Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

martes, 23 de abril de 2013


Versión reducida publicada en el "Diario Córdoba" el día 23 de Abril de 2013

LA AZOTEA

EL SOMBRERO DE TRES PICOS
Javier Pipó


En mayo pasado escribí haciendo referencia al comienzo del experimento andaluz a cargo de un vivo político de cultivada estética guevarista, mezcla de estalinismo y castrismo que dirige Marinaleda por la senda de la utopía, a medio camino entre Tomás Moro y Carlos Marx, la comunidad cooperativa y el socialismo real.
Entonces, Amaiur había alcanzado el poder y se mascaba la ruina catalana de la mano del penoso tripartito. Pasado un año se afianza una senda de error continuado y temor a una etapa glacial para la libertad.
Los nacionalcomunistas de Bildu o como se llamen, apremian a los felices peneuvistas a fijar fecha para la etapa secesionista. Exigen y de no ser atendidos llamarán de nuevo a los gudaris a empuñar las armas de la persuasión letal. Como Euskadi está a la cabeza del PIB per capita hay mucho margen hasta la albanización. Mientras, se les ayudará desde las instituciones porque nadie puede permanecer insensible al lamento de un pueblo oprimido al que se niega el futuro en libertad. En Cataluña el cáncer sigue incurable. La ruina que les atenaza parece hacerles dudar sobre inquietudes soberanistas. Argumentan ladinamente si la consulta de ruptura puede hacerse de acuerdo con el Gobierno de la nación. Eso no lo cree nadie. El nacionalsocialismo, dirigido por ERC, pretende aprovechar a tope la extrema debilidad del Estado para la etapa de soberanismo pobre que toca ahora. La economía languidece más de lo previsto y se debe forzar un pacto de aplazamiento, por pago de deudas. Y comprobar si la judicatura catalana es maleable. Al fin y a la postre la corrupción es por interés nacional.
El tercer pico del negro sombrero nacional es la escuela de Sánchez Gordillo, verso suelto que pasea su impunidad de justicia social por cuenta propia, sin fiscal que encuentre mancha de culpa. Son adelantados de los escraches, pero expropiando la ocupación ante la sonrisa complaciente de unos y otros.
Además sus conmilitones en el Gobierno andaluz ya exportan soluciones al mundo atrasado, injusto y opresivo de la derecha. Mientras, nos hundiremos en las utopías bolivarianas del socialismo inculto del chándal y el pajarito.
"Finalmente --dice Pedro Antonio de Alarcón en su bello romance popular del molinero Griñán y la corregidora Cortés-- el tío Lucas y la señá Frasquita, siguieron siempre amándose y alcanzaron una edad muy avanzada, viendo desaparecer el Absolutismo y reaparecer en 1814 y 1823, hasta que se estableció el sistema Constitucional a la muerte del Rey. Ellos pasaron a mejor vida, sin que los sombreros de copa que ya usaba todo el mundo pudiesen hacerles olvidar aquellos tiempos simbolizados por el sombrero de tres picos".

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