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martes, 29 de mayo de 2012

OTRAS OPINIONES

¿PUEDE ESPAÑA ROMPER EL EURO?

El Blog de Enrique Quemada
 
Ha cundido el pánico entre los inversores extranjeros al ver que se inyectan 23.500 millones en Bankia, a la vez que el presidente de la Generalitat de Cataluña dice que no podría pagar las facturas a fin de mes. Como consecuencia, la prima de riesgo de España ha alcanzado niveles nunca vistos, 513 puntos básicos sobre el bono alemán. Una barbaridad.
¿Por qué?
Han pasado cinco años desde el inicio de la crisis, y a diferencia de los otros países occidentales, el sistema financiero español sigue enfangado. Nuestros gobernantes han vivido los últimos cinco años en la negación, intentado tapar nuestras miserias y vendiendo a los españoles que aquí no pasaba nada.
El banco de España y el Gobierno anterior miraban para otro lado mientras los bancos daban patadas a la lata de la deuda inmobiliaria y a la de muchas empresas que nunca podrían pagar, una lata que se iba haciendo cada vez más tóxica y más explosiva. Ahora han llegado al final de la calle y empieza a explotar: algunos bancos no tienen dinero para devolver lo que han recibido prestado y piden un rescate al Estado.
La razón por la que, con una prima de riesgo en 500 puntos básicos sobre el bono alemán, no hemos sido rescatados es porque un rescate de España destaparía, aun más, la caja de los truenos de una posible ruptura del Euro. Alemania sigue haciendo equilibrios, presionando al BCE para que limite la compra de deuda española y negándose a los eurobonos, pues no quieren soltar esa cuerda que les permite ahogar a países como España y poder así exigirles que aminoren el incremento de su deuda pública.
Los alemanes entienden que el Banco Central Europeo es como el dependiente de un bar que fía a sus clientes para que compren más bebidas y que, el que al final acaba pagando la deuda es el dueño del bar, en este caso, los propios ciudadanos alemanes.
Alemania, sin embargo, parece que comienza a aceptar que, para que sobreviva el Euro, el BCE va a tener que lanzar más programas que financien la compra deuda de España e Italia y que, como consecuencia, va a subir la temida inflación. La inflación es una manera de devaluar y de reducir las deudas, perjudicando principalmente a los trabajadores con sueldos bajos y a los pensionistas. Al mismo tiempo el BCE tendrá que mantener (contra lo que dice su mandato) los tipos de interés muy bajos mientras aumenta la inflación, si no quiere ahogar a los países del sur.
Como los alemanes saben que si se rompiera el Euro se perdería en un plazo de cinco años entre el 50% y el 100% de lo que es hoy el PIB anual de toda Europa, tendrán que aceptar que se siga inyectando liquidez para que ni España ni Italia caigan. A cambio de eso exigirán no solo la reducción de los déficits, sin también un avance en la federalización de Europa y en la pérdida de soberanía fiscal de los países miembros.
El peligro está en Francia
Dado que España e Italia van a ser sostenidas, personalmente considero que el verdadero peligro para el Euro se encuentra en Francia.
Es cierto que los costes de financiación de Francia son mucho menores que España e Italia y que este país tiene grandes fortalezas, como el mayor número de empresas de Europa entre las quinientas mayores del mundo y un gran músculo tanto en servicios como en industria. Sin embargo, el ratio de deuda sobre el PIB de Francia es ya del 86%, y si añadiéramos todo lo que ha avalado del BCE y de los fondos de rescate ESFS y SME (un importe que tendría que poner para cubrir pérdidas en caso de default de otros), este ratio subiría al 146% de su PIB.
El déficit por cuenta corriente de Francia es negativo desde 1974 y hoy es del 8% (el mayor en términos nominales de la eurozona), eso significa que lleva muchos años importando más de lo que exporta, lo que muestra clara de falta de competitividad.
Otro problema de Francia es que sus bancos (con un tamaño cuatro veces superior al PIB del país) están infra capitalizados, lo que implica que si tienen un problema el daño sería brutal para su economía. Y pueden tener problemas porque los bancos franceses tienen una gran exposición a deuda de los países periféricos de Europa (por ejemplo, en Grecia).
Francia tiene un desempleo creciente (ya el 10%), sus exportaciones están estancadas y Hollande, como buen socialista, está apostando en un país que envejece por la jubilación a los sesenta años y por un incremento del gasto público.
Alemania precisa de Francia para sostener juntos a Europa, pero para ello necesita que ésta mantenga su rating AAA, dado que si Francia lo pierde, también lo hace toda la deuda europea que ella garantiza (los fondos de rescate SME y ESFS). S&P ya les ha bajado el rating y Moody´s ha avisado de una posible rebaja si Francia no aborda medidas de austeridad, justo lo que Hollande ha dicho que no hará.

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