Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 31 de octubre de 2013

LA OPINIÓN de Javier Pipó



Hoy en la página seis, de Opinión, del "Diario Córdoba" se publica  

LA AZOTEA


PANORÁMICA


La situación española está demasiado encrespada para los que creímos que democracia consistía en vivir el sosiego de la libertad. Sufrimos estrés colectivo, con dificultad para ordenar tanto problema simultáneo y encontrar solución a tan complejo revoltijo de noticias, hechos y situaciones que dan tirantez y agobian la convivencia. Y no es posible libertad sin confianza ni democracia sin seguridad.

Se pierde confianza si el presente no hace viable un futuro mejor, donde el sistema político y económico esté al servicio de la mayoría, proporcionando una vida digna a los ciudadanos. Si el ordenamiento jurídico no facilita el acceso a una educación integral, con valores y principios para la convivencia responsable. Si se obstaculiza el libre desarrollo de todos y cada uno, según mérito y capacidad, para alcanzar una vida civilizada de bienestar y progreso. 

No existe seguridad, cuando la duda irrazonable se vuelve contra la estabilidad y permanencia de la nación, rehén de fuerzas disolventes que por egoísmo e intereses ajenos al bien común tratan de llevar al Estado hasta el empequeñecimiento suicida y final. Pero también, cuando la justicia se pone al servicio de la razón de Estado, olvidando que debe constituir el suelo y el techo de la democracia. O cuando la seguridad jurídica no es hilo conductor de continuidad y grandeza al desenvolvimiento de nuestro futuro.

Descorazonador, que la oposición con experiencia de gobierno y que será Gobierno, anuncie el borrado del ordenamiento jurídico de cuantas leyes salgan de la actual legislatura. Como si la Constitución no fuera lo único que puede unir a ambas formaciones políticas o tuviese lecturas contrapuestas o trazase modelos de sociedad distintos. Es el tejer y destejer perpetuo de una nación anquilosada, siempre en el pasado.

Por ello, democracia y libertad encuentran tanta dificultad para su permanencia estable en la nación. Se cronifican niveles crecientes de insatisfacción y frustración ante tanta apariencia innoble y aparatosa en esa pretensión imposible de poner la sociedad al servicio del Estado y no al contrario. Pero los poderes públicos deben iniciar una intensa pedagogía colectiva y explicar a los ciudadanos que en esta primera parte del siglo XXI, dos grandes males corroen España: el nacionalismo disgregador de dificilísimo retorno y la corrupción. Si ambos no encuentran solución urgente el futuro será incierto.

El nacionalismo no democrático, ninguno lo es, persevera alardeando de "hambre de poder atemperado por el autoengaño" en expresión de Orwel. Y además, exigiendo que se financie la ruina secesionista. La catalana, ahora. La vasca quizá mañana, cuando aterrice el ICO en Mondragón y finalice el paripé institucional de Bildu. Y el Estado, sin reducir tamaño, ni gasto, ni los impuestos. Pero sí disparando la deuda. Las CCAA, por ejemplo, esgrimiendo lista de agravios, preparadas y dispuestas al enfrentamiento y la insumisión, pero mantenIendo 166 legaciones en el extranjero, donde viajan miles de políticos de estas, del Estado y de los ayuntamientos. Y la corrupción que no cesa, colapsando una justicia no respetada y a veces no respetable.

Sí, es gran noticia el mínimo crecimiento en el tercer trimestre del año, pero no pierdo el temor a que la mejoría sea temporal, si no hay modificación estructural de la Constitución y el Estado. Qué gran nación en marcha de contar con instituciones inclusivas, políticos decentes y Estado razonable en su estructura y funcionamiento. Pero ya ven, los comunistas, llamando al derribo del Gobierno constitucional, sin elecciones, en la calle. Como hace 96 años. A la toma del nuevo "palacio de invierno". Qué horror.

El drama que vivimos, que en modo alguno debe terminar en tragedia, podría salvarse mediante un Gobierno de coalición PSOE/PP, presidido por alguien ajeno a ambas formaciones. Ello les permitiría vigilarse mutuamente y luchar denodadamente por salvar la dignidad de la nación. Una hermosa utopía, pero paso decisivo, histórico y constitucional.

lunes, 28 de octubre de 2013

La Opinión de Javier Pipó

LA AZOTEA

Me llega el enlace que les brindo para su análisis detenido desde su inicio.



SIEMPRE CATALUÑA
28 de Octubre 2013





Se trata de una manifestación más de donde es posible dirigir un pueblo que en masa, es capaz de seguir a enloquecidos dirigentes que no ofrecen más allá de la miseria moral. No se trata de ninguna payasada. Es muy serio y sabe recrearse con los destinatarios de los mensajes. Los emigrantes que, procedentes de Andalucía y Extremadura, cuyo ídolo era Manolo Escobar, llegaron a Cataluña hace dos generaciones y cuyos hijos y nietos necesitan referencias. Los inmigrantes procedentes de África y Sudamérica, ya integrados. Las víctimas de un sistema educativo perverso y regresivo. Los curas que hace décadas debieron ser expulsados de la Iglesia, por esencia universal, que viven instalados como funcionarios en las sacristías del nacionalismo podrido. Los poderosos del sistema que esperan seguir viviendo succionando en la corrupción cercana al poder nacionalista y que con el independentismo esperan repartir entre menos.

Podrá llamarles la atención la ensoñación de la pertenencia de Cristóbal Colón a la Casa real catalana. Pero no es lo más importante. Creo que su trascendencia está en el tufo totalitario que despide. Es una mezcla de dirigismo comunista, xenofobia nazi e imperialismo fascista. Una vergüenza para España y para Europa, que se deslizan por el abismo de la estupidez suicida. El documento huye de la historia y de cualquier atisbo científico. Es igual.

Pero quisiera incidir en el párrafo en el que habla de las raíces helénicas de Cataluña y en consecuencia el talante democrático de su historia. Es decir, la tradición helénica es la base de una Cataluña democrática y tolerante, frente al origen del Derecho romano de los españoles y franceses y en consecuencia la tradición impositiva cercana a la inquisitorial Iglesia de Roma. No se puede decir más con menos palabras.

Terminarán como Maduro, creando una Consejería para la Suprema Felicidad Social de los catalanes. Será la señal inequívoca de las visiones de Orwel. Habría que decir lo que Dawson al leer los primeros volúmenes del magno “Estudio de la Historia” de Toynbee: Sentirme desconcertado ante la dificultad de reconciliar el absolutismo moral de sus juicios con el relativismo cultural de su teoría. 

  

La Opinión de Javier Pipó

LA AZOTEA


PAZ POR TERRITORIOS
28 de Octubre 2013
 

Cuando a finales de 1991 terminó en fracaso la Conferencia de Madrid entre palestinos e israelíes, Rodríguez Zapatero no pasaba de silente y desconocido Diputado por León. Nadie podía imaginar que aquél simpático y joven político llegaría a convertirse en el quinto, peor y disolvente, Presidente del Gobierno de España desde la transición. Una pesadilla que duró dos Legislaturas. Al menos.

A Rodríguez Zapatero debió entonces impresionarle el eslogan de aquéllos tres días de negociaciones que carecían de marco legal de referencia, pero que instauraron lo de “Paz por territorios” que sin duda resultó más acertado que la propia convocatoria de la Conferencia. Sonaba bien y parece querer decir algo, aunque nada diga. Pero encajaba en la psicología de aquél poeta de lo inane. Y desde luego podía resultar instrumento útil para que alguien con más luces, construyera un proyecto diferente para España. Y fue el que se construyó, sobre la base de un nacionalismo que ya entonces llegaba a los límites intolerables de desbordar el Texto constitucional. Ahora, la Constitución no pasa de constituir una referencia maleable, dúctil y adaptable, arrollada hasta el extremo de carecer de vigencia en dos de los territorios cuya paz resulta esencial para el proceso. Me refiero al proceso de “paz por territorios”, muy avanzado, perfectamente estructurado, bien sincronizado entre Cataluña y el País vasco, entre estos y cierto sector de opinión internacional, fundamentalmente europeo.

Y un Gobierno, el de Rajoy, quizá desbordado. O no. Favorable al proceso, o cualquiera sabe el tipo de cobertura o comprensión que proporciona. Torpemente, parece estar solo en la resolución de problemas económicos, como si estos no tuvieran su origen en la estructura demencial del Estado, como si pudieran resolverse sin resolver la seguridad del Estado en su permanencia. Como si los problemas económicos fueran capaces de resolver los políticos.

Dice Rosa Díez que el Gobierno Rajoy, con el nacionalismo, tiene una reacción pueril, irresponsable y cobarde. Pero claro, ahora es moda exigir responsabilidades políticas, a políticos que realizan acciones inmorales. Pero nadie sabe en que consisten y además, el coste de los desmanes, no solo económico sino también moral, lo pagamos los ciudadanos. Ya está bien de refugiarse en la responsabilidad colectiva, que la hay, pero la exigible es la individual y no desde luego de carácter político. El idealismo salvaje de ETA solo ha sido capaz de manifestarse sino con violencia, como corresponde a comunistas de escuela. También haciendo el juego sucio durante decenios a los señoritos del PNV, que entendían los desmanes, junto a curas anticristianos que los amparaban. Ahora, cuando la burguesía hace el juego sucio a los canallas, comienza el banquete devorador de los pusilánimes, en un proceso imparable de albanización de la tierra vasca.

Y los nacionalistas catalanes metieron en un mismo ómnibus corrupto, a radicales, republicanos, comunistas, socialistas más o menos orientados, convergentes, democristianos y demás vividores de la política y burgueses de buena bolsa, iniciando un viaje sin estación de destino. Si llegaran a puerto comprobarían la dureza del duelo a muerte por disputarse y conseguir el poder. Por ahora ya gana el radicalismo de izquierdas. Pero debemos seguir preguntando lo mismo. ¿Se piensa liberar a Otegui? ¿Se le prepara el camino a Ajuria Enea? Solo falta Garzón en el ámbito nacional para cerrar el círculo, como aventuraba en ambos casos en uno de mis comentarios,  hace ya muchos meses. ¿De verdad hay continuidad en el tema ETA entre Zapa y Rajoy? ¿Se sigue trabajando en el proceso de paz? ¿Por qué se puso tanto empeño en la legalización del brazo político de ETA, llevándolo hasta el altar de las Instituciones? ¿Dónde están los finos y elegantes intelectuales vascos, muchos de ellos educados en Deusto que asisten callados a la toma del poder en Guipúzcoa? ¿Creen que dominarán el proceso más tarde?

 ¿Acaso la Sentencia del TEDH forma parte de ese proceso y por ello no se recusó al demócrata juez López Guerra, convertido nada menos que en Ponente, sin tener la decencia de inhibirse? ¿Por qué se puso en libertad al querido en los ambientes, Bolinaga o no se quiere detener al temido y no menos querido Ternera? Hay demasiadas preguntas por hacer y ninguna por contestar. Pero todo el mundo sensible lamenta ya, que los crímenes de ETA puedan prescribir antes que sus heridas. Como en su momento, la ruptura de España será un lamento colectivo cuando las consecuencias se perciban como devastadoras.

 

 

viernes, 25 de octubre de 2013

Opinión de Javier Pipó


LA AZOTEA

LA SENTENCIA DEL TEDH (y 2)

24 de Octubre 2013

 

Me ha sorprendido y mucho, la Sentencia del TEDH sobre la traída y llevada Doctrina Parot. Pero más que la Sentencia propiamente dicha – que habrá de ser analizada detenidamente por los especialistas – me sorprende la velocidad de su ejecución. Eso si la hace más que sospechosa. Habrá sorprendido en la propia sede de Estrasburgo, tan acostumbrados a pedir auxilio al Comité de Ministros para su ejecución, que aquí, con Justicia de “carro de buey” pueda quedar resuelta en menos de 24 horas. Es sorprendente y preocupante. Seguramente, una debilidad más del Estado.

 Miren, el Consejo de Europa es una de las siete Instituciones – unas más útiles que otras - que pretenden la configuración de un espacio político y jurídico común en Europa. Para ello ha logrado, desde su fundación allá en 1949, que sean 47 los Estados europeos que lo integran. Como se comprenderá, esta amalgama de Estados tan naturalmente heterogéneos, hacen que el respeto a los principios que informan la Institución resulte más o menos visible. Y no hay necesidad de poner ejemplos.  El Tribunal Europeo de Derechos Humanos se crea en 1953, como órgano del Consejo, junto con la Asamblea Parlamentaria, el Comité de Ministros, el Congreso de los Poderes Locales y Regionales y otros. Es decir, de creación posterior al Convenio Europeo al que ahora me refiero.

 La diversidad en el respeto a los derechos humanos, la democracia y la libertad, justifican de sobra la existencia del Consejo de Europa y los valores que propugna: democracia, imperio de la Ley y derechos humanos. Y también se justifica el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, suscrito en noviembre de 1950, posteriormente modificado por los Protocolos 11 y 14- este último entra en vigor en junio de 2010-  y varios adicionales. En definitiva, Convenio donde textualmente se dice que “las Altas Partes contratantes se comprometen a acatar las Sentencias” es decir, acatar, no ejecutar inmediatamente. Por ello, ya advirtió el Reino Unido que cierta jurisprudencia del Tribunal es poco tolerante con el margen de apreciación de las autoridades nacionales.  Pero además, la carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea del año 2000, dice no ser de aplicación en actuaciones puramente estatales, es decir, las ejercidas como competencias propias. De manera que los derechos humanos a respetar son los contenidos en las propias Constituciones y en el Convenio Europeo al que acabo de referirme.

Resulta relevante la Sentencia del Tribunal Constitucional 245 del año 1991 cuando en sus Fundamentos Jurídicos 2º y 3º se refiere a los efectos declarativos de las Sentencias del TEDH. Por ejemplo: “La aceptación como obligatoria de la jurisdicción del TDEH no supone que sus Sentencias tengan eficacia ejecutiva…tienen carácter declarativo y no anulan ni modifican por sí mismas los actos declarados contrarios al Convenio…y deja al Estado la decisión de los medios a utilizar en su ordenamiento jurídico interno…” o “Desde la perspectiva del Derecho internacional y su fuerza vinculante (art. 96 de CE) el Convenio ni ha introducido en el orden jurídico interno una instancia superior supranacional de revisión o control directo de las decisiones judiciales o advas. internas, ni tampoco impone a los Estados miembros medidas procesales concretas de carácteder anulatorio…”. Y por último esta joya en su Fundamento J. 3º: “…Declarada por Sentencia de dicho Tribunal (TEDH) una violación de un derecho reconocido por el Convenio Europeo que constituya así mismo violación actual de un derecho fundamental consagrado en nuestra Constitución, corresponde enjuiciarla a este Tribunal (TC) como juez supremo de la Constitución y de los derechos fundamentales…”

Las preguntas son muchas y variadas, pero se podría resumir así: ¿Qué está pasando aquí? Rige o no la Constitución? Necesitan las democracias europeas, parlamentarias, democráticas y Estados de Derecho desarrollados y consolidados Tribunales que vigilen los derechos humanos de sus ciudadanos? Me temo que estamos ante la presencia de un Estado moribundo. Gracias Rajoy.

 

lunes, 21 de octubre de 2013

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA



¿Los últimos día de España?
21 de Octubre 2013

 


Traigo la Opinión de Joseph Stove que recordando “The Last Days of Europe”, escrito en 2007 por Walter Laquear, sobre la decadencia europea, aprovecha para reflexionar ante la situación española. Me interesa dejar constancia inicial de mi coincidencia sobre las opiniones de Stove en el presente trabajo. Quien haya tenido la benevolencia de seguir mis artículos de prensa en la serie LA AZOTEA o los muy numerosos editados en este Blog, podrá comprobar como se reiteran una y otra vez argumentos sobre la enorme crisis española, inserta en lo que vengo denominando “decadente Europa”.

En cuanto a esta última no hay más que asomarse a la esperada noticia sobre la Sentencia que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha dictado anulando las dictadas por el Tribunal Supremo y el TC, en relación con la llamada “doctrina Parot”. Por sí misma poco añade, pero sí pone de manifiesto el camino irreversible de Europa hacia su disolución como potencia mundial y faro grandioso de cultura, ciencia, técnica y en definitiva, de la civilización occidental que alumbró al mundo durante siglos.

El buenismo como filosofía política ha calado Europa y no cesa su poder devastador sobre las instituciones europeas. Ya me dirán la necesidad de un Tribunal de Derechos en una Europa cuya cualidad necesaria para pertenecer al club son sus instituciones democráticas, su separación de poderes y el respeto escrupuloso por los derechos individuales y colectivos. Constituye un insulto a la judicatura española y a su Constitución.

Pero ahí está, en otro orden de cosas, la marcha atrás del Presidente francés en relación con la kosovar, inmigrante ilegal. Una humillación para la orgullosa Francia, que si por algo se distingue es por su amor a la libertad dentro del Estado de Derecho. Mientras, Europa es invadida por millones de musulmanes que llegarán a constituir la mitad de su población en 2050 e impondrán su sharia y borrarán cualquier pasado de civilización y cultura cristiana. O la desintegración de Bélgica o la pretendida de Gran Bretaña o el declive de las monarquías europeas o la multitud de pequeños Estados-nación en proceso estudiado por el Maestro Díaz del Corral hace 60 años en su gran EL RAPTO DE EUROPA. Constituye sin duda, el declive de Europa de la que ya se anuncia para dentro de pocos años su salida del G20.

Y en cuanto a España, poco puedo añadir en este momento. Camina aún más rápido que Europa hacia su disolución como Nación unitaria porque lleva en su seno el virus troyano y destructor de las autonomías, con su gasto incesante y su desprecio al Estado. Su locura colectiva de centrifugación hasta el vacío. Todo ello sumergido en una corrupción generalizada, con seis millones de parados, sin crecimiento económico y deuda galopante que no podrá pagarse, salvo una quita, que algunos cifran en el 30% y otros en la inevitabilidad de la intervención. Por eso coincido con Stove invitando a los lectores a una reflexión profunda y si pueden, hacer algo por la Nación.
 

 
 

     ¿Los últimos días de España?  Por Joseph Stove 

 

"En 2007, el prestigioso escritor de la posguerra europea Walter Laqueur publicó "The Last Days of Europe", un lúcido estudio sobre las causas de la decadencia europea. El libro no ha sido publicado todavía en España, donde la corrección política se impone.
Laqueur trata de dar respuesta a la cuestión de qué ocurre en una sociedad cuando bajos índices de natalidad sostenidos, envejecimiento, se juntan con una inmigración incontrolada.

El autor cree que Europa, dada su debilidad, jugará, en el futuro, un modesto papel en los asuntos mundiales, a la vez que muestra su certeza de que será algo más que un museo de pasadas gestas culturales, para el solaz de turistas asiáticos.

Por supuesto que España no se escapa de su agudo análisis y deja constancia de su rol en el "landslide" europeo.

El contexto sociocultural que expone Laqueur, es motivo para reflexionar sobre las singularidades que aquejan a España y que no comparte con ningún otro país de Europa, lo que hace de su situación algo particularmente grave:
- En España, a los 30 años de aprobarse una constitución democrática, el modelo de estado sigue sin cerrarse, lo que se ha traducido en una dinámica de descomposición. En un arrebato de originalidad se puso en práctica un modelo excepcional en el constitucionalismo comparado: se inventó el "estado de las autonomías". 

Su materialización ha consistido en ir desposeyendo, paulatinamente y sin pausa al Estado de sus competencias, creando a la vez fronteras interiores basadas en exclusivismos artificiales y en diferentes niveles de bienestar.

- España es el único país de Europa con un terrorismo propio, de carácter secesionista,donde sus miembros y simpatizantes están en las instituciones del estado y reciben ayuda de los presupuestos públicos.
- En España, se relativiza, o se niega el concepto de nación, impulsado por un "status" de idiosincrasia política que permite la puesta en manos de exiguas minorías independentistas, resortes políticos que cualquier estado con un mínimo sentido de la supervivencia no osaría considerar, ni tan siquiera en tono de broma, su transferencia a las regiones. Ejemplo:la educación.
- Y, sobre todo, existe un hecho de enorme importancia social: el pueblo español cree que vive en una democracia consolidada.

Las "élites" políticas españolas trasmitieron al pueblo que se había terminado con éxito la "transición política" y que todos se habían convertido en "demócratas de toda la vida". Se había conseguido un hecho espectacular, lo que otras naciones habían tardado siglos en alcanzar, España lo había conseguido en una década prodigiosa.

Se instaló en la opinión pública la certeza que era madura y estaba bien informada, que había una clase política experta y con sentido de estado, que funcionaba la separación de poderes y actuaba como la fortaleza de la democracia, dado el vigor y prestigio de sus instituciones. Todo era una falacia.

Un largo periodo de crecimiento económico y bienestar material enmascaró durante años la metástasis que corroía el cuerpo nacional.

El fin de los sueños se produjo el 11 de marzo de 2004. Un ataque, posiblemente por parte de un actor no estatal, en forma de acción terrorista, iba a poner de manifiesto la enfermedad terminal que aquejaba a España.
La sociedad lo encajó como un "atentado", un hecho al que estaba acostumbrada por las innumerables acciones de ETA y que tenía su liturgia particular.
Empieza con el estupor e indignación, sigue con las condenas, las manos blancas a continuación y, después, el olvido, hasta el siguiente golpe.
Pero esta vez, el ataque era de carácter "apocalíptico", no era "selectivo" como los anteriores.
Tenía un objetivo claro, destruir España como actor estratégico.
Los casi doscientos muertos y los cientos de heridos, efecto material del ataque, sólo eran el catalizador para alcanzar los efectos estratégicos, los terroristas habían finalizado su trabajo.
Los creadores de opinión pública y la puesta en práctica de una política diferente se encargarían de materializar esos efectos. 

El pueblo español se encogió.

No había sido casual que España fuese elegida como blanco. La debilidad de sus instituciones y la vulnerabilidad de su opinión pública, la hacían pieza adecuada para asestar un duro golpe al mundo occidental, suprimiendo a uno de sus peones.

A partir del 11 de marzo de 2004, España desapareció como actor estratégico y se volvió hacia si misma, como había hecho en los dos siglosanteriores.
Una ola de "catetismo" invadió el país. La fabricación de "diferencias" entre regiones se acentuó, "la España plural", a la vez que la Constitución se adaptaba convenientemente a las circunstancias.
Se apeló a la "memoria histórica", como si de la Guerra Civil al posmodernismo de principios del siglo XXI no hubiese ocurrido nada, y se articuló una política de "ampliación de derechos" que no era más que ingeniería social, al más puro estilo orwelliano.
El 11 de marzo de 2004 se convirtió en fecha incómoda. La sociedad española no consideró la acción terrorista un ataque a su integridad, sólo una retribución por una errónea política exterior. 

Cualquier estado moderno que sufriese una agresión semejante habría empleado los resortes adecuados para conocer quien promovió el ataque y a quien beneficiaba, en el ámbito internacional, para actuar en consecuencia.
Pero a una sociedad que se le había inoculado el "no a la guerra", no podía concebir que alguien emplease la violencia organizada para alcanzar fines políticos. La solución fue aplicar el procedimiento penal, aunque era, a todas luces, insuficiente.
La "verdad judicial" aclararía el hecho. Hoy se conoce dicha verdad, pero poco se sabe de quien ordenó el ataque y a quien benefició en el ámbito internacional. La opinión pública, dirigida por su clase política y por los medios de comunicación, olvida.
Como señala Laqueur, Europa esta enferma. El bajo nivel de natalidad y una inmigración descontrolada, es un cóctel letal para el ser europeo y para cualquier sociedad. España sufre esa enfermedad y, además, su propia deriva centrífuga, que puede acelerarse al ampliarse las desigualdades sociales por la crisis económica.
Su sociedad está enferma y su mediocre clase política es incapaz de encontrar el tratamiento adecuado ya que, sin excepciones, se embarca en una huida hacia delante, alabando el "estado de las autonomías" y evitando las referencias éticas.
Si no se reacciona, todo hace indicar que "The last days of Spain" precederán a los del resto de Europa."

sábado, 19 de octubre de 2013

La Opinión de Javier Pipó


LA AZOTEA

EL PANORAMA
19 de Octubre 2013
 

La situación española está demasiado encrespada para los que creímos que la democracia consistía en vivir el sosiego de la libertad. Es un estrés colectivo con dificultad para la ordenación de tanto problema simultáneo en una sociedad desorientada, incapaz de encontrar solución a tan complejo revoltijo de noticias, hechos y situaciones que dan tirantez y agobian la convivencia. Y no es posible libertad sin confianza ni democracia sin seguridad.

Se pierde confianza si el presente no hace viable un futuro mejor, donde el sistema político y económico esté al servicio de la mayoría y sea capaz de proporcionar una vida digna a los ciudadanos. Si el ordenamiento jurídico no facilita el acceso a una educación integral, con valores y principios para la convivencia responsable. Si se obstaculiza el libre desarrollo de todos y cada uno, según mérito y capacidad para alcanzar una vida civilizada de bienestar y progreso. Y no existe seguridad cuando la duda irrazonable se vuelve contra la estabilidad y permanencia de la Nación, rehén de fuerzas disolventes que por egoísmo e intereses ajenos al bien común tratan de llevar al Estado a su centrifugación hasta el empequeñecimiento suicida y final. Pero también, cuando la Justicia se pone al servicio de la razón de Estado, olvidando que debe constituir el suelo y el techo de la democracia. O cuando la seguridad jurídica no es hilo conductor que da continuidad y grandeza al desenvolvimiento de nuestro futuro. Resulta descorazonador que la oposición con experiencia y futuro de gobierno, anuncie el borrado del ordenamiento jurídico de cuantas Leyes salgan de la actual Legislatura, como si la Constitución no fuera lo único que puede unir a ambas formaciones o tuviese lecturas contrapuestas o trazase dos modelos de sociedad distintos. Es el tejer y destejer perpetuo de una Nación anquilosada siempre en el pasado.

Por todo ello, democracia y libertad encuentran tanta dificultad para su permanencia estable en la Nación. Se cronifican niveles crecientes de insatisfacción y frustración ante tanta apariencia innoble y aparatosa en esa pretensión imposible de poner la sociedad al servicio del Estado y no al contrario. Pero los poderes públicos deben iniciar una intensa pedagogía colectiva y explicar a los ciudadanos que en esta primera parte del siglo XXI, los dos grandes males de España se concretan en el nacionalismo disgregador de dificilísimo retorno y la corrupción. Si ambos no encuentran una solución urgente, el futuro será muy incierto. 

El nacionalismo no democrático, ninguno lo es, persevera en el alarde de hambre de poder atemperado por el autoengaño, en expresión de Orwel. Y además, exigiendo que se financie la ruina y la locura secesionista. La catalana, ahora. La vasca quizá mañana, cuando aterrice el ICO en Mondragón y finalice el paripé institucional de Bildu. Y el Estado sin reducir su estructura, ni el gasto, ni los impuestos. Pero sí disparando la deuda. Las CC.AA. por ejemplo, mantienen 166 legaciones en el extranjero donde viajan miles de políticos de estas, del Estado y de los Ayuntamientos, en estadística que avergüenza. Y todas con su lista de agravios preparada.

Y la corrupción que no cesa y colapsa una Justicia no respetada y a veces no respetable. Deben cesar las estadísticas que buscan complicidad en el desastre del medio plazo, porque si los informes internacionales resultan favorables y me alegro, no se debe desconocer que la mejora tendrá carácter provisional. Quizá se debería aprovechar esta posible bonanza para reflexionar sobre el giro hacia el desarrollo que esta Nación daría, de contar con instituciones inclusivas, políticos decentes y Estado razonable en su estructura y funcionamiento.

Debería intentarse un Gobierno de coalición PSOE/PP, presidido por alguien ajeno a ambas formaciones que les permitiera vigilarse mutuamente y luchar denodadamente por salvar la dignidad de la Nación. Es hermosamente utópico, pero tan constitucional como histórico y desde luego un paso decisivo.

sábado, 12 de octubre de 2013

La Opinión de Javier Pipó

LA AZOTEA


FIESTA NACIONAL
12 de Octubre de 2013



Hoy es Fiesta Nacional pero resulta dificultoso concretar de la Nación que hablamos. Muchos, en silencio, hablan de Nación española, pero otros muchos, cada vez más, pondrán en duda una Nación única y preferirán hablar de nación de naciones, de su nación, de ninguna o simplemente les resultará indiferente. Es el resultado de un proceso de suicidio colectivo como Estado-Nación, como proyecto unitario ante el resto de naciones que conservan su identidad y su orgullo de ser y representar. Aquí, un sistema educativo incoherente, ineficiente, ideologizado, costosísimo, troceado en diecisiete territorios que imponen su visión de la historia, de las costumbres y hasta de la geografía, ha configurado un puzle que no quiere ni entender la lengua común. Mucho menos asumir un pasado colectivo o sentirse protagonistas del futuro a construir cada día para las siguientes generaciones.

Ahora mismo, hablar de Defensa Nacional o de Servicio Exterior es como situarse en un parque temático del siglo XVII. Aquélla – la Defensa Nacional - se reduce a una visualización de la Unidad Militar de Emergencia en suplencia de un sistema Protección Civil nacional y por ello imposible o en el mejor de los casos a la propaganda derivada de una presencia en escenarios bélicos ajenos a nuestros intereses estratégicos. Sin poder disparar ni siquiera en defensa propia, porque lo importante es estar y al ser posible y necesario prestar ayuda humanitaria. Y el Servicio Exterior pues para que hablar. Lo trascendente, la Cooperación internacional, auténtico río de dinero público que nadie conoce el destino y la eficacia en el cumplimiento de objetivos casi siempre opacos. Cooperación internacional de la Admón. Central, constituyó la lanzadera de la inefable Leire Pajín; de las Comunidades Autónomas, la JA destina más de 70 millones en manos de iletrados manifiestos; de las inútiles Diputaciones; de los Ayuntamientos y hasta de las Universidades. Mientras, el aguerrido Margallo ya habla de cerrar embajadas y llevarlas al ámbito de la UE. Creo debe integrarlas en las de las Comunidades Autónomas que son las boyantes. Menudo prestigio.

Y un año más se mantiene el desfile, pequeñito, que no canse, que no moleste, que resulte económico. Seguramente el próximo se hará con soldaditos de plomo y tanques de hojalata y así resultará más barato, más divertido y menos “coñazo” que decía Rajoy. El año pasado, por estas fechas, el Príncipe decía que Cataluña no es problema, quizá sea la solución. Se podría proponer la integración de España en Cataluña y lo resolvemos. Este año preside el desfile de Teniente Coronel desde luego, porque no habrá presupuesto para ascenderlo a General.

Y un año más, sin aparecer los Presidentes de Cataluña y el Pais Vasco. No va con ellos porque su tiempo está dedicado a gobernar, conduciendo a sus respectivos pueblos hacia la  gloria del independentismo. Mientras llega ese momento, fijado por Urkullu en 2020 y Más cuando pueda pagarlo, siguen cobrando como representantes del Estado, con desprecio total al Estado, eso sí.
El pasado, tuve ocasión de comentar que la solitaria Infanta Elena había sido desplazada de la Tribuna para situarla en el banco de la oposición con Rubalcaba que seguramente aprovecharía para adelantarle sus progresistas y claras ideas sobre federalismo. Pero este año la han mandado a Palacio con su madre. Como sigue el caso Urdangarin en apogeo pues la tribuna se va quedando vacía. Claro, siempre quedan los más republicanos. Ya veremos en 2014, lo mismo preside Susana Diaz. Que día. Menuda Fiesta.

lunes, 7 de octubre de 2013

La Opinión de Javier Pipó

Publicado en el "Diario Córdoba" el día 17 de Octubre, pag. 6 de Opinión, número 64 de LA AZOTEA



NACIONALIDAD Y CORRUPCIÓN
7 de Septiembre 2013
 

No puedo convenir en que la monarquía constitucional y parlamentaria sea solución provisional previa a la República, que decía Augusto Comte. Y ello a pesar de la insolente provocación con que la extrema izquierda totalitaria tiene sometida a la Nación mediante perseverante exhibición de símbolos de aquélla, como amenaza, como anticipo de un proceso radical deseado. Como si una república fuera sinónimo de desorden, previo al asalto final. Añoran el fracaso golpista y revolucionario de 1934, con la esperanza de no volver a equivocarse.

Y es que perciben y aprovechan una nación desfallecida, debilitada por la crisis moral y económica; con un nacionalismo rampante, retador, desbordado, imparable; con una corrupción generalizada que desprestigia y genera un coste económico gigantesco; con instituciones amparadoras de la impunidad; con una cúspide del Estado en declive físico y ético; con la juventud no solo sin trabajo sino sin esperanza; con una clase política a la que a la que se debería exigir, decir lo importante sin mentir y ahorrar las palabras insignificantes del discurso.

Ahora vivimos la reafirmación del principio de las nacionalidades definido en 1916 por Rovira y Virgili: identificación como pueblo; conciencia nacional y autodeterminación. Nacionalidad que como virus troyano se introdujo en la Constitución de 1978 por el empeño de políticos ansiosos de pasar a la historia, a pesar de que intelectuales como Marías, avisaban no ser lugar adecuado para introducir la acepción. Desde entonces caminamos hacia la disolución, soportando el engendro de naciones sin Estado en busca de autogobierno, de derecho a decidir.

Y ahora se argumenta con descaro un tercer intento, una tercera vía, como si la experiencia del fracaso colectivo de España y sus nacionalidades no contara. Quizá mera especulación sobre la forma federalista, para salir del paso, para diferenciarse de los conservadores, para rellenar un páramo ideológico que dura treinta años. Es como iniciar un nuevo camino de destrucción definitiva del entramado nacional.

Se mira con agrado que la inquieta y voluntariosa Susana Díaz haya iniciado un camino revisionista de la época Zapatero de tan funestas consecuencias. Es verdad que la crítica fue seguida de una bobada tan notoria como el eslogan de la catalanofobia, pero parece que tras ella hay un movimiento de cierto interés que sin duda regeneraría la esperanza. Una buena hoja de ruta está contenida en el documento de la Fundación A. Perales. Sería buen comienzo.

La cuestión nacionalista es pues urgente abordar ahora, con el paraguas de la UE, antes que la ruina nos aplaste. Cuando finalice 2013, el Estado habrá empleado más de 70.000 millones de euros en sostener la disparatada Administración territorial. Así se desliza por el alocado camino de la deuda que traspasando el 100% del PIB, punto de “no retorno”, hará el crecimiento muy difícil. Sin embargo Cataluña está arruinada, con deuda superior a 51.000 millones de euros y casi todas las Comunidades y gran parte de la Administración Local en morosidad creciente imposibilitando el intercambio económico y propiciando el paro.

Sobre la corrupción, la capa que todo tapa, la Presidenta de Andalucía dice sentirse avergonzada. Debería evitar aspavientos teatrales a los que parece prontamente aficionada. La corrupción se combate desde la escuela, inculcando valores y principios, formando ciudadanos temerosos de incumplir la Ley; facilitando una sociedad civil exigente, interesada en la cosa pública. Seleccionando dirigentes preparados, sólidos, con profesiones previas. Haciendo que el intervencionismo invada sólo lo necesario, por su vocación a instalar la corrupción en la política y la sociedad. Dando ejemplo desde las alturas del sistema, para evitar una atmósfera corrupta que llegue a sus confines.

Si la corrupción les avergüenza, restablezcan los controles internos que desmantelaron. Doten una Intervención respetada, con los mejores funcionarios, independientes, inamovibles, con medios jurídicos y materiales viables. Y menos médicos porque el mal ya está diagnosticado, salvo que quieran gestionar con recetas disparatadas la enfermedad infecciosa y terminal de una Hacienda previa y mortalmente inoculada. La corrupción se combate en definitiva, con un sistema educativo que forme ciudadanos amantes de la libertad responsable y de leyes sabias y exigentes que se cumplan, como las penas impuestas, sin indultos. Platón, se inclinaba por un régimen mixto, combinando la monarquía, es decir la sabiduría, con la democracia, es decir la libertad. Pues eso.

 

miércoles, 2 de octubre de 2013

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

LA AZOTEA


LA  UNIA
2 de Octubre 2013


Más de uno preguntará el significado de UNIA y no es otro que Universidad Internacional de Andalucía. Lo que de entrada significa que esta Comunidad Autónoma tiene nada menos que una Universidad Internacional, así como suena. Y no crean que la descubro ahora, porque fue fundada allá por el año 1994, cuando me encontraba vinculado a la Universidad de Córdoba, desde 1991. Y ya entonces produjo cierta sorpresa, aunque sin consecuencias, porque el poder andaluz estaba en plena expansión, sin oposición alguna. Pero ahora vivimos tiempos bien distintos aunque el régimen continúa en auge, apoyado por fuerzas más tendentes al totalitarismo que a la libertad y una oposición en la sima de su declive.

El asunto creo tiene su miga y merece algún comentario porque esta hermosa tierra se mueve continuamente entre la miseria y la pobreza o cuando menos sus índices educativos, de paro y subdesarrollo son llamativos y más que conocidos, temidos y observados con preocupación en el ámbito de la Nación y de la Unión Europea. Si a eso se une la corrupción instalada, generalizada y presente en todos sus ámbitos de poder e influencia el asunto adquiere aire de perplejidad y asombro.  Habrá quien diga que precisamente la lucha contra el subdesarrollo y la ignorancia se combate con instituciones educativas, muchas y bien dotadas. Pero eso no pasa de constituir un deseo o una mera expresión sin contenido en el caso andaluz.

Miren, el sistema educativo superior de Andalucía está compuesto por diez Universidades. Una por provincia, que hace un total de ocho y luego la Universidad Pablo Olavide- curiosamente, un reformista de la España ilustrada- más la Universidad Internacional que comento. Aparte naturalmente las privadas abiertas en la Comunidad. Es difícil encontrar similar concentración de centros superiores en espacio territorial y con población equivalente. Pero esto es Andalucía. Las Universidades no dependen de Educación sino de Innovación, Ciencia y etc. Pues bien, en el presupuesto del presente año se les asigna un total superior a 1.100 millones de euros, es decir el 46% del total disponible de aquélla. Cantidad extraordinariamente importante y que necesitaría un debate profundo sobre su racionalización y además urgente.

Decir que la Universidad Internacional de Andalucía viene a complementar la enseñanza superior impartida por las otras ocho Universidades, como establece su Ley de creación, me parece un lujo insoportable y ajeno a la profunda larguísima y ojalá que reversible crisis española. Alguien debería evaluar su necesidad, su rentabilidad incluso social y enfrentarse a una reconversión de las otras nueve buscando su especialización científica y tecnológica, fusionando las necesarias y clausurando las sobrantes que seguramente será más de una. Y dentro de las luchas intestinas que nada interesa, cesan al rector anterior el profesor Suarez Japón y nombran al científico Eugenio Vilchez. A ambos he tenido ocasión de conocer y apreciar sus cualidades humanas, mesura, equilibrio, inteligencia y bien hacer. Ambos, aunque instalados cómodamente en el sistema de poder, pertenecen a la intelectualidad socialdemócrata que de abundar en el páramo de la izquierda radicalizada e inútil, dentro de la alternancia en el poder que propugno, dejarían a España resguardada de aventuras peligrosas.

Pero obtener un puesto tan político como el de Rector de la UNIA con 67 años, me parece un exceso de acaparamiento, sobre todo si la nueva Presidenta alaba sus cualidades más que científicas, que le sobran, las facultades para dialogar. Ya me dirán sobre qué. El responde que “habrá que dar más con menos”. Pues ya ven. Es lo que hay.