Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

martes, 11 de abril de 2017

La Opinión de Javier Pipó

La Azotea

LA SEMANA
11 de Abril 2017

     
      Pues ya va de paso la singular y parece que imprescindible Semana, con gigantescas oleadas de ciudadanos fieles e infieles, buscando un lugar para manifestar cierto fervor religioso cada vez más crecido aunque no sea difícil averiguar por qué o espacio adecuado donde ampliar la capacidad de consumo y gasto. Y no por criticar, pero ahí tienen La Morada y su Círculo de Espiritualidad Progresista, incapaz de sustraerse a la magia de la Semana y el pasado día 7 – en puertas de las celebraciones cristianas – convoca unas reflexiones sobre espiritualidad y política, con teólogos y teólogas del progreso y su sacerdote jefe Monedero; teólogo también de la revolución que para nada disimula su feroz totalitarismo, odio de clase y deseo de revancha sin piedad. El muy perillán – en plena reflexión de espiritualidad marxista o mejor, leninista- se descuelga con perlas como que él reniega del uso de la violencia, pero Podemos está para “confrontar a los poderosos en el Congreso y echarlos de las instituciones”: es mandato divino subvertir el orden establecido y expulsar a los fariseos del templo. Así pues, la Semana festiva de creyentes o no, es fenómeno que saca de sus casillas a los camaradas de la otra oleada, la fascicomunista de Podemos porque les resulta difícil encajar el desenfreno colectivo en esa odiosa derecha capitalista y opresora, aunque el argumento les desborde por la apariencia de mucha derecha y poco oprobio. Sancheziglesias le llama más prudentemente “clase media y trabajadora” con lo cual el espectro parece más amplio y abordable.

      En cualquier caso es Nación capaz de compaginar bienestar y desigualdad, estabilidad social y desequilibrios estructurales, con el amor a la buena vida y la felicidad. Para nada pues, necesita una pasada por la izquierda totalitaria que le hundiría por generaciones en la miseria y la desesperanza. Pero claro, hay que seguir, volver al tajo y no perder el ritmo, aunque le ponga a uno de los nervios; se requiere temple y entrenamiento para lo que ya se ve como parte de lo que se avecina. Y no solo aquí, también fuera. Ya ven Trump, “el patán”, le viene un momento de sosiego escuchando sabios consejos y bombardea al tirano Assad; ira subsiguiente de Vladimiro RasPutin;  jolgorio de los socios europeos que momentáneamente llegan a creerse protegidos por el paraguas yanqui, sin necesidad de pagar su defensa y amargura en la geografía arqueológica del peor comunismo español sacando a relucir la base de Rota como punto de partida del portaviones con los cazas criminales. Y mientras, fanáticos asesinos yihadistas dejan sin resuello a los despreocupados suecos, incapaces de reconocer estar agujereados en su bienestar, como los alemanes o franceses, facilitando una crónica penosa del atentado y ocultando la foto del niño descuartizado porque no se llama Aylan y no es sirio. Si acaso, un poquito, si se trata de cristianos coptos cazados como conejos por estos fervientes criminales. Primoroso retablo semanasantero.

       Pero hay más en esta Semana de pasión. No me digan no tiene su aquél el sobrevenido tema de Gibraltar que a poco nos hace sentir fervores a lo Serrano Suñer y demás devaneos patrióticos con el embajador británico. Poco interés pueden mostrar los gibraltareños por modificar su ciudadanía desde súbditos de Su Graciosa Majestad – que duplica la renta del territorio circundante- a la de compartidores de emociones con Susana y su gobiernillo rociero. No tiene color. Pero conste, aquí no tanto debe constituir empeño colectivo la soberanía de la Colonia, compartida o no, como acabar con el nido de piratas financieros en que la Roca consiste desde hace más de cien años. Y ahora con el Brexit es momento de comenzar el destaponamiento del embudo de corrupción que comienza en su parte ancha en el Despeñaperros andaluz, para terminar en el sumidero estrecho del Gibraltar británico. Y de lanzarse a una política de Estado- con estadistas inexistentes- para modificar el subdesarrollo de una Comarca deprimida hasta la exasperación, donde no se ha invertido en serio desde el Polo de Desarrollo de López Rodó allá por 1965. ¿Acaso interesa a los britanicogibraltareños una Comarca circundante potente económicamente, próspera y desarrollada, más que sostenedora vital de miles de familias andaluzas? Pues que le pregunten a Moratinos, entre otros estadistas.

      Pero la Semana aún da más de sí para el rezo, implorando la piedad del cielo para concluirla cuanto antes. Porque si nos aprietan por el Sur, por el Norte es para salir corriendo y no parar. Produce escalofrío la patética imagen de los “artesanos de la paz” rodeados de comunistas asesinos no arrepentidos; neocomunistas del peor populismo y desarrapado bolivarismo; tontos útiles compañeros de viaje, representantes de los restos de la burguesía vasca viviendo el final de su exquisita miseria moral y los desubicados socialistas del lugar. Todos juntos en el juego suicida de amparar una historia de medio siglo de oprobio, sangre y lágrimas. Un desastre nacional porque no solo representaron una comedia mentirosa y repugnante, sino que a continuación empezará la monserga de la reconciliación, el perdón y la libertad que negaron a los asesinados y a los miles huidos de aquella hermosa tierra. Mientras, más de la mitad de los crímenes en la impunidad más absoluta; pero todos felices en esta Semana de pasión infinita y trascendente.

      Y por dar, también en la Semana el pintoresco y caro numerito del estadista Puigdemont acudiendo a postrarse ante el ilustre Carter, el zapatero yanqui, que seguramente habrá obtenido un buen pellizco para su Fundación dedicada a sablear a defensores de causas perdidas. Es lo que faltaba al proceso secesionista que llevará a la Nación a momentos de tensión incontenible por la estupidez sublime e inútil de sus ciegos gobernantes, convertidos en contables sin futuro.

      Y así cierro la Semana, antes del domingo. Porque hace casi cuatro años y medio titulé CHACÓN, mi columna La Azotea del “Córdoba” y no me resisto a transcribir el último de sus párrafos dedicados a la política desgraciadamente desaparecida, en esta difícil semana:

        “Por eso resulta refrescante la puesta en escena de Carmen Chacón, estigmatizada por la estulticia del zapaterismo pero que con valentía declara ante la declinante socialdemocracia sentirse rotunda y radicalmente contraria a la independencia de Cataluña…Ante el descaro del PSC y su derecho a decidir, que ella traduce por independencia, duda. Pero ojalá sea capaz de solventar interrogantes inquietantes del socialismo democrático y sepa ofrecer su juventud y madura experiencia en la defensa de los intereses nacionales. Si la dejan.” Descanse en Paz. 

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