LA AZOTEA
EL COLAPSO
11 de Julio de 2013
Algo más de un año hace de mi
reflexión desde LA AZOTEA sobre lo que denominaba “el bimestre negro” con
referencia a los meses de mayo y junio soportados, espeluznantes, les
denominaba, donde el rigodón nacional comenzaba en la Corona misma. Y desde antes, especulaba sobre
la permanencia de Rajoy al frente del Gobierno de España, pues había comenzado
su irresistible acoso en la calle y en las instituciones por el temor a que
pudiera representar una segunda versión Aznar. Ya ven.
Pero entonces, como
recientemente, no podía intuir que el principal protagonista del declive de su
Gobierno y Partido, la corrupción, lo tuviera amarrado por el cuello de la
sospecha fundada y pegajosa. A estas alturas resulta casi
indiferente que la verdad judicial los declare inocentes, porque una nube negra
de desprestigio, desilusión y desesperanza han trazado una estela de imposible
retorno. Es el “año y medio negro”
Hay un reproche generalizado y
fundado de impavidez ante el drama del hundimiento nacional. Y miren, los años
nefastos de Zapatero si eran reversibles, una vez diagnosticado el mal e
incorporada la abrumadora mayoría de la representación política, el apoyo
europeo y una opinión pública asombrada, escarmentada y abrumada por sobredosis
de necedad y mediocridad institucionalizadas. Y el diagnóstico resaltaba y
resalta por la simpleza de su complejidad. El Estado resulta elefantiásico e
incapaz de satisfacer las demandas exigentes de una democracia avanzada y una
sociedad culta y desarrollada no dispuesta a renunciar a las mieles de una
imposible universalidad del bienestar.
Pero estos presuntos liberal-conservadores
están teniendo miedo de ser ellos mismos, en una boba y continua apariencia y
representación de los otros. Ni resuelven con decisión la catástrofe económica
– abochorna el aumento en el porcentaje de parados desde hace año y medio y la
posición penosa con respecto a Europa – ni reforman el Estado hasta hacerlo
mucho más reducido, eficiente, eficaz y desde luego financiable. Sienten
vértigo. Y encima no cumplen el resto de sus promesas electorales. Y además los
amonestan y ya veremos si algo más, por tener manos en la masa. Imposible más
en menos tiempo. Apabullante.
Y en la otra orilla que vamos a
contar que no sepamos. No saben siquiera que es eso de España, ni su
estructura, ni su papel en Europa, ni en el mundo. Desconocen la necesidad y
vigencia de un código de valores, de ética del comportamiento, de moral social,
de la verdad. Desconocen lo que es y cual puede y debe ser el papel del
socialismo democrático en el siglo XXI.
Miren, fuera de los dos partidos
hasta el momento alternantes en el poder, no existe vida política merecedora de
tal nombre. Fuera del liberalismo y del
socialismo democrático no existe más que indignidad totalitaria y miseria.
Analicen el catálogo de partidos que claman por el fin del bipartidismo y verán
como el miedo resulta inevitable. Pero el sistema está
esclerotizado, anquilosado, con las instituciones agarrotadas, con la economía
tensionada al mínimo, con el sistema financiero paralizado, con el desprestigio
a flor de piel, resaltando en los centros mundiales del poder. Es la marca de
la España eterna. Es el síndrome del colapso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario