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martes, 17 de noviembre de 2015

La Opinión de Julián Delgado


La Opinión de Julián Delgado. Palma de Mallorca

Manipulación demoscópica

El bombardeo de encuestas sobre las elecciones del 20D al que está siendo sometido el ciudadano, se han convertido, en parte, en un instrumento de propaganda y de información para tratar de crear  un clima favorable al candidato preferido al que sirve el medio que las publica. Si se da a éste como ganador, se le beneficia de acuerdo con la regla de la propaganda de la unanimidad y el contagio según las cuales la gente tiende a formular su opinión presionada por la opinión dominante (Abreu Sojo). En las elecciones generales de 2008, según un estudio realizado por el CIS, el 7%  de los electores (un millón y medio) tuvo en cuenta mucho o bastante el resultado de los sondeos a la hora de emitir su voto. Así pues, las encuestas se han convertido en otro mecanismo para tratar de influir en la opinión pública. Por lo general lo que hacen las encuestas es reforzar las preferencias previas y orientar a los que no tienen el voto decidido a que lo hagan a quienes votan la mayoría.

La sospecha nos la dan servida en cada precampaña. Entre el 30 de octubre y el 2 de noviembre, se han publicado varias encuestas. La de Podemos, El Confidencial y Antena3, le dan al PP entre el 26 y el 30% de los votos. Sin embargo, El País, sin rubor, concede al PP un 21% y establece un empate técnico con  PSOE y Cs. Mientras, la revista de Alfonso Guerra, ya sin el menor miramiento, da ganador al PSOE con un 30% y a Cs, el adversario que le está comiendo el terreno según el resto de encuesta y al que éstas le dan entre el 19 y el 20%, lo sitúa con menos del 15%. No se puede pensar en otra cosa que no sea que se falsifican los resultados de las encuestas, que se las inventan o que se distorsionan sus elementos. Si se publican tantas encuestas en las campañas electorales e incluso la ley lo impide durante los últimos cinco días, reconociendo su influencia, es precisamente con esa intención. 

No debemos estar contra las encuestas, su proliferación son un síntoma de libertad, pero debemos estar alertas ante las seguras manipulaciones, para poder emitir nuestro voto dentro del menor margen posible de manipulación. De toda ella no nos vamos a poder librar. Es quimérico. Pero al menos no caigamos en las más burdas.   

 

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