Artículo que será publicado por el Diario “Ultima Hora” de
Baleares, el próximo sábado día 30 de junio
El encuentro
Julián Delgado. Escritor
El
encuentro previsto para el día 9 entre Sánchez y Torra promete. Ya, de momento,
muchos se preguntan si resulta oportuno que se produzca después de que éste
último haya decidido declarar al Rey enemigo número uno del separatismo y se
muestre dispuesto a implementar cuanto antes la república.
Torra
no es un hombre preparado para el diálogo y la negociación, antes al contrario,
está encerrado en un mundo de ideas preconcebidas y desprecia lo diferente;
profesa una adhesión ciega y obsesiva a la causa separatista. Supremacista, se
cree dueño de la verdad y tiende a aislarse en sus propias posiciones, pues considera
que está en el camino correcto de la historia. Político mediocre, actor
secundario en un entorno que le jalea y comparte sus ideas, ha vivido un largo proceso
de radicalización integrando Dios y Patria en el mismo plano místico y se cree
destinado a cumplir la misión histórica de liberar a su pueblo sometido. Instalado
en el dogmatismo, resultará difícil, si no imposible, llegar a acuerdos con él.
En el otro lado está
el líder socialista, un personaje posmoderno que ha ido mostrando distintas
versiones de sí mismo: aquella inicial en que quería disolver las Fuerzas Armadas,
la del No es No, la equidistante entre los separatistas y el Gobierno de Rajoy,
y después la constitucionalista de apoyo al 155. ¿Cuál será ahora su nuevo
perfil? La socióloga Helena Béjar denomina a estas personas de subjetividad
descentrada, fragmentada, modular, tornadiza, seres de personalidad proteica, que supone una visión de la naturaleza
humana maleable hasta el infinito, que suspende la idea de límite, que
convierte el yo en un ente de lógica difusa. Así le resulta
normal que lo que hoy defiende con pasión mañana lo descarte con descaro. J.A. Marina habla de sujeto múltiple.
Este
presidente de perfil posmoderno se enorgullece de ser así porque confunde su
carencia de convicciones con la tolerancia y eso le permite mantener abiertas
todas las opciones disponibles. Así, acepta en el Congreso que los políticos presos
están secuestrados y que la fractura
social fue culpa de Rajoy.
Los
caprichos del destino han hecho que el futuro de la Nación esté en manos de
estos dos ínclitos personajes.
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