¿QUO VADIS, GRIÑAN?
24 de
Julio 2013
La trepidante y amarga actualidad,
apenas permite conformar un cuadro evangélico sobre la huída de Griñán por la
vía Apia de sus soberbios errores y el encuentro con el Interventor, que
cargado con la cruz de sus penas y las ajenas, le pregunta al fracasado maestro
de la política y no sin cierta ingenuidad, dónde va. Pues va donde puede. Huyendo y
buscando un lugar a resguardo del pago de su responsabilidad. Un lugar más
cercano a la impunidad. Porque no quiere que la jubilación privilegiada que ya
debería estar disfrutando se ponga en riesgo. Porque no acepta que tras muchos
años de preparación para la gloria que apenas tocó, quede sumergido en un
infierno de reproches sin fin.
Y deja un aluvión apabullante de
negra historia que enterrará para generaciones el poco prestigio que pudiera
tener este complejísimo bodrio llamado autonomía. Y se va deprisa, improvisando
incluso una sucesora recién elaborada a base de marketing ideológico en el boca
a boca, latisueldo y elogios mediáticos sin mesura. No hay engaño, Susana es
pura improvisación. Es una artificial princesa del pueblo, medio hacer, pero
válida para salir del trance. Pueblo que sin dudar la alzará al altar
resbaladizo del poder, pero que el tiempo sepultará bajo el peso pestilente de
la herencia recibida.
Y entre la herencia que recibe,
sin duda ocupan lugar de privilegio los chicos Valderas. Que tampoco necesitan
preparación, aunque jamás improvisan. Es cierto que su papel no pasa de ocupar
un espacio de poder, pero lo necesitan para no dejar de influir en ese giro
definitivo de Andalucía hacia el abismo del comunismo totalitario y liberticida.
Desde luego pasando por establecer alianza con los líderes latinoamericanos del
progreso hacia la pobreza. Para un programa así, solo es necesario arrojo,
decisión y tontos útiles, profesionales del buenismo, que en todas partes
abundan y aquí sobran.
Y mientras, surge un héroe
imprevisto, involuntario, abrumado por la responsabilidad. Un profesional de la
Administración que vió el lado oscuro y peligroso del poder que como el gas,
trata de ocupar todos los espacios posibles de la sociedad y convierte la
democracia en demagogia, en degeneración ya advertida por Aristóteles. Es la
transformación de la democracia parlamentaria y representativa, en régimen. El Interventor Gómez, que vió durante
diez años lo que difícilmente puede soportar la dignidad comprometida con la
verdad y con las instituciones democráticas de la Nación, lleva mañana ante la
judicatura la causa de los ciudadanos decentes. De ellos recibirá el apoyo. Pero toda esta improvisación
costará muy cara al pueblo andaluz. Porque el coste se pagará en más paro y
menos posibilidades de crear riqueza y bienestar. Es el futuro de un pueblo,
también improvisado.
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