Publicado en el diario Córdoba el 21 de Junio de 2012
LA AZOTEA
EL CONSORCIO
En septiembre hará veinte años
que con expectación se celebró el concierto inaugural de la Orquesta de Córdoba
con el padrinazgo artístico de Rafael Orozco y Fernán Gómez. Hoy sufre un
calvario de incertidumbre por su propia continuidad víctima de este huracán
pegajoso y descorazonador que nos azota. Inicialmente interesa decir que
la Consejería de Cultura tuvo en sus dos primeros decenios de autonomía -casi
por sí sola la justifica- la más brillante política cultural que Administración
pública haya logrado. Puestos a
personalizar no lo hago en la cúspide, como el agradecido Barenboim que dice de
Chaves ser el gobernante con mayor visión cultural del mundo, visión que no
logró ni del proceso histórico que vivía. Mas bien de sucesivos equipos de
jóvenes entusiastas en los campos del libro, la museística, la arqueología, la
música o la restauración que dejan descrito el camino para los que pretendan
acercarse al prestigio de la Administración y la eficiencia del gasto público.
La creación de la Orquesta de
Córdoba, bajo el inusual formato de consorcio, forma parte de esa brillante
historia. Desde entonces 1.125 conciertos, 37 discos y el lujo de un director
titular de la talla internacional de Leo Brouwer han dado presencia de calidad
y nivel cultural a una ciudad universal como Córdoba. Pero los entes consorciados Junta
y Ayuntamiento, caminan hacia la ruina y la orquesta puede morir con un
presupuesto poco mayor de tres millones de euros. Mucho menos que el fichaje de
un futbolista en Primera.
La sociedad cordobesa ha de
movilizar recursos de sectores económicos como la banca, la distribución, el
olivar, el vino o de cuantos sepan aprovechar las posibilidades del mecenazgo y
la cultura como motor de desarrollo. Y eso, a pesar de la crisis. Y las administraciones,
menos fantasiosos y caros castillos de naipes y más ingenio para evitar el
hundimiento.
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