Ahora pretende repetir la jugada en  Cataluña.

Sánchez y su Gobierno rojo-morado, ha metido en su cama política a todos los que quieren acabar con España, ha aceptado sus reivindicaciones y su discurso victimista considerándolos justos y se ha puesto manos a la obra. Así, pues, su objetivo es ofrecer una opción que acepten los soberanistas, aunque haya que desgarrar algunas costuras de la Carta Magna, pero sin que llegue a reventar. Dentro de la Constitución hay muchas cosas que se pueden hacer, declaró hace unos días Sánchez y ahí está Conde Pumpido, junto a ZP, preparando la ingeniería legal para burlar la Ley de Leyes. Rescatarán el Estatut de Maragall, que tumbó el TC en su día, incluirán en su texto, entre otras mejoras, la competencia de realizar referéndums consultivos. El soberanismo la activaráen el momento que considere más oportuno: cuando se hayan incorporado al censo los jóvenes hoy adolescentes inoculados desde las escoletas con el virus del procés en sus distintas variantes. Se repetirá la consulta hasta que el resultado sea favorable a sus intereses y entonces no habrá marcha atrás: harán una lectura vinculante y se independizarán por la vía de los hechos consumados. Y vaya usted a decirles con la fuerza simbólica del triunfo en el bolsillo, que el resultado no tiene valor ejecutivo.  

Para ello necesita una campaña de descalificación y destrucción de las instituciones de control y maniatar a la Justicia. Y en eso está Sánchez desde el principio. Ahora promueve despojar al TC de su capacidad para ejecutar sus propias sentencias, suspendiendo el recurso previo de inconstitucionalidad para frenar Estatutos con contenido separatista e impidiendo que actúe contra referendos ilegales, cuando se había comprometido a endurecer las penas ante consultas ilegales. El TC corre el riesgo  de representar el papel de extra mudo sin capacidad para intervenir ante consensos políticos que estén fuera del marco constitucional. 

¿Quién controla el Estado? Pues eso.