el día 29 de Enero de Enero 2015
EL AÑO DECISORIO
Circula el presentimiento de que
2015 electoral será año trascendente para España y Europa. Y sin duda la
intuición se hace presente como realidad conforme avanza el calendario. Y con
cierto temor a pesar de que elecciones libres y democráticas suponen un
inconmensurable patrimonio de una Unión Europea con regímenes parlamentarios
dotados de poderes separados e independientes, isla de civilización y progreso
en un mundo desigual e injusto, continuamente amenazado en el equilibrio de la
supervivencia. Reflexión no tan vana en momento en que se palpa inquietud
generada desde el exterior como también dentro de sus fronteras.
Desde el exterior porque Europa
deberá acostumbrase a convivir en casi continuo estado de alarma por la amenaza
de una ideología totalitaria, recostada en religión aparcada en el medievo, que
hará revisar el catálogo de libertades individuales y colectivas para hacer
frente a lo que parece un decidido aplastamiento de la civilización cristiana.
Envite en una Europa descreída a la que apenas queda fe en la superioridad de
su modelo. La misma que desde el final de las guerras que ocuparon la trágica
energía de generaciones durante la primera mitad del siglo veinte y dedicó un
meritorio esfuerzo por levantar el próspero espacio de soberanía compartida e
instituciones comunes para no perder el papel de potencia económica en un mundo
globalizado, ahora se debilita, se
deseuropeiza alejándose del liderazgo moral e intelectual de occidente.
Y desde el interior, se divisan
este año sucesivos desafíos que quizá reflejarán la angustia de fondo de una
utopía alejada por la fuerza de acontecimientos mutantes que superarán en vigor
los principios sustentadores de la Unión. Se verá por ejemplo, como Gran
Bretaña pondrá en duda mediante referéndum tras las elecciones de primavera, su
permanencia en la UE y su apego si cabe mayor, al aliado norteamericano.
Perderíamos un referente intelectual y un modelo permanente de fértil
democracia. Y asistiremos incrédulos al diluvio milmillonario que aplaque el
hervidero del flanco sur, cocido en crisis que parece estructural y eterna,
pretendiendo ahora plantear un modelo cuando menos, alejado del sueño europeo
de los Adenauer, Monnet, Schuman, De Gasperi, Spaak o Spinelli que jamás
habrían aceptado una ampliación del espacio fundacional con socios capaces de
incumplir las reglas de juego y compromiso. Ahí está ya Syriza con viejas
banderas del nuevo comunismo populista que de cumplir sus promesas hará caer
sobre Grecia una ola devastadora de pobreza y autoritarismo reaccionario. Una
bomba a los pies de la Europa de la libertad.
¿Y España? Pues parece haber
peregrinado desde la transición a la conspiración. Una parte esencial de la
clase política dedicada a impedir que florezca el talento y la decisión
corajuda de los otros, para sacar a la Nación de la postración moral y
económica en que se encuentra, ahora que sopla el viento de la recuperación. Y
además, dedicados un año entero a votar. En marzo en Andalucía; en mayo en más
de ocho mil municipios y trece Comunidades; en septiembre en Cataluña y en
Noviembre las Generales. Menudo panorama disparatado porque las trascendentes
son a cara de perro y nos jugamos el modelo de Estado o el modelo de sociedad.
Algo habremos hecho mal para vernos en tan angustiosa tesitura.
Y en este happening no tocaría en
Andalucía, pero Susana dice dolerle tanto que por ella está dispuesta a llegar
donde sea necesario, incluso a la Presidencia de España. Pero su patrimonio
político resulta tan corto como vehemente el empeño. Ya se que los tiempos
propician enterrar a Montesquieu, resucitar a Maquiavelo y no mentar el pacto
civil de Locke o los enemigos de la sociedad abierta de Popper, pero ¿quién
asesora a Susana? ¿Quién le asegura mayoría suficiente para no volver al maridaje
imposible con la izquierda radical absorbida por un comunismo reaccionario,
arrasador y cavernario? ¿Tan deleznable contempla gobernar con fuerzas
políticas templadas y liberales? Mucho teme para tanta premura el desarrollo y
resolución de los procesos judiciales, con o sin Alaya, que se llevarán por
delante lo más florido de una clase política corrompida durante treinta años y
a la que ella perteneció los últimos veinte. Además, ya me dirán lo que
aportaría al Gobierno de España, si aquí la pobreza aumenta sin tregua, los
parados sobrepasan largamente el millón y su PIB no representa más que el 11,5%
del nacional con distribución por persona estancada en el 64, 5 % , todo casi
igual que hace 25 años.
Muchos preguntamos también por el
PP de Andalucía ¿Dónde está el PP? Lo mismo ni lo sabe Bonilla o Moreno o como
se llame.