LA AZOTEA
EL SUSANAZO
14 de Julio de 2013
En mi comentario del pasado día 7
concluía en la inevitabilidad del acceso de Susana Díaz a la cúspide del poder
andaluz. Parece que la presentación de este
nuevo modelo de la factoría socialista, se formaliza a través de hechos confirmatorios
sucesivos y a pesar de los lamentos de las áreas más sensibles y democráticas
del partido. De manera que si no ocurre algo
de calado, el susanazo se habrá consumado y un nuevo mazazo conmoverá los
cimientos esperanzados de esta tierra, esclava de su pasado y prisionera de un
régimen que se sucede así mismo.
Vengo manteniendo que si alguna
esperanza podemos concebir en esta primera mitad de siglo, sobre las
posibilidades de consolidar definitivamente una Nación próspera y alejada de la
pobreza tercermundista, es logrando un Estado de Derecho fundamentado en la
alternancia de los dos grandes partidos o formaciones ideológicas que han
protagonizado la Europa del bienestar, la libertad y la democracia: el
liberalismo y la socialdemocracia.
Pero la actualidad nacional nos
enseña la peor cara de ambos: la degradación del sistema, podrido por la
corrupción; la permanencia de un Estado insolvente y el ataque imparable de los
nacionalismos depredadores y reaccionarios. En consecuencia no parece quedar
favorecido el bipartidismo y sí una constelación de partidos que solos,
agrupados o coaligados con los restos del naufragio que se adivina, nos
hundirán aún más en una etapa presumiblemente dramática para una sociedad que
ha tocado el bienestar, aunque breve y superficialmente.
Y que les voy a decir de
Andalucía que no sepan ya en toda Europa. Termina la etapa de un autócrata que
quiso y pudo ser estadista, pero a quien el poder, como diría Disraelí, ha
degradado convirtiéndole en político. O dicho con palabras del agudo analista Francisco
Rosell, Planas representa lo que Griñán decía ser cuando asumió la Presidencia
y Susana Díaz lo que ha acabado siendo al cabo de un proceso de transformismo
que lo ha llevado de la socialdemocracia al nihilismo zapateril. Así pues, aquí
no hay más cera que la que arda en loor de Susana.
Se consolidará pues este régimen
populista, crecido entre elementos del peronismo izquierdista kischneriano y el
negro socialismo bolivariano del nuevo pajarito chavista. Es la alianza segura del
retroceso. Ya ven, de la descentralización
se esperaba – dice Muñoz Machado – una liberación, pero viviremos un nuevo
disfraz de los infinitos de la corrupción, también la política, que advirtió
Frank Herbert.
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