Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

viernes, 28 de agosto de 2015

La Azotea de Javier Pipó


La Azotea de Javier Pipó

LA SESIÓN

Menudo debate en las enmiendas a la totalidad de los presupuestos de Montoro y del Estado para 2016, en ese salón de plenos pero menos, del Congreso de los Diputados. Yo desde luego disfruté como contribuyente y sufrido espectador.

Quizá resulte llamativa la frialdad en el apoyo de la reducida bancada popular a un Ministro teóricamente tecnócrata haciendo el papel y muy bien, de ideólogo de la situación. Los socialistas, sufriendo la pesadez inane de Zapasanchez, en el papel insignificante, dañino y deslucido de Zapasanchez. El resto de la izquierda, la extrema, haciendo esfuerzos titánicos para que apenas pudiera percibirse el salto ideológico y valiente a la segunda mitad de siglo veinte, naturalmente. Los que quedan, mezcla incolora de todas las salsas, intentando buscar algún resquicio por donde meter el dedo de la notoriedad intrascendente. De manera que la sesión resultó entretenida e ilustrativa de la rueda continua de nuestra historia en movimiento permanente, en vuelta cansina hacia lo mismo. 

Desde luego, la figura destacada e indiscutible desde principio a fin, Montoro y su defensa del modelo constitucional de 1978. Modelo federal o no, pero de democracia parlamentaria y representativa, hasta el momento sin alternativa. Es desde luego tratar en un día lo que debió argumentarse y defender con la misma viveza durante los últimos tres años. Pero quizá no le dejaron antes, los buitres insaciables que en su Partido están taponando una salida histórica hacia la consolidación definitiva de España como vanguardia de libertad y progreso. Sus enormes conocimientos de historia, economía y sociología política, descollaban en un hemiciclo más dado a la camorra que a la reflexión; más proclive al discurso vacío y reaccionario que a la construcción de una teoría científica capaz de dar solidez a un modelo económico dinámico y eficaz, que es capaz de crear riqueza y repartirla con proporción al esfuerzo, la inteligencia y en su caso a la necesidad. Por eso citaba con soltura a Hayek, a Schumpeter o Keynes, aunque igual pudo hacerlo con Berlin, Aron o Habermas. Importante, trascendente y delicioso.     

Frente a la nada, Montoro estuvo comedido y soportó sin inmutarse la intervención de un presunto líder de la oposición que no se enteró nunca de casi nada. Que va y viene de ciudad en ciudad como autómata; hablando sin decir algo trascendente y lo mucho que dice o no se le entiende o carece de importancia o está equivocado al resultar extemporáneo y estúpido, como ese empeño en hacer de exhumador de los cadáveres de Franco y José Antonio, ahora que crece el PIB. Una joya.   

Al líder de la oposición deberían enseñarle en tres tardes o treinta, que el PSOE es algo más importante que su insignificante liderazgo. Que recibir el legado de Zapatero y no hacerlo a título de inventario es un riesgo letal que despeñará al abismo del retroceso histórico los esfuerzos de personajes de Estado como González que entendió que la biblia de la socialdemocracia está en el Programa de Bag Godesberg de 1959, identificando democracia y socialismo y la “ruptura democrática” de Suresnes, ahora hace 41 años. Zapasanchez aún analiza la escisión entre comunistas y socialistas del período entreguerras, pero buscando el camino intermedio entre reformismo y revolucionarismo voluntarista y dictatorial del comunismo. De ahí su fascinación por Pablete Iglesias. Con Zapatero, busca la revolución compatible con la democracia, perteneciendo los pobres diablos a eso que alguien definió como la Segunda Inernacional y Media. No se enteran lo que Norberto Bobbio sentenció hace años, que la tercera vía no existe.

Estos peligrosos aficionados serán incapaces de aportar algo a los tres retos que a mi juicio se le presenta a la socialdemocracia y al socialismo democrático, también llamado radical. De una parte, la erisipela ideológica y mental que les produce la extensión e influencia de los movimientos sociales alternativos. En segundo lugar, las contradicciones e ineficiencias del megaindustrialismo galopante y globalizado y sus secuelas de productivismo y consumismo irrefrenable y por último, la insostenibilidad de las relaciones entre países pobres y ricos.   

Por eso, resultaba insólita una sesión entre el sabio ministro que una y otra vez venía a decir que el Estado capitalista no tiene más que dos formas de superación, o la reforma o la revolución. No lo entendieron porque unos, quieren destruir el Estado, y otros no saben lo que es, pero lo desprecian.

Y mientras, en sus fronteras, un fantasma recorre Europa, la famélica legión de los alienados por el azote biblico del islamismo medieval que terminará por arrasar la civilización cristiana, bienpensante, grasienta y occidental.

Otras Opiniones. José Luis Miró

Publicado en el Diario EL MUNDO edic. Mallorca, el 6 de Agosto


CÓDIGO PUK

CAMARADA XELO

José Luis Miró. El Mundo Mallorca

CONOCÍ a varios profesores de esos de «soy tu amigo, puedes tutearme». Fueron con diferencia los peores, porque un profesor no puede ser amigo de sus alumnos. Siempre preferí a los que mantenían la distancia; a los que ejercían, por así decirlo, de enemigos naturales: «Yo en mi tarima, usted en su pupitre; yo mando y usted obedece, porque así son las cosas. Y si se pasa de listo, caballero, le meto un puro que alucina». Las cosas claras desde un principio para saber a qué atenerse. 

 La educación actual, que ha llevado a España a los más altos niveles europeos de fracaso escolar, y a Baleares a ser la campeona nacional en la materia, está plagada de esos nefastos «profes enrollaos» que empezaron a prodigarse con la EGB de los 80 (muchos de ellos pertenecientes a la subespecie de seminarista con guitarra) y que hoy conforman una verdadera legión de adoctrinadores. Porque, no lo olvidemos, todos eran y son nacionalistas y dogmáticos.   

Pero la cosa no va de educación, que más que una asignatura pendiente es una causa perdida, sino de política. La analogía entre el profesor colega de toda la vida (de la nuestra, quiero decir) y el modelo que han adoptado muchos gobernantes me parece bastante razonable, no sólo por la tendencia que ambos
 
«Me aseguran que lo primero que hizo La Xelo cuando llegó al Parlament fue ordenar a todo quisque que la tuteara»
 
 comparten al andrajo y la sandalia; también por esa falaz camaradería con la que pretenden diferenciarse de sus adversarios, como si la revolución que han vendido consistiera en sustituir las rancias americanas y trajes chaquetas de la derecha por camisetas con salamandras y blusas frescas de señora mayor. O en mandar cartas patéticas al Rey de España, como la del inigualable David Abril. 

Me aseguran que lo primero que hizo La Xelo cuando llegó a la presidencia del Parlament fue ordenar a todo quisque que la tuteara y a continuación mandar a varios comisarios a que averiguaran si los ordenanzas y otros empleados de la institución habían sido obligados a tratar de usted a los anteriores presidentes. No me imagino –bueno, sí que lo hago– la cara que se le debió quedar a la camarada Huertas cuando le presentaron la conclusión de las pesquisas: «Dicen que lo hacían por educación y porque se lo enseñaron así sus padres». La misma jeta malhumorada, más o menos, que puso cuando al día siguiente de tener la ocurrencia de soltarle a Felipe VI que invirtiera el dinero del cóctel real en un comedor social leyó en la prensa que la habían pillado de marrón con su Audi A6 oficial de 50.000 euros y lunas tintadas, dejando a la vista que, por mucho que se deje tutear, ella también es casta.

 
 

sábado, 22 de agosto de 2015

La Opinión de Javier Pipó en La Azotea


La Azotea de Javier Pipó

REFORMAR LA CONSTITUCIÓN

Pues de nuevo la clase política se moviliza nerviosamente, postulando modificar la Constitución. Bueno, unos cambiar la Constitución y otros cambiar de Constitución. Unos y otros proponen cambios, aunque la mayoría desconozca para qué y por qué. Como si aquí fuera más urgente cambiarla que hacer cumplir sus mandatos. Pero una cosa es el consenso para modificar lo que se debe, lo necesario, conservando la unidad de los que creen en el sistema que atender las pretensiones de aquellos que lo desprecian, empeñados en abandonar la democracia parlamentaria y representativa para llevarnos al totalitarismo nazifascista o comunista o a la ruina y el hundimiento en el autoritarismo, estúpido y empobrecedor del populismo bolivariano. Estos, por muy ingobernable que aparezca el Estado, para nada deben formar parte del bloque constitucionalista, salvo se quiera perder sensibilidad frente al riesgo de abandonar la libertad. Por eso reclamo un consenso necesario, como punto de llegada y no de partida, al resultar innecesario. Y desde luego, proclamar encontrarme entre los que aprecian la necesidad de reformar la Constitución, pero como forma indubitable de defenderla. Y sin maquillajes como solución o apaño ante una opinión pública en situación de hostilidad o de un encrespado problema catalán o vasconavarro. Si así fuera, de poco serviría incluso en su limitada temporalidad.

Es verdad que las formas, también las políticas, perdieron su antigua eficacia; que lo que aparecía estable súbitamente aparece como inestable. Es verdad que estamos declarados en crisis o al menos así nos confesamos, aunque parezca en vías de solución la económica pero en agravamiento la crisis política, al ser de valores, de moral social, de creencia en las instituciones, de hartazgo de partidos políticos protagonistas indebidos de la vida ciudadana, decidiendo allí donde deben hacerlo aquéllas. Es verdad la existencia de un Estado débil aunque España nunca tuvo un Estado sólido y casi se pierde la esperanza de ver cuajar una sociedad civil organizada. Es decir, parece que los automatismos morales en que estábamos instalados aparecen como una obsolescencia. Pero no por ello debemos dejar nos cambien la Constitución, simplemente deberíamos querer reformar la Constitución.

He reiterado en varias ocasiones que España inició un proceso federalista desde el Estado unitario hacia la descentralización total. Es más, los pactos autonómicos de 1992, nos convierten claramente en un Estado de naturaleza federal y simétrica. Y también añado que ciertamente de forma incomprensible se consintió, incluso profundizando en el disparate, la asimetría del régimen económico del País vasco y Navarra o la indudable inconstitucionalidad del blindaje asimétrico previsto en el reformado Estatuto catalán. Pero supongo cada vez más consciente a la opinión pública que, con Blanco Valdés, en relación a otros estados federales, la singularidad de España está en los nacionalismos. Pero no por ello se debe seguir consintiendo que un Gobierno ignorante del aserto de Gellner - es el nacionalismo el que engendra naciones, no a la inversa – y casi exclusivamente polarizado en la crisis económica, esté permitiendo a Cataluña dotarse de instituciones de Estado que además financian el resto de los ciudadanos, como esos más de 30.000 millones del FLA que jamás devolverán. Es peligrosísimo, incluso desde la perspectiva internacional.

 De manera que debemos prepararnos para el gran reto del siglo que no es otro que continuar existiendo como Nación. Es de lo que se trata, de mantener y no destruir una Nación con Estado, compensando la diversidad. No hay alternativa y conviene no olvidar que las fronteras de Europa sólo han cambiado mediante el uso de la fuerza. Y eso, nadie sensato puede desearlo. Aunque tampoco el desafío chulesco e insoportable de iluminados al frente de instituciones que hace tiempo debieron ser procesados, expulsados de las instituciones y en su caso encarcelados.

Por eso ahora corre prisa, es urgente, debatir y acordar entre demócratas constitucionalistas las grandes líneas de la reforma que necesariamente pasara por tres esenciales. Determinar con claridad el reparto de competencias entre el Estado y los entes autonómicos, acabando con el caos de lo exclusivo, concurrente, ejecutivo, etc. Constitucionalizar definitivamente las bases del sistema de financiación y despolitizar la Justicia, volviendo al inicial modelo constitucional del CGPJ, olvidando las nefastas reformas de 1985 y 1993.

Pero hay mucha más tarea. Como es mantener la monarquía, la forma más estable y duradera de Estado, por encima de las instituciones. Derogar el nefasto artículo 150,2 de texto constitucional. Restablecer el recurso previo de inconstitucionalidad, acabando con el caos disparatado de reformas y contrarreformas de los estatutos de autonomía. Pero también, identificar constitucionalmente las entidades que se federan así como sus características, respetando la unidad de mercado y la igualdad de derechos y obligaciones de los ciudadanos en todo el territorio nacional. O profundizar en el respeto a la autonomía de los municipios, propiciando la reducción de su número de forma drástica, pero así mismo suprimiendo definitivamente las Diputaciones, todas. Y la reforma del Senado, haciéndolo parecido, lo más, al alemán. Y que decir, del Tribunal Constitucional, creador de profundas y sabias sentencias, modelo en el constitucionalismo europeo de raiz kelseniana. Ni escuchar las torpes propuestas de C,s sobre su desaparición, menudo tropiezo. Hay también que simplificar el sistema de modificación constitucional para que pueda adaptarse a los nuevos tiempos que parecen percibirse en la Europa, que también como USA, buscaría el paso del federalismo dual al cooperativo.

La reforma de esta Constitución debió abordarse en la legislatura Rajoy, empleando el procedimiento agravado del artículo 168, alargado en dos periodos, como en Bélgica, Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos y otros. Menos temores y más brío, antes de que el Estado sufra más erosión como sistema jurídico, donde en la impunidad se incumplen leyes y sentencias. Antes de que Pablete Iglesias, intente convencernos de que él sale de su ciérnaga ideológica agarrándose a su coleta y tirando hacia arriba, como el barón de Münchausen.   

 

viernes, 21 de agosto de 2015

Otras Opiniones. Julián Delgado


Artículo de Julián Delgado que publicará el Diario Mallorquín “Última Hora” el próximo sábado día 22 de Agosto

LA FUERZA IDEOLÓGICA
Julián Delgado

 
Los partidos conservadores europeos han superado a la antigua derecha por medio de partidos interclasistas más transversales, capaces de responder a las incertezas e inseguridades que ha traído la crisis. En el manifiesto del Congreso de Varsovia (2009), abrazaron la libertad del individuo como derecho fundamental, el respeto a las tradiciones, a la solidaridad para ayudar a los más necesitados y a las familias; la intervención del Estado para mantener el estado de bienestar, el afianzamiento de unas fianzas públicas consolidadas, la preservación del medio ambiente, las energías verdes, y la economía social de mercado. Estos partidos evocan también sentimientos esenciales: libertad, tradición, familia, bienestar, que componen un mensaje fuerte.  

Los partidos de izquierda, sin embargo, ofrecen una respuesta débil porque han perdido su identidad, víctimas unos del derrumbe del comunismo y de la crisis de la socialdemocracia otros, que les hace navegar sin rumbo, sin doctrina, sin ideología, carentes de nuevos objetivos sociales. Por otra parte, al haberse visto obligados a adherirse de forma general a la economía de mercado, los socialistas europeos han sido incapaces de proponer una política alternativa a la liberal-conservadora que ha dominado en la UE durante esta crisis. El partido socialista francés, el último en la UE de inspiración marxista, se ha incorporado finalmente a la economía de mercado de la mano de Valls.    

En España, el PP, en lugar de sumarse a aquel discurso liberal modernizado, ideología que mejor ha estimulado a los seres humanos, permitiéndoles desarrollar libremente su proyecto de vida, ha pretendido ser pragmático perdiendo su identidad. Desde el Congreso de Valencia (2012), en el que se dijo aquello de que los conservadores y los liberales se podían ir del partido, el PP se declaró libre de ideologías; las ha sustituido por una sucesión arriolada de actuaciones inconexas emprendidas a golpe de encuesta, poniendo el énfasis de su quehacer político en ser unos buenos gestores económicos. Por eso sus votantes no les reconocen. 

Como afirma el socialista D´Alema: en la era de la globalización, sólo el que tiene una gran fuerza ideológica puede llegar a la gente.    

 

 

domingo, 16 de agosto de 2015

La Azotea de Javier Pipó


La Azotea de Javier Pipó

EL SEÑOR PRESIDENTE

Ahora hace cuatro meses que este modesto observador de la realidad nacional, publicó la que haría 101 y última de sus columnas aparecidas ante el lector interesado como “La Azotea”, amablemente acogidas por el”Diario Córdoba” durante casi tres años y medio. Este postrero comentario lo titulé “Regeneración Posible”, aunque la realidad confirme los más negros presagios y hubiera podido titularse como la imposible regeneración.

En cualquier caso y como demostración de la persistencia, el siguiente día 23 de abril debió publicarse la titulada “Vientos del Pueblo” que añado más abajo como recordatorio o información. Y no lo hago – como resulta obvio en quien finalizó su vida civil, con más pasado que futuro – sino a raíz de las últimas informaciones colocando en el centro de la actualidad regional y seguramente debería también nacional, al Señor Presidente del Parlamento de Andalucía.

Ya ven, el Señor Presidente del Parlamento de Andalucía, segunda autoridad de la Comunidad Autónoma, Secretario General de los socialistas cordobeses y en el más alto nivel del círculo de poder del ya régimen andaluz, carece o no se tiene constancia de poseer, título académico o mérito intelectual como creador o gestor en el ámbito de la vida social o económica. Salvo, naturalmente, ser fiel empleado de la burocracia partidaria y poseer la máxima confianza de la Presidenta Díaz, para su resguardo y defensa en el Parlamento.

Naturalmente, un régimen que se sucede así mismo pero que aún solo recorrió la mitad del tiempo de regímenes como el soviético – al que en modo alguno comparo – del peronista o del PRI mexicano con los que identifico, necesita el control parlamentario para evitar el control ejecutivo. Y desde luego, protagonizar la colocación en el ordenamiento jurídico de aquellas normas adecuadas en tiempo y forma a los intereses de la oligarquía política. Eso y el Consejero de Justicia actuando de correveidile entre la judicatura y el poder, cierra un círculo no carente de otros arietes del mayor interés para la ciencia política.

Pero fíjense. La edición andaluza de ayer, del Diario El Mundo, informa que el Señor Presidente cobra de nuestros impuestos, 6.557 euros al mes. Es decir, mucho más que quien ordenó su nombramiento y que el Presidente del Gobierno de España. Es una dignidad bien remunerada y una lealtad asegurada de por vida política.

Al “Diario Córdoba” un magnífico, democrático y cuidado periódico de enorme difusión, pero en el sector ideológico de los intereses económicos del apoyo público para la subsistencia - hoy por hoy y quizá por muchos años, en la izquierda moderada y en la otra - no le resultaba grato que el jefe de la cosa provincial, elevado a la altura por mérito colectivo, pueda ser tachado de lenguaraz, inútil y burócrata del partido. Pues es lo que faltaba. Ni la Kirchner, ni Pablete Iglesias lo hubieran permitido tampoco.

Por eso, sin rabia, sin rencor ni rescoldo alguno, solo en defensa de la verdad y de la libertad que sin esta no puede subsistir, transcribo nuevamente el artículo que con todo respeto, consideración y afecto, debió publicar mi recordado “Diario Córdoba”.

 
      VIENTOS DEL PUEBLO

Creo no fue viento del pueblo, como decía Miguel Hernández, el que llevó al Tribunal Supremo a estos estadistas de barrio, patriotas de tres al cuarto, gobernantes del desgobierno, dejando “boquiabierta su inocencia” porque “detrás de ellos, el cielo ni se enturbia, ni se acaba”. En lenguaje simple, en cuanto se logra sentarlos ante un juez, aforados eso sí, se les nota el canguelo ideológico y cantan a capela lo que pueden, incluso lo que exige el aprieto con los suyos.

Ahí tienen al ilustre Griñán, en perorata fantasiosa, tratando de hacernos ver la diferencia sustancial entre el gran fraude que pudo ser y fue – lo sabrá él- pero sin un gran plan que quiso ser y no pudo o no consta. Pues menos mal, aunque agradeciéndole la aclaración, debemos convenir con tan descarado guardián de esencias, se trata de un lío lo que dice, un follón. Pero bueno nosotros no le creemos y en paz, aunque lo dijera por nuestro bien.

Pero se lo puso muy difícil al noble panfilismo de Chaves, siempre en busca incesante de sucesivas modernizaciones de Andalucía, donde su numerosa familia ha tenido un papel decisivo, aunque dudemos para quien. Ha cantado ante los Jueces, pero sin saber nada. Nunca supo nada ni se enteró de nada y por eso duró treinta años y lo mismo le daba ser dos veces Vicepresidente del Gobierno de España, con ZP desde luego, que otras dos Ministro, que Presidente del PSOE o de la cosa durante 19 años. Él estaba sin estar, vivía sin vivir en sí y gobernaba sin que apenas se notara, permaneciendo en estado político inane, fútil. Apenas pudo divisar cuatro golfos.

Y de Zarrías, poco podemos decir que no sepan sus familiares, amigos y conmilitones de Cazalilla y Andalucía entera. Una vida dedicada a la política profesional con las nobles artes de un maquiavelo de hojalata, pero sin lustre renacentista. Un príncipe de la intriga en corto, tan eficaz como perversa. Pero tampoco sabía nada. Nada que pudiera interesar al Juez, naturalmente.

Ellos ayudaron a preservar la paz más de treinta años. Paz por territorios, los partidistas territorios de la cultura, la economía, la educación, las finanzas, la totalidad de una sociedad que finalmente queda mutilada en su autodeterminación, vegetando doblegada en la facilidad engañosa de un poder que todo lo resuelve, desde antes de nacer hasta después de morir.

Puesto de manifiesto y reconocido el fraude, con plan o sin plan, pero enorme, gigantesco, ahora lo que procede es que cese, que sus causantes y beneficiarios sean democráticamente juzgados y devuelvan lo robado o malgastado. Ni lo piensen. Aquí tomate hay para repartir lo no repartido y en cuanto a que siga aflorando, pues mejor olvidarlo porque hasta el momento florece solo una miaja y naturalmente Alaya debe continuar su carrera profesional, no va a dedicar una vida a deshacer la madeja imposible del desencanto.

Ante tan valientes declaraciones judiciales ojalá pueda restablecer la dignidad de la función pública ese juguete roto llamado Manuel Gómez, quien ha sabido resistir con rigor frente a quienes conciben el poder solo al servicio de sus intereses y se colocan la democracia por montera mientras arrastran el pesado y maloliente fardo de la corrupción con descaro, confiados en la impunidad. Menudo paisanaje.

Pero aquí, la corriente de amor verdadero se ha hecho intensa, fervorosa, un arte que diría Balzac, entre el pueblo sencillo y la princesa sevillana, llena de gracia y bravura. El romance de la luna no hizo más que empezar y como ya cantaba el poeta, la luna vino a la fragua con su polisón de nardos y Susana la mira mira, Susana la está mirando. Ya ven, ahora dice que Griñán ya pagó sus responsabilidades políticas abandonando la Presidencia, claro dejándola a ella. Pues menudo precio, con nuestro dinero. Creo no tardarán en argumentar cómo al emanar del pueblo, la justicia ya se pronunció hace unos días de forma inequívoca y ella resultó sucesora y aquél lavadas sus penas. Y para reforzarse, coloca como Presidente del Parlamento a un lenguaraz e inútil burócrata del partido. Este es pueblo movido por la poesía y con frecuencia, le renuevan la utopía.

Ya digo, aquí esperando la gran operación de consumación del susanismo, pero tal vez tras conocer el resultado de las siguientes elecciones, un rotundo éxito. Menudo pastelón que hizo imposible un pacto entre fuerzas constitucionalistas a tres bandas. Los inicios de la Décima harán historia pero por ahora solo bochorno. La solemne sesión ha resultado demoledora para la llorosa Constitución, el Estatuto y en definitiva el juego limpio democrático. Un alivio en la debacle andaluza, pero claro, es el mes del republicanismo en flor, nunca marchita.

Seré optimista. Si el antecesor de Susana relata una gran defraudación sin plan, ya verán, ella será capaz de un gran plan sin defraudación. Aunque fuera por su inmenso amor por Andalucia, por su alianza con el pueblo. Pues eso.

 

viernes, 14 de agosto de 2015

Otras Opiniones. Julián Delgado


 

Artículo que será publicado en el Diario ÚLTIMA HORA de Mallorca, el sábado día 15 de Agosto

LA CORRUPCIÓN INTELECTUAL Y MORAL

Julián Delgado

Los nacionalistas han llegado a convencer a algunas almas cándidas de que no hay que sacralizar la Constitución, pero esto es un sofisma envenenado. Su texto determina el diseño del Estado, define sus valores superiores y recoge los derechos y deberes de los ciudadanos, establece el Estado de derecho. Ahí es nada, ordena nuestra convivencia. Pero para los secesionistas, la CE es un obstáculo para sus objetivos, y, para conseguirlos, se sienten en la obligación de dinamitarla. No  les importa incumplir las leyes porque creen estar más allá del derecho: como todos  los fanáticos, la fe en la causa es su única ley. Deberemos tener esto bien en cuenta ahora que todos se afanan en la reforma constitucional. Porque puestos a reformar y a delimitar competencias, sería conveniente que el Estado recobrase la de enseñanza.  

El Estado–Nación es un proyecto colectivo sostenido a lo largo de los siglos. Este proyecto es memorizado, conmemorado, transmitido de generación en generación, en especial por la familia y la escuela, que integra el pasado común en el espíritu de los niños y adolescentes, reviviendo los sentimientos, éxitos y fracasos de la historia propia. Por eso, la enseñanza es insustituible para el arraigo de la identidad nacional española. 

En cambio, en Cataluña, la enseñanza se utiliza con fines perversos para ocultar la historia común, para el adoctrinamiento separatista y para condicionar el pensamiento (Enkevist), lo que pone en peligro el proyecto democrático conjunto. Según la Academia de Historia, se da segmentación, ocultamiento, parcialidad, falseamiento, tergiversación, manipulación mitológica, ideologización y exclusión, que pueden conducir al racismo y a la xenofobia. Y cuando se utiliza el castellano se seleccionan  fragmentos de contenido antidemocrático o ultraderechista para, de forma subliminal, ligar lengua española con ideología autoritaria.  

Hay que recuperar la ilusión de un proyecto común, combatir la manipulación de la historia y del presente y acabar con esta corrupción intelectual y moral. De no hacerlo así, controlado el poder, la educación y los medios por políticos oportunistas, se puede hoy realizar cualquier obra de ingeniería social. A la vista está.

 

jueves, 6 de agosto de 2015

La Azotea de Javier Pipó


 

La Azotea de Javier Pipó

CATALUÑA Y EL SOFOCO

 
Lo que faltaba para completar el cuadro sofocante de este verano es el aburrimiento insoportable y sin fin del conflicto catalán, con la imagen tan pulcra como redicha del insignificante Mas, sucesor del charlatanismo corrupto de Pujol,  amenazando con las dichosas elecciones plebiscitarias. Me alegro y nos felicitamos los españoles todos, que su firma poco valiosa para la historia, quedara plasmada en Decreto ajustado al ordenamiento jurídico y en consecuencia, alejado de la fantasía independentista propia del erotismo político del siglo XIX o primera mitad del siguiente.

Pero esta alegría resulta muy provisional porque independientemente de la disparatada lista de personajes del soberanismo orgánico, la preocupante tensión queda en posición de letargo, a la espera de las elecciones en España, del previsto final de la crisis griega y del prometido referéndum en Gran Bretaña. Y ello, a pesar de que septiembre se presente, como siempre y quizá como nunca, muy cargado de simbolismo y algo más, para los independentistas catalanes procedentes del más variado e irreconciliable pelaje. Es decir que Cataluña, tan cerca del pálpito europeo como a lo largo de su historia, parece presentir – bueno presiente el poder económico y financiero harto de tanto aficionado jugando con las cosas de comer – que la solución de encaje en España pudiera venir de esa Europa del declive o de las regiones, tan querida por las nuevas fuerzas emergentes a extrema derecha e extrema izquierda. Una huida hacia la supervivencia en un mundo globalizado pero bipolar, amenazado por el Islán medieval y tras el fracaso del proyecto unificador que quiso y no pudo la Europa de las naciones y posterior de las instituciones. Y de la modificación de la Constitución de 1978, conforme a lo previsto en su Título X, naturalmente.

Pero que nos dejen de monsergas e historietas estos predicadores de la provocación, porque sabemos que el catalanismo es la confluencia histórica del proteccionismo económico, con resultados espectaculares; del federalismo político de Pi y Margall, terminado en el particularismo de Almirall, que por cierto decía no ser independentista sino que esperaba que la regeneración de España partiera de Cataluña, ya ven, o del tradicionalismo religioso y filosófico devenido en regionalismo o nacionalismo, como renacimiento cultural, basado en la hermosa lengua catalana. Y desde luego, del catalanismo político resultante de todo ello, protagonizado por el descollante Prat de la Riba, diseñador en su “Nacionalidad Catalana” de la guía esencial de aquél. Pero nunca separatista sino como proceso de normalización política y cultural, como corriente procedente de la Renaixenca y la Mancomunidad Catalana de 1914, más propensa a que declarada como Estado soberano, delegara en un poder federal parte de su soberanía para conseguir una sólida base de unidad nacional. Una especie de Confederación ¿Pero de donde sacan pues el separatismo estos gansos de la política? ¿Hasta donde la ambición de estos insensatos que tras asaltar la caja pretenden quedarse con la llave?          
La Constitución de 1978 necesitada de reforma, aunque más de cumplimiento y respeto, es con Jorge de Esteban, un tipo sui generis de Estado Federal donde se articula hasta el federalismo fiscal. Ojalá la próxima legislatura sea el comienzo de un proceso serio de modificación de un Texto esencial en la historia de nuestro constitucionalismo que hizo de la Nación española una vanguardia de libertad, democracia y bienestar. Debe hacerse sin temor, con valentía y patriotismo entre liberalconservadores y socialdemócratas, antes de que fuerzas disolventes del nacionalismo independentista, aliado a la extrema izquierda comunista y antisistema, lleven a España a su explosión o insignificancia.
Rajoy gobernó con inteligencia y éxito extraordinario el tránsito económico, desde el abismo estúpido del zapaterismo a la normalización del bienestar de una sociedad moderna y avanzada encajada en el ámbito europeo. Ahora debería protagonizar, junto a fuerzas moderadas y sensatas el asentamiento de una reforma constitucional y del Estado que evite la secesión, no dudando en aplicar el mayor rigor que permita la Ley para apartar de la vida política a desleales o traidores como Más y la camarilla de ambiciosos que le rodea. Así mismo debería desde ahora comenzar una profunda regeneración moral de la Nación para acabar con la densa corrupción que impide el avance social y la confianza de los ciudadanos en el mejor y más civilizado modelo de convivencia en que consiste la democracia. Desgraciadamente poco se puede esperar de una socialdemocracia desnortada, regida por una segunda versión de ZP con aires de estadista, cuya ambición no debería pasar de presidir su comunidad de vecinos. Ojalá desde el interior surja la fuerza que desplace a tan fútil personaje que impide jugar el papel que le corresponde a tan imprescindible fuerza política.