LA AZOTEA
EL GOBISANCHEZ
24 de
junio 2018
Creo sí se nota el Gobisánchez en funciones. Los
más ingenuos, normalmente los optimistas, dicen se trata de gobierno de pura
gesticulación, aparatosidad y postureo, pero sin más pretensiones. Pues no
saben cuánto me gustaría pertenecer a ese grupo numeroso de espectadores más o
menos complacidos; se pasa mucho mejor el trago. Hombre, con los libros de
Historia en la mano quizá haya que ser algo más malicioso y comenzar a presumir
el calado de la operación en curso. Otros, no son ni optimistas ni pesimistas,
sino europeístas; osea. Confian en eso que hierve más allá de nuestras antiguas
fronteras; en las instituciones de Bruselas. Algo así como carecer de temor porque
“después de Sánchez, las instituciones”;
aún siendo europeas, que ya es decir y nada hubiera ocurrido desde Adenauer. Pero
no lo duden porque a este paso se nos quedará también la boca abierta de puro
euroescepticismo. Pues vamos bien y eso a pesar del encuentro Macron-Sánchez
que, da hasta risa.
De manera que este muchachote con nobleza de
talla, zascandil donde los haya y charlatán hasta perderse en palabras
inútiles, se puso al mando del timón gubernamental, donde caben todos los
fieles, sin decirnos el rumbo por más le pidieran enseñar las cartas de
navegación. Pero la única advertencia que hizo al pasaje es que para abrir una
vía a la esperanza permanecerá al mando hasta agotar combustible, salvo que los
malos vientos que le izaron, le haga decir lo que el poema de Olga Acevedo: “Yo
venía cantando sin saber del dolor…y hoy…que un viento del olvido sacudió mis
hondores, vengo triste y velada por mortal palidez…y hoy me vuelvo amarilla de
temprana viudez…
Y se apoya como digo, en un Gobierno desigual,
terminada de mala manera la broma Maxim, pero al que tampoco se le pedirá mucho más que,
alabar con inciensos densos y embriagadores la etapa venturosa que comienza,
hacia el abismo del ya veremos, porque lo importante está conseguido, cual
desalojar del poder a la presunta derecha. Y claro, se encuentran que el
programa Rajoy era el de una socialdemocracia moderna y progresiva, estilo F.
González, y que ahora quiere continuar Crispina; Augusta Brutia Crispina
Soraya, antaño en matrimonio de conveniencia con Cómodo Rajoy. Y confeccionaron
unos Presupuestos que ya quisiera la pobre Montero llegar a entender y claro
balbucearán cuatro frases ingeniosas para que se aprueben, sobre todo constatada
la ultima fechoría de Montoro, pactando con los taimados traidores vascos una
subida de las pensiones y otras que, hasta en Bruselas siempre con la luz
apagada, apareció la alarma roja.
Y bueno, otras cosas, como ganarse a los suyos
para evitar idus de marzo donde aparezcan los puñales puntiagudos de los Casios
o Brutos disfrazados de patriotas de ocasión. Y ya casi todos rendidos al
fenómeno. Ahí tienen a la gran peronista andaluza, haciendo creer a los suyos,
con palabras hasta ahora desconocidas que, echado Rajoy, desde ahora se
recuperan libertades y derechos y se reponen beneficios arrebatados por la
horda derechista. Empezando por los cinco mil millones de euros que Rajoy birló
a las andaluzas y andaluces y ahora le faltan para continuar el triunfo andaluz
paso a paso, error a error, de corruptela a corrupción hasta el fracaso final.
Ya ven como entre estadistas anda el juego macabro de nuestro futuro. Y
mientras, Rajoy en Santa Pola en ejemplar retirada, registrando los suspiros de
una España económicamente brillante y políticamente desolada.
Y entonces, sin Presupuestos ¿pueden hacer algo
hasta final del ejercicio? Mucho. Hablar de todo y prometer todo; preparar con
sus socios el Presupuesto de 2019 y repartirlo entero ese ejercicio. Y culminar
dos años de campaña incesante que haga imposible fracasar una etapa de gobierno,
cuando atendiendo los intereses de Partido, proceda la convocatoria de nuevas
elecciones. Mientras, ya saben. Se habrá dado un golpe de gracia sectaria a la
tv pública. Seguramente los restos de Franco ya habrán sido exhumados y el
Valle de los Caídos convertido en parque temático del resentimiento. Podrán
procesar y condenar a quien ose aplaudir como franquista , por ejemplo, la Ley
de la SS de 1963, base del Estado de Bienestar, tras la reforma totalitaria de
la odiosa Ley de Memoria histórica. En fin, habrá terminado la etapa de unidad
nacional, reconciliación y entendimiento que trajo la hermosa CE de 1978,
poniendo en cuestión la Monarquía, como en duda la independencia del Poder
judicial o desprestigiado el Constitucional.
Y para qué referir lo que tenga pactado este
buen mozo con los golpistas catalanes y la explosiva morralla vasco/navarra. Y
no solo por los que figuran al frente de sus respectivos ejecutivos – ya ven el
estadista Torra- quizá no pasen de vulgares racistas de tres al cuarto, sino
por la fuerza, firmeza, extensión y rabioso resentimiento de un variado
ramillete del comunismo más rancio, reaccionario y totalitario de Occidente que
los sustentan. Intentaran neutralizar o modificar la Constitución, al menos
desactivando los aspectos más obstructivos a sus intereses, sin necesidad de
recurrir al engorroso art. 168, o se quedará sin tocar el modelo de financiación
o el indescriptible Titulo VIII o la supervivencia del actual modelo de
Seguridad Social. Y que nadie espere recuperar la autoridad del Estado en la
lucha contra el narcotráfico en el Sur o contra la corrupción sistémica en la
nación entera, desde Cataluña semiindependiente a la pestilente Junta de
Andalucía. Ya sé que todo puede ser mejor de lo que digo.
Pero también peor. Pues eso.
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