Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 29 de octubre de 2015

La Opinión de Javier Pipó. La Azotea


La Azotea de Javier Pipó

GOLPE DE PALACIO

 Hace ya muchos meses que este aficionado al comentario político opinaba que en Cataluña se producía un golpe de Estado lento pero inexorable, imparable. Y hoy me pregunto si efectivamente el golpe está inconcluso o en términos parecidos asistimos a una revuelta, rebelión, motín, putsch o revolución. Pues quizá los acontecimientos de estas últimas horas y los que están por llegar, no dejen encuadrar en ninguna de esas figuras al constituir una mezcla de todas ellas. Pero por afán inútil de ubicarlo al menos en la teoría me hace concluir encontrarnos en algo parecido al “golpe de palacio”, de antigua circulación por la literatura política. Y ello en la consideración de su encabezamiento y guión marcado precisamente por el propio representante del Estado golpeado al que se suma con entusiasmo ese personaje turbio que dice presidir el Parlament.. Y quizá prefiera esta expresión al resultar coincidente con la "técnica del golpe de Estado" de C. Malaparte, solo en cuanto a que sus protagonistas son elementos del propio Estado, pero también al diferir ampliamente en cuanto a su carencia absoluta de sorpresa.

Eso desde luego. Este golpe de palacio es cualquier cosa menos sorpresivo. Porque hace casi tres años de la declaración “de soberanía y del derecho a decidir del pueblo de Cataluña” que estableció unilateralmente su Parlamento, dando comienzo de forma decidida al “proceso de desconexión”. Así, ignorando con desprecio la STC 42/2014 dan un paso decisivo el pasado día 27 presentando una propuesta de resolución parlamentaria que como consecuencia del resultado de las elecciones de septiembre, obtenga mandato suficiente para iniciar la desobediencia al ordenamiento jurídico del Estado, empezando por la propia Constitución y las resoluciones y sentencias del Tribunal Constitucional. Y además, estableciendo plazo de treinta días para tener aprobadas leyes esenciales referentes a la Hacienda Pública y el sistema de Seguridad Social del nuevo Estado. Estamos pues ante un desafío hasta el momento triunfante, más que ante una provocación, que también, como dice el Presidente del Gobierno de España.

Así pues es hora, no de lamentar el penoso espectáculo de un Estado huido de Cataluña desde hace décadas o de gobiernos incapaces de modificar la Ley Electoral que por si fuera poco les obligaba a pactar con independentistas o del gobierno traidor de ZP y su estúpida puesta de rodillas ante el levantamiento o de un Gobierno petrificado como el de Rajoy que encima financia el desafuero y amenaza con dictámenes de los servicios jurídicos.

No es hora nuevamente de mantenerse en guardia ante el Tribunal Constitucional pendiente de la presentación de un nuevo recurso porque cuando se dicte Sentencia será tarde, seguramente insuficiente y jamás aceptada, ejecutada ni cumplida. Y además se está haciendo recaer sobre la jurisdicción constitucional la responsabilidad de enmendar las carencias, errores y a veces desafueros de la clase política.

Me parece adecuada la pretendida reunión de los que dicen sentirse preocupados y requieren unidad de acción. Pero nunca será con la emoción, el sentimiento y la responsabilidad de aquellos Pactos de la Moncloa, hace 38 años, en circunstancias muy difíciles, como ahora. Porque ya ven la fortaleza españolista del nuevo socialismo de Sánchez que ni tan siquiera puede garantizar la unidad de pensamiento en todo el territorio. Al final, la historia volverá a escribirse como en los últimos doscientos cincuenta años, entre los defensores del parlamentarismo, la libertad y la democracia y sus adversarios.  

Es hora de la actuación de la Fiscalía de oficio, presentando querellas contra los actores por ahora principales, con o sin resolución parlamentaria a la criminal propuesta. ¿A qué espera? Estamos ante un delito de rebelión o cuando menos, ante la provocación - que dijo Rajoy- la conspiración y la proposición para cometer rebelión, también punible a la luz del artículo 477 del Código Penal. Y otra cosa será la aplicación del artículo 155 completo del texto constitucional, que sin duda habrá de llevarse a efecto, estén o no las Cortes disueltas y más en concreto el Senado y su Diputación Permanente, sin duda con capacidad de actuación conforme a su Reglamento.      

Creo era Nietzsche el que opinaba, quizá con alguna desmesura, que la locura individual es cosa rara, pero en grupos, partidos, naciones y épocas, es norma. Espero no demos la razón al filósofo gigante, tras los acontecimientos gravísimos que se suceden en Cataluña.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario