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sábado, 19 de septiembre de 2015

La Opinión de Javier Pipó

 
La Azotea de Javier Pipó
EN EL UMBRAL DEL OTOÑO
19 de septiembre 2015

Menudo fin de verano y comienzo de triste otoño se nos presenta a los ciudadanos de esta celtiberia show que tan divinamente describiría el maestro Carandell. Ya ven, se amontonan en el mes tres hechos singulares y un apéndice que sirven de pórtico y quizá condicionante de las elecciones generales de Navidad. con las que se despide la Legislatura de los contables.

Mañana, las elecciones griegas que suponen el rigodón de un pueblo desnortado que con necedad llegó a creer en el cuento de la mancha de mora que con mora se quita. Un pueblo al que solo hablaron de derechos porque las obligaciones eran a cargo del Estado. Menudo fraude avalado por agitadores internacionales que pretenden acabar con lo que queda de la vieja y soñadora Europa, dividiéndola entre el austero y próspero luteranismo/calvinismo del norte y el decreído y alborotado sur. Es la pretensión de la bocanada de autoritarismo reaccionario, iniciada por la extrema izquierda radical de Syriza hermanada con Podemos, apoyada por la extrema derecha y comprendida por ahora, por el nuevo y espero efímero laborismo británico. De prosperar y no resulta descabellada la especulación, junto a la temida y posible huída del Reino Unido, supondría el fin acelerado de la Europa que aun cree, dentro de su declive, poder mantener la antorcha del progreso y la libertad.

Y el hecho que no cesa ni cesará por ahora, salvo que intervengan los norteamericanos, es el asalto de lo que serán millones de migrantes que empujados por las hordas criminales del islamismo radical, ganarán la guerra de la ocupación del espacio europeo sin necesidad de enfrentamientos en el campo de batalla. Mientras, la ola de buenismo solidario que sin saber como resolver la situación, da la bienvenida con creciente entusiasmo a lo que a no mucho tardar y conforme penetren millones de seres necesitados demandando trabajo, sanidad y educación, es decir dignidad, comenzará la respuesta xenófoba y la agitación. Eso sí, el asalto a Europa pone de manifiesto como la huída desesperada desde los países desarbolados por el fanatismo, se dirige hacia el vértice de la prosperidad y la democracia. Es decir, la Alemania de la nazi Merkel y los centros de decisión de los banqueros de la Troika, de los dictadores del mercado. No parecen atraídos por los países que gozan o gozaron de paraiso comunista, sabedores de la ruina económica que viven y la devastación moral en que aun se debaten. El ejemplo, no precisamente solidario, de las naciones del antiguo telón de acero y de la Rusia gobernada con puño de acero por Putin, antiguo KGB, resulta cuando menos evidente.

Y el próximo domingo las elecciones catalanas, plebiscitarias aunque legalmente lo sean autonómicas. Claro, lo son en función del resultado y de las consecuencias. Por Pujol, sus parientes y discípulos - es decir, los protagonistas de la putrefacción del sistema y aún en libertad - del ultimo acto de un proceso que pretendidamente sea el comienzo de un golpe de Estado anunciado y seguramente televisado. Pero aquí, como decía Machado, se miente más de la cuenta por falta de fantasía, porque también la verdad se inventa. Y es que produce algo más que indignación, sea en la última semana cuando se decida reformar la Ley del TC, como si en Cataluña en treinta años, alguna vez se hubieran cumplido sus Sentencias. Y con esa puesta en escena cuando menos patética, resulta inexplicable, o no, por mucho intento de justificación. Y los empresarios-banqueros y los otros, con explicaciones y amenazas extemporáneas y sospechosas. Como los llamados apoyos de los dirigentes del mundo. Puramente retóricos y menos válidos que la diligente diplomacia de Margallo. Ya no sirve decir que aunque sea con formas manifiestamente mejorables, había que hacerlo y se hizo. Quizá el proceso simplemente se aplace, pero no terminará en tanto en cuanto España siga huyendo de Cataluña. Quizá la densidad y globalidad de los intereses económicos en juego logren lo que no pudo la ilusión de un pueblo, mantener unida la Nación, aunque sea provisionalmente.

Y también en esta entrada del otoño, llevarles a su ánimo que desconozco la ventaja que los andaluces hemos obtenido incorporada Susana a las tareas de gobernanta o por mejor decir de mujer de Estado, tras el descanso maternal felizmente conquistado. Creo no son muy apreciables, salvo para sus nuevos socios los "Ciudadanos". Es verdad que ese aprendiz de brujo o similar llamado Marín o parecido, jefazo de C´s/Andalucía, se sentirá aliviado porque las explicaciones que pueda dar sobre su firme alianza con los socialistas quedaran mucho mas claras si parten de la Presidenta. Es quien le dirige y elabora los criterios. Él no lo tiene demasiado fácil, pues aunque sabe que ya dejó de formar parte del gobierno progresista de su pueblo, lo recuerda como si fuera ayer mismo y la adaptación no es nada brillante. Sostener todo un régimen, con un pasado y un futuro es cosa de mucha responsabilidad y se presta a continuas vacilaciones.

Y fíjense, el matrimonio de feliz conveniencia entre socialistas y C's es mejor sin duda alguna, que la mezcla contra natura con esa amalgama disolvente y liberticida de Podemos. De manera que en este caso Susana actuó como estadista, con visión de futuro y a favor del mantenimiento del sistema. Es verdad, sistema pendiente siempre de regeneración, pero preferible al páramo resultante de un Estado autoritario capaz de reducir a escombros la dignidad humana, la libertad esencial y su capacidad de autodeterminación. Pero bueno, Susana no está para jugar a fabulaciones mas o menos historicistas. Pero sí para en vez de engullirse a Ciudadanos como hizo con los andalucistas o izquierda unida, plante genio ante el melifluo e inútil Zapasanchez y le impida cometer errores irreversibles antes de hundir la socialdemocracia. No le pase como a la paloma de Alberti, se equivocaba, por ir al norte fue al sur, creyó que el trigo era agua.

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