Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

martes, 6 de noviembre de 2012

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA


DE NUEVO CON EL FEDERALISMO
Una breve reflexión
6 de Noviembre

 



Parece que la palabra federalismo produce grima en muchos sectores de opinión. Y solo tuvimos históricamente una experiencia, mala es verdad, pero una. Ahora el tiempo es otro. Tan es así que la nota esencial y definidora del Estado, persona jurídica pública internacional, cuyas notas básicas son el territorio, la población y el reconocimiento exterior de su soberanía, se desdibuja en casi todas ellas.

En alguna ocasión me he referido a que el federalismo es un género pero se despliega en muchos modelos que responden a circunstancias históricas diversas. Cada nación o país ha elegido el más apropiado incluso a su entorno cultural o económico. Estados Unidos fue el primero del mundo occidental en buscar el modelo que muchos quisieran imitar. Pero la gran crisis de 1929 lo modificó desde el primitivo y fundacional “dual” al más flexible conocido como “cooperativo”. Europa no tardará en imitarlo pero hay algunos que ya están en ello, como el alemán, austríaco, suizo o español. Y digo el modelo federal español, tal como señalan los más importantes pensadores de la ciencia política. La crisis dramática que sufrimos desde 2007 debería forzarnos a la adaptación de nuestra Constitución a los nuevos tiempos, como hace 83 años hicieron los norteamericanos. Debemos iniciar la destrucción creativa. Pero si la Constitución de 1978 es federal ¿porqué cambiarla?

Porque requiere modificaciones muy profundas. Recomiendo la detenida lectura del extenso e interesantísimo “Informe sobre Modificaciones de la Constitución Española” de febrero de 2006, elaborado por el Consejo de Estado, que el Gobierno guardó en el cajón del olvido. En síntesis: El modelo constitucional, si así puede hablarse porque evita definir alguno, es puramente federalista, pero hay entre otras muchas cuestiones, como:

** Establecer exactamente las competencias del Estado

** Determinar cuales son los entes federados, con su denominación constitucional y reduciendo el número a los estrictamente posibles, conformando unidades mínimas de extensión territorial y población.

** Establecer las competencias expresas de los entes federados

** Determinar que la ley del Estado es prevalerte en cualquier caso, sobre la del ente federado

** Determinar exactamente el régimen fiscal de financiación del Estado y de los entes federados y a partir de ahí fijar las transferencias verticales, horizontales y de nivelación, haciendo posible y sostenible la solidaridad como equilibrio entre unidad y autonomía.

** Establecer de forma inequívoca la igualdad de derechos y la unidad de mercado

** Hacer posible la unidad de entes en la Jefatura del Estado mediante la forma de monarquía. La Corona es garantía de continuidad y de elevación de su magistratura por encima de las instituciones. Funcionó muy bien en la España de los austrias y funciona en la Commonwealth de Isabel II. No es incompatible.

** Hacer desaparecer las Diputaciones y reducir los municipios.

** Mantener la autonomía y régimen fiscal de los municipios

** Establecer el procedimiento de modificación de la propia Constitución.

 
Y mucho más. El llamado Estado de las Autonomías y su nefasto e inútil Titulo VIII ha pasado a la historia. Ahora toca otra historia y urgente. La nación se desliza a gran velocidad hacia el abismo de la pobreza, hacia la argentinización de la economía y la italianización de la política en sus años de plomo.

 

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