Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

miércoles, 23 de septiembre de 2015

La Opinión de Javier Pipó


 

La Azotea de Javier Pipó

DE LOBOS Y PRECIPICIO

 

Dice el proverbio, “al frente el precipicio, los lobos a la espalda”. Algo así como entre la espada y la pared. Y quizá sea la sensación que muchos tenemos de la situación borde a la que se enfrenta la Nación española a cuatro días de las elecciones golpistas de Cataluña y a poco menos de noventa de las decisivas generales de diciembre.

Y puede que alguien o muchos, consideren exagerada la apreciación, pues ni las elecciones catalanas – dirán – van a suponer cambio alguno del mapa constitucional, Cataluña es pueblo sensato y las elecciones no pasan de autonómicas, ni de las generales puede derivarse cambio de rumbo económico o social significativo, aunque se traspase el poder a la izquierda radicalizada, aliada de la que ya estaba suficiente y poniendo en última instancia a Grecia como ejemplo.

Pues fíjense, precisamente al dirigir los ojos hacia el país heleno es cuando las alarmas no paran de sonar con estridencia. La nueva victoria de los radicales - casi igual su carácter o no de arrolladora - estaba cantada, como su alianza con el extraño partido de derecha extrema “Griegos Independientes” del enigmático y bon vivant Kammenos, que con menos del 4% de los votos logra que el comunista Tsripas logre la mayoría absoluta sin traspasar el 40% de los sufragios. También indiferente resulta, si es el sistema el que les facilita alcanzar esa mayoría al regalar nada menos que cuarenta escaños que no les otorgó el votante. El sistema se los da y contra el sistema se reúnen en pública alianza. Pero ya ven, el nuevo rescate rondará los 240.000 millones y las garantías se desdibujan velozmente y comienza a oírse voces diciendo que la deuda imposible hay que volver a rebajarla o no pagarla. Es decir, transformarla en ilegítima. Y en todas estas maniobras el desempleo ya está en el 26% y la economía reducida en un 25%. Pero este festín de un sistema al que se dejó crecer el cáncer de la corrupción en manos de salvapatrias, hizo un pueblo indolente creído en sus derechos inmutables con cargo a un Estado en bancarrota perenne, que deben financiar los demás europeos. Y además, esperando el resultado de las elecciones en España para formar un eje de homogeneidad ideológica que ponga en el Estado autoritario y total, la medida de todas las cosas y en lo colectivo, el objeto de todas las políticas. Y que transforme Europa en lo que no es y nunca se concibió. Es el comunismo populista y reaccionario que vuelve con la fuerza arrolladora que le proporciona la debilidad e incoherencia de las democracias tolerantes con quien quiere destruirlas y el impulso de los nuevos poetas que con facilidad movilizan a los pueblos. A los pueblos los mueven los poetas decía José Antonio, no Labordeta, sino Primo de Rivera.

Ahí tienen el ejemplo del poeta Mas, paradigma de quien desde la desnudez de principios cívicos, desde la estulticia de planteamientos, desde la ausencia de lealtad constitucional y respeto a las reglas de convivencia democrática, desde la traición al Estado al que representa, ha logrado en tiempo récord embaucar a su pueblo con un discurso emocional y diferente pero radicalmente efectivo. Es verdad que ya traía un largo trecho construido contra la Historia y hundido en la corrupción pestilente de la dinastía Pujol o de los tenebrosos tripartitos. Pero a pesar de ello y con la indiferencia que asusta de un pueblo ante el abismo que se divisa, ha logrado desconcertar al gobierno de un Estado consolidado, antiguo y arraigado. Es verdad, a este y a los anteriores, desde que entró en vigor una hermosa Constitución con agujeros negros siderales, incapaz de mantener la integridad de la Nación, objeto de su razón de ser. A cuatro días y el Gobierno, que no contaría con la oposición torpemente liderada por el inefable Zapasanchez cualquiera que fuera la decisión a adoptar, desconoce si sería eficaz algún plan mínimamente coherente, para el supuesto de una declaración unilateral de secesión. Ni tan siquiera se le conoce alguno y si lo tiene sería igual porque carecería de valor para ejecutarlo. De manera que la importante batería de instrumentos sacados del articulado del propio texto constitucional resultan innombrables y en consecuencia inútiles. Al fin y al cabo la Constitución se incumple con desfachatez y se está de acuerdo en que gran parte de su articulado es letra muerta. Y de nada sirve ya enumerarlos. Y claro, el debate termina en días postreros solo en reproches a cara de perro y en contenidos que avergüenzan la propia filosofía política de los Estados democráticos europeos. Al final este Gobierno, ignorando su grave responsabilidad histórica solo propone como solución una reforma del TC que posiblemente se la invalide el propio Tribunal Constitucional. De manera que llegaremos al abismo hostigados por los lobos del nacionalismo que pastorea su ilustre traidor y poeta.

Y con estos planteamientos encararemos las elecciones generales de Navidad, donde otro poeta de la coleta al viento del declive nacional, procura limar las asperezas de su discurso profundamente reaccionario, para conducirnos al abismo o colaborar en el hundimiento acelerado de la otrora importante Nación española. Y para ello contará con la inestimable comprensión y ayuda de un aprendiz de estadista peligroso e inútil donde los haya, capaz de poner lo que quede de España y su dignidad en almoneda con tal de alcanzar la Presidencia. Ya me dirán si sirvió el esfuerzo por evitar la pobreza y el desprestigio internacional que a la vista nos puso ZP. Con sus mimbres se hizo el cesto de Sánchez que lo llevaremos al cuello cuando por el abismo caigamos con vértigo, pero cantando las alegres canciones de vino y rosas, junto a nuestros colegas griegos y perseguidos hasta el final por los lobos de la estupidez colectiva. Pero eso sí, con los libros de contabilidad en regla y al día.                

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