Desde mi Azotea
EL COMIENZO
3 de junio 2018
Convencido como está Sancheiglesias, de que la moral en España nada tiene
que ver con la política, ha decidido y conseguido – con Maquiavelo a mano-
ganar por la mentira lo que en cualquier caso no ganaría por la fuerza. Y en
eso está, dando a la Nación una lección completa en ambición desmedida y de
perseverancia en el objetivo que, para sí mismo y los suyos, había trazado como
trayectoria para su corta y tortuosa vida política. De manera que al fin le
sonrió la fortuna, aunque se quedara a medias en la consecución de la virtud.
No todo es posible y menos alcanzar ambos a la vez. Y Rajoy, con mucha virtud
pero escasa fortuna, cuando se entere que perdió el poder, terminará por no
gustarle e incluso intentar de nuevo tantear destino. Como a nosotros que
tampoco nos gusta, pero con la diferencia de que seremos quien paguemos las
consecuencias, seguramente irreversibles, en términos de dignidad colectiva.
Miren, Cayetana Alvarez de Toledo ha publicado un luminoso artículo,
titulado El Mínimo Común Denominador, con
el que coincido en toda su amplitud porque, en efecto, a Mariano Rajoy le faltó convicción en España, y la anti-España lo tumbó. Perdió y perdimos
con él, el combate contra su supremacía ideológica y cultural y cayó, y
nosotros con él. Para él todo se resolvía en el terreno de la economía y al
final hasta los extravangantes, desnortados, egoistas y privilegiados
empresarios del Círculo se atreven a plantear la solución constitucional,
política e ideológica para España. Claro, sin ellos, los púlpitos, la
intelectualidad orgánica y los medios de comunicación subvencionados y
controlados, el golpe de Estado no habría sido posible.
Y el golpe ha sido posible en Cataluña y en cualquier
momento saltará al Pais Vasco/Navarra. Eso los esperábamos. Pero ahora,
apreciamos una particularidad histórica, insólita, porque ahora el golpe se
amplía o, quizá sea, abre sucursal en Madrid y eso hace difícil la salida
razonable de una situación explosiva. Y esto no ha surgido de forma espontánea
e inesperada. De este proceso diabólico y perverso podía con cierta facilidad
observarse su génesis y desarrollo en los últimos cuatro años y, el final
vergonzante de un Gobierno cobarde, desde hace no menos de doce meses. De
manera que a su frente hemos visto desmoronarse un Presidente pusilánime e
inteligente, egoísta y tan brillante parlamentario como vano político, lesivo para
los intereses de la Nación española.
Y ¿ahora? pues ya veremos porque el Gobierno que se
gesta será mucho peor que el que se va. Y en ello va el beneficio de la duda. No solo
será peor por quien se propone dirigirlo, mucho más cercano al movimiento populista/comunista/bolivariano
y rabiosamente estaliniano que a la socialdemocracia, sino por las
peligrosísimas lanzaderas desde las que alcanzó el poder. Instancias
antisistema, antidemocracia y anti-españolas que exigirán cobrarse en términos
de objetivos alcanzables los compromisos históricos de disolución nacional que
tiene adquiridos, y que ahora fusionan en un proyecto común de extrema
izquierda comunista y extrema derecha nacionalista, para configurar de una y
quizá definitiva vez, la ansiada anti-España militante. Y ello con indiferencia
a las convicciones personales del nuevo Presidente, tan desconocidas como
inéditas, seguramente carece de ellas, sino por su escasa y vana certeza ideológica
que ahora con más intrepidez que inteligencia, ha puesto al servicio del
extremismo radical.
Ya me dirán que puede esperarse del golpe de Estado
catalán y su desarrollo. Y media España, la clase media por ahora mayoritaria,
solo concibe el que pueda y deba realizarse un diálogo constitucional, dentro
del marco constitucional, tras el aplastamiento de los golpistas, su detención,
enjuiciamiento y encarcelamiento sin posibilidad de indulto, tal como actuó la
República. Nada sabemos de los pactos secretos alcanzados, aunque presumimos la
burla del Estado de Derecho que se avecina. El nuevo y ojalá breve Presidente,
apoyó con cinismo y condiciones la aplicación del artículo 155 que, el débil y
acobardado expresidente, cumplió con timidez y cuyos brillantes resultados a la
vista quedan, en escenario peor que el anterior. Presidente Sancheiglesias que
también e igualmente sin sentido, votó contra los Presupuestos, hasta que le
explicaron eran socialdemócratas y contenían las vergonzosas condiciones de
privilegio y abuso a su socio preferente, a su vez aliado de Bildu, el
peligrosísimo y encanallado PNV que prepara con los etarras ya sentados también
en el Congreso de los Diputados, como las FARC, el nuevo estatuto/constitución
de una Euskadi libre y soberana. Y la tercera columna del sistema, casi mejor olvidarse.
Iglesias auténtico y siempre triunfante, sin necesidad de formalismos
democrático/burgueses y tras el espectáculo grotesco de su llanto en el
hemiciclo- es verdad, los ricos también lloran- desde su dacha de jerarca
soviético, continuará su misión redentora a través de su ideología con
brillante historia de sangre, miseria y llanto.
Pero todavía, tras el desastre, es posible reunificar
las fuerzas constitucionalistas, si alguien es capaz de fusionar en un proyecto
común de salvación nacional a los socialdemócratas sensatos, fuera de la
obediencia de pobre Sancheiglesias, liberales, restos no despreciables del PP y
el non nato pero sensato VOX. Quizá C´s estúpidamente zarandeado y ya sabemos
que ideológicamente inestable, pudiera encabezar la operación. Hasta las
elecciones, las concesiones al populismo harán tambalearse las conquistas
económicas tan duramente conseguidas. Pero le pueden hacer ganar las que
convoque, cuando convenga a sus
intereses y eso sí apoyado, por los de siempre. Señor Sánchez, lo siento, usted
no es mi Presidente.
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