Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 5 de noviembre de 2015

La Opinión de Javier Pipó en La Azotea


La Azotea de Javier Pipó

EL HUEVO PODRIDO

 Creo firmemente que el golpe del general Rodríguez es de las noticias más espectaculares desde la muerte de Franco. Y fíjense que las hubo de todos los colores y dimensiones, pero quizá ninguna como esta pudiera calar tan hondo en el patriotismo emocional de los españoles.

Y también creo que en la historia de la milicia del pasado siglo, quizá no tanto en la de este salvo en países sin nivel democrático que chapotean para salir del tercermundismo y la corrupción total, han existido militares de alto rango que prestaron sus conocimientos, prestigio y noble oficio a causas criminales como el nazifascismo y el comunismo. En consecuencia antecedentes negros existen y muchos, hasta el extremo de participar consciente y activamente en el hundimiento, humillación y arrasamiento de sus, a veces, no tan inocentes pueblos.

Pero claro, soy de los que pensaban que al menos el ejército era escuela de patriotismo, nobleza y servicio público sin límite y en consecuencia territorio blindado a oportunistas y revolucionarios frustrados. Que habíamos avanzado desde el tumulto del siglo XIX y el feroz siglo XX y que en consecuencia el nuevo era para el avance moral, social y económico, también para este atormentado país. Y ello, sin ignorar, que una Nación con brillante pasado y potencialidades de futuro atraviesa una tormenta de dimensiones definitivas que pone a prueba su grado de cohesión y posibilidades de supervivencia como tal, zarandeada por políticos sin escrúpulos que anteponen intereses personales y de partido a los generales. Es algo que resalta a la vista e hiela los corazones. Pero ahí estaban las FF.AA. columna vertebral de sistema, en su defensa y mantenimiento. O como dice el innombrable y repudiado artículo octavo de la maltrecha Constitución, carne de cambio inmediato y más desde el triste episodio Rgez.: “Garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”. Parece misión tan noble como imprescindible, pero ya ven por dónde camina la teoría y hacia dónde  el futuro inmediato.   

Quien va a discutir el derecho de los militares, una vez en la reserva, a incorporarse a cualquier formación política, incluso a partidos que defienden el totalitarismo de la antipolítica, donde circulan comunistas u otros nazifascistas que pudieran existir. Cada cual en democracia, dentro de la Ley, puede equivocar su vocación o su fanatismo. Pero para quien ha sido mando supremo operativo de las FFAA, su derecho tiene que ceder ante la obligación permanente de servicio a España y de lealtad a sus principios constitucionales. ¿Acaso desconoce el tal Rgez. que su nueva casa propone “desmilitarizar el ejército”? ¿Tanto ansía ser Diputado o Ministro de Defensa? Menudo prestigio como país perteneciente a la OTAN.  Esto es traición o desvergüenza.

La triste era ZP nos dejó bombas de relojería en cada rincón del sistema, prestas a estallar cuando aventureros iluminados se cansaran de vivir en libertad, comprendidos, apoyados y justificados por el buenismo ideológico más estúpido desde Fernando VII. Ahora, cuando se abre la cesta de la milicia nos encontramos este huevo podrido y maloliente que seguramente habrá contagiado sectores completos de la FFAA.

Pues si produce escalofríos pensar en el artículo 155 de la CE, imaginen el octavo. Menudo huevazo. 

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