LA AZOTEA
LA ULTIMA CANCIÓN DE LIBERTAD
1 de Septiembre de 2021
Quiero
estar equivocado y pensar que ahora no puede ser el fin del liberalismo. Si en
el mundo, el occidental claro porque en oriente apenas deja rastro, desaparece
esta forma de vida, el retroceso será de civilización. No lo duden, el
liberalismo es más que ideología, es doctrina de convivencia; es más que reglas
de economía, es el progreso mismo; es mucho más que el motor de la cultura, la
ciencia y el desarrollo de la sociedad, es el soporte de una concepción
civilizada de libertad, pero también de la dignidad humana, más allá de
cualquier estructura política o de poder. Y desde luego manifiesto mi adhesión
intelectual absoluta a la tradición libertaria de Nozick, en la que la libertad
es valor fundamental, más allá de la tradición igualitaria de Rawls en la que
la igualdad pueda tener un papel tan esencial como las libertades.
De
ahí mi temor a la desaparición del Estado de derecho, con democracia
representativa, separación de poderes e imperio de la ley. El Estado liberal
parece fenecer o cuando menos atravesar serias dificultades, lejos de la
brillantez y el brío adquiridos a partir de la derrota del nazifascismo en 1945
y el arrinconamiento posterior del comunismo totalitario soviético, con el
jamás debió formarse alianza alguna para la lucha a favor de la libertad.
Debilitamiento
no solo en España, donde ya el comunismo más abyecto se encuentra en la
dirección ideológica del Gobierno, sino en la agonizante Europa de las Patrias
y de los sueños nobles y hermosos de Spaak, De Gasperi, Adenauer, Monnet o
Schuman. Cinco Padres de Europa que, apenados y frustrados, la divisarian camino
de lo desconocido, incapaz de compartir espacio alguno de ideales politicos
comunes, fuera de los principios económicos y financieros. Ahora, cuando resulta
incapaz de cofinanciar la OTAN, muestra ineptitud para superar la ridiculez de
sus presupuestos en defensa, obviando acuerdos propios y, ante el repliegue de
los despreciados norteamericanos, plantea la utopía imposible de un ejército
común.
Además
pues del desconcierto político, acrecentado por la vergonzosa huida USA y el
resto del Occidente de Afganistán, donde pretendían luchar contra el
totalitarismo religioso mediante un sistema de democracia representativa,
Europa asiste al desmontaje de sus propias fronteras, olvidando también el
principio esencial de soberanía compartida. Así
pues, invasión islámica silenciosa y ojalá pacífica, burocracia aplastante e
inútil, reuniones interminables sobre la nada. Europa se siente débil y
amenazada no solo por sus disensiones internas, sino seguramente y como
consecuencia, su cada vez mayor insignificancia internacional y las amenazas al
sistema por la presencia, nuevamente, y más que notable, del fascismo y del
comunismo en el Sur.
Y
ya ven en el resto del mundo que conocemos como occidental. Parece avanzar el
iliberalismo enroscado en mil formas, incluso aliado a doctrinas a veces
contrapuestas. Pero esencialmente se impone un rechazo total del liberalismo al
que acusan de libertario por hacer triunfar el individualismo y eclipsado el
Estado y sus atributos de soberanía. Ya ven, más allá de lo pretendido por el
movimiento de Rosanvallon que aun financiado por el gran capital no iba más
allá de sindicalista, intelectual, izquierdista, antisistema, nacionalista,
autoritario y desde luego cofuso en su pensamiento, tratando de refundar la
democracia.
En
España, el iliberalismo viene de la mano del sanchismocomunismo, convencidos de
que más pronto que tarde, acabaran con la Constitución de 1978, la Monarquía,
el espíritu de la Transición, la democracia, la concordia y el entendimiento
político. De nuevo el comunismo en el poder, la libertad le resulta
incompatible, el sistema imposible y la democracia insoportable con un poder judicial
independiente y una libertad de prensa a punto de diluirse en la confusión del
autoritarismo que se impone de forma descarada e imparable.
LA AZOTEA nació libre e
independiente hace casi nueve años con los más de cien artículos de Opinión
publicados en el Diario Córdoba, hasta que se le reventaron las costuras de la
tolerancia y otros casi quinientos editados en el BLOG coeditado en los últimos
años con la colaboración del gran maestro y escritor Julián Delgado que expuso
con claridad y patriotismo sus brillantes ideas. Pero circuló en una España también
libre y democrática que parecía asentada tras su agitada Historia de odio y
enfrentamiento. Pero en ella gobierna de nuevo, y parece que por tiempo, un
populismo autoritario cuyo fin parece organizar al resentido y al rebelde en
grupo revolucionario. Desaparece poco a poco la libertad y aparece la delación
y el temor, y en el horizonte el Ministerio de la Verdad. Cierro La Azotea y
ojalá las nuevas generaciones atisben un nuevo horizonte de libertad.