Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

martes, 28 de julio de 2020

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA

HEGEMONÍA Y EQUILIBRIO

28 de Julio 2020



La historia de Europa y desde luego la de España, es aquella de profunda tensión entre hegemonía y equilibrio. Aquí y allí, predomina la tendencia hacia la hegemonía; si, de las ideologías otra vez, y en consecuencia de los poderes que las sustentan. Y queriendo olvidar el equilibrio que, durante brillantes etapas del pasado, hizo posible el progreso en libertad. Ya ven aquí. Resulta que celebradas elecciones en País Vasco y Galicia, la mayoría de comentaristas y tertulianos de la cosa, les da por la alegría incontenible de ver triunfar y asegurar haber triunfado la moderación. Pues menudo potito tratan de hacernos tragar. Quizá porque al quedar desdibujados los conceptos modestos de moderación y buen sentido, esos resultados pueden parecer positivos o magníficos para la marcha y el futuro de la Nación española. Pues no.

Miren, si el BNG aumenta dieciocho puntos entre votantes de 18 a 34 años y se convierte en segunda fuerza parlamentaria, es que la situación se torna peligrosa, aunque Feijoó triunfe cuatro veces y no pare de falar galego. De manera que esta fuerza inmoderada de la extrema izquierda queda a la espera de la marcha definitiva del moderado Presidente que procura hasta ocultar las siglas del partido al que pertenece.Y Bildu con casi el 28% de votos? Pues la segunda, e inmoderada también, formación política de Euzkadi, antes llamado País Vasco, tras un PNV racista, xenófobo, indefinido políticamente - lo mismo para un roto que para un descosido - de valores y principios gaseosos de ida y vuelta y trincón donde los haya. Un EAJ, donde Urkullu, se declara impunemente no español a pesar de ser Representante ordinario del Estado en la Comunidad. Y ya digo, Bildu, progresista, feminista, ecologista y socio del Gobierno de España. Su pasado violento o asesino, solo lo recuerdan los fascistas de VOX y similares elementos indeseables de la extrema derecha.

Esa hegemonía que parece triunfar en España y desde luego en Europa, es como una corriente de fascinación por el líder de mano dura y decisiones tajantes. Es la tendencia surgida tras la degradación del Estado providencia, o no, que basado en la estructura sólida de cuerpos intermedios; separación de poderes; principio de legalidad y de representación; dotado de armazón jurídico bien trabado en defensa del bien común y los intereses generales, deriva imparablemente hacia un Estado blandito y liquido, tanto en la verdad que proclama como en los valores que defiende. Es cuando el gentío se torna partidario de lo considerado como auténtico. Y elige entre un neofascismo nacido de la frustración creciente y arrasadora de las clases medias, en busca de quien imponga certezas y autoridad, orden, seguridad, principios y horizontes de Nación. O un comunismo totalitario, contrario a la democracia burguesa, a sus instituciones, a la mesocracia equilibradora; que busca la igualdad por ley y no ante la ley. La elección de un comunismo arrasador de principios contrarios a las libertades individuales y colectivas; democratizando como ellos llaman las libertades económicas, en evolución regresiva desde la ideología abierta a la cerrada; donde el Partido como organización política, no es un fin ni un objetivo, sino un instrumento al servicio de la conquista del poder.

¿Y acaso no queda sociedad que circule entre fascismo y comunismo, extremos totalitarios coincidentes en la idolatrización del Estado y en la anulación del individuo, aunque distanciados en la brutalidad de sus métodos? Si, queda esa fina capa de la antes mayoría silenciosa y ahora silenciada, que adelgaza conforme se aplasta y desaparece el amplio y sólido espacio de las clases medias. Es el estadio de máxima degradación al que llega ese Leviatan, que debiendo estar encadenado, en expresión de Acemoglou y Robinson, trata de encadenar a la sociedad débil y poco estructurada.

A no dudar, estamos entrando ya en lo que Harari pronosticaba hace dos años, para 2050; en las dictaduras digitales, basadas y favorecidas por la inteligencia artificial. En el declive de la libertad, en novedoso desequilibrio denominado nueva normalidad aquí acrecentada por la ruina económica que se avecina, haciendo florecer una sociedad acobardada, dependiente del poder que lejos de defender los derechos de la mayoría, los amenaza. Aquí, el Gobierno felón del sanchismocomunismo vendido a Soros, da continuos mordiscos a las libertades y ahora, entre aplausos de los suyos, quedará reforzado con la ayuda europea, para seguir minando el sistema y horadando un profundo desequilibrio entre sociedad y poder del Estado. Es una nueva etapa en la historia frágil de la democracia, en la que el Leviatan vigila a la sociedad y estrecha el pasillo de su libertad.   

domingo, 26 de julio de 2020

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELDADO


Artículo publicado ayer día 25 de Julio en el Diario ULTIMA HORA de Palma

DESBORDADO POR LA REALIDAD

Julián Delgado. Escritor

Primero pensé escribir el artículo sobre la multiplicación de los independentistas con Sánchez: los partidos secesionistas catalanes tienen cuatro diputados más, los vascos se han más que duplicado y, en las últimas elecciones autonómicas, el secesionismo ha ganado terreno. Su política de concesiones ha conseguido el efecto contrario al deseado.
Después pensé que debía hacerlo sobre la situación envenenada que puede llevarnos a un Estado fallido: en un momento crítico de nuestra historia tenemos para la Nación, no solo el peor Gobierno, también el más peligroso, otro gobierno golpista en Cataluña, con un presidente en práctica rebeldía, y otro en el País Vasco con el respaldo de una amplia mayoría nacionalista dispuesto a seguir su hoja de ruta.
Luego creí más oportuno escribir sobre el funeral de los cincuenta mil muertos con sus dos objetivos. Uno, que sirviera como ritual de purificación al Gobierno, que borrara las sombras de las víctimas para que no cayera sobre sus conciencias que buena parte de ellas son debidas a su frivolidad y a su pésima gestión. El otro, imponer el laicismo con su gran carga simbólica como parte de su cultura. El Gobierno pasó por encima de las creencias religiosas de la mayoría y del legado cultural de una nación milenaria. 
Pero la exigencia por parte del gobierno de que el rey tome represalias contra su padre, sin el menor respeto por la presunción de inocencia, me inclinó a tratar este tema. No cabe duda de que este Gobierno pretende erosionar el liderazgo de Felipe VI, preparar su caída y, mientras tanto, tenerle como rehén en su jaula dorada de palacio.
Pero luego se judicializó el culebrón del ruido de faldas alrededor del macho Alfa y su caja B, soltaron a los presos del Procés, en clara burla a la Justicia y a todos los españoles; y cuando me disponía a denunciar tamaño despropósito, saltó la noticia del próximo juicio a la organización criminal de los Pujol. Ya estaba yo tecleando cuando vino el bochorno de los palmeros del Gobierno recibiendo al César como si viniera de triunfar en las Galias y no del recate de Bruselas. Resultado: me he armado un lío morrocotudo, me he bloqueado. Perdonen ustedes por haber sido desbordado por la realidad.

jueves, 9 de julio de 2020

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


Artículo que será publicado en el Diario ULTIMA HORA de Palma, el próximo sábado día 11
EL SECTARISMO EN TVE
Julián Delgado. Escritor
Lo primero que hizo Sánchez al llegar a la Moncloa fue asaltar TVE sometiéndola a sucesivas depuraciones hasta que ha quedado del todo sometida a la disciplina ideológica pedropablista, siempre abierta al separatismo. Poderosa arma de agitación y propaganda con la que sus gestores, apóstoles de esa doctrina, difunden sus filias y sus fobias intoxicantes,  dan culto a sus caudillos y actúan de parte.  
Pues bien, aun conociendo estos extremos, el otro día tuve la debilidad de quedarme a ver el reportaje de la 2 sobre la evacuación de los cuadros del museo de El Prado durante la Guerra Civil. Craso error, pues debí suponer que la conclusión sería que el Gobierno de la República salvó el tesoro artístico nacional del afán destructor del enemigo. 
La decisión de trasladar los fondos de El Prado a Suiza, pasando por Valencia y Barcelona, fue absolutamente innecesaria, muy arriesgada y absurda, como explican Madariaga y otros. Una decisión política en contra de la dirección del museo y de sus técnicos, gracias a cuya profesionalidad salió medianamente bien. Durante el traslado estuvieron a punto de perderse Las Meninas y Los Fusilamientos de Goya. En los sótanos de El Prado o en la cámara blindada del Banco de España, hubieran estado bien seguros, pero el gobierno de Largo Caballero decidió sacarlas de España antes de que cayeran unas bombas sobre el museo, que solo causaron daños menores.
Nada nos dice TVE de como Negrín, hacia el final de la guerra,  se llevó en 200 maletas la colección de monedas de oro y plata del museo Arqueológico, que en Méjico fundieron en lingotes, las obras de arte confiscadas o robadas a la Iglesia, el contenido de las cajas particulares del Banco de España y de todos los bancos privados y Monte de Piedad (4.000 cajas y 2.000 depósitos de alhajas), y el oro, plata y joyas, que obligaron a la gente a entregar para el esfuerzo de guerra. La mayoría de ese tesoro viajó en el barco Vita a Méjico, donde Prieto se apoderó de él.  Tampoco se mencionó, que durante la guerra, se robó o destruyó gran parte del valiosísimo tesoro artístico eclesial. Ayuna de objetividad, TVE se desploma en audiencia (8.9 de share) y es la cuarta en preferencia en los informativos.  


lunes, 6 de julio de 2020

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA

REFLEXIONES SOBRE LA NUEVA NORMALIDAD

6 de Julio 2020


Seguramente es mi peor verano de los muchos que llevo soportados. Y no solo por el calor abrasador que mantiene al límite todo el hermoso Valle del Guadalquivir, porque más o menos siempre lo conocí así; aunque desde luego me atrevería a decir cómo parece anticiparse con más frecuencia el anticiclón de las Azores y arrasar con más fuerza el aire sahariano, sin respeto siquiera al moderado junio. Y encima con la boca y nariz tapadas en la esperanza de que la guadaña asesina de Covid19, pase de largo sin detenerse. Pero parece coincidencia macabra, que calor y boca tapada concurran en la misma caldera política, con vocación de estallar y sin poder resistir los embates estúpidos, cuando no autoritarios, anticonstitucionales y golpistas del poder sanchistacomunista.
Y resulta de calor insoportable por asfixiante, asistir impotentes al avance también arrasador de un poder autoconsiderado ungido por derecho natural, decidido al cambio por imposición, de la Historia, las costumbres, las tradiciones, los valores y principios o la estructura de una Nación, seguramente la más antigua de Europa. Parece querer imponer, orillando la malla institucional del sistema, la necesidad de alcanzar sus fines sin importar los medios, en puro maquiavelismo político. Como si la clave del poder solo consistiera en cómo alcanzarlo y mantenerlo; dos principios del sanchismo, es verdad, pero del que nunca olvidaremos su forma legal pero inmoral de instalarse a través de una negra moción de censura. Como si la astucia fuera la identidad de la moral; como si el engaño reiterado, chusco y desenfrenado fuera elemento básico de la ética, cuando además va dirigido al sector más sensible, por desinformado y poco formado del gentío. Como si los intereses propios fueran necesariamente incompatibles con los generales.
La alianza del sanchismo con el comunismo obedece, sin duda, a un plan bien trazado que delineó un felón indigno llamado Zapatero, al que siguió Sanchez como alumno siniestro y aventajado, como actor engreído, soberbio, amoral y peligrosísimo, un sicópata del poder a quien corresponde llevar a buen puerto el proyecto, con los restos del otrora socialismo democrático. A esa operación compleja y delicada, que recupera odios, rencores, lucha de clases y enfrentamientos que parecían superados por una larga Transición y una modernísima Constitución, se sumaron oportunistas desangradores del Estado. Llámense independendistas vascos, liderados por elementos provenientes del nazismo aranista y de las sacristías reaccionarias, sin nunca haber renunciado a obtener privilegios contrarios a la marcha de la Historia, pero eso sí, mientras, amparando y comprendiendo el genocidio etarra, ya presente en las Instituciones, incluido el Congreso de los Diputados. O independentistas catalanes que lograron no solo expulsar al Estado de su territorio, sino que le dieron un golpe definitivo, por supuesto impune. Y un resto heterogéneo, esencialmente en la extrema izquierda, salvo alguna comparsa que se afana en definir su propia identidad, pero con valor oportunista para apoyar este Gobierno de progreso y su minoría mayoritaria, en vía libre de destrucción y autoritarismo por el camino del Decreto-Ley.
Es cierto que, en estos límites de la democracia liberal, ya no quedan partidos de masas representantes de intereses globales identificados según grupos sociales. Ahora, los partidos que funcionan en el sistema europeo son más bien agencias electorales, más cercanos a los grandes partidos norteamericanos. Al menos en España están desideologizados, confeccionando programas electorales donde nada se programa, limitándose a contener ideas generales, casi transversales y donde los electores o votantes saben de antemano no se difunden con compromiso de cumplimiento. Así pues, en la democracia representativa, parlamentaria y constitucional del 78, sobre todo a partir de 2004, la ideología – salvo para el comunismo- carece prácticamente de sustancia y significado. Ideología que queda sustituida por la imagen del líder, elaborada por laboratorio y rellenada en su retórica por el trabajo de expertos.
Esto queda perfectamente resaltado en el dibujo del sanchismo, donde su ideología de la que carece sería menos importante que la imagen del líder, cultivada hasta la saciedad por un aparato propagandístico que ya hubiese deseado el franquismo. No hay pues ideología sino líder; no hay información sino propaganda; no hay verdad que defender sino apariencia que representar; no hay separación de poderes, sino variedad de funciones; no hay Nación, patria común e indivisible de todos los españoles, sino una nación de naciones. Pero mantiene una coalición con el comunismo, donde hasta la imagen del líder está fuera de su tiempo, en contrapunto ideal de Sanchez. Un comunismo casposo y cavernario en su ideología, comandado por un tuercebotas insolente, agitador callejero, zarrapastroso, impresentable en su aspecto, incluso ante los higienizados Comités Centrales de China, Corea del Norte o Venezuela. Pero entre uno y otro dejarán España y a sus clases medias, que fueron sustrato indispensable del cambio a la democracia, en el límite de la pobreza con un régimen autoritario ajeno al progreso y la libertad. Son reflexiones algo penosas en un verano asfixiante, añorante de un pasado mejor que el futuro, al que este descarado llama nueva normalidad.