La Azotea de
Javier Pipó
FRÍO DE
INVIERNO
Cualquier
cosa menos que la situación no resulta determinante. Vencida la asfixia del
verano comienza el estrés emotivo del otoño y veremos si entramos en invierno
con lo puesto. No nos faltará de nada para competir por mantener nuestra
ilusión ciudadana a tope. Y desde luego para el comentarista sin vocación
fabulista, cada día tiene tema a mano con la mera observación de una realidad a
veces áspera, cuando no difícil. Siempre, desgraciadamente dramática.
Y
digo esto porque de forma inminente viviremos un original golpe de Estado
votado masivamente, proveniente de una extraña y bien estructurada gestación de
diez años; unas elecciones generales donde no se elegirán parlamentarios que
dentro de discrepancias necesarias defiendan un marco social y constitucional
no discutido, sino más bien un cambio profundo de modelo respaldado por una
nueva Constitución, ya veremos si insertada con el calzador de la
intransigencia. Y las consecuencias que están por llegar una vez superada la
ola de buenismo solidario que inunda Europa incluyendo España.
La
Diada es como el NODO del golpe, llena de fervor patriótico con semejanza progresivamente
identificada con la estética distintiva del fascismo o el comunismo. Vean si no
esas formaciones geométricas y coloristas desfilando ante el mito, entre
cánticos de exaltación nacional a la espera de un futuro prometedor de pueblo
libre liderado por una vanguardia de la mejor élite popular. Franco no
conseguía mas que unos miles de entusiastas vestidos de blanco en las
demostraciones sindicales del Bernabéu, pero sí lo consiguieron los
nazifascistas o Domingo Perón y Mao; o el inmortal Castro o el pirado Kin
Jong-un y desde luego el amigo gorila de Pablete, el añorado Chávez.
Un
poco de miedo sí da porque si la lista por el Sí une ahora comunistas y orondos
empresarios del arancel ya veremos cuando la tragedia se materialice, porque
faltarán caminos para penitenciar de rodillas hasta Montserrat. Pero esto no
hay quien lo pare como no sea la Guardia Civil comandada por Soraya y su equipo
de Abogados del Estado. Sí, ya se que Cataluña debate en la ruina sostenida por
Montoro y ciertamente habrá que esperar y temer el referéndum británico sobre
su permanencia en Europa. Habrá que esperar seguramente el desenlace de la ola
invasora de las fronteras europeas, con algunos sirios asignados a Cataluña
aunque no sepan catalán. También es cierto que parece abrirse paso – 37 años
después- la distinción del art. 2 de la Constitución entre nacionalidad y
región. Ahí está F. Glez. separando identidad nacional de nación, que ya es
finura. Pero no teman, es imposible se deje impresionar por el “catalanismo”
bobo de Zapasanchez e Iceta. Pero bueno, pasaremos un otoño de infarto esperando
con preocupación inmensa como el Gobierno de España acaba con la rebelión en
ciernes. O la rebelión con el Gobierno. Con éste o con el que se espera, amigo
sin duda.
Y esa
es la gran cuestión. Lo que pueda ocurrir como resultado de unas elecciones generales
de resultados aparentemente cantados. Y además, tras las catalanas. De manera
que si no quieres caldo, taza y media. Y el capital comenzó la fuga, ya ven la confianza
en la sabiduría popular. Y la prima de riesgo otra vez en las nubes, ya ven la confianza
de los acreedores. Y el déficit en su mejor incumplimiento y como consecuencia,
la deuda en el más alto nivel desde que se mide, aunque en este caso sin problema
porque si los jurados populares determinan que es ilegítima con no pagarla desaparece
su peso agobiante. Menos mal. Y si alguien duda del interés de Sanchez por unirse
a los comunistas demócratas de Podemos para acabar con Rajoy, desconoce el virus
suicida que anida en el intestino y en la vacía cabeza política de este digno
sucesor de ZP. Y esperen poco de la posibilidad de C´s apoyando el
sostenimiento del sistema e impidiendo su aniquilación por los enemigos de la
libertad. Aquí en Andalucía ya alcanzaron la dignidad de palmeros del
susanismo. Ya están casi maduros para la herencia.
Y mientras
irá en aumento la tragedia humana que representa sucesivas oleadas de seres
indefensos buscando salida a la supervivencia, sin más patrimonio que el
instinto de conservación. Así ocurrió a lo largo de la historia y solo nos
queda el relato de los libros y en consecuencia el conocimiento de su
existencia. Pero en la era de la información inmediata, en directo, aguantar
como un niño yace cadáver lamido por olas indiferentes, mientras el reportero
graba la escena para poder servirla mientras almorzamos cómodamente instalados,
resulta insoportable para quien posea un mínimo de sensibilidad y carezca de
las criadillas del carnero.
Pero
ahora parece como si las conciencias de españoles y europeos a flor de piel,
fuesen capaces de construir un mundo de justicia con la sola contemplación de
la injusticia, como si el mero voluntarismo fuera capaz de restablecer los
equilibrios de un mundo desigual desde siempre. Como si ahora, conocer la
realidad de un mundo convulso y feroz, fuera por sí mismo capaz de cambiarlo. Queda
mucho por hacer para muchas generaciones, hasta conseguir un giro a la suerte
de los seres humanos. Ojalá el avance gigantesco en la lucha contra el hambre,
el analfabetismo, la injusticia, el atropello de la dignidad, el respeto a los
derechos individuales y colectivos o la incorporación de millones de personas a
un mínimo bienestar compatible con la felicidad, continúe su avance como en los
últimos doscientos cincuenta años de historia acelerada de progreso humano. Es el
afán de dominar la naturaleza y ponerla al servicio de los semejantes.
Pero
habrá de superarse el choque emocional que produce asistir al asalto a la
Europa del bienestar por un ejército infinito de desarrapados que huyen
asustados de la miseria que siempre tuvieron, pero ahora aventada por una
guerra furiosa y devastadora, imparable y medieval. La guerra del islamismo
ahistórico contra la civilización cristiana y occidental. Es la venganza de un
primitivismo resentido en lucha feroz contra quien hace ahora quinientos años
lo alejó de las fronteras de un mundo mejor y distinto. Nada resolverá acomodar
160.000 porque empujaran otro millón u otros millones, hasta colapsar la Europa
del bienestar que verá trastornado su modelo de vida y su progreso. Será el
triunfo del islamismo porque solo una religión monoteista puede prevalecer. Y a la postre la religión como el
nacionalismo son capaces de las peores y más sangrientas confrontaciones. Es
frío de invierno crudo.
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