Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

martes, 16 de julio de 2013

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

LA AZOTEA

EL PINCHAZO
16 de Julio de 2013 



Pues parece que los acontecimientos se suceden a velocidad de vértigo, dejando un rastro de sospecha y lamento que tardará en recuperar el sosiego que nuestra mesocracia sensata desea y necesita para subsistir. La burbuja nacional está tan inflada que si el pinchazo se produce hará estallar por los aires treinta años de reflexión creadora y de tranquilidad en libertad.

Los líderes liberal conservadores o de centro derecha que malgobiernan, vienen a descubrir que son menos liberales que conservadores y más derecha que centro. Pero aun peor, porque ahora les estalla el sistema de cleptocracia complaciente y feliz que han tejido con paciencia franciscana, cabalgando sobre el mito inalcanzable de la regeneración democrática. Siendo los mejores de la élite profesional, intelectual y empresarial, se comportan como vulgares peseteros que corren presurosos tras el latisueldo, sin importarles el panorama desolador de una Nación en proceso acelerado de hundimiento. Pero en democracia casi siempre sobran liderazgos y faltan instituciones.

Han olvidado que España necesita desde hace más de cien años una sociedad civil fuerte, bien asentada, concebida como lo hacía Tocqueville, en la existencia de estamentos intermedios entre el individuo y el Estado, sin que como pretenden Habermas o Arendt, se criben las iniciativas políticas con vaporosos intereses generales. Ya puestos, al menos deberían convenir con esta filósofa alemana, que el desarrollo económico bajo ninguna condición puede conducir a la libertad o constituir una prueba de su existencia.
Y cuando falta la razón y se pierde la orientación, se utiliza la mentira, creyendo que si es noble deja de ser mentira.  

Miren, sí que queda orgullo nacional y la humillación está afectando a todos, desde las viejas clases rectoras, a la burocracia y las clases medias. Y ello es ajeno a la prima de riesgo, porque también en Derecho las soluciones que no son sencillas resultan inútiles. ¿Cuanto tarda eso en calar, como la lluvia fina, en las decisiones de quien gobierna? Nos interesa salvar nuestro modelo de sociedad; la mayor parte de nuestra hermosa Constitución y la integridad de la Nación española bajo la fórmula que más interese a todos.

Y en todo ello, el socialismo democrático debe jugar un papel esencial. Debe retomar la renovación ideológica que lideró Felipe González en el XXVIII Congreso de 1979, antes de que como gobernante consintiera el inicio de la corrupción y el crimen de Estado. Socialdemócratas que mantienen en sus filas más socialistas que demócratas, con una tendencia irresistible a la algarada y a la legitimidad de la calle como foro de representación política.

Mal favor hacen a la regeneración de la vida pública amenazando con lanzar a las masas a una protesta indeterminada, cuando quien preside el Partido y la Junta de Andalucía, es la tapadera insolente de la mayor corrupción – con dinero público- que conoció España desde la muerte de Franco.
Es necesario poner en marcha los mecanismos constitucionales previstos en el Título IV en busca de una nueva investidura que deje al centro derecha continuar hasta la finalización del mandato. Ello permitiría, con el apoyo de la oposición mayoritaria, regenerar en lo posible la vida pública y concluir un programa de reformas crucial en el momento dramático en que nos encontramos. Si es necesario buscando un candidato ajeno al Congreso de los Diputados, puesto que personalidades con patriotismo existen en España, prestas al mejor servicio de su país.

Y que se marche también Rubalcaba, la pesadilla que nunca acaba. Un político correoso y maquiavélico, con más y peor pasado que futuro. Busquen entre sus filas que los hay brillantes, honestos y capaces. Y olviden chascarrillos como Madina, Valenciano o Rodríguez. Menudo trío. Es urgente, la burbuja puede ser pinchada. No puede tener oportunidad de estallar.

  

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