Artículo que será publicado el próximo día 22 en el Diario “Ultima
Hora” de Mallorca
FINAL DE TRAYECTO
Julián Delgado. Escritor
En Los monederos falsos, Andre Gide hace decir a Hildebrando que los
actos más decisivos de nuestra vida son, la mayoría de las veces, actos
imprudentes. Audibert, su interlocutor, le responde: Es un tren al cual sube uno sin pensarlo y sin haberse preguntado
adónde lleva. E incluso casi nunca se comprende que el tren le conduzca a uno
hasta que ya es demasiado tarde para apearse de él.
Bien podría repetirse
hoy esta conversación entre líderes del Procés,
porque, después de haber pasado treinta años construyendo país y cinco alimentando el ego nacional, removiendo
subconscientes con falsos mitos, impostados héroes, hechos gloriosos
imaginarios, convocándolos a festivas demostraciones catárticas plenas de frenesí
patriótico y reforzando su narcisismo ¿cómo van a decirles a sus enfervorecidas
huestes que se bajen del tren? Ni siquiera les valdría aducir que el resultado
de los sondeos muestra que la gran mayoría de catalanes son partidarios
de seguir siendo españoles con un mayor autogobierno. O que sólo es una pequeña
minoría la que quiere una desconexión unilateral o un referéndum sin pactar. O que
el porcentaje de los que optan por la independencia lleva tiempo descendiendo.
Cuando ven aproximarse el
muro de la ley, cunde el desconcierto entre los viajeros, preguntan alarmados al maquinista qué
maniobra va a realizar para evitarlo o si posee la madre de todas las bombas
para derribarlo. A éste le contrataron para que se estrellara y lo tiene
asumido, los carboneros antisistema, presos del nihilismo de su ADN, no dejan
de alimentar la caldera, un porcentaje de iluminados cautivados por el mito
nacionalista, con los que cualquier debate es estéril, también están dispuestos
a la inmolación. Pero el resto, la gran mayoría de catalanes, además de afirmar
su identidad local, siempre han integrado valores universales, los valores de
la ilustración, el entendimiento, la armonía, el progreso.
A la vista de esas
encuestas, bien estaría que el Gobierno añadiera a la razón de la ley una oferta
política a la Generalitat para empezar a negociar una solución constitucional.
Así, cuando el tren se estrelle, no será solo contra la ley, también lo hará
contra la oferta de diálogo y la razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario