Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

sábado, 3 de agosto de 2013

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA

EL  PATRIOTA



El pasado día 21, en mi comentario titulado LO QUE VIENE, pedía la comparecencia de Rajoy ante las Cortes Generales o así, para “explicar lo que pueda y deba, pedir perdón y presentar la dimisión sin condiciones”. Y añadía, “eso es lo que haría un patriota”. Pero claro, como advertía Bergamin, detrás de un patriota hay siempre un comerciante y Rajoy prefirió, antes de recibir el presumible lanceo de la oposición, presentar las cuentas aseadas y preparadas para amortiguar lo que vendría después.

Y después venía el llamamiento a la mayoría, reclamando imperiosamente la más eficaz colaboración para alcanzar la felicidad. Es decir, solo un poco y mesurado amor a la patria pero sin olvidar a Quevedo quien astutamente señalaba como aquél, siempre daña a la persona. Total, que su inútil llamamiento fue un discurso hermoso, sólido, bien construido, repleto de mensajes dirigidos a una mayoría de ciudadanos demócratas, felices al comprobar como la dirección, confiada en impecables elecciones, con instituciones respetuosas con la ley y el derecho y un poder judicial independiente, lleva a la Nación a la prosperidad y la libertad. Puro espejismo de patria celestial. Como si nada hubiera ocurrido o pueda ocurrir, en acto de sublime soberbia enfatiza que no dimite, ni dimitirá, ni convocará elecciones, que es lo que faltaba.

Miren, profeso la mayor admiración por Rajoy, al que creo un hombre íntegro y honesto, inteligente, prudente, demócrata y gran parlamentario, pero nunca debió pasar de Ministro. La falta de decisión y coraje hacían presumir una legislatura difícil y presta al ataque despiadado e irresponsable de nacionalistas y liberticidas, no dispuestos a una nueva etapa Aznar repleta de decisiones e ideología. Y eso a pesar de la coyuntura de horror ante el retroceso histórico y el penoso error de los años negros del zapaterismo. Pero Rajoy no es imprescindible para la democracia liberal y el centro derecha, que sí lo son para la perdurabilidad de la Nación española. Las democracias avanzadas son sistemas de opinión pública donde la prensa libre juega un papel esencial en el control del poder, en un juego implacable de contrapoderes. Y ello requiere respeto y sensibilidad, admitiendo el error cuando se produzca, reconociendo el daño que siempre se ocasiona y con independencia de los reproches penales que procedan.          

El resto de la legislatura, veremos hasta cuando, será un infierno, vacío e ineficaz, de acelerado deterioro, en situación de suma delicadeza económica, social e institucional. Y cuando se convoquen elecciones nos veremos abocados a un temible frente popular, donde se ajustarán las cuentas pendientes y nos hundirán en una sima casi insalvable de pobreza, desprestigio internacional y desesperanza. Cuando Rubalcaba subió a la Tribuna con el disfraz de indignado, todo hacía pensar en el fin del imprescindible bipartidismo, en una estafa institucionalizada, en inexorable cuenta atrás, en malo y peligroso juego de patriotas.  


 





No hay comentarios:

Publicar un comentario