La AZOTEA
REFLEXIONES DE VERANO (II)
21 de Julio 2018
Me
alejo durante un mes de esta actualidad pegajosa y preocupante de la España de
Sánchez. Quien iba a pensar llegaría al poder, pues llegó. Pero además olviden
fantasías, porque le producirán sensaciones de atracón melancólico. Ha llegado
para quedarse y hará lo que ni él mismo soñaba lograr, renovando lo viejo,
insertando ramalazos de lo antiguo y no escatimando posturas e imposturas que
le llevarán a ganar una parroquia fiel, cada vez mayor. Naturalmente aprovechando
que en su mano tiene la TV y el BOE que por vez primera será capaz de insertar propaganda
articulada en vez de normas. Y las elecciones, pues ya veremos. Desde luego,
cuando tenga seguridad absoluta de haber barrido al PP y de paso a C´s.
Mientras, en la ocupación de las Instituciones, tiene para dar y repartir a los
amigos y a los socios preferentes. Ya ven, un poeta comunista para el Instituto
España. Eso hace suponer que en España
empieza a amanecer y quien mejor podría cantarlo que un camarada puño en
alto: al amanecer, cuantos sueños
escondidos/sin saber qué hacer con ellos/cuantos momentos perdidos, quizás…esté
ya despierto.
Pero
aquí los problemas no transitan solo por la pasarela de la representación
sanchista y su imagen, ocupando el poder y haciendo circular mentiras en forma
de utopías imposibles y por poner ejemplos, desde la burla del déficit público
a la marea temible del sistema tributario a desbocar; o desde el aumento del
caos en la administración de la Seguridad Social hasta seguramente declararla
en quiebra, al aumento, pretendido de forma descarada, de la represión hasta lograr
una pérdida irreversible de derechos individuales y colectivos, endureciendo la
Ley de Memoria Histórica o algo así. Todo eso y mucho más, desde luego. Pero
quede claro, aquí el problema disolvente e insoluble con los antisistema
gobernando, es Cataluña y el modelo de Estado. Y luego Pais vasco y resto de
territorios enfermos de nacionalismo reaccionario. Y todo se está oscureciendo,
taponando y revolviendo en una melé pavorosa que arrastrará a la propia Corona,
es decir la Jefatura del Estado. Tanto como dejar el camino expedito hacia el
cambio de su forma política, definida en el artículo 1,3 de la Constitución aún
vigente. Claro, y de la propia Constitución.
Rajoy
ha podido sacar pecho ante los suyos - aún no estando seguro de quienes ni cuantos
serían los suyos - pero la gestión del golpe de Estado en Cataluña fue
espectacularmente nefasta. Hasta tal punto que no resolvió ninguno de los
tremendos problemas planteados, sino que quedaron agravados. Los golpistas
tenían en su mano los tres elementos esenciales de nuestro tiempo: educación ideologizada
y sectaria, al servicio de la causa, desde hace una generación; medios de
comunicación bien subvencionados y en propaganda permanente de corte
fascicomunista y el apoyo del exterior en perfecto y organizado despliegue. Frente,
un Estado en letargo y desarmado ideológica y jurídicamente que además financió
de forma generosamente estúpida la operación. Y el inevitable y egoísta empresariado
del 3% o el incompresible e irritante respaldo de una Iglesia descompuesta y de
una cobarde intelectualidad dependiente del poder. Fíjense, un Estado poderoso
y rico, al que dan un golpe en capítulos, radiado y televisado, triunfa. Triunfa
dentro y fuera porque Cataluña ya no será la misma dentro, ni fuera. Ni el
Estado allí tiene presencia ni puede tenerla. Y ya hasta marcando el camino
para echar al Rey de su territorio, prohibiéndole la entrada, es decir
señalándole la salida, abriendo con éxito el melón de la república. Traerá sus
consecuencias, sin duda. No tan casualmente coincide con el desprestigio de la
Corona labrado a pulso por el Rey emérito y sus andanzas entre servicios
secretos, amantes, dinero, negocios sucios, facilitadores e intereses políticos
de altos vuelos. De manera que con Pilar Urbano, el corte al pavoroso incendio
declarado en Zarzuela solo se podrá intentar sofocar haciendo renunciar al
emérito. Debería exiliarse, y entregar lo obtenido ilegalmente a una organización
social. El Rey y la Corona no pueden depender del favor del republicanismo
izquierdista y ya mayoritario en el Congreso de los Diputados. En un solo
envite pueden quedar enlazados la rebelión catalana, El Rey y la Constitución.
Y la Paz de ochenta años.
Y
mientras, el PP en renovación. Y el Congreso escucha y aplaude respetuosamente
los discursos inanes e irritantes de los dos responsables de la debacle que
muestran con orgullo su obra o su historia personal. Y ni una palabra sobre la
corrupción que los ahoga y que fueron incapaces de minimizar, persiguiendo
hasta prisión a los culpables y regenerando la vida social, el ordenamiento
jurídico y las estructuras administrativas. Y ni una palabra de disculpa por
entregar el poder a un republicanismo aún más corrupto, en manos del comunismo
mugriento y asolador de Podemos, cuyo modelo de gobernación y progreso no va
más allá de Venezuela, Nicaragua o Corea del N. Al menos, por mayoría,
eligieron a quien políticamente no está manchado por la desidia perezosa,
inútil y cansina de un Partido acabado y ya irrelevante, ni por el voto macabro
de ZP o Susanaperon. Ojalá Casado, pueda regenerar los restos y en alianza con
C´s, VOX y los socialdemócratas auténticos, salvar al menos la unidad y la
dignidad nacional. Siempre que antes no sea imputado a lo “cifuentes” por
favores universitarios indebidos. Es lo que faltaba. Pues eso.