Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 14 de junio de 2018

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


Artículo que será publicado el próximo sábado en el Diario “Ultima Hora” de Baleares


ENTRE LA CONCESIÓN Y EL ABANDONO
Julián Delgado. Escritor

           
No ha sido un inicio tranquilizador el de la ministra Meritxell Batet al apresurarse a prometer a QuimTorra el cambio urgente de la Constitución para acomodarla a su gusto, proponer legalizar los artículos del Estatut desechados por el TC que produjeron el polvo de donde vienen estos lodos, ponerse a favor del acercamiento de los políticos presos, y resolver las 45 reivindicaciones pendientes de Puigdemont. Eso, mientras la Generalitat persiste en seguir por la senda de la ilegalidad, recrea las embajadas del diplocat, ensalza el mandato del 1-O y exige trato entre iguales.

Desde el inicio del procés, los sucesivos gobiernos se han preocupado más de apaciguar a los separatistas que de defender los derechos de quienes se sienten españoles en Cataluña, que, pese al abandono que padecen, resisten heroicamente la exclusión social y los embates, cada vez más violentos, como en la Universidad o en Vich, de los que se creen propietarios de aquella y de la verdad.  

Si el diálogo de Sánchez tiene por objeto rebajar la tensión a base de hacer concesiones al soberanismo o promesas no consensuadas, peligrosas y difíciles de cumplir, puede que los efectos electorales le resulten favorables, pero no harán otra cosa que acelerar el proceso hacia la independencia.  
La hegemonía social y política del separatismo se manifiesta en todos los órdenes de la vida a través del manejo del presupuesto, del control de los medios de comunicación, de la enseñanza, de la cultura, del deporte, de cualquier actividad profesional o artística. Han conseguido así el arrinconamiento del Estado español hasta hacerle invisible en Cataluña, y, aunque no sea más que por instinto de supervivencia, eso hará que el número de los constitucionalistas vaya disminuyendo hartos de su desamparo y marginación. También se sumarán los jóvenes que estrenen el derecho a voto, salidos de centros de enseñanza donde desde su más tierna infancia se ha construido en sus mentes y en su corazón un Estado catalán a la vez que se negaba y destruía todo lo español.

Si no se comienzan a realizar actuaciones que ayuden a revertir esta situación, a los separatistas sólo les hará falta un poco de paciencia para salirse con la suya.                


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