LA AZOTEA
¿QUÉ ES ÉSTO?
Paradójica la reposición del gerente del Imdeec. De manera que el interés
radica en el espectáculo que proporciona una inútil comisión política que
sesudamente llegará a la conclusión que sirvió de premisa a su creación. Es
demasiado. ¿Dónde está el órgano de control interno? Neutralizado. Pues que le
dejen delimitar y exigir responsabilidades administrativas o penales y
paralelamente procédase a la disolución del ente.
Son casi tres millones de
euros y muchos los gastados desde su infausta creación. Porque sabemos cuántos
se han colocado en él, pero ¿a cuántos colocó? Y los colocados ¿a qué coste por
unidad? ¿No es mejor el pago puntual a pequeñas empresas ahogadas en la
morosidad que tienen que despedir a más que coloca el Instituto? Una gran ciudad
como Córdoba no se prestigia porque su Ayuntamiento posea un organigrama donde
circulan, bien remunerados, cinco directores generales, siete subdirectores y un
enjambre de servicios, que se pierden en un complejo laberinto con TV, dos
consorcios, cinco organismos autónomos y seis empresas, alguna taponando la
hemorragia, otras al borde de la suspensión y otra como Cecosam en lo pintoresco
del intervencionismo administrativo fisgón hasta la tumba.
Y mientras, los
gastos presupuestarios de personal se llevan más de un tercio del total o se
subvencionan generosamente fiestas y verbenas o indiscriminadamente a grupos
sociales. O se continúa con la irritante cooperación internacional que supera en
cantidad, que sonroja, a las inversiones. Pues aquí no hay más que una receta
tan compleja como dramática y perentoria. Gastar menos, ingresar más y propiciar
el crecimiento económico. Este presupuesto no es desde luego el instrumento.
Pues ya me dirán si resulta ilusionante cambiar de políticos para no cambiar de
políticas.