El BLOG de Javier Pipó
EL POLLO CATALÁN
Se siente asco, pero también
temor y pena, mucha pena por el tiempo histórico perdido durante años de construir
en la inutilidad. Ya sé, se lograron cuarenta años de convivencia pacífica sin
más sobresalto que la frialdad asesina de ETA amparada por la insensata
burguesía nacionalista. Pero hasta el posibilismo comunista, que poseía un
pasado más negro que el que trataba de sustituir, contribuyó a una España que
por vez primera en la historia del constitucionalismo lograba el periodo más
continuado y fructífero de paz y bienestar creciente.
Pero cuando se remonta una
crisis profunda y arrasadora como ésta, se aprecia con claridad aterradora el
detritus que queda en el fondo de un sistema débil, vulnerable, no
interiorizado en el gentío, incluso despreciado por quienes deberían ser
protagonistas y beneficiarios, y su feroz salvaguardia. Porque aquí,
desgraciadamente prevalece la envidia, el egoísmo, la soberbia colectiva, que
impide a la casi mayoría contemplar un horizonte más hermoso, un destino mejor
como pueblo, como Nación insertada en Europa, en la mejor isla universal de
democracia, libertad y progreso.
Pero no parece posible poder
prolongar esta primavera de gloria colectiva. Son muchos los enemigos, no tan
desconocidos, tocando flautas que solo entonan melodías cansinas, pegadizas y
arrolladoras como en Hamelín, que terminarán por arrastrar al abismo todo un
pueblo tan desnortado como carente de principios sólidos de moral social, o
cuando menos solventes, y de conocimientos políticos adecuados o tan siquiera
útiles. La democracia se conquista mediante la evolución del proceso histórico;
la educación en valores y principios y la constatación de un pueblo capaz de
valorar que vivir en libertad constituye la forma más civilizada y suprema de
convivencia humana. Y en consecuencia se encuentra en vigilia permanente para
lograr que esa forma de convivencia se mantenga y desenvuelva hacia el futuro las
gigantescas posibilidades que contiene y de proyección obligada hacia siguientes
generaciones.
Pero ya ven la tragedia
catalana, avocada al desastre o cuando menos al enquistamiento baldío,
ahistórico, reaccionario. Es el asalto al Estado por la vanguardia de chifaflautas,
guiados por un iluminado que despojado de la corbata descubre su progresismo
reprimido e inservible. Pero no crean, porque llegar a esta situación de burla insoportable
a la Justicia, chulería infinita a las instituciones y engaño masivo a la
población, ha sido posible por el cobarde silencio de los intelectuales, el
egoísmo plomizo de los empresarios y financieros, la cobertura de las
sacristías y la uniformidad totalitaria de los medios de comunicación. Primero
se asalta los medios hasta su control, para así, dirigir la cultura
unidireccional del nacionalismo impuesto; totalizador del pensamiento único.
Y la reacción del Estado
apenas perceptible. Está dirigido por un Gobierno enmustiado que tras alcanzar
una mayoría imposible, le discuten hasta el único y brillante éxito de su
período, con los mejores resultados de recuperación tras la laminación traidora
del zapaterismo. Gobierno cuarteado por la división de figuras tan brillantes
como de insoportable soberbia que no saben plegarse con humildad a la función tan
trascendente como imprescindible de su responsabilidad. Y un Partido silente,
sin nervio, dirigido por pusilánimes, incapaces de entender la fuerza esencial
y definitiva de una mesocracia, protagonista de la historia desde comienzo del
pasado siglo.
Y ya digo, no nos puede enorgullecer
esta clase política tampoco en la otra orilla. Fíjense en C´s, un Partido inexistente
como tal, sin contenido programático, salvo la idea de España que debería ser
común y que igualmente apoya a populares que a socialistas - como en Andalucía
- en función de la cercanía e identificación ideológica del dirigente ocasional.
Sin embargo, una formación tan inconsistente como evanescente puede constituir
la llave gobernadora de los próximos años, aunque cualquiera puede adivinar por
donde discurrirá el rigodón que se prepara.
Porque claro, Susana, la
Presidenta, despejado por disolución judicial su calvario de corrupción, limitado
a lo estrictamente imprescindible aunque el descubrimiento de un pastel sobre
otro fuera de ayer y afectara a su egregio mandato, puede lanzarse al tierno cuello de Sánchez
para rebanarle su débil liderazgo. Y además, dejar decretado que el modelo es
el suyo, con el mayordomo Marín o algo así, y su inocente muchachada, sobre
todo tras el patón de Zapasanchez incorporando otra revelación del oportunismo
político llamada Lozano tras el vistoso oportunismo militar de la comandante. Un
primor de panorama.
Y así las cosas, el pollo
catalán que decía ese demócrata europeo llamado Baños o parecido, está a punto
de degustación en el banquete que nos preparan los patriotas de la butifarra.
Menos mal que cuando llegue enero, un Gobierno de progreso dialogará sin fin, en
esta y la otra orilla del Ebro. Aunque haya finalizado la digestión del pollo.
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