LA AZOTEA
EL CRÍTICO VERANO
El comentarista de opinión debe
también tomarse unos días de silencio en este caluroso verano, contribuyendo a
rebajar la tensión de los meses vividos. No obstante dejo testimonio de
mis inquietudes veraniegas en este Blog, para quien tenga la generosidad de
leerlas cuando se incorpore al que será ardiente otoño que nos espera.
Hombre, hay datos muy positivos
que habrán llevado la alegría a miles de familias que encontraron trabajo con
esta o aquella regulación laboral, eso desde luego. Alegría por las noticias
tan favorables de la balanza de pagos, sin dudarlo. Por la prima de riesgo a la
mitad de hace un año, eso nadie lo pone en duda. En consecuencia, salvo los
irreductibles antisistema o los muy sectarios, todos miramos al cielo por si
nos ayuda a salir de la situación y nos volcamos en autofelicitaciones sobre lo
que parece una cercana superación de la crisis. Pero llevamos ocho trimestres, es
decir dos años, en decrecimiento continuo. Es que casi da igual, en términos
macro, si son cinco y medio o seis los millones de parados, duplicando en
cualquier caso la media europea.
Las previsiones para nuestra
Nación en los próximos años, del FMI y de Bloomberg, son tan pesimistas que nos
erizan los pelos y el desasosiego resulta inevitable ¿Por qué nos ubican detrás
de Grecia y Portugal en perspectivas? ¿Nadie está dispuesto a sacar conclusiones
de este desastre e intenta poner remedio? ¿Se puede seguir gastando el
doble de lo que se ingresa? Eso supone más deuda; más gasto en intereses; menos
inversión – la Junta de Andalucía tiene prevista una reducción del 21% este
año- más paro; menos cotizantes; más impuestos y de nuevo, más déficit. Un
círculo infernal en el que nos quiere sumergir la izquierda radical antisistema
y los nacionalismos reaccionarios.
Pero ojo porque el déficit, que
aumenta sin control, ya alcanzó en seis meses, lo previsto para doce. Y
llevamos veinte meses en que nadie se encara con valentía y patriotismo a
reducir un Estado insaciable, comelotodo y gordinflón, que nos lleva de forma
inexorable a una ruina cierta. Estamos contemplando el triunfo
maldito de un Estado ineficaz, imposible de financiar, compuesto de diecisiete
agujeros negros dedicados al gasto innecesario, al pago de prebendas y favores,
saturado de instituciones y entes creados antes de la función a desempeñar, de
miles de aficionados agarrados a la nómina y al privilegio. Todo ello, envuelto
en una nube pestilente de corrupción e impunidad. Es una ola indigna de
antipolítica y desvergüenza que ha reducido a chiste de mal gusto la dedicación
noble y vocacional del servicio público. Pero los pasos van en dirección
contraria. Ahí tienen la última reunión del Consejo de Política Fiscal y
Financiera. Se lo podían haber ahorrado porque no aconseja al Estado sino que
lo amedrenta: cada parte y son diecisiete, va a lo suyo. Y el único que debería
velar por los intereses generales, el Gobierno, pues no hace sino facilitar la
centrifugación de aquél.
De modo que, por ejemplo, los
anticipos excedidos sobre los ejercicios 2008 y 2009, concedidos por Zapatero –
al final se convertirá en el Guzmán El Bueno de la democracia – se devolverán
en 20 años en vez de los 10 previstos. O nunca. ¿O es que alguien considera que
los FLA 1 o 2 o 3, o los que vengan, los devolverá alguna Comunidad? Pero ya ven en lo que quedó la
Ley de Estabilidad Presupuestaria. Una guasa con aspavientos. Y si en 2009, en pleno bullir del
disparate, se crearon o consolidaron Fondos de financiación tan vacíos como el
de Garantía, el de Suficiencia o el de Competitividad, pues ya se habla de un
nuevo sistema que sin duda agravará la situación pero alargará la agonía hasta
la llegada de los puntilleros.
Pero no son minucias. En 2011,
últimos datos definitivos, el Estado transfirió a las CC.AA. casi 105.000
millones de euros, de los que el 18% vinieron a Andalucía cuyo presupuesto en
2013 es de más de 30.000 millones. Y ¿cómo piensan financiarlo? Seguro que la
respuesta está en los presupuestos de 2014, donde Valderas tiene la palabra, Susana
Díaz la sonrisa facilona y nosotros pondremos la paciencia y el dinero. Pues nada, que siga el festín que
ya vendrá Europa o los americanos a sacarnos de la miseria y de camino salvar
la democracia.
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