Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 24 de septiembre de 2015

Otras Opiniones. Julián Delgado


Artículo que el Diario “Última Hora” de Mallorca, publicará el próximo sábado día 26

Elecciones contaminadas

Julián Delgado

En Cataluña se ha instaurado una democracia totalitaria, también llamada fascismo postmoderno. Es a la que se refiere J. Talmon (1916-1980), en la que se prioriza la figura del colectivo por encima de las libertades individuales; aquella en que la fuerza  hegemónica se comporta como partido único, la que impone su ideología y modelo de sociedad, a los que los ciudadanos se deben amoldar si no quieren verse discriminados. Los que se oponen a asumir los estereotipos identitarios son considerados traidores,  fascistas y deben ser desposeídos de sus derechos ciudadanos. Han convertido la información en propaganda, controlan los medios de comunicación públicos y privados, sometidos a una vergonzosa servidumbre voluntaria, en los que no cabe el disentimiento y se ridiculiza al disidente. De ellos se sirven para la creación de mitos y la exaltación nacionalista. Convierten los actos institucionales en jornadas partidistas, recurren a los movimientos de masas porque su fervor patriótico amedrenta a los enemigos e hipnotiza a los leales, les llena de euforia, les transforma en protagonistas de la historia. Se apropian de las instituciones y abducen incluso a jueces, que lo mismo les redactan una Constitución en sus ratos libres que miran hacia otro lado y no cuestionan el uso que se hace del dinero público.       

Pretenden construir un nuevo Estado basado en la exclusión y el resentimiento, rompiendo la convivencia: dividen a la sociedad en buenos y malos; alegan falta de libertad y asfixia económica cuando gozan de un autogobierno como jamás disfrutaron, sin parangón en Europa, y cuando viven el periodo de mayor progreso de su historia.  

El resultado de vivir bajo el yugo del discurso único, del dogma y de la consigna es la adhesión, el sometimiento y el miedo. Parte de los catalanes viven atemorizados, con miedo a emitir sus opiniones en público, a no poner la estelada en el balcón,  a negarse a ocupar su sitio en la formación de la Diagonal, a pedir la escolarización de su hijo en castellano… 

Ante este abuso de poder, ante las coacciones de un Gobierno que ha instaurado el odio y el miedo como herramienta política, el resultado de las elecciones de mañana estará viciado de raíz.   

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario