Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

sábado, 27 de julio de 2013

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA

EL CONTRAPODER

27 de Julio de 2013

 

Menudo mes de julio termina. Para nada faltaba, como nota trágica y amarga, el terrible accidente ferroviario y sus decenas de muertos inocentes que confiaron su vida a un servicio estatal y en consecuencia público y la perdieron. El debate suscitado de inmediato, produce en algunos casos vergüenza porque lo prioritario no es localizar un culpable sino honrar y compensar a los damnificados. Pero se suceden imparables los acontecimientos, a un ritmo difícil de sostener y asimilar, superponiéndose unos sobre otros, como si cada uno de ellos fuera condición suficiente para cubrir con manto de indiferencia la solidez del anterior. Las covachas del sistema se mueven a mayor velocidad que el Alvia accidentado, olvidando que el descarrilamiento tras la curva provoca inevitablemente una tragedia, si se omite la prudencia exigible.

Miren si no la velocidad de derrumbe del bipartidismo como un castillo de naipes, porque carece de cimentación. Es de construcción efímera y se equilibra en el vacío. Ya ven, ni el centro derecha tiene ánimo regeneracionista, más bien de acomodar la recaudación a los favores otorgados, ni la social democracia se regenera así misma porque puso también precio, en euros, a la autocomplacencia de considerarse ungida por derecho natural para alcanzar sus fines sin importar los medios. Como si la clave del poder solo consistiera en cómo alcanzarlo y mantenerlo. Como si la astucia fuera la identidad de la moral. Como si el engaño fuera el elemento básico de la ética. Como si los intereses propios fueran necesariamente incompatibles con los generales.

Pero se detectan más deterioros. Como el andar cansado y cansino de la Corona, apenas sostenida entre muletas; el desprestigio irreversible del TC; las últimas exculpaciones del TS; la encarcelación de la pringada princesa Munar; el horror del nacionalismo catalán y su ensueño imperialista; el totalitario nacionalismo vasco que ya comienza a utilizar a educadores, por ahora de basura; la caída de Griñán, acuciado por el mayor saqueo de fondos públicos hasta el momento detectado o la fulgurante ascensión de Susana Díaz, la nueva evita de los descamisados andaluces, son ejemplos que descubren un panorama aterrador.

Pero fíjense como los desmanes de nuestra democracia renqueante y descuartizada tienen un común denominador que deja un poso de esperanza en un futuro mejor. Son pasajes desgraciados puestos de manifiesto por una prensa libre, por una prensa democrática que sobrevive a los ataques de los liberticidas apostados en las esquinas, desde donde la adulan porque la desprecian. Aún nos queda la prensa y como dijo Jefferson, donde es libre la prensa y saben leer todos los hombres, todo está a salvo. La prensa es el arma más poderosa contra el despotismo y el instrumento más eficaz – seguramente el único eficaz – de civilización y progreso. Como pretendía Montesquieu, el poder debe parar el poder. Es la prensa libre, como poder,  en el juego de contrapoderes de una democracia aún viva.          

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario