LA AZOTEA
FIN DE CICLO
12 de Noviembre de 2019
“Pues ya está” Es frase de Sanchez a recordar como culminación de una obra nefasta y arrasadora de
quien no pasa de vulgar e inútil autoritario, infiltrado en la debilidad de
esta hermosa democracia. Sistema democrático de aparente solidez, que tras el
10N ha quedado noqueado y resquebrajado, tras el paso más bien reaccionario y
primitivo de este farsante del que
ojalá pudiéramos
celebrar la marcha definitiva e irreversible. Pero ya ven, por ahora se queda
aupado por un gentío saturado de entusiasmo y desinformación, fácil de
convencer y reacio al análisis de la auténtica dimensión de esta falsa
socialdemocracia; un retromovimiento conocido como sanchismo.
Mi perspectiva desde esta Azotea
queda oscurecida por acumulación de
acontecimientos, a cuál
más
desgraciado desde la llegada a Moncloa de otro maestro de la simulación y el engaño, llamado Zapatero o
algo así. De manera que mi Opinión de hoy quedaría plasmada en el resumen de las decenas de
artículos editados en esta misma
columna, desde la aparición del inane
Rajoy, con su hierática política de contable de lujo, allanando el terreno a esta pareja de
enemigos de la democracia y la Razón ilustrada.
Lean y relean los resultados de
las Elecciones del pasado domingo o análisis de sesudos comentaristas o
peroratas de comentaristas más o menos pegados al poder, porque todos ellos le
llevaran a la misma conclusión preocupante
cuando no temerosa. Por vez primera desde 1978, España se encuentra en crisis
radical de sistema. Ni siquiera el 23F supuso similar situación; entonces, de forma violenta y
equivocada se quiso – sin apenas
apoyo popular- resolver una crisis que se entendió como estructural del Estado. Ahora es la crisis
total del Estado mismo.
Lo peor es que esta crisis de
Estado, en el corazón del
Estado, está derivando
por días en irresoluble. Y no hay
voluntad, ni inteligencia política para intentar
resolverla. Tampoco apoyo popular suficiente. El Rey, única instancia que resiste con dignidad el empuje,
se encuentra cada vez más solo, desamparado y en Cuba, donde
Borrell recibirá el apoyo de la negra dictadura, seguramente progresista. Ya con C´s ha desaparecido lo que parecía constituir esperanza de
reinstalar en España nuevamente
y con más solidez, solvencia y calado, un
liberalismo moderno, progresista y transformador. Todo quedó en marioneta sin
rumbo y sin conocimiento de su propia ideología. Por contra, nos queda una
sociedad y un
complejo institucional atiborrado de basto e iletrado iliberalismo adaptado a una
democracia formal y pluralista, en manos de Partidos Políticos totalizadores que no poseen
más patriotismo que el poder, ni más
perspectiva que su propia supervivencia.
Son ramalazos de la decadencia
europea, nihilista y relativista, donde la moral social va
careciendo de prestigio como el resto de valores y principios heredados por
Historia y tradición, ya casi
desdibujados hasta lo irreconocible; incluidos aquellos tan hermosos figurados
- en nuestro caso - en el texto constitucional. Como el cristianismo, cercano a
dejar de ser referencia trascendente para convertirse en curiosidad intelectual,
y donde casi ha desaparecido el amor al orden y el equilibrio, al consejo de
los mayores y al magisterio de los sabios. Lugar de silencio, cuando no huida
de intelectuales, con tantas Universidades convertidas en escuelas de
fanatismo. Es la España europea de la posverdad, donde progresa el desorden porque el Estado funciona poco y mal,
salvo para la exacción fiscal, sintiéndose incapaz de ejercer la soberanía,
defender las fronteras exteriores o el mantenimiento del bienestar. Por eso el
gentío confía mayormente en aquellos que le prometen seguridad
gratis desde antes de nacer hasta después de morir, creyendo masivamente en soluciones populistas,
utópicas y a veces imposibles.
Resulta ridículo, cuando no
dramático, asistir al espectáculo chusco de miembros del Gobierno, cuando no su
Presidente, descalificando al tercer Partido más votado por los ciudadanos con
la monserga de la ultraderecha, cuando su socio preferente es el comunismo
totalitario, rancio y bolivariano de Podemos. O pretender un Gobierno imposible
sin respuesta social, al que denominan con descaro ahistórico de progreso,
cuando estaría formado por estos mismos comunistas reforzados por sus violentas
confluencias; antisistemas; golpistas; filoetarras y todo adornado por los
sucesores de Sabino Arana o el oportunista e impúdico Revilla.
No existe socialdemocracia
constituida en la democracia española con la que la derecha moderada y
constitucionalista – que es toda – pueda pactar para la formación de Gobierno.
Solo existe sanchismo, el peor enemigo de la Constitución de 1978 desde su entrada
en vigor. Así pues, la derecha no debe contribuir a la deconstrucción de la
Nación española, en tanto Sánchez continúe al frente del socialismo español, en
su retroceso hacia el largocaballerismo, el odio y el enfrentamiento entre
españoles. No debe contribuir al fin de ciclo de paz y progreso iniciado hace
cuarenta años. Eso nunca.