Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

sábado, 29 de abril de 2017

La Opinión de Javier Pipó

La Azotea

EL RAPTO DE EUROPA (y II)

29 de Abril 2017

      Aquí, la ola purificadora, el huracán que casi todo arrasa, el vendaval que sopla en el Rapto de España quizá consista en caminar de vuelta, cuando todavía no se ha llegado. Hay como cierto desasosiego y añoranza desatada de un pasado que cada uno concibe a su modo y ambas mitades, equivocadas. Los que entonces perdieron y supieron mantener la dignidad, son sobrepasados por sus descendientes que en siguiente generación buscan la revancha y el desquite concibiendo, por ejemplo, una República capaz de satisfacer sus fantasías en el alcance de la por ahora, utopía imposible. Los que entonces ganaron, fueron aprendiendo de sus hijos las ventajas únicas del acuerdo y la transacción para alcanzar un sistema de convivencia civilizado y democrático, ahora en riesgo de radicalizarse. Pero les cunde el sentimiento de minoría mayoritaria silenciosa, desbordada por la dictadura insoportable de lo políticamente correcto que conlleva la mofa continua de los sentimientos, principios, valores, creencias y apurando, quizá modelo y estructura social; hasta desdibujar los símbolos nacionales o la propia identidad unitaria de la Nación. Oponiéndose a los dictados de la ideología de género o a la odiosa, sectaria y guerracivilista memoria histórica se alcanza lugar seguro en el rincón olvidado y marginal de calificaciones con éxito triunfante e incomprensible de franquista o fascista. Descalificaciones unidas a xenófobo u homófobo si de calificar se trata como criminal la expansión yihadista o de insoportable la dictadura LGTB.

      Muchos pues, a derecha e izquierda extremas, comienzan a desconfiar del sistema democrático, tan difícilmente alcanzado, en la añoranza de un tiempo que creen pudo ser distinto pero que roza el riesgo de retroceso al enfrentamiento de trincheras, por ahora ideológicas, pero de reproche continuo, agrio, estéril, cuando no peligroso. Quizá porque hace tiempo se perdió el respeto al sistema democrático. Los socialistas porque extraviaron la brújula ideológica, deambulando desde la centralidad socialdemócrata al zapaterismo amoral y suicida del infantilismo revolucionario. Los nacionalistas catalanes y vascos, a lo suyo que no es lo nuestro. Buscando los unos remedio al punto disparatado de locura colectiva en que colocan al pueblo catalán, culto, desarrollado y de vocación histórica ligada al espacio europeo, queriendo entonar una oda a la alegría que no pasa de charanga encubridora de una burguesía trincona y codiciosa, ahora conducida a la insignificancia por las hordas ácratas y revolucionarias que ya sembraron aquélla hermosa tierra de sangre y fuego. Los otros, los vascos, en la revolución de la diferencia, la insolidaridad y el privilegio siempre escaso, conducido por una burguesía en baja que ahora espera mejor momento para autojustificarse como nacionalismo del fracaso, pero que mientras entiende, ampara y celebra con los artesanos de la paz – por ahora sin territorios, como en Colombia- el éxito histórico de los asesinos, mayoría exentos, hace tiempo en las instituciones. Ojalá no sea en exceso gravoso, lo ya ruinoso del cupo, y otras tantas prerrogativas contrarias al Derecho europeo, con tal que los estadistas populares puedan tener Presupuestos.

         Y los llamados social/liberales de C´s en busca permanente de un espacio que no encuentran porque no existe la equidistancia en tiempos de definición exigible y precisa. Siempre en el escaparate de lo correcto porque apenas tocan poder y lo mismo echan la red al centrado liberalismo que al lodazal andaluz del progreso siempre lejano. Pero les llegará la hora de la verdad antes de lo que imaginan aunque aún no tengan dimensionado siquiera el sistema. Sistema que sí tienen medido y en el objetivo de su asalto los comunistas de Podemos, impacientes por alcanzar el poder para cambiar hasta la raíz justificadora de su existencia, es decir la libertad. Mientras, aprovechan el espacio parlamentario como pista circense de un espectáculo continuo y desarrapado de miseria moral y política, con moción de censura totalitaria o sin ella.

                   ¿Y los populares? En el despojo incesante de las clases medias, masas neutras que decía Costa, creyendo o explicando que hacen reformas y olvidando aquello de Tocqueville  de que el momento más peligroso para un mal gobierno es cuando comienza a hacer reformas. Pero ya me dirán aquéllas que ni rozaron la educación, ni la deriva del sistema autonómico que nada en el descontrol y el despilfarro de miles de entes, empresas y comisiones. O el Consejo General del Control Judicial, inútil y carísimo tanatorio de Montesquieu. Aquí, cuanta más corrupción más legislación, pero por ahora la revolución desde arriba que proponía Maura, viene en forma de detritus institucional, enfangando la vida social; empobreciendo a masas de población; expulsando a los jóvenes al exterior; condenando al desempleo a millones que caen en la desesperanza y la marginación; imposibilitando la recuperación económica; degradando el prestigio de la Nación ante el mundo culto, desarrollado y democrático; igualándonos por abajo en la zafiedad y la incultura. Aquí vivimos la oligarquía de la partitocracia tradicional, de la nueva España oficial que asfixia a la España real y que elaboró un ordenamiento jurídico a su medida, blandito, permeable, relativista, adaptable y orientado hacia la razón de Estado, del Estado corrupto naturalmente.


            Quiero recordar a Von Mises cuando aseguraba que la corrupción es un mal inherente a todo gobierno no controlado por la opinión pública, y aquí, la única opinión es la publicada. Pero el triunfo Macron en Francia es sintomático en sociología política, observando la caída de republicanos y socialistas y la emergencia de un liberalismo desdibujado pero brioso enlazado a un centro izquierda que busca el equilibrio social que da estabilidad, credibilidad y sostenibilidad al sistema. Ojalá eso pueda ser pronto una realidad aquí - siempre en admiración del modelo francés- con la incógnita Rivera apoyado por los populares reducidos a mínimos y con los restos de votantes socialistas en acelerada huida de un Sancheiglesias en manos de Podemos. Sería el rescate de España.        

No hay comentarios:

Publicar un comentario