LA AZOTEA
EL CONSEJO
11 de junio
2018
Pues
si lo dice Tusk, Presidente del Consejo Europeo, es algo más que opinión de
aficionado. Un gran giro en el modelo político occidental, con declive de la
representación, la democracia y la libertad; crecimiento y asalto al poder
europeo de ideologías totalitarias nazicomunistas al norte o al sur o del
islamismo asesino incrustrado en sociedades nihilistas y descreidas; abandono y
repliegue comercial y militar de USA en sí misma, que ha sido el principal
valedor del sistema de vida y progreso del mundo de la civilización, la cultura
y el bienestar; presencia de Rusia como nuevo modelo de convivencia autoritaria
y expansionista; invasión comercial de una potencia como China, combinando en
cóctel asombroso la brutal dictadura del proletariado con capitalismo salvaje
de vocación globalizada. Más que cambio de modelo parece de ciclo en el ocaso
europeo, quizá imparable
Y en
esto, un buen mozo se hace con el Gobierno de la hasta ahora Nación española. Y
se rodea de azafatas políticas y de azafatos de vuelo ideológico con destino desconocido.
Y nosotros de pasajeros; y lo que resulta extraño y provisional, dando vivas al
intrépido capitán que al fin supo despegar la nave, del fango y la oscuridad.
Pues ya veremos. Porque a mi la tripulación me parece tan dispar como medianeja
y pantalla de una operación de despegue de altos revoloteos. La primera parte
salió bordada porque el estafermo Rajoy no resultaba un obstáculo insalvable y
apenas resistió el embite de una falacia bien expuesta y mejor manejada desde
unos medios mucho más serviles que aquella cadena del Movimiento al servicio de
la única verdad posible. Aunque ciertamente el Partido quizá no sirviera ya, ni
para golpes de corrupción. Quizá hubiera bastado con despedir al pasmarote
monclovita – por cierto, el mejor profesional de la cosa a años luz de sus
verdugos – o convocar elecciones. Pero con torpeza inaudita se entrega el poder
a un Partido que no manchado por la corrupción como el despedido, sino
sumergido en ella y a la espera de que lo salve del ahogamiento el otro poder,
el judicial, que lo mismo está para un roto que para un descosido.
Y
en cuarenta y ocho horas se monta un gobierno de plexiglás encabezado por un
joven y apuesto don Nadie, con más ambición que ideas, de quien aseguran desde
sus filas, se trata de un socialdemócrata conservador. Y eso ¿cómo lo habrán
adivinado? Porque en los años que lleva revoloteando con enredos sin fin, ha
cruzado la topografía ideológica de principio a fin y ni él mismo ha logrado
definir su inanidad. Ciertamente, no parece quedar duda, siente ramalazos de
admiración por la ampulosa bobería de ZP y no desprecia del todo sus fechorías
de alta traición que seguramente
gustaría ver rematadas. Pero también siente envidia por la firmeza totalitaria
de Iglesias, la claridad de sus ideas y el desparpajo en instalarse en dacha de
jerarca, con la trabajera que le ha costado a él, residir en palacio de
protección oficial.
Y
su Consejo de Ministros y ministras, pues eso. Palabras una detrás de otra,
hasta colmar el cansancio confuso y difuso de una Legislatura desgraciada para
la Historia siempre fallida de España. Empezaron desplazando cualesquiera
simbología cristiana, incompatible con la progresía tan selecta allí
concurrente y continúan haciendo declaraciones tan repletas de palabras hueras,
como de buenas intenciones. Quizá casi todos se vean incapaces de algo más,
nunca lo hicieron. Y ello, para que cualquiera pueda suscribir la nada; para
calmar la inquietud de los mercados y para ir tirando hasta saber qué hacer
ahora que tienen el poder. Y no es difícil adivinarlo, sino granjearse el apoyo
del gentío con nuevas utopías cuyo precio será abonado tras las elecciones que,
seguramente presumen, estarán en inmejorables condiciones para ganar solos, o
en compañía del enraizado alevín Rivera o del antisistema y totalitario
Iglesias. Y de su composición que puedo decirles que no sepan o adivinen.
Miren, es un Gobierno mediocre, a los efectos mayormente de la función a
desempeñar y cobrar. O viejas glorias que en su momento brillaron por su
solidez, como el inteligente y honrado Luis Planas o el muy sagaz y agudo
Borrell que ahora echa una mano a su señora, ilustre e inútil Presidenta de la
cosa. Resultaría curioso conocer las razones últimas del apoyo de estas dos
personalidades del pasado, a personaje de tan poco fuste y de poco fiar como el
opaco Presidente. De los demás, pues resulta en algún caso hasta pintoresca su
incorporación al Consejo. Desde el astronauta, al simpático antideportista;
desde el desconocimiento más elemental de las finanzas del Estado- en ese juego
alucinante de Montoro a Montero, salida del charco inmundo de la Junta- a la
cortedad de conocimientos constitucionalistas y otros, en la frivolidad
personificada de la ministra/vicepresidenta de ZP.
Pero
eso sí, el Presidente Sacheiglesias parece pretender lograr la histórica
operación que ZP dejó solo iniciada. Y para eso designa a la peligrosísima
ministra Batet como delegada del líquido Iceta en el Consejo y cuando termine
la fechoría ya inevitable, comenzar en el País Vasco/Navarra la obra de
ingeniería constitucional que respaldan ya en la calle los neoetarras de
Bildupnv, en un proceso idéntico al catalán y que tan buenos resultados está
dando. De manera que expulsada la presunta derecha del poder, es el momento de
iniciar una intoxicación masiva con potitos ideológicos sobre una nueva
Constitución para un nuevo tiempo. Y la redicha Robles controlando el Ejército
para evitar los nervios que supone releer en los cuarteles el maldito artículo
8.1, candidato a ser borrado. De manera que Consejo de Ministros o de
Ministras, que más da cuando el secreto está en la masa.
Pues si te dijera, apreciado maestro mío, que me esperaba cualquier cosa peor… sin embargo no creo que el gobierno de “celebrities” con el que se ha tenido a bien obsequiar a los medios de comunicación respaldado por tan magra y asaz mayoría de 85 diputados, hoy por hoy, no alberguen la más mínima duda del Inexorable condicionante del art. 167.1 del Texto Constitucional (3/5) o en su defecto el no menos considerable escollo del nº 2 del indicado precepto (2/3); más miedo me dá que, más allá de ministerios decorativos, leyes de colorines o iniciativas de barrio sésamo, que de seguro proliferarán cualesquiera de los tres, se utilice el siempre tentador mecanismo del Decreto Ley para liarse a hachazo limpio, aunque no sé, más bien se me antoja una suerte de marketing para recuperar una imagen muy deteriorada por el pasado que un verdadero equipo con iniciativas claras de proponer algo serio; bueno, ahora quizá también les toque hacer lo mismo a otros; Salvame de Luxe podría ser una mina, quien sabe.
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